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miércoles, 21 de marzo de 2018

DICTADOS DE JESÚS A MARGA, PARA ÉSTOS ÚLTIMOS TIEMPOS. LEÉLO Y COMPARTE.


15-01-2002 

Jesús: 
Es de mi Pueblo, hija mía, de quien quiero hablarte. Es de mi Pueblo. Mira cómo tú me ves estos días cansado y abatido porque la Luz del mundo ha venido estos días a ellos y ellos no la han recibido, no han querido reconocerme. 
Y así pasará el año, pero no sé si dejar que pase otra Navidad más para que vuelva a sentir la gélida heladez de sus labios, la putrefacción de sus manos, el hedor de su boca al dirigirse a Mí, Rey de Reyes, Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero. 
No sé si dejar pasar otra Navidad más, porque me he vuelto insistente como el amigo pesado que llama y llama a la puerta para que le abran y no obtiene respuesta. Llama a todas horas, y su siervo no viene a abrirle. Me he cansado de golpear vuestra puerta. No hay nada que hacer con vosotros. No hay mucho más que hacer. Los justos se convertirán, pero los tibios se volverán cada vez y cada vez menos fervorosos hasta olvidarse completamente de Mí, el que ha creado todo. 

Parece lo contrario de las Promesas. Pero utilizasteis la Devoción al Corazón de Jesús al revés de lo prometido. Y todo depende de vuestro uso, el uso que le deis, y la libertad. Por eso Yo ahora os digo: recibid la retribución a vuestras obras, siervos haraganes, que despilfarrasteis el salario de vuestro Señor. Recibid la retribución en justicia a vuestras obras. Y venid aquí, siervos fieles, para reinar Conmigo, para siempre, a mi derecha, para recibir el justo pago a vuestro salario de vida, salario de amor. Venid aquí tibios, a purificaros hasta haceros fervorosos y poder volar Conmigo al Cielo. Venid en definitiva, ¡oh humanidad toda! Yo llego para juzgar-salvar. Yo llego, en mi Gloria y Majestad, rasgando las nubes del Cielo, acompañado de los Ángeles y Santos.405 Llego a regir la tierra. 
¡Oh, hija mía!, avísales que no pueden dejar de convertirse ante mi inminente Venida. Avísales que ya vengo, con mi Gloria y Majestad, rasgando las nubes del Cielo. Amén.

405 Cfr. Mt 24,30; Hch 1,11; Ap 1,7; 19,11-16.

23-01-2002
 
Jesús: 
Es tremendo el mal en el mundo, el alejamiento de su Dios, de su Verdadero Dios y la contaminación de sus aguas, en donde van a beber estiércol. Es tremenda, es muy grande la abominación de la desolación en vuestro mundo. El pecado os invade. Es como esa plaga de piojos que no podéis libraros de ella. Es como esas fiebres víricas y esos catarros crónicos. Es como esas enfermedades de propagación sexual. Es como esas epidemias que se extienden por todo el mundo. 
Y estad preparados porque más han de venir. Sed fuertes, sed sobrios y vigilad. El enemigo os ronda como león rugiente.406 Sed sobrios y vigilad. Trabajad, trabajad con denuedo. El tiempo llega ya, los sirvientes de la casa no pueden estar ociosos sin hacer nada. Si no prepararon la casa para la llegada del novio por ser sirvientes haraganes,407 que sepan que ahora les toca correr el doble o el triple que lo hubieran tenido que hacer si lo hubieran hecho a tiempo. 

Les toca correr el doble o triplemente, según sea su holgazanería. Porque la casa debe estar preparada para la salvación, la entrada triunfal del Novio, y la novia aseada y limpia de vergüenzas. ¿Comprendéis?, ¿veis el símil? El Novio es Jesucristo, la novia la Iglesia,408 esposa cual María, arreglada y preparada para mi Venida, esperándola por los siglos. Llegada la hora, ¿dormida sesteando?, ¡no!, ¡no!, ¡activa!, ¡hermosa!, ¡deslumbrante!, ¡limpia y preparada para el encuentro conmigo! -porque he dicho Yo que ya vengo– y vosotros, siervos inútiles409, sois tornados a ser útiles por mi amor, pasados de la categoría de siervos a la categoría de reyes consortes de mi Trono, compañeros leales del Rey de Reyes, el Dios de Dios. 

¡Venid! Venidos aquí, a mi derecha, me ayudaréis, reinaréis Conmigo por siempre, por toda la eternidad; y mi casa, de ruinas será reparada en Templo, en verdadero Templo del Dios Vivo, del Dios Verdadero. 

Los siervos haraganes no serán invitados al convite. Serán echados fuera, donde llegarán al llanto y rechinar de dientes410, donde serán preguntados por mi Juicio y condenados a la muerte, a la retribución exacta por sus obras de olvido y de muerte. 

Es así. Meditad, meditadlo porque es así. Las Bodas son la unión divina con el Verbo, con Dios, casarse hasta lo más íntimo con el mismo Dios, la felicidad y el colmar eterno, la dicha infinita. El martirio por mi amor es el puesto de predilección dentro de mi Corazón de Esposo, Corazón de Dios. Es la unción infinita con el Verbo del Amor. Es la dicha sin fin, que no tiene parangón aquí en la tierra para poder compararla con nada. 

410 Cfr. Mt 25,24ss.  

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