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DEVOCIÓN-ROSARIO A LAS SANTAS Y GLORIOSAS LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. CONSAGRACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE.


Meditaciones sobre la Pasión. Veinticuatro horas de la Pasion de Nuestro Señor Jesucristo . Estaciones de la cruz, viacruz



Santas Llagas del Señor
y la Hna. María Marta Chambon, de la Visitación de Santa María


Algún autor ha escrito que la devoción a las Santas Llagas del Señor es tan antigua como la del Santo Crucifijo.


El Papa Juan XXIII escribió en su Diario: "Últimamente me siento movido, de una manera muy espontánea, a la veneración de las llagas de Jesús Crucificado. Es una ampliación de la veneración al Corazón de Jesús. Trataré de detenerme cada vez más en esto" (Diario Espiritual de Juan XXIII, 18-23 de junio de 1923, entonces Juan XXIII tenía solo 41 años y todavía no era Papa. Fue Papa entre 1958 y 1963).


Habiéndose presentado al Papa Pío XI el pequeño libro titulado "La Hna. María Marta Chambon y las Santas Llagas", el cardenal Gasparri, Secretario de Estado, escribía en nombre del Santo Padre el 18 de mayo de 1924: "Él (el Papa Pío XI) se ha regocijado con su lectura y desea de corazón que las virtudes y vida ejemplar de esta religiosa y verdadera sierva de Dios encuentren amplia difusión y sean conocidas en todas partes".


(Pio XI fue Papa entre 1922 y1939. Las citas anteriores, referidas al Diario Espiritual de Juan XXIII, y al Papa Pío XI, se han tomado del libro "María Marta Chambon, Apóstol de las Llagas del Señor", de Antonie Weiss, editado por Fundación María Mensajera, Zaragoza, 2003).


Hna. María Marta Chambon (1841-1907), de la Orden de la Visitación de Santa María, monasterio de Chambéry (Francia).

María Marta Chambón era hermana lega en el monasterio de la Orden de la Visitación de Santa María, en Chambéry (Francia). Entre otras tareas, atendía el comedor de las niñas, la limpieza de algunas clases, y cuidaba de la huerta. También asistía a los actos propios de la comunidad.
Nació en 1841 y entró en el convento a los 18 años. Desde 1866 se le manifestó el Señor en numerosas ocasiones. En septiembre de 1867 le dijo el Señor:

"Yo te he escogido para hacer revivir en los actuales tiempos, tan difíciles, la devoción a mis Santas Llagas".
ROSARIO DE LAS SANTAS LLAGAS

PROMESAS PARA QUIEN MEDITE Y PROPAGUE
LA DEVOCIÓN A LAS SANTAS Y GLORIOSAS LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Sor María Marta Chambón recibió estas promesas insuperables, desbordantes. Su vida en pleno siglo XX, es un preludio de las apariciones de la Virgen María en Fátima (Portugal) y por tanto, es una tabla de salvación que el Redentor nos ofrece, junto con la devoción a la Divina Misericordia.

1. Con cada palabra que se pronuncie en el Rosario de las Santas Llagas, dejaré que una gota de Mi Sangre caiga sobre el alma de un pecador.
2. Cada vez que se ofrezcan a Mi Padre los méritos de Mis Divinas Llagas, ganaréis una inmensa fortuna.
3. Las almas que hayan contemplado y honrado Mi Corona de espinas en la tierra, serán mi Corona de Gloria en el Cielo.
4. Concederé todo lo que se Me pida por medio de la invocación de Mis Santas Llagas. Todo lo obtendréis porque es a través de los méritos de mi Preciosísima Sangre, que es infinito. Con Mis Llagas y Mi Divino Corazón lo podéis obtener todo.
5. De mis Llagas proceden frutos de santidad. Como el oro purificado en el crisol se vuelve más hermoso, así pondréis vuestras almas y las de vuestros seres queridos en Mis Llagas Sagradas. Allí se perfeccionarán como el oro en el crisol. Siempre os podréis purificar en Mis Llagas.
6. Mis Llagas repararán las vuestras. Mis Llagas cubrirán todas vuestras faltas. Aquellos que las honren tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo. Meditando sobre ellas siempre encontraréis un Amor nuevo. Mis Llagas taparán todos vuestros pecados.
7. Meted vuestras acciones en Mis Llagas y serán de gran valor. Todas vuestras acciones, incluso la más pequeña, empapada en Mi Sangre, adquirirá sólo con ella un mérito infinito y complacerá a Mi Corazón.
8. Ofreciendo mis Llagas por la conversión de los pecadores, aunque los pecadores no se conviertan, tendréis los mismos méritos ante Dios que si lo hiciesen.
9. Cuando tengáis algún problema, algún sufrimiento, ponedlo rápidamente en Mis Llagas y el dolor será aliviado.
10. Esta aspiración deberá repetirse a menudo cerca de los enfermos; “Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de tus Santas Llagas”. Esta oración calmará el alma y el cuerpo.
11. Un pecador que diga la siguiente oración obtendrá la conversión: “Padre Eterno, os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para sanar las de nuestras almas”.
12. No habrá muerte para el alma que expire en Mis Llagas; ellas dan la verdadera vida.
13. Este Misterio es un cortafuegos de Mi Justicia; retiene Mi venganza.
14. Aquellos que recen con humildad y mediten sobre Mi Pasión, participarán un día en la Gloria de Mis Divinas Llagas.
15. Cuanto más contempléis Mis Dolorosas Llagas en esta Tierra, más alta será vuestra contemplación en el Cielo
16. El alma que en vida haya honrado las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo y las haya ofrecido al Padre Eterno por las almas del Purgatorio, estará acompañada en el momento de su muerte por la Santísima Virgen y los Ángeles; y Nuestro Señor en la Cruz, en Su esplendente Gloria, la recibirá y coronará.
17. Las invocaciones a las Santas Llagas obtendrán una incesante victoria para la Iglesia.

FORMA DE REZAR ESTE ROSARIO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición:
1.- Oh Jesús, Redentor Divino, sed misericordioso con nosotros y con el mundo entero. Amén
2.- Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, tened misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén
3.- ¡Perdón! ¡Misericordia, Jesús mío!; durante los presentes peligros cubridnos con vuestra preciosa sangre. Amén
4.- Padre Eterno, tened piedad y misericordia por la Sangre de Jesucristo vuestro Hijo único; tened piedad y misericordia de nosotros, os lo suplicamos. Amén, Amén, Amén.

En las cuentas grandes del Rosario:

En lugar del Padrenuestro, se reza la jaculatoria:
Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las llagas de nuestras almas.

En las cuentas pequeñas del Rosario: 

En lugar de las 10 Avemarías, se repite 10 veces la jaculatoria:
Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de Vuestras Santas Llagas.

Al terminar el Rosario se repite tres veces:
Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para sanar las de nuestras almas.


Oración a la Virgen Dolorosa

Oh Madre afligida, Oh corazón virginal desgarrado, por las llagas de tu hijo, dígnate admitir este pequeño recuerdo de sus sufrimientos en unión con lo que tu misma has padecido. Ofrezco este homenaje a tu hijo Jesús y por tu santa y poderosísima intercesión espero que mis oraciones y suplicas sean escuchadas por Él. Amén.
Se recomienda finalizar rezando tres Aves Marías


MEDITACIÓN DE CADA UNA
DE LAS SANTAS Y GLORIOSAS LLAGAS

Se recomiendan en cada uno de los misterios del Rosario.

Al estar de rodillas ante Vuestra sagrada imagen, oh Salvador mío, mi conciencia me dice que yo he sido él que os ha clavado en la cruz, con estas mis manos, todas las veces que he cometido un pecado mortal.
Dios mío, mi amor y mi todo, digno de toda alabanza y amor, viendo como tantas veces me has colmado de bendiciones, me pongo de rodillas, convencido de que aún puedo reparar mis injurias con que te he ofendido. Al menos te puedo compadecer, puedo darte gracias por todo lo que has hecho por mí. Perdóname, Señor mío. Por eso con el corazón y con los labios digo:

A LA LLAGA DEL PIE IZQUIERDO (8)

Santísima llaga del pie izquierdo de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir aquella pena dolorosa. Os doy gracias, oh Jesús de mi alma, porque habéis sufrido tan atroces dolores para detenerme en mi carrera al precipicio, desangrándote a causa de las punzantes espinas de mis pecados.
Ofrezco al Eterno Padre, la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad para resarcir mis pecados, que detesto con sincera contrición.

8. La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de pereza, omisión, faltas de caridad especialmente con los más pobres.

A LA LLAGA DEL PIE DERECHO (9)

Santísima llaga del pie derecho de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir tan dolorosa pena. Os doy gracias, oh Jesús de mi vida, por aquel amor que sufrió tan atroces dolores, derramando sangre para castigar mis deseos pecaminosos y andadas en pos del placer. Ofrezco al Eterno Padre, la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad, y le pido la gracia de llorar mis transgresiones y de perseverar en el camino del bien, cumpliendo fidelísimamente los mandamientos de Dios.
9 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de la envidia, celos, rivalidades y rencores.

A LA LLAGA DEL SACRATÍSIMO COSTADO (10)

Santísima llaga del Sacratísimo costado de mi Jesús, os adoro. Me duele, Jesús de mi vida, ver como sufristeis tan gran injuria. Os doy gracias, oh buen Jesús, por el amor que me tenéis, al permitir que os abrieran el costado, con una lanzada y así derramar la última gota de sangre, para redimirme.
Ofrezco al Eterno Padre esta afrenta y el amor de vuestra santísima Humanidad, para que mi alma pueda encontrar en vuestro Corazón traspasado un seguro refugio.
10 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de ira, avaricia y lujuria.

A LA LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA (11)

Santísima llaga de la mano izquierda de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir tan dolorosa pena. Os doy gracias, oh Jesús de mi vida, porque por vuestro amor me habéis librado a mí de sufrir la flagelación y la eterna condenación, que he merecido a causa de mis pecados.
Ofrezco al Eterno Padre, la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad y le suplico me ayude a hacer buen uso de mis fuerzas y de mi vida, para producir frutos dignos de la gloria y vida eterna y así desarmar la justa ira de Dios.

11 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de la gula, para que nos liberes de la glotonería, ansiedad y desenfreno al comer y beber, y nos libres sobre todo del alcoholismo.

A LA LLAGA DE LA MANO DERECHA (12)

Santísima llaga de la mano derecha de mi Jesús, os adoro. Me duele, buen Jesús, veros sufrir tan dolorosa pena. Os doy gracias, oh Jesús de mi vida, por haberme abrumado de beneficios y gracias, y eso a pesar de mi obstinación en el pecado.
Ofrezco al Eterno Padre la pena y el amor de vuestra santísima Humanidad y le suplico me ayude para hacer todo para mayor honra y gloria de Dios.
12 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de mentira, engaño y falsedad, por la ceguera espiritual que nos lleva a la hipocresía y al fraude.

A LA LLAGA DEL HOMBRO (13)

Oh amabilísimo Jesús, manso cordero de Dios, a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el peso de tu cruz, que abriendo vuestras carnes desnudó los huesos de vuestro hombro sagrado, de la cual vuestra madre dolorosa tanto se compadeció.
13 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de murmuración, crítica, calumnia, chisme, difamación y juicios temerarios.

A LA LLAGA DE LA CABEZA (14)

Señor mío crucificado adoro la llaga de tu santa cabeza por el dolor que en ellas sufriste, y la sangre que derramaste te ruego que me concedas constancia en servirte a ti y los demás. Así sea.

14 La ofrecemos por la sanación y liberación de los pecados de soberbia, desconfianza y temores, los cuales siguen penetrando hoy la cabeza de Cristo.


CONSAGRACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO



(Rezar diariamente meditando)
Consciente de mi nada y de tu sublimidad, misericordioso Salvador, me postro a tus pies, y te agradezco por la gracia que has mostrado hacia mí, ingrata creatura. Te agradezco especialmente por liberarme, mediante tu Sangre Preciosa, del poder destructor de Satanás. En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo patrono y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a tu preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno. Te prometo, con la ayuda de tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.
De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia tu Preciosa Sangre de Amor y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del precioso precio de su salvación.¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra ti, oh santa y preciosa sangre, pudieran ser borrados!. He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad y que perdones a todos los que te ofenden.¡Oh Divino Salvador! Rocíame a mí y a todos los hombres con tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, oh amor crucificado de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el precio de nuestra salvación!. Amén.

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