10-03-2010
Jesús:
¡Oh, Marga, Marga…! Aprende a buscarme. Yo estoy contigo. Marga. No te dejo.
No te abandono.
Amo estos intentos tuyos de estar unida a Mí, como si fuera en tu único esfuerzo de
lo que depende, pero convencida de que Soy Yo el que me dejo encontrar.
Amo los esfuerzos de mis criaturas por estar unidas a Mí.
No quedará sin recompensa esta oración, en la que te has sentido llamando a la
puerta de mi Corazón sin que te abriera.
No es así. Ya estabas dentro. Mas es mi deseo que me busquéis, que me busquéis
con ansia. Y me hago el ausente, aun cuando no es así. Para que aumentéis en
vosotros el amor y el deseo de encontrarme.
Marga: Confía en Mí, saldrás vencedora. Saldrás vencedora.
Ama. Ama, ama, ama. Ama tanto como tu pobre corazón sea capaz de amar, que
Yo haré el resto.
“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Y
al prójimo como a ti mismo”253 Amén.
Te bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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