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jueves, 28 de febrero de 2019

ADORACIÓN EUCARÍSTICA. VAYAMOS TODOS LOS DÍAS. LOS SAGRARIOS DE TODAS LAS IGLESIAS ESTÁN VACÍOS. EL REY DE REYES SE IRÁ DE ELLOS SINO VAMOS A ADORARLE.



EN COMPAÑÍA DE JESÚS SACRAMENTADO


EL AMOR DE LOS AMORES NECESITA DE NUESTRO AMOR, NUESTRA ADORACIÓN Y NUESTRO CONSUELO. ACUDAMOS A VERLE TODOS LOS DÍAS. MEDITEMOS SU SAGRADA PASIÓN, LO QUE HA HECHO POR NOSOTROS, ADORÉMOSLE. CONTÉMOSLE NUESTRAS PENAS Y ALEGRÍAS; NUESTRAS NECESIDADES ESPIRITUALES SOBRE TODO, LO DEMÁS VENDRÁ POR SÍ SÓLO.

DE VERDAD QUE NO PODÉMOS IR DIARIAMENTE A VISITARLE?

ÉL NO PUSO EXCUSAS CUANDO SIENDO DIOS SE HIZO HOMBRE, NOS ENSEÑÓ Y DIÓ SU VIDA POR NOSOTROS.

Bien que se estudie el Apocalipsis. Bien Cartas Pastorales. Bien por difundir la Doctrina. ¡Pero quiero más oración! Una Iglesia que no ora no permanece en vela. ¡Oración! ¡Oración! ¡Oración! Realizad Grupos de Oración. Orad por España, orad por la guerra, por el fin de la guerra y la llegada de la paz. La Paz primero para los corazones. Luego para la Iglesia. Y luego para el mundo. ¡Paz! ¡Paz! ¡Paz! Oración. 

Yo os voy a decir cómo:

EL SANTO ROSARIO Orad, con el Santo Rosario entre vuestras manos, constantemente por la paz y por la conversión de los corazones a Dios. 

HACED SACRIFICIOS. Unid, a vuestra plegaria, vuestro sacrificio personal. ¡Volved a la austeridad! No despilfarréis, mientras otros hermanos vuestros mueren de hambre. 

ATENDED AL POBRE Y NECESITADO. De amor. De alimento primero espiritual, y luego material. Dadme a conocer. 

HACED ADORACIÓN EUCARÍSTICA. Ésta es la manera más perfecta en la que podéis adorarme: rezando el Rosario por la paz. En mi Presencia. Ante mi Majestad. Desagraviándome por los agravios recibidos contra mi Alma y mi Divinidad. 

CONFESAOS Y COMULGAD. No en pecado. Desterrad el pecado. 

CAMBIAD DE VIDA. Llevad una vida según Dios y según sus Santos Mandatos. Alabad así al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por medio de mi Iglesia, mi Verdadera Iglesia. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

INCLUYAN ROSARIOS POR LA PAZ. ASÍ LO DICE NUESTRO SEÑOR:

Iniciad, en vuestras diócesis, una Campaña de Rosarios por la paz. Sí, incluid España. Hacedlo, más que nada, por ella. A medida que transcurran las fechas, iréis viendo cómo cobra más y más sentido esta Campaña.
Es, de alguna forma, profética. Hay algunos sacerdotes a los que no les gusta el Rosario. Sí. Lo siento por ellos. Yo os digo: Que la Campaña sea exclusivamente por la Paz. Que todos los sacerdotes cojan el Rosario y se pongan de rodillas con el pueblo a implorarme a Mí, por mediación de María, la paz del mundo y la paz para España. Quiero a todos los sacerdotes arrodillados ante Mí. En las Iglesias. Ante el Sagrario. Rezando con el pueblo. Que los sacerdotes de España sean capaces de arrodillarse ante el Sagrario y rezar, insistentemente, decenas del Rosario por la Paz.



DOS GRANDES NOVENAS A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA

SAGRADOS CORAZONES DE JESUS Y MARIA


Estas dos grandes Novenas no son oraciones sino que se trata de comulgar los Primeros Viernes y Sábados de Mes durante NUEVE meses seguidos en reparación a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

HISTORIA: 
La Santísima Virgen favoreció con abundantes locuciones y visiones extraordinarias, durante varios años, a Sor Natalia Magdolna (1901-1992), religiosa húngara, nacida cerca de Pozsony (en la actual Eslovaquia), perteneciente a la congregación de Hermanas del Buen Pastor de Sta. Mª Magdalena de Keeskemet.
Su vida estuvo llena de gracias sobrenaturales y de una intensa comunicación con Dios. Murió en olor de santidad, siendo de edad ya avanzada.
Las promesas que a continuación ofrecemos, están entresacadas de varios mensajes que Jesús y María le comunicaron, y que fueron editados en el libro "La Victoriosa Reina del Mundo" por Ediciones Xaverianas, S.A. de C.V. - Ave. Juan Palomar y Arias 694 - Prados Providencia - A.P.1/133-44100 Guadalajara, Jal. (MÉXICO). Puede leer o descargar el libro completo "La Victoriosa Reina del Mundo", haciendo clic aquí.
El Padre Jeno Krasznay, Director Espiritual de Sor María Natalia por algún tiempo, renombrado teólogo europeo y Auxiliar del Obispo Isvan Hasz, declaró verídicas estas experiencias místicas, así como las visiones y mensajes, tras un largo período de investigación y examen. 

Dice Sor Natalia: 
El 15 de agosto de 1942, Jesús me dio una enorme gracia. Durante una visión me dio una gran promesa para aquellos que hicieran una novena en honor de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María. Me dijo:
-Hija mía, mira a tu Madre como Reina del Mundo. Ámala y trátala con la confianza de un niño. Esto lo quiero de ti y de todos.
Entonces levantó un poco el manto de su Madre, me mostró su Inmaculado Corazón y, volteándose hacia el mundo, dijo:
-He aquí el Corazón Inmaculado de mi Madre en el que he puesto mis gracias para el mundo y para las almas. Este Corazón es la fuente de mis gracias, del que fluyen la vida y la santificación del mundo. Como el Padre celestial Me lo dio todo a Mí, del mismo modo Yo le di mi victorioso poder sobre el mundo y sobre el pecado al Inmaculado Corazón de mi Madre. A través de mi hija, Margarita María Alacoque, la prometí al mundo grandes cosas, pero como mi bondad es infinita ahora ofrezco todavía más.
-Si la gente desea ganar los beneficios de mis promesas debe amar y venerar el Inmaculado Corazón de mi Madre. La señal más grande de esta veneración es que comulguen, bien preparados y arrepentidos en nueve sábados primeros, paralelamente con los nueve viernes primeros. Sus intenciones deberán consolar a mi Corazón al mismo tiempo que al Corazón Inmaculado de mi Madre.
Entendí que Jesús estaba pidiendo lo mismo para su Madre que lo que había pedido a santa Margarita para sí mismo. Le pregunté a Jesús:
-¿Debemos consolar también a tu Madre, ya que ella recibe tantas ingratitudes?
Jesús respondió:
-Querida hija, si alguien me hiere, esta persona hiere también a mi Madre. Si alguien me consuela, consuela al mismo tiempo a mi Madre, porque mi Madre y Yo somos uno en el amor.
Cuando el Salvador me dijo esto, entendí muchas cosas sobre la unidad de los dos Sacratísimos Corazones.
Jesús me dijo también que si alguien se confiesa con regularidad una vez por mes, no hace falta que se confiese para ir a la comunión, si no ha cometido ningún pecado mortal desde la última confesión. Jesús me enseñó esta oración para los primeros sábados:
«Sacratísimo Corazón de Jesús,
te ofrezco esta santa comunión
por medio del Corazón Inmaculado de María,
para consolarte por todos los pecados
cometidos contra Ti».

Las 33 promesas de Jesús para aquellos que hagan la doble novena

  1. Todo lo que me pidan por medio del Corazón de mi Madre –a condición de que la petición sea compatible con la voluntad del Padre- lo concederé durante la novena.
  2. Sentirán en cada circunstancia la extraordinaria ayuda de mi Madre, junto con sus bendiciones.
  3. Paz, armonía y amor reinarán en sus almas y en las almas de los miembros de sus familias.
  4. Protegeré a sus familias de contrariedades, engaños e injusticias.
  5. Los matrimonios se mantendrán juntos y, si uno ya se ha ido, él o ella, volverá.
  6. Los miembros de sus familias se comprenderán unos con otros y perseverarán en la fe.
  7. Las madres, en particular las que esperan, recibirán una especial protección para ellas, así como para sus hijos.
  8. Los pobres recibirán alojamiento y comida.
  9. Los llevaré a amar la oración y el sufrimiento. Aprenderán a amar a Dios y a sus prójimos.
  10. Los pecadores se convertirán sin dificultad aunque sea otra la persona que hace esta novena por ellos.
  11. Los pecadores no volverán a caer en su estado anterior. No solamente recibirán perdón por sus pecados sino que, a través de una perfecta contrición y amor, recuperarán la inocencia bautismal.
  12. Aquellos que hagan esta novena en su inocencia bautismal (especialmente los niños) nunca ofenderán a mi corazón con pecados graves.
  13. Los pecadores que se arrepientan sinceramente escaparán no sólo del infierno sino también del purgatorio.
  14. Los creyentes tibios se volverán fervorosos, perseverarán y alcanzarán la perfección y la santidad en un corto tiempo.
  15. Si los padres u otros miembros de la familia hacen esta novena, ninguno de esa familia será condenado al infierno.
  16. Mucha gente joven recibirá el llamado a la vida religiosa y al sacerdocio.
  17. Los descreídos se volverán creyentes y aquellos que andan sin dirección volverán a la Iglesia.
  18. Los sacerdotes y religiosos permanecerán fieles a su vocación. Los que no fueron fieles recibirán la gracia de una sincera contrición y la  posibilidad de regresar.
  19. Los padres y la gente en posiciones de mando recibirán ayuda en sus necesidades espirituales y materiales.
  20. El cuerpo estará libre de tentaciones del mundo y de la carne.
  21. El orgulloso se volverá humilde; el impetuoso se volverá amoroso.
  22. Las almas fervorosas sentirán la dulzura de la oración y el sacrificio; nunca serán atormentadas por la inquietud o la duda.
  23. Las personas agonizantes no sufrirán los ataques de Satanás. Se irán súbitamente, con una muerte inesperada.
  24. Los moribundos experimentarán un deseo vehemente de la vida eterna; de este modo, ellos se abandonarán a mi voluntad y se irán de la vida en los brazos de mi Madre.
  25. Sentirán la extraordinaria protección de mi Madre en el juicio final.
  26. Recibirán la gracia de tener compasión y amor hacia mi sufrimiento y el de mi Madre.
  27. Aquellos que se esfuerzan por ser perfectos obtendrán como un privilegio las principales virtudes de mi Madre: humildad, amor y pureza.
  28. Estarán acompañados con cierta alegría exterior e interior y con paz a lo largo de sus vidas, estén enfermos o sanos.
  29. Los sacerdotes recibirán la gracia de vivir en la presencia de mi Madre sin ninguna adversidad.
  30. Aquellos que progresen en su unión Conmigo recibirán la gracia de sentir esta unión. Sabrán lo que significa: «ellos ya no vivirán, sino que Yo viviré en ellos». Es decir, amaré con sus corazones, oraré con sus almas, hablaré con sus lenguas, y serviré con todo su ser. Experimentarán que lo bueno, hermoso, santo, humilde, manso, valioso y admirable en ellos, soy Yo. Yo, el Omnipotente, el Infinito, el único Señor, el único Dios, el único Amor.
  31. Las almas de aquellos que hagan esta novena estarán radiantes como lirios blancos alrededor del Corazón de mi Madre por toda la eternidad.
  32. Yo, el Divino Cordero de Dios, unido con mi Madre y con el Espíritu Santo, nos regocijaremos para siempre viendo las almas que a través del Inmaculado Corazón de mi Madre, ganarán la gloria de la eternidad.
  33. Las almas de los sacerdotes avanzarán siempre en fe y en virtud.

La gran promesa de María 

«Las puertas del infierno estarán cerradas el primer sábado de cada mes. Nadie entrará al infierno en ese día. Sin embargo, las puertas del Purgatorio estarán abiertas. Así muchas almas podrán alcanzar el cielo. Ésta es la obra del Amor misericordioso de mi Hijo. Ésta es la recompensa para esas almas que veneran a mi Inmaculado Corazón».
Cuando el Salvador me habló de los primeros sábados no estaba yo enterada que la Santísima Virgen en Fátima había pedido solamente cinco primeros sábados, en comparación con los nueve de los mensajes que yo había recibido. Por lo tanto, las autoridades de la Iglesia quisieron saber por qué el Salvador pidió nueve mientras la Virgen María en Fátima había pedido sólo cinco.
El Divino Salvador contestó: «La petición de mi Madre de cinco sábados es signo de su humildad. Aunque Ella es glorificada en el cielo, vive en el espíritu de la humildad y por lo tanto Ella no se considera merecedora de recibir ninguna devoción que sea igual a la Mía. Mi petición es una señal de mi amor, que no puede soportar la idea de recibir más que Ella quien está tan unida a Mí en este amor».

Por esto entendí que la razón por la que debe hacerse reparación en los nueve primeros sábados es porque Jesús pidió nueve viernes para Él a santa Margarita María Alacoque. Con eso nosotros consolaremos a Jesús y honraremos a Nuestra Señora, entregándonos a ella, y así por medio de su Inmaculado Corazón llegaremos a Jesús.

PROMESAS A LOS NUEVE Y CINCO PRIMEROS VIERNES Y SÁBADOS DE MES


NUEVE PRIMEROS VIERNES DE MES

A los que vivan la devoción a su Sagrado Corazón

A partir de la primera revelación, 
Santa Margarita María Alacoque sufriría todos los primeros viernes de mes, hasta su muerte, la experiencia mística de la llaga del costado de Jesús. Estos eran los momentos particularmente elegidos por el Señor para manifestarle lo que quería de ella y para descubrirle los secretos de su amable Corazón.
Propósito de la devoción: Reparación al Corazón de Jesús.
Las promesas de Jesús dada por medio de Santa Margarita María Alacoque a los que practicaran y propagaran dicha devoción. Incluye la promesa a quienes comulguen nueve primeros viernes de mes.

El motivo principal de la devoción debe ser el amor a Jesús y no solo las promesas ligadas a ella. Sin embargo si el mismo Jesús quiso darnos un aliciente con sus promesas, podemos legítima y provechosamente apoyarnos también en ellas para fortalecer nuestra débil voluntad para todo lo que es el servicio de Dios.

Para ganar esta gracia debemos:


1-Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos.
2-Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3-Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
4-Oración: "Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío."

Promesas 
(1) Les daré todas las gracias necesarias en su estado de vida.
(2) Estableceré la paz en sus hogares.
(3) Los consolaré en todas sus aflicciones.
(4) Seré su refugio en su vida y sobre todo en la muerte.
(5) Bendeciré grandemente todas sus empresas.
(6) Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
(7) Las almas tibias crecerán en fervor.
(8) Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección.
(9) Bendeciré el hogar o sitio donde esté expuesto Mi Corazón y sea honrado.
(10) Daré a los sacerdotes el don de tocar a los corazones más empedernidos.
(11) Los que propaguen esta devoción, tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y de El,
       nunca serán borrados.
(12) Nueve primeros viernes: Yo les prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi
      Corazón, que Mi amor todopoderoso le concederá a todos aquellos que comulguen nueve
      primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán, en desgracia ni
      sin recibir los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento.


Ver la versión en línea
 
 
EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
 
Y
 
GARABANDAL
 
 
El Corazón de Jesús se apareció en Garabandal.
 
Promesas del Corazón de Jesús.
 
Revelaciones del Corazón de Jesús a Santa Margarita.
 
 
El Sagrado Corazón de Jesús se aparece a Jacinta.
Muy cerca de ella, la invita con su mano derecha a acercarse a Él.
  
El Sagrado Corazón de Jesús en Garabandal.
 
El 30 de Junio de 1961, último viernes del mes consagrado al Corazón de Jesús y dos días antes de venir la Virgen por primera vez, Jacinta vio al Señor, de pie sobre una especie de nubecilla blanca, vestido de blanco y manto rojo, mostrando su Corazón, de un rojo vivo y que despedía rayos blancos y dorados, sobre la parte izquierda de su pecho.
No habló a la niña; pero con su mano izquierda le presentaba aquel su Corazón, mientras le hacía señas, con la derecha, para que se acercara. Jacinta obedeció, y quedó deslumbrada por la belleza y resplandor de sus vestidos, más aún de su persona.
Esta visión de Jacinta tuvo lugar en la Calleja. La visión le dejó una impresión indeleble. Dos cosas le impresionaron sobremanera: la mirada de Jesús y su porte majestuoso. Aquella mirada penetraba hasta lo más profundo del alma, aquel mirar del Señor "estaba impregnado de un Amor inmenso".
 
Dice Jacinta que no hubiera podido estar así mucho tiempo porque su alma se habría ido con Jesús. Esta Visión del Corazón de Jesús le quedó grabada en el alma de tal modo que Jacinta siente a Jesús presente como en aquel momento cada vez que lo recuerda.
 
Promesas del Corazón de Jesús a los que vivan la devoción a su Sagrado Corazón.
 
1.- Les daré todas las gracias necesarias en su estado de vida.
2.- Estableceré la paz en sus hogares.
3.- Los consolaré en todas sus aflicciones.
4.- Seré su refugio en su vida y sobre todo en la muerte.
5.- Bendeciré grandemente todas sus empresas.
6.- Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
7.- Las almas tibias crecerán en fervor.
8.- Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección.
9.- Bendeciré el hogar o sitio donde esté expuesto Mi Corazón y sea honrado.
10.- Daré a los sacerdotes el don de tocar a los corazones más empedernidos.
11.- Los que propaguen esta devoción, tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y de El, nunca serán borrados.
12.- Yo les prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso le concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán, en desgracia ni sin recibir los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento.
 
Revelaciones del Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque.
 
Primera revelación.
 
El 27 de diciembre de 1673, día de San Juan el Apóstol, Margarita María, que tenía solo 14 meses de profesa y 26 años de edad, estaba como de costumbre arrodillada ante el Señor en el Santísimo Sacramento expuesto en la capilla. Era el momento de la primera gran revelación del Señor. Ella lo cuenta así:
"Estando yo delante del Santísimo Sacramento me encontré toda llena de Su divina presencia. El Señor me hizo reposar por muy largo tiempo sobre su pecho divino, en el cual me descubrió todas las maravillas de su amor y los secretos inexplicables de su Corazón Sagrado".
 
El me dijo:
 
"Mi Divino Corazón, está tan apasionado de Amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición. Te he elegido como un abismo de indignidad y de ignorancia, a fin de que sea todo obra mía."
 
Luego, continúa Margarita, me pidió el corazón, el cual yo le suplicaba tomara y lo cual hizo, poniéndome entonces en el suyo adorable, desde el cual me lo hizo ver como un pequeño átomo que se consumía en el horno encendido del suyo, de donde lo sacó como llama encendida en forma de corazón, poniéndolo a continuación en el lugar de donde lo había tomado, diciéndome al propio tiempo:
"He ahí, mi bien amada, una preciosa prenda de mi amor, que encierra en tu costado una chispa de sus mas vivas llamas, para que te sirva de corazón y te consumas hasta el último instante y cuyo ardor no se extinguirá ni enfriará. De tal forma te marcaré con la Sangre de mi Cruz, que te reportará más humillaciones que consuelos. Y como prueba de que la gracia que te acabo de conceder no es nada imaginario, aunque he cerrado la llaga de tu costado, te quedará para siempre su dolor y, si hasta el presente solo has tomado el nombre de esclava mía, ahora te doy el de discípula muy amada de mi Sagrado Corazón."
Después de este favor tan grande, Margarita quedó por muchos días como abrasada toda y embriagada y tan fuera de si que podía hablar y comer solamente haciéndose una gran violencia. Ni siquiera podía compartir lo sucedido con su superiora lo cual tenia gran deseo de hacer. Tampoco podía dormir, pues la llaga, cuyo dolor le era tan grato, engendraba en ella tan vivos ardores, que la consumía y la abrasaba toda.
 
A partir de la primera revelación, Margarita sufriría todos los primeros viernes de mes una reproducción de la misteriosa llaga del costado, cosa que le sucedería hasta su muerte. Estos eran los momentos particularmente elegidos por el Señor para manifestarle lo que quería de ella y para descubrirle los secretos de su amable Corazón.
Le decía el Señor:
"Busco una víctima para mi Corazón, que quiera sacrificarse como hostia de inmolación en el cumplimiento de mis designios."
En su gran humildad, Margarita le presentó varias almas que, según ella corresponderían más fielmente. Pero el Señor le respondió que era ella a quien había escogido. Esto no era sino ocasión de confusión para Margarita pues su temor era que llegasen a atribuir a ella las gracias que del Señor recibía.
 
Segunda revelación.
 
Unos dos o tres meses después de la primera aparición, se produjo la segunda gran revelación. Escribe Margarita:
"El divino Corazón se me presentó en un trono de llamas, mas brillante que el sol, y transparente como el cristal, con la llaga adorable, rodeado de una corona de espinas y significando las punzadas producidas por nuestros pecados, y una cruz en la parte superior...
...la cual significaba que, desde los primeros instantes de su Encarnación, es decir, desde que se formó el Sagrado Corazón, quedó plantado en él la cruz, quedando lleno, desde el primer momento, de todas las amarguras que debían producirle las humillaciones, la pobreza, el dolor, y el menosprecio que su Sagrada Humanidad iba a sufrir durante todo el curso de su vida y en Su Santa Pasión."
Me hizo ver, continúa Margarita, que el ardiente deseo que tenía de ser amado por los hombres y apartarlos del camino de la perdición, en el que los precipita Satanás en gran número, le había hecho formar el designio de manifestar su Corazón a los hombres, con todos los tesoros de amor, de misericordia, de gracias, de santificación, y de salvación que contiene, a fin de que cuantos quieran rendirle y procurarle todo el amor, el honor y la gloria que puedan, queden enriquecidos abundante y profusamente con los divinos tesoros del Corazón de Dios, cuya fuente es, al que se ha de honrar bajo la figura de su Corazón de carne, cuya imagen quería ver expuesta y llevada por mí sobre el corazón, para grabar en él, su amor y llenarlo de los dones de que está repleto, y para destruir en él todos los movimientos desordenados.
 
Que esparciría sus gracias y bendiciones por dondequiera que estuviere expuesta su santa imagen para tributarle honores, y que tal bendición sería como un último esfuerzo de su amor, deseoso de favorecer a los hombres en estos últimos siglos de la Redención amorosa, a fin de apartarlos del imperio de Satanás, al que pretende arruinar, para ponernos en la dulce libertad del imperio de su amor, que quiere restablecer en el corazón de todos los que se decidan a abrazar esta devoción."
 
En esta segunda gran revelación, Nuestro Señor empezó a descubrir sus intenciones y formular sus promesas. La imagen del Sagrado Corazón de Cristo es el símbolo de su ardiente amor hacia nosotros, el cual había entregado sin condiciones, y el Señor quería que esta imagen se expusiese en las casas o llevarse sobre el pecho en forma de Medalla, ofreciendo así promesas de gracias y bendiciones a quienes lo veneraban. Pero por el momento Margarita no podía decir nada de lo que había visto pues no había llegado la hora. Estas revelaciones tendrían que pasar primero por muchos exámenes y sufrir mucha oposición. Y aún había mucho más que Jesús quiera revelar.
 
Tercera revelación.
 
En junio de 1674, en la fiesta de Corpus Christi, tuvo Margarita la tercera gran revelación.
Una vez entre otras, escribe Santa Margarita, que se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, después de sentirme retirada en mi interior por un recogimiento extraordinario de todos mis sentidos y potencias, Jesucristo mi Amado se presentó delante de mi todo resplandeciente de Gloria, con sus cinco llagas brillantes, como cinco soles y despidiendo de su sagrada humanidad rayos de luz de todas partes pero sobre todo de su adorable pecho, que parecía un horno encendido; y, habiéndose abierto, me descubrió su amante y amable Corazón.
Entonces Jesús le explicó las maravillas de su puro amor y hasta que exceso había llegado su amor para con los hombres de quienes no recibía sino ingratitudes. Esta aparición es mas brillante que las demás. Amante apasionado, se queja del desamor de los suyos y así divino mendigo, nos tiende la mano el Señor para solicitar nuestro amor.
Le dirige las siguientes peticiones:
 
-- Comulgarás tantas veces cuanto la obediencia quiera permitírmelo.
-- De Jueves a viernes haré que participes de aquella mortal tristeza que Yo quise sentir en el huerto de los olivos; tristeza que te reducirá a una especie de agonía mas difícil de sufrir que la muerte.
-- Por acompañarme en la humilde oración que hice entonces a mi Padre en medio de todas mis congojas, te levantaré de once a doce de la noche para postrarte durante una hora conmigo; el rostro en el suelo, tanto para calmar la cólera divina, pidiendo misericordia para los pecadores, como para suavizar, en cierto modo, la amargura que sentí al ser abandonado por mis apóstoles, obligándome a echarles en cara el no haber podido velar una hora conmigo.
Una vez, estando expuesto el Santísimo Sacramento, se presentó Jesucristo resplandeciente de gloria, con sus cinco llagas que se presentaban como otro tanto soles, saliendo llamaradas de todas partes de Su Sagrada Humanidad, pero sobre todo de su adorable pecho que, parecía un horno encendido. Habiéndose abierto, me descubrió su amabilísimo y amante Corazón, que era el vivo manantial de las llamas. Entonces fue cuando me descubrió las inexplicables maravillas de su puro amor con que había amado hasta el exceso a los hombres, recibiendo solamente de ellos ingratitudes y desconocimiento.
"Eso, le dice Jesús a Margarita, fue lo que más me dolió de todo cuanto sufrí en mi Pasión, mientras que si me correspondiesen con algo de amor, tendría por poco todo lo que hice por ellos y, de poder ser, aún habría querido hacer más. Mas sólo frialdades y desaires tienen para todo mi afán en procurarles el bien. Al menos dame tú el gusto de suplir su ingratitud de todo cuanto te sea dado conforme a tus posibilidades."
Ante estas palabras, Margarita solo podía expresarle al Señor su impotencia, Él le replicó:
 
-- "Toma, ahí tienes con qué suplir cuanto te falte."
Y del Corazón abierto de Jesús, salió una llamarada tan ardiente que pensó que la iba a consumir y no podía ella aguantarlo, por lo que le pidió que tuviese compasión de su debilidad. El le respondió:
-- "Yo seré tu fortaleza, nada temas, solo has de estar atenta a mi voz y a lo que exija de ti con el fin de prepararte para la realización de mis designios."
 
Entonces el Señor le describió a Margarita exactamente de que forma se iba a realizar la práctica de la devoción a Su Corazón, junto con su propósito, que era la reparación. Finalmente, Jesús mismo le avisa sobre las tentaciones que el demonio levantará para hacerla caer.
"Primeramente me recibirás en el Santísimo Sacramento tanto como la obediencia tenga a bien permitírtelo; algunas mortificaciones y humillaciones por ello habrán de producirse y que recibirás como venidas de mi amor.
Comulgarás, además, todos los primeros viernes de mes, y en la noche del jueves al viernes, te haré participe de la mortal tristeza que quise sentir en el huerto de los Olivos, cuya tristeza te reducirá, sin que logres comprenderlo, a una especie de agonía más difícil de soportar que la muerte.
 
Para acompañarme en la humilde plegaria que elevé entonces a mi Padre, en medio de todas tus angustias, te levantarás entre las once y las doce de la noche para postrarte conmigo durante una hora, con la cara en el suelo, tanto para apaciguar la cólera divina, pidiendo por los pecadores, como para endulzar de algún modo la amargura que sentía por el abandono de mis apóstoles, lo cual me llevó a reprocharles que no habían podido velar una hora conmigo.
Durante esa hora harás lo que te diga. Pero, oye hija mía, no creas a la ligera todo espíritu, ni te fíes, porque Satanás está rabiando por engañarte. Por eso, no hagas nada sin permiso de los que te guían, a fin de que, contando con la autoridad de la obediencia, él no pueda engañarte, ya que no tiene poder alguno sobre los obedientes."
 
Pruebas dolorosas.
 
Después de la aparición, Margarita, sintiéndose que estaba ella fuera de si, y no sabiendo donde estaba, le faltaron las fuerzas y cayó desmayada. Sus hermanas, viéndola en tal aspecto, la levantaron y la cargaron donde la Madre Superiora.
Ella viendo que Margarita no podía hablar, ni aun sostenerse, arrodillada ante sus pies, la mortificó y la humilló con todas sus fuerzas. Y cuando Margarita le respondió a su pregunta de lo sucedido, contándole todo cuanto había pasado, recargó sobre ella nuevas humillaciones y no le concedió nada de cuanto decía que el Señor le mandaba hacer, mas bien lo acogió con desprecio.
El fuego que devoraba a Margarita por dentro a causa de las revelaciones, le ocasionó una fiebre continua. Ante esta misteriosa enfermedad, la Madre Superiora no podía sino sentir miedo y por tanto le dijo a Margarita:
-- "Pida a Dios su curación, de esta forma sabré si todo viene del Espíritu del Señor."
Margarita, obedeciendo a esta orden, le expuso todo cuanto le pedía su Superiora al Señor, el cual no tardó en recobrarle por completo su salud por las manos de la Virgen Santísima. Y así consiguió Margarita el poder cumplir lo que Dios le pedía.
Pero viendo la Madre Superiora que continuaban las visiones, y no sabiendo que más hacer para asegurarse de su veracidad, decide consultar a los teólogos. Ella creyó que debía obligarla a romper el profundo silencio que hasta entonces había observado, con el fin de hablar del asunto con personas de doctrina.
Compareció pues Margarita ante estos personajes, y haciéndose gran violencia para sobrepasar su extremada timidez, les contó todo lo sucedido. Más Dios permitió que algunos de los consultados no conocieran la verdad de las revelaciones. Condenaron el gran atractivo que tenía Margarita por la oración y la tildaron de visionaria, prohibiéndole detenerse en sus inspiraciones. Hasta uno de ellos llegó a aconsejar:
 
-- "procuren que esta hija se alimente bastante y todo irá mejor."
Se me empezó a decir, cuenta Margarita, que el diablo era el autor de cuanto sucedía en mi, y que me perdería si no me ponía muy en guardia en contra de sus engaños e ilusiones.
Para Margarita esto fue motivo de gran sufrimiento. No por razón del rechazo o porque pensaban mal de ella, sino por el conflicto interno que le causaba. Llegó a pensar que ella estaba en el error pero por mas que trataba de resistir las atracciones de Dios no lo lograba. Se sentía profundamente abandonada, puesto que se le aseguraba que no la guiaba el Espíritu de Dios, y sin embargo, no lo podía resistir.
Cada vez era mayor la oposición aun dentro del convento contra Margarita. Había significativos movimientos de cabeza, miradas reprobatorias y muecas. Algunas pensaban que una visionaria venía a ser como la personificación de todo un escuadrón de demonios, un peligro evidente y una gran amenaza para todas. Llegó hasta tal punto que las hermanas empezaban a rociarla con agua bendita cuando pasaba.
 
Triunfo del Corazón de Jesús.
 
El Señor le había prometido a Margarita que su obra triunfaría a pesar de todos los obstáculos. Esta promesa empezó a cumplirse cuando, a primeros de febrero de 1675, le envío al jesuita Padre Claudio Colombiere.
En cuanto este santo sacerdote habló con Margarita, pudo ver su santidad y creyó en sus revelaciones, lo cual comunicó inmediatamente a la Madre Superiora. Ante el juicio del Padre Claudio, quién era reconocido por su sabiduría y santidad, la Madre Superiora pudo por fin descansar y le ordenó a Margarita que le contase todo al Padre Colombiere.
 
Cuarta revelación.
 
Fue bajo esta nueva aceptación que se dio la cuarta y última revelación que se puede considerar como la más importante. El Señor quería establecer en la Iglesia una fiesta litúrgica en honor del Sagrado Corazón de Jesús.
Sucedió esta revelación en el curso de la octava del Corpus Christi del año 1675, o sea entre el 13 y el 20 de junio. Cuenta Margarita:
Estando ante el Santísimo Sacramento un día de su octava, y queriendo tributarle amor por Su tan gran amor, me dijo el Señor:
"No puedes tributarme ninguno mayor que haciendo lo que tantas veces te he pedido ya."
 
Entonces el Señor le descubrió su Corazón y le dijo:
"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor.
 
Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado. Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares.
También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute."
 
El Padre Colombiere le ordenó a Margarita que cumpliese plenamente la voluntad del Señor. Y que también escribiese todo cuanto le había revelado. Margarita obedeció a todo lo que se le pidió pues su mas grande deseo era que se llegase a cumplir el designio del Señor.
Pasarían mas de diez años antes que se llegase a instituir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en el monasterio de la Visitación. Serian diez años muy duros para Margarita. La Madre Superiora, que por fin llego a creer en ella, fue trasladada a otro monasterio. Pero antes de irse ordena a Margarita a que relatara ante toda la comunidad todo cuanto el Señor le había revelado.
Ella accedió solo en nombre de la santa obediencia y les comunicó a todas lo que el Señor le había revelado incluyendo los castigos que El haría caer sobre la comunidad y sobre ellas. Y cuando todas enfurecidas empezaron a hablarle duramente, Margarita se mantuvo callada, aguantando en humildad todo cuanto le decían.
 
Al siguiente día, la mayoría de las monjas, sintiéndose culpables de lo que habían hecho, acudían a la confesión. Margarita entonces oyó que el Señor le decía que ese día por fin llegaba la paz de nuevo al monasterio y que por su gran sufrimiento, Su Divina Justicia había sido aplacada.
En contra de su voluntad, Margarita fue asignada como maestra de novicias y asistente a la superiora. Esto llegó a ser parte del plan del Señor para que por fin se empezara a abrazar la devoción del Sagrado Corazón de Jesús. Sin embargo Margarita nunca llegó a ver durante su vida en la tierra el pleno reconocimiento de esta devoción.
En la tarde del 17 de octubre, habiendo Margarita previamente indicado esta fecha como el día de su muerte, encomendó su alma a su Señor, quien ella había amado con todo su corazón.
 
Pasaron solamente tres años después de su muerte cuando el Papa Inocencio XIII empezó un movimiento que abriría las puertas a esta devoción. Proclamó una bula papal dando indulgencias a todos los monasterios de la Visitación, que resultó en la institución de la fiesta del Sagrado Corazón en la mayoría de los conventos.
En 1765, el Papa Clemente XIII introdujo la fiesta en Roma, y en 1856 el Papa Pío IX extendió la fiesta del Sagrado Corazón a toda la Iglesia. Finalmente, en 1920, Margarita fue elevada a los altares por el Papa Benedicto XV.
 
Intervenciones sobrenaturales.
La vida de Santa Margarita estuvo marcada por sus vivencias sobrenaturales. Pero nunca fueron estas causa para escapar de las realidades cotidianas sino al contrario. Le trajeron duras pruebas y la necesidad de ejercitar heroicamente las virtudes que forjan la santidad en la vida diaria.
En 1680, la hermana Margarita estuvo enferma de gravedad. Llegaba la fiesta del Corpus, donde se le concedió tomar el Pan de Vida, y se le dio el mandato de no tomar medicina alguna durante cinco meses, ni poner los pies en la enfermería. Añadió la Superiora por escrito que por orden de santa obediencia pidiera la salud a nuestro Señor a fin de poder practicar los ejercicios de la santa regla hasta la Presentación de la Santísima Virgen de ese año 1680.
Durante los cinco meses fijados por la Madre Superiora, Santa Margarita gozó de perfecta salud, quedando satisfecha la Madre Superiora de la prueba.
 
Otra intervención divina ocurrió cuando Santa Margarita tenía que entrar en los ejercicios anuales. En ese momento, Santa Margarita estaba en la enfermería abrasada de calentura. La Madre Superiora le dijo:
"Vaya, hija mía, le encomiendo al cuidado de Nuestro Señor Jesucristo; que El la dirija, gobierne y cure según su voluntad".
El Señor se le presenta y le hace levantar con mil señales de amor, y le dice:
"Quiero volverte con salud a la que te ha enviado enferma y puesto en mis manos".
 
Así quedó sana y vigorosa como si nunca hubiera estado enferma.
Se le presentó una vez delante de ella Jesús cargando con la Cruz, cubierto de llagas y de sangre y le dijo con voz dolorosamente triste:
"¿No habrá quien tenga piedad de mi y quiera compartir y tener parte en mi dolor en el lastimoso estado en que me ponen las pecadores sobre todo en este tiempo?"
La santa se le ofreció y el Salvador colocó sobre sus hombros su pesada cruz. Una enfermedad le hizo sentir muy pronto lo desgarrador de aquellos clavos.
Otra vez al acercarse a la sagrada mesa se le apareció la Sagrada Hostia resplandeciente como sol, y distinguió al Señor, llevando en la mano una corona de espinas. El se la puso en la cabeza, diciéndole:
"Recibe, hija mía, esta corona en señal de la que se te dará pronto por tu conformidad conmigo".
 
Sus tres ardientes deseos.
 
Sus grandes deseos fueron siempre:
 
-- Deseo de amar a Dios y recibir la santa Comunión.
-- Deseo de padecer. A consecuencia del deseo de amar, quería dar su vida puesto que no tenia nada mas que dar.
-- Deseo de morir, así podría unirse con su gran Amor. Pero se conformaba con vivir hasta el día del Juicio, si esto era la voluntad de Dios, esta separación le dolía mas que mil muertes.
Siempre iba junto al amor de Dios la mas tierna caridad con el prójimo y mas con sus hermanas de religión.
 
Santa Margarita era muy sensible, era tímida, era juiciosa y discreta, de buen espíritu, temperamento constante, corazón caritativo hasta lo imposible. Tenía poca educación formal y sin embargo una profunda sabiduría sobre las verdades sobrenaturales. Tenía un gran juicio y valentía para ser fiel a la verdad. Sabía perdonar de corazón. Las mas humillantes persecuciones que soportó quedaron para siempre sepultadas hasta llegar a ser extremadamente atenta para cuantos la hicieron sufrir.
 
Tenía repugnancia, entre otras cosas, al escribir, al acudir al locutorio. Sin embargo hizo voto al Señor de desempeñar estas acciones sin manifestar repugnancia alguna, a cambio de que una joven pudiera recibir los sacramentos. El Señor permitió esto y además que la joven hiciera los tres votos de religión antes de morir.
Debía inmolar su ser continuamente por amor, en adoración y anonadamiento, en conformidad al sacrificio de Jesús a quien recibe en la Eucaristía. Estas gracias levantan nuevas llamadas de celo ardiente en el corazón de Margarita, pero antes de ser apóstol por la acción, es mártir por la lluvia de dolores físicos y morales que caen sobre ella por haberse ofrecido, como resignada víctima.
Trataba a las almas del Purgatorio como sus queridas amigas. Su divino Dueño les había hecho donación de su sierva durante el año 1683. Debía hacerlo y sufrirlo todo por su rescate. Santa Margarita participaba de los sufrimientos de aquellas almas, se compadecía amargamente, oraba y practicaba duras penitencias para conseguir su liberación.
Un día, sentada ante Jesús Sacramentado, de repente se le presenta una persona rodeada de llamas por todas partes. Es el alma de un religioso benedictino que la había confesado una vez. Le suplica que aplique por espacio de tres meses los méritos de todas sus obras y oraciones por su entrada al cielo. Le explicó:
"Sufro tan terriblemente por el demasiado apego que tuve a mi reputación, mi poca caridad, algunas veces con mis hermanos y alguna torcida intención en mis prácticas de devoción y en mis relaciones con las criaturas."
 
Margarita promete su cooperación. Durante estos tres meses permanece aquella alma cerca de su víctima voluntaria y la hace participar de los efectos del fuego purificador.
El dolor intensísimo lo hace llorar casi continuamente. Al cabo de los tres meses convenidos, se le aparece de nuevo a Margarita resplandeciente de gloria y ella le ve subir al cielo. El le da las gracias y promete ser su protector delante de Dios.
 
A. M. D. G.
 
 
 
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CINCO PRIMEROS SABADOS DE MES

Lucía, vidente de Fátima, era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra, España cuando tiene una aparición de la Virgen sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a su lado. La Santísima Virgen puso su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su corazón rodeado de espinas. El Niño le dijo: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas."
Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía:
"Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación"

Lucía le habló (a Jesús) de la confesión para los primeros sábados y preguntó si valía hacerla en los ocho días. Jesús contestó: "Sí; todavía con más tiempo, con tal que me reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María".
La intención de hacer esta reparación al Inmaculado Corazón de María puede ponerse al principio.

¿Por qué 5 Sábados?

Después de haber estado Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los 5 sábados de reparación:  "Hija mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:
1-  Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.
2-  Contra su virginidad.
3-  Contra su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.
4-  Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.
5-  Contra los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.”

"He aquí hija mía, por que ante este Inmaculado Corazón ultrajado, se movió mi misericordia a pedir esta pequeña reparación, y, en atención a Ella, a conceder el perdón a las almas que tuvieran la desgracia de ofender a mi Madre. En cuanto a ti procura incesantemente con tus oraciones y sacrificios moverme a misericordia para con esas almas".

CINCO PRIMEROS SÁBADOS DE MES A NUESTRA MADRE DEL CIELO