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lunes, 23 de julio de 2018

PROPAGAD EL EVANGELIO. LLEVADLO A TODO EL MUNDO / SALMOS

"Santiago, 1 

1.Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión. 
2.Considerad como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas, 
3.sabiendo que la calidad probada de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento; 
4.pero la paciencia ha de ir acompañada de obras perfectas para que seáis perfectos e íntegros sin que dejéis nada que desear. 
5.Si alguno de vosotros está a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará. 
6.Pero que la pida con fe, sin vacilar; porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento y llevado de una a otra parte. 
7.Que no piense recibir cosa alguna del Señor un hombre como éste, 
8.un hombre irresoluto e inconstante en todos sus caminos. 
9.El hermano de condición humilde gloríese en su exaltación; 
10.y el rico, en su humillación, porque pasará como flor de hierba: 
11.sale el sol con fuerza y seca la hierba y su flor cae y se pierde su hermosa apariencia; así también el rico se marchitará en sus caminos. 
12.¡Feliz el hombre que soporta la prueba! Superada la prueba, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman. 
13.Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. 
14.Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce. 
15.Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte. 
16.No os engañéis, hermanos míos queridos: 
17.toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de rotación. 
18.Nos engendró por su propia voluntad, con Palabra de verdad, para que fuésemos como las primicias de sus criaturas. 
19.Tenedlo presente, hermanos míos queridos: Que cada uno sea diligente para escuchar y tardo para hablar, tardo para la ira. 
20.Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 
21.Por eso, desechad toda inmundicia y abundancia de mal y recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas. 
22.Poned por obra la Palabra y no os contentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mismos. 
23.Porque si alguno se contenta con oír la Palabra sin ponerla por obra, ése se parece al que contempla su imagen en un espejo: 
24.se contempla, pero, en yéndose, se olvida de cómo es. 
25.En cambio el que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ése, practicándola, será feliz. 
26.Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana. 
27.La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo." 
Santiago, 1 - Bíblia Católica Online
"Santiago, 2 
1.Hermanos míos, no entre la acepción de personas en la fe que tenéis en nuestro Señor Jesucristo glorificado. 2.Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido; y entra también un pobre con un vestido sucio; 3.y que dirigís vuestra mirada al que lleva el vestido espléndido y le decís: «Tú, siéntate aquí, en un buen lugar»; y en cambio al pobre le decís: «Tú, quédate ahí de pie», o «Siéntate a mis pies». 4.¿No sería esto hacer distinciones entre vosotros y ser jueces con criterios malos? 5.Escuchad, hermanos míos queridos: ¿Acaso no ha escogido Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que le aman? 6.¡En cambio vosotros habéis menospreciado al pobre! ¿No son acaso los ricos los que os oprimen y os arrastran a los tribunales? 7.¿No son ellos los que blasfeman el hermoso Nombre que ha sido invocado sobre vosotros? 8.Si cumplís plenamente la Ley regia según la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, obráis bien; 9.pero si tenéis acepción de personas, cometéis pecado y quedáis convictos de transgresión por la Ley. 10.Porque quien observa toda la Ley, pero falta en un solo precepto, se hace reo de todos. 11.Pues el que dijo: No adulteres, dijo también: No mates. Si no adulteras, pero matas, eres transgresor de la Ley. 12.Hablad y obrad tal como corresponde a los que han de ser juzgados por la Ley de la libertad. 13.Porque tendrá un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia; pero la misericordia se siente superior al juicio. 14.¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? 15.Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, 16.y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? 17.Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. 18.Y al contrario, alguno podrá decir: «¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe. 19.¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan. 20.¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril? 21.Abraham nuestro padre ¿no alcanzó la justificación por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22.¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección? 23.Y alcanzó pleno cumplimiento la Escritura que dice: Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia y fue llamado amigo de Dios.» 24.Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente. 25.Del mismo modo Rajab, la prostituta, ¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino? 26.Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta." 
Santiago, 2 - Bíblia Católica Online

"Santiago, 3 

1.No os hagáis maestros muchos de vosotros, hermanos míos, sabiendo que nosotros tendremos un juicio más servero, 2.pues todos caemos muchas veces. Si alguno no cae hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno a todo su cuerpo. 3.Si ponemos a los caballos frenos en la boca para que nos obedezcan, dirigimos así todo su cuerpo. 4.Mirad también las naves: aunque sean grandes y vientos impetuosos las empujen, son dirigidas por un pequeño timón adonde la voluntad del piloto quiere. 5.Así también la lengua es un miembro pequeño y puede gloriarse de grandes cosas. Mirad qué pequeño fuego abrasa un bosque tan grande. 6.Y la lengua es fuego, es un mundo de iniquidad; la lengua, que es uno de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por la gehenna, prende fuego a la rueda de la vida desde sus comienzos. 7.Toda clase de fieras, aves, reptiles y animales marinos pueden ser domados y de hecho han sido domados por el hombre; 8.en cambio ningún hombre ha podido domar la lengua; es un mal turbulento; está llena de veneno mortífero. 9.Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios; 10.de una misma boca proceden la bendición y la maldición. Esto, hermanos míos, no debe ser así. 11.¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga? 12.¿Acaso, hermanos míos, puede la higuera producir aceitunas y la vid higos? Tampoco el agua salada puede producir agua dulce. 13.¿Hay entre vosotros quien tenga sabiduría o experiencia? Que muestre por su buena conducta las obras hechas con la dulzura de la sabiduría. 14.Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. 15.Tal sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrena, natural, demoníaca. 16.Pues donde existen envidias y espíritu de contienda, allí hay desconcierto y toda clase de maldad. 17.En cambio la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía. 18.Frutos de justicia se siembran en la paz para los que procuran la paz." 
Santiago, 3 - Bíblia Católica Online

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"Salmos, 23 
1.El Señor es mi pastor: nada me falta; 2.en verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce, 3.y reconforta mi alma. Por el camino del bueno me dirige, por amor de su nombre. 4.Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo. 5.La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios, con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa. 6.Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dura mi vida, mi mansión será la casa del Señora por largos, largos días." 
Salmos, 23 - Bíblia Católica Online

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