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sábado, 23 de marzo de 2019

DICTADOS DE JESÚS A MARGA (HAY QUE PONERSE UNO MISMO DONDE PONE MARGA), PARA ÉSTOS ÚLTIMOS TIEMPOS. LEÉLO Y COMPARTE.


01-06-2011 

Jesús: 

Amada Marga: ven, dame de beber.522 Necesito que seas portadora de esta verdad, ahora revelada con más profundidad. 

Como dice el Evangelio de hoy: “El Espíritu os lo irá revelando”.523 A ti te tienta de la misma forma la Serpiente. Igual que a Eva, les tienta a todas las mujeres de la historia. El pecado de la mujer actualmente es mayor. Ha ahondado en la profundidad de aquella caída. El pecado actual, tiene en aquella caída sólo el germen. Ha ido creciendo progresivamente en iniquidad. El culmen ahora es que la propia madre se ha convertido en asesina de su hijo en su seno. Tanto cree que tiene sobre sí el poder de decidir sobre la vida, que aun habiéndola donado Dios, ella la destruye. Te he elegido entre el común de los mortales. No eres ni más, ni menos que ellas. Eres mi preferida. Pero no por tus méritos. Por tus méritos, serías una meretriz, como tú muy bien dices. Sí. 
¿Meretriz? ¿Como todas las mujeres? Sí, amada. 

Jesús mío: comienzas a ser demasiado impopular con estos Mensajes. Se te van a echar encima las mujeres. No está de moda que nos llames eso. 
Y sin embargo eso sois cuando os dejáis llevar de la Serpiente. Eso es lo que ella busca en vosotras. Echa una ojeada a afuera y observa a las mujeres de la tierra. ¿Qué parecen, hija mía? Meretrices. 
Tienes razón, Jesús mío. 
Y la Serpiente ríe contenta. Lo ha conseguido. ObservaLa. Mira a mi Madre. ObservaLa. MíraLa venir, radiante, con la luna bajo sus pies. ¿Qué parece, hija mía? Eva. La Nueva Eva. 
Qué Hermosa, Jesús mío, Hermosa en cuerpo y alma. 
¡Qué pérdida más grande para la humanidad, la pérdida de Eva! Sed pulcras. Sed cuidadosas. Pensad que el ojo del hombre se halla corrompido por el pecado. Y ya no mira a la mujer con ojos limpios. Imposible para él. Todo, en ella, le recordará a lo corrompido que ve por ahí. Y por eso, hoy día, hay que extremar, si cabe más, los cuidados sobre el pudor, que antes. Si queréis que os miren dignas. Hay mucho pecado y hediondez, hija. Al hombre le resultará imposible hablar con vosotras sin poner atención en lo que enseñáis, si lo enseñáis “a pública subasta”, para que se quede con ello el mejor postor. 

Y ante él, seréis simplemente eso: una prostituta. La prostituta lo es en hecho y en mente. Si se ha gozado sobre ella de facto o de pensamiento simplemente.

Jesús mío: se ha caído tanto aquí, que se le quitan a uno las ganas de casarse. Con todo esto que dices. ¿Cómo es posible la castidad, el matrimonio y las relaciones entre hombres y mujeres? 

Sin mi Gracia: imposible.524 
Y hoy día: más. Más importante y más necesaria. Tomadla, pues se os regala. 
Tomadla: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Es falso esto que enseñan en algunos Cursillos de novios o de matrimonios, en los que, por parte de miembros de la Iglesia Católica, se os dice que la mujer siempre tiene que considerarse “sexi” para su marido, y atrayente. O, si no, se irá tras otra. Una mujer, no puede competir con todos los encantos sexuales de todas las demás mujeres que se le plantean al hombre por ahí. Piensa, hija, que hoy en día están “a pública subasta”, vendidas al mejor postor. El que más puje sobre ellas, con ése se irán. Si le enseñas a tu marido que una mujer es sexo, como sexo tratará a todas con las que se encuentre, y a la propia primero. Los adornos y la hermosura de la mujer para su marido, no son de la concupiscencia de la carne, lo son de la belleza del espíritu.

¡Negaos a un juego tal! Sí, tu marido te hará caso. Y a todas las demás, también. Y con los años, siempre aparecerá otra más joven. Hasta que él mismo se vea y considere añejo. ¡Asco y podredumbre de hombres añejos, podridos por el vicio en sus años jóvenes! Cómo odian a la mujer por eso. Por ellas, se han visto reducidos así. ¿Y ahora que no tienes potencia viril? 
Ahora: ¿quién te ama, hijo? ¿Para qué sirves? Para apartar el rostro, asqueados, de ti. Las que antes te sonreían, ahora te asquean. ¿Y la mujer de tu juventud? ¿Dónde está? Esa mujer, no volverá. Es ahora tu meretriz, sobre la que tú también te asqueas. ¿Qué hay de vuestro amor enfocado según Dios? Hijo, si no te excitan las mujeres. ¿Para qué sirves? eso se ha pasado y, qué me traes ahora, al final de tus días: ¿una lista imparable de meretrices que te causaron placer? Un placer que no volverá. Se irá a la tumba contigo. Y con él, tu alma para siempre. 

Si queréis ayudar al hombre: vestíos dignamente. Si el hombre fuera puro, no tendría ningún movimiento de concupiscencia ante vosotras. Pero pensad que hasta hacéis caer a vuestros propios hijos. Extremad el pudor.

Es falso eso que tú has escuchado de otros maestros católicos: que cuando Adán dijo: “Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”, fue lo mismo que si dijera: “¡Qué buena está!”. ¡Falso! ¡Maestros falsos! ¡Falsos profetas! ¿Desde cuándo una mujer es para saciar vuestro apetito de bestias? ¿No habéis oído, hijos, que “en el principio, no fue así”? Y si estáis en mi Iglesia: ¿no lo estáis para seguir la Verdad? El Demonio le dijo a Eva: “Come, y te haré poderosa”. “Tu cuerpo tiene un poder que Dios ha querido ocultarte, para que no te haga como Él”.  Largo rato conversó la Serpiente con Eva, y aduló sus oídos, entregándose, por fin, a ella525. Y, borracha como lo estaba del fruto del árbol prohibido, fue a buscar a Adán, para culminarlo con él. Ella se arrepintió de entregarse a la Serpiente, y pensó que debía entregarse así, a su marido. Adán percibió algo raro, pero era nuevo ese despertar de los sentidos, y Eva le persuadía de que nada malo iba a pasar, que así “serían como dioses”, teniendo el poder en su cuerpo de dar vida y determinarlo a espaldas de Dios. Que a ella le había sido conferido un poder diferente ahora. Era otro paso por el que debían pasar, para que pudieran dominar el mundo juntos, con mayor perfección. A Dios no le importaría, porque les ama. Dios estaría de acuerdo. Ellos se habían hecho adultos, habían avanzado, dentro de los dones que Él les había dado y según su capacidad intelectual y la capacidad de su alma. Elegían eso. 

- “Pero está prohibido comer”, le contestó Adán. 
- “¡No! Sí se puede. Yo lo he hecho. Toma y prueba. Está delicioso. Yo siento ahora en mí algo que nunca antes había sentido. La dicha de nuestra unión, será ahora más plena, sin Dios delante. Tú y yo solos, Adán. El hombre, y la mujer. Lo único que Dios nos ha prevenido, por si no sabemos usar esto y nos hace mal. Pero no hace mal, Adán, yo lo he probado, y me siento nueva”. 
- “¿Te gusta, Eva?” 
- “Sí” 
- “¿Tú crees que será bueno para mí?” 
- “Sí”
- “Puesto que tú eres mi compañera, y Dios te ha dado para hacerme el bien, nada malo puedes darme. Acepto. Dame, y comeré”. 

En cuanto Adán probó, supo que no era bueno lo a él ofrecido, sino malo, porque su estado se vio reducido inmediatamente al de un animal, que, abalanzándose sobre Eva, la deshonró, manchándose ambos con las impurezas de la carne. Ambos se odiaron: el uno por persuadir al otro, y el otro por haber sido deshonrado por él. Se reprocharon ambos la caída.526 Y andaban separados, escondidos de Dios en el jardín del Edén. Escondidos de las criaturas, del reino animal. Habían descendido tan bajo como ellos, como las fieras a las que estaban llamados a dominar. Ahora, si les vieran así, toda la Creación se sublevaría contra ellos. La decadencia y degradación en el cuerpo humano y en las especies, vino progresivamente. Hubo hombres que se degradaron tanto, incluso en su físico, que terminaron parecidos a los monos. Para extinguirse. Hubo hombres que quisieron seguir fieles a Dios, luchando por superar la caída. Dios los buscaba.

¿Sabéis las mujeres cuándo recuperáis esa belleza y esa alegría? Cuando estáis en Mí. Mira el resplandor de todas mis consagradas. Y podrás ver la belleza femenina.
¡Dios mío! pero, ¿y las que no somos consagradas?
Vivid como si lo fuerais. Vivid para el Esposo, para poder donaros verdaderamente a vuestro esposo, y así hacerle dichoso. 

La mujer, actualmente, vive en una esclavitud de la belleza: “Si me tiñera el pelo, sería más bella”, “y si me comprara tal cosa”, “si consiguiera adelgazar, gustaría a los hombres, se fijarían en mí”, “y sí… y si…” Pero su belleza no está en eso. Tienen eso, y luego siempre necesitarán más. 
Jesús, planteas esto como una relación imposible entre hombre y mujer, según Dios, en nuestros días. 
Es que la belleza de la mujer no radica en lo físico, sino en el alma. Dame un alma bella, y te daré un cuerpo bello. Redundará en el cuerpo. 

Por eso: falsos profetas del matrimonio, los que predican que atéis a los hombres con lazos carnales, relativos a la concupiscencia de la carne. Predicar que ahondéis en la ruina del matrimonio no es salvarlo. Podéis adulterar sobre vuestra mujer, siempre que la miréis con ojos libidinosos. Aunque sea vuestra mujer, no os es lícito abusar de ella ni con el pensamiento. 
No se librará ni uno sólo.
¿Y ellas? 
Tampoco. 

No es cierto: hay matrimonios tales. Tú conoces unos cuantos. 
Son los matrimonios que viven su estado según Dios. 
Son los que viven en Gracia y frecuentan los Sacramentos. 
Son los que Yo he pasado a formar parte de esa unión. 
Son los que me han puesto a Mí como centro. 
Son, para los que Yo Soy el Esposo. Soy el Amigo. 
Son los matrimonios del trato constante y personal conmigo.
¿Queréis saber cuál es el gozo del cuerpo? Sentid antes el gozo del espíritu. 
Realmente, Jesús, el matrimonio es precioso.

Las enseñanzas de la Iglesia de todos los tiempos no están tan desacertadas como algunos creéis para los tiempos actuales. Todo lo relativo al pudor y a la forma de vestir de la mujer. Lo relativo al trato femenino y masculino. Las prevenciones que se tomaban… Hacían más fácil estar a cada uno en su sitio. La Iglesia nunca ha dicho que la sexualidad sea mala. Sólo es malo para el hombre la sexualidad mal enfocada. Trato carnal que se olvida de que somos cuerpo y alma. El acto conyugal es querido por Dios. Pero un acto en el que se puede poner a Dios en medio. Un acto digno de la persona humana. Adán y Eva, al arrepentirse, buscaron volver a poner a Dios como centro de esa unión. 

Mujeres: vestíos, para ayudar a los hombres a reencontrarse con vosotras. 
(Pienso en culturas como los indios o negritos, en las que las mujeres van desnudas) 
Y piensa qué cosa sea la mujer para ellos. Precisamente, van desnudas, porque la mujer no es nada para ellos. Piensa en el concubinato que tienen y en cómo las abandonan. Piensa en cómo trabajan para ellos, cómo las tienen en sus esclavas. Piensa cómo no se deben nada a ellas, cómo son utilizadas sólo para gozar. Es en el pueblo elegido y posteriormente en el cristianismo, donde Jesús vino a realzar la dignidad de la mujer. Y a devolverle su papel inicial. 

La mujer, puede creer que conquista a un hombre por los sentidos. El hombre puede dejar todo lo demás, atraído por ella. Pero cuando ya la ha gozado en todo lo posible, rápidamente la olvida y se irá tras otros encantos. No significa nada que un hombre sea atraído por vosotras por medio de esos encantos. No os ama por eso. Simplemente: os goza. 

523 Cfr. Jn 16,13. 
524 Cfr. Mt 19,10-12. 
525 Eva se entregó a la Serpiente. 
526 Cfr. Gn 3,12. 
  

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