06-03-09
Corazón de Jesús:
(Le pedía qué decir en la oración que tenía que dirigir en una Peregrinación)
Marga: ¡Ven! Llévame a ellos, llévame a todos, Yo te necesito para que me lleves,
para que les hables de Mí. Te lo repito: diles simplemente cómo vives tú mi
Devoción y qué Soy Yo para ti. Eso les conmoverá y les hará volverse a Mí.
Pero si yo no soy nada.
Por eso. Viendo lo nada que eres y lo mucho que me amas, pensarán que ellos
también pueden y que Yo también les amo a ellos. Les amo mucho a ellos.
Hazme cercano, Marga. Llévame de la mano con vosotros.
Diles que soy para cada uno: el Padre Bueno, el Hermano Atento y Amoroso, el
Amigo Fiel, el Novio Amante, el Esposo Dichoso. Diles que Soy para cada uno de
ellos lo que quieran de esto.
Invócame.
Diles que Yo quiero, por tu medio, entrar en cada uno de ellos. Y ten fe. Ten fe en
eso que estás diciendo. Y se hará.
Sólo no entraré en los muy cerrados.
Mirad: haced este viaje a mi Corazón. Diles: voy a proponeros una cosa: realizar un
viaje al Corazón de Jesús.
¡Oh, Marga…! ¡Y será tan delicioso para ti y para Mí, y para todos!
Yo lo estoy deseando. Lo anhelo. Transmíteles mi entusiasmo y que Yo quiero
encontrarme con ellos.
Marga: ¿sabes? No es en complicadas Novenas ni en complicadas oraciones, en
rebuscadas frases o en determinados cultos en lo que Yo quiero cifrar mi Devoción.
Quiero cifrar mi Devoción en los pequeños actos de amor de cada día. Una simple
sonrisa. Un devolver bien por mal. Un levantarse cada mañana alabándome, o una comunión diaria, hecha con puntualidad y mucho amor. Es en eso en lo que quiero
cifrar mi Devoción.
Por eso mañana les dirás cómo vives tú mi Devoción. Y eso les bastará.
Sé pionera en el Amor a Dios. En cada cosa, en cada acto.
Lleva tú sola todo, con la misma fuerza que un Titán arrastraría los árboles.
Te cubro con mi Unción para que tú me lleves al Resto: en el Nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
09-03-09
Jesús:
Mi querida torpe y dulce niña, ¿por qué desconfiar tanto de ti? Abrumada por la
tentación, piensas: “No puedo ser la única cuerda en un mundo de locos”.
Sí, ¿no puedes ser la única cuerda? Sí, pues sí.
Sí, hija, porque el hombre, sin Dios, se vuelve eso: loco.
Todo eso no obedece más que a que son hombres y personas sin Dios. A que son
hombres y personas a las que Dios llamó a mucho, y ellos dijeron que no. Y eso, a
veces se paga con la locura. Es una forma de purgar sus pecados.
Jesús, ¿puedo evitarlo?
Puedes sufrir por ellos y ofrecerlo para que así no sea. Te tengo ahora sufriendo por
esto, y eso me gusta.
A Mí te has ofrecido esta mañana, y Yo lo he aplicado por esto.
Tú, por naturaleza, eres rebelde. Pero yo te estoy transformando según mi Corazón.
Tú, la primera en irte y la primera en oponerte y en rebelarte. Pero Yo te transformé
en mi Corazón.
Por eso, hija, cuando habléis de gente rebelde, siéntete a ti misma como la primera,
y la primera de ellos.
Si no vengo Yo y, con mi Brazo, te salvo de perecer.
Porque Yo necesito de alguien rebelde que pueda entender a los rebeldes. Necesito
de alguien egoísta para poder entender a los egoístas, perezosa para entender a los
“perezas” y tibia para entender a los tibios, pecadora para entender a los pecadores.
Y así poder atraer mejor los hombres a Mí.
Necesito a alguien, clavado en una cruz, para poder hablar de mi Cruz.
Y necesito a alguien generoso para poder hacer la entrega de sí total.
A alguien cariñoso para poder amar, y amar a todos, y hasta el final.
Necesito a alguien sacrificado para hacer la ofrenda sacrificial.
Y por eso es que Yo te transformo, te transformo en Mí.
Jesús mío, perdóname. Soy tan mala: chillo a mis hijos.
No, hija, no. Eso tienes que hacer cuando no te hagan caso y no te obedezcan:
Ponerte firme (con ellos).
Si tú no reconduces los momentos de rebeldía, tus hijos correrían un gran peligro.
Recondúceles. Y si tiene que ser con energía, hazlo sin miedo.
Sí: pídeme y sufre desde ahora, desde hoy por esto, que Yo sabré emplearlo.
Alaba y Glorifica a Dios, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
Amén.
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