Muchos buenos y piadosos católicos no conocen del precioso regalo, en forma de indulgencia plenaria, que nos ofrece la Iglesia a la hora de morir. Ciertamente, son muchos los que por ignorancia -tanto propia como del clero - llegan a morir sin recibir tan piadosa bendición. Este acto, realizado con fe, otorga la indulgencia plenaria a la hora de la muerte a los enfermos.
Así pues, todo su dolor, sufrimiento, incomodidades, etc serán ofrecidas al buen Señor para expiar la culpa de nuestros pecados aún en vida, para así, a la hora de morir, evitar los horribles pero buenos tormentos del muy Santo Purgatorio. Así pues, si se muere en estado de gracia y luego de recibir la Indulgencia Plenaria In Articulo Mortis (que aplica a la hora de morir, y no a la hora en que se realiza la bendición) el alma de ese buen católico será prometida, al igual que el buen ladrón al lado de Cristo en el Calvario:
El ladrón dijo a Jesús: "Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc. 23:42,43).
Tarea: Imprimir esta indulgencia y regalársela a al menos un sacerdote. También, deben dar a conocer esto a sus hermanos, en especial a los más piadosos y a aquellos que se encuentran en agonía. Realicen, además, alguna otra indulgencia por los benditas ánimas del Santo Purgatorio.
Así pues, todo su dolor, sufrimiento, incomodidades, etc serán ofrecidas al buen Señor para expiar la culpa de nuestros pecados aún en vida, para así, a la hora de morir, evitar los horribles pero buenos tormentos del muy Santo Purgatorio. Así pues, si se muere en estado de gracia y luego de recibir la Indulgencia Plenaria In Articulo Mortis (que aplica a la hora de morir, y no a la hora en que se realiza la bendición) el alma de ese buen católico será prometida, al igual que el buen ladrón al lado de Cristo en el Calvario:
El ladrón dijo a Jesús: "Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc. 23:42,43).
Tarea: Imprimir esta indulgencia y regalársela a al menos un sacerdote. También, deben dar a conocer esto a sus hermanos, en especial a los más piadosos y a aquellos que se encuentran en agonía. Realicen, además, alguna otra indulgencia por los benditas ánimas del Santo Purgatorio.
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