27-04-09
Virgen:
Adoraron a la criatura para olvidarse de su Dios.91
Invocaron a su dios, que no les escuchó. Y olvidaron al Dios de Dios, Luz de Luz.
¡Oh, mi pueblo perece por falta de discernimiento!92 Mira que contra ti, sacerdote,
es sólo mi pleito, contra ti tengo mi litigio.93
Les mandas a la deriva. Dejas que construyan sus barcas para hacerse a la mar a la
deriva y para hundirse.
Invocan a un leño muerto que no les hace caso ni les responde, olvidándose de
invocar a su Dios.
Sus vidas son esas barquichuelas que construyen y la mar los engullirá. Tú eres ese
responsable en mandarles a la muerte, sin protección, sin salvavidas. ¡Les mandas
sin defensa!, y ellos no sobreviven.
¡Oh, hijo!, engañas con tus doctrinas falsas y aventuras a tus ovejas a que perezcan
en el mar. El mar les engulle con sus malas obras y nunca volverán a ver la luz.
La Cruz es el madero santo a quien tienen que invocar. “Si el afligido invoca al
Señor, Él lo escucha y lo libra de sus angustias.”94
Siguiendo el rumbo de la Cruz, llegarán a buen puerto. Señala al madero como
símbolo por el que pueden salvarse. No las pesquisas del mundo. No sus malas
obras, que terminarán por hundirles.
¡Oh, sacerdote!: enseña la Ciencia de la Cruz. No el amor lisonjero a la deriva, no
el equivocar las sendas para el gusto y el placer. No. ¡Enseña la Ciencia de la Cruz!
Perece mi pueblo por falta de discernimiento.
Se os sobreviene una gran calamidad, que lo será para todo el pueblo.95
Vuestras cosas irán en una barquichuela a la deriva, para hundirse engullidas por el
mar. Pero si antes habéis puesto vuestra vida en una cruz, permaneceréis a salvo.
Cifrad vuestra vida en la Cruz. Permaneceréis a salvo. Comprended el Camino de
la Cruz.
Sacerdote: ¡enseña el Camino de la Cruz!
¡Oh, mi pueblo! ¡Perece mi pueblo por falta de discernimiento!
¿Qué hacer ante tamaña desgracia? ¿Desesperarse y ser engullido? ¿Qué hacer?
¿Dónde tienes tus miras? Mira que contra ti, sacerdote, tengo mi pleito, contra ti tengo mi litigio.
Ayuda a mi pueblo a discernir y a no caminar a la deriva. Enséñale dónde está la
verdadera ciencia, la Ciencia de la Cruz.
Amén.
(Veo una barca, que la gente carga de cosas y se embarcan ellos, invocan a la
barca misma para que les libre del desastre. Huyen de algo. Embarcan su
vida. Y se hacen a la mar. Son engullidos por ella. Van hacia adentro. No les
veo, pero sé su final. Hay otros que se quedan adorando a la cruz en una
montaña)
91 Cfr. Rm 1,18-25.
92 Cfr. Os 4,6.
93 Cfr. Os 4,4; Jr 2,8; Ml 1,6ss.
94 Sal 34,7.
95 Cfr. Lc 21,23.
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