- Ojo, el invento de la comunión en la mano fue una manipulación de la decisión de Pablo VI.
- Lo que el Papa planteaba como excepción y con condiciones, se convirtió en regla.
- Al fondo, lo más grave: muchos católicos no creen que la forma consagrada sea Dios.
Gran escándalo por la magnífica carta del cardenal-arzobispo de Valencia Antonio Cañizares (en la imagen), acerca de lo que San Josemaría llamaba la “urbanidad de la piedad”. No se la pierdan, que es corta.
Se habla de vestir con decoro en las iglesias, de no montar guirigays, pero, sobre todo, aconseja que se comulgue de rodillas y en la boca.
Recuerden: fue Pablo VI quien, tras muchas consultas, aceptó como excepción la comunión en la mano y con toda una serie de condiciones. Como siempre sucede, la excepción se convirtió en regla y las condiciones fueron olvidadas. Total, que ahora cada cual ‘agarra’ el cuerpo de Cristo como le viene en gana.
Solución: volver a la comunión genuflexa y directamente en la boca.
Al fondo, lo más grave: muchos católicos no creen que la forma consagrada sea Dios. Y eso no es grave: es lo más grave.
Eulogio López
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