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SANTA Y SAGRADA EUCARISTIA


JESÚS NOS AMA Y ESTÁ ENTRE NOSOTROS.


Tenemos que amarle, Él nos espera todos los días que Le amemos, que abramos nuestro corazón y Le dejemos entrar. El desea que hablemos con Él, que vayamos al Sagrario, donde está presente en cuerpo y sangre, y Le contemos todo lo bueno y lo malo, nuestras preocupaciones, nuestras alegrías, nuestras peticiones, que le pidamos perdón y también le demos gracias por todo, incluso por nuestros sufrimientos; que Él los usa para purificar nuestras almas y ponernos a prueba de nuestro amor por Él. 
Y nosotros le pedimos que haga milagros? Qué mayor milagro hace todos los días en todas las Misas que se celebran por todo el mundo, el de la Transustanciación; cuando el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor:





  • Epíclesis

    Epíclesis

    El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.
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    Arrodillémonos cuando: 

    Se reza el Santo, Santo, Santo es el Señor.
    En la Consagración.
    Cuando Le recibamos en la Comunión.

    Es Dios, en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Porqué no Le adoramos y respetamos en esta forma? Acaso somos igual a Él para estar de pie y no mostrarle un Acto de Amor al arrodillarnos? Qué pena que muchos hermanos Sacerdotes no recuerden el arrodillarnos en éstos casos en la Santa Misa y expliquen los motivos (en el sermón por ejemplo), ya sé, dirán que la Santa Sede ha establecido unas normas. Pero Hermanos, ésto nos lo pide Jesús y María mismo. Hagámoslo no nos cuesta ningún trabajo y Él y Ella nos lo agradecerán mucho por ese Acto de Amor.



    10 consejos prácticos que te ayudarán a prepararte mejor para Comulgar

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    Para recibir la Eucaristía debemos prepararnos de la mejor manera posible. El éxito de un partido, depende de la preparación anterior; el éxito deportivo depende de la preparación, calentamiento, actitud mental y disciplina; un noviazgo amoroso y bueno, termina con un buen matrimonio, duradero y lleno de amor. Lo mismo aplica a una recepción ferviente y digna de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo en la Sagrada Comunión.
    Otra analogía es la de recibir a un invitado. Hay muchas maneras de recibir a alguien en nuestro hogar, aquí algunos ejemplos. Podrías recibir a un invitado en contra de tu voluntad, a veces debido a las circunstancias, porque no queda de otras. Puedes recibir al invitado con resistencia y de mala gana, o puedes hacerlo de buen agrado y con las puertas de tu casa abiertas. Más aún, puedes recibirlo preparándote desde la noche anterior, con gran alegría, para recibirlo  como alguien que quieres que se quede por largo tiempo y compartiendo una comida con él. Por último, si sabes que viene un invitado especial, limpias la casa el día anterior, preparas una comida y si es posible la que sabes que es la favorita de tu invitado; pones la música de fondo que a tu huésped le gusta escuchar, decoras tu hogar con globos y pancartas alegres. Son distintas formas de recibir a un invitado, desde el peor escenario hasta el mejor de todos.
    Esta analogía de recibir a un invitado, puede ser fácilmente aplicada a recibir a Jesús en nuestras almas. Examina tu consciencia: ¿Qué tipo de recepción le das al Señor Jesús cuando lo recibes en la casa de tu alma en la Sagrada Comunión?, ¿Cómo es recibido? Acepta el reto de examinar cómo recibes la Eucaristía ¿Por qué? Porque es la acción más importante que puedes hacer en tu vida. Por ello, TODOS debemos hacer un esfuerzo consciente por mejorar y actualizar la eficacia de la recepción de Cristo en la Eucaristía. Entonces ¿cómo podemos prepararnos de la mejor manera para recibir al Señor del Universo en lo más recóndito de nuestras almas? Aquí te damos diez sugerencias prácticas que pueden ser de gran ayuda:
    1. Fe.
    Que fácil es declinar nuestra fe, que se haga débil o incluso que desaparezca. Es triste decir que el mayor grupo de religiosos de EE.UU. son católicos “no practicantes”. Oremos con fervor: “Señor, creo, pero aumenta mi fe.” La fe es como una semilla plantada en el suelo. Permitamos que nuestra fe crezca, florezca y prospere hasta llegar a los cielos.
    2. Agradecimiento.
    En las relaciones, especialmente en los matrimonios, uno de los mayores peligros permanentes es dar al cónyuge por sentado, eso puede ser letal para el matrimonio. Lo mismo puede suceder en nuestra relación con el Señor en la Eucaristía: podemos acostumbrarnos a la Misa y a la Santa Comunión diaria, y empezar a dar al Señor por sentado. En el Diario de la Misericordia de Santa Faustina, Jesús se queja de que hay almas que lo reciben sin amor como si fuera un mero objeto. Jesús declara que Él prefiere no ser recibido, a ser recibido como un mero objeto y por mera rutina, mecánicamente. Hay letreros con estas palabras en muchas sacristías, que sirven como un recordatorio a los sacerdotes para celebrar cada misa con fe y fervor: “Sacerdote, hombre de Dios, celebra esta Misa como si fuera tu primera Misa, tu última Misa y tu única Misa.”Deberíamos recibir cada Comunión como si fuera nuestra primera, nuestra última, y nuestra única Comunión.
    3. Limpiar la casa.
    Hacer una buena confesión sacramental. Los Santos y la Iglesia nos enseñan que mientras más limpia y pura esté el alma, más abundantes son las gracias que se reciben con la Santa Comunión. Un cristal sucio impide que el sol entre totalmente en la habitación, del mismo modo, un alma sucia o manchada bloquea la completa presencia del Señor Eucarístico inundando el alma.
    4. Llega temprano.
    Dudo que vayamos tarde al último juego de la Serie Mundial, o nuestra ceremonia de graduación, o a una cara y exquisita cena en un costoso restaurante. ¿No deberíamos entonces llegar temprano para recibir al Rey de Reyes y Señor de Señores en nuestros corazones?, ¿Qué piensas? Llegar tarde a Misa perturba a los demás, perturba al sacerdote y disminuye nuestra propia participación en la Misa.
    5. Reverencia:
    A Moisés le fue ordenado quitarse sus sandalias ante el arbusto ardiente, y ese era un mero símbolo de la presencia de Eucarística. Isaías se quejaba de que él era impuro entre los impuros y que sus labios debían ser purificados con brasa ardiente. ¿Cuánta mayor reverencia debemos mostrar en frente de la Presencia Real de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía? ¡No es un símbolo, ES UNA PERSONA REAL! Si un  rey terrenal amerita la mayor reverencia y respeto, ¿Cómo debe ser con el Rey del Universo presente en la Eucaristía?
    6. Intenciones.
    El Párroco por lo general tiene sus intensiones específicas en cada misa. Esto no quiere decir que no puedas tener tus propias intenciones privadas. Tres sugerencias para ayudarte a vivir una misa más intensamente:
    •   Ofrece la Misa por una persona fallecida que quizá esté en el Purgatorio, para su rápida liberación o al menos el alivio de su sufrimiento.
    •   Conversión de los pecadores. Todos tenemos en mente miembros de nuestras familias, parientes, amigos, compañeros de trabajo que parecen haberse olvidado de Dios, o que están molestos con Dios, y que por diferentes razones se han apartado de la Iglesia. Ofrece tu Santa Misa y tu Sagrada Comunión para que regresen. Estas ovejas perdidas pueden retornar a Jesús, el Buen Pastor, si haces el esfuerzo de rezar por ellos y colocarlos en el altar de la Santa Misa.
    •   La conversión personal. Todos luchamos con nuestra carne; todos luchamos con nuestros propios demonios; todos peleamos con la seducción del mundo y sus engañosas y atractivas tentaciones. En la Santa Comunión, pidamos al Señor Jesús que nos otorgue la gracia de un verdadero trasplante de corazón. De hecho, recibes el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Eso significa que lo recibes completamente, y eso incluye su corazón. Pídele a Jesús que te otorgue su Sagrado Corazón, y que las desbordantes llamas de amor que lo envuelven, consuman todo lo que esté en tu corazón que desagrade a Dios. La Comunión ferviente y frecuente es el atajo a la santidad.
    7. Participa.
    En la misa no estamos llamados a ser observadores pasivos, como si fuera una obra de teatro, un espectáculo o una ópera. Por el contrario, somos llamados a participar plenamente, de forma activa y consciente. (Vaticano II, Sacrosantum Concilium, Constitución dogmática sobre la Liturgia) estamos llamados a escuchar atentamente la Palabra de Dios, responder a la Palabra y cantar con todo nuestro corazón en alabanza y adoración al Señor. Y en los momentos que se nos invita al silencio, recordemos que es en el silencio profundo en donde nos encontramos con Dios. Como el profeta, recuerda: “Haz silencio y reconoce que yo soy el Señor”.
    8. El corazón de María y el tuyo.
    Al acercarse la Sagrada Comunión debemos humildemente pedir a la Santísima Virgen María, como nos recuerda la Beata Madre Teresa de Calcuta, que nos preste su Inmaculado Corazón, para que así podamos recibir a Jesús con la máxima pureza, humildad y amor ardiente. Esa es la verdadera clave para actualizar y mejorar nuestras comuniones, recibir la Sagrada Comunión a través del corazón de María.
    San Juan Pablo II, hace un hermoso paralelo, al comparar el “Sí” o “fiat” de la Virgen María en la Anunciación, con nuestro “Amén” cuando recibimos a Jesús en la Sagrada Comunión. El resultado es el mismo: recibir a Jesús en nuestros corazones. El “Sí” de Nuestra Señora, resultó en la concepción de Jesús en su seno. Nuestro “Amén” en la Eucaristía, resulta en la presencia de Jesús echando raíces en nuestro corazón, mente y alma.
    9. Acción de gracias
    Después de la Santa Comunión debemos pasar un tiempo dando las gracias a Jesús por ese gran don: su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Sagrada Comunión. ¡No hay mayor regalo! En una visita a un hogar y a una comida agradable, el huésped que tiene algo de modales, da las gracias a sus anfitriones por invitarlo. ¿No deberíamos abundar en agradecimiento hacia Jesús por humillarse y descender a nuestra mísera casa interior que es nuestra alma? Unamos nuestros corazones, mentes y voces con el salmista, aclamando: “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque para siempre es su misericordia”. De hecho, Dios se regocija en un corazón agradecido. ¡Cultivemos esa gratitud!
    10. Conviértete en un Apóstol Eucarístico
    Teniendo en cuenta que te has encontrado el más grande tesoro de tu vida, la perla de infinito valor ¡Debes sentirte completamente motivado a llevar a Jesús a los demás y traer a otros a Jesús! ¡Toma a Nuestra Señora como un ejemplo! Después de concebir a Jesús en su seno, en la Anunciación, fue de prisa a llevar a Jesús a su prima Isabel, quien estaba embarazada en su vejez. María se apresuró a llevar a Jesús a los demás.
    Después de que has recibido a Jesús en la Sagrada Comunión y le has dado una digna acción de gracias, es momento de convertirte en un ferviente apóstol, y llevar al Señor Jesús a otros. Predica con tu ejemplo y también con tus palabras. Invita a otros a la Iglesia, a la confesión, a la Misa y a la Sagrada Comunión. ¡Conviértete en un misionero! La mies es mucha y los obreros pocos. Ahora eres llamado a trabajar en la viña junto al Señor; eres llamado a pescar con Él para salvar almas. Una de las herramientas más eficaces para salvar almas es ayudar a la oveja descarriada, a los católicos apartados de la Iglesia, a regresar a ella, a hacer una buena Confesión Sacramental y luego recibir al Señor Jesús en la Sagrada Comunión.
    El Venerable Arzobispo Fulton Sheen lo expresó de esta manera: “¡Primero vengan y después vayan!”, primero debemos ir a recibir a Jesús con gran fervor, fe y amor; y luego debemos ir por todo el mundo, llevando esta buena noticia de salvación a todos los seres vivos.
    En conclusión, debemos estar desbordantes de alegría y gratitud por el regalo más sublime, la Santa Eucaristía, que es substancialmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad del Señor Jesús. No hay una acción más grande que podamos hacer en nuestra vida terrena, que recibir dignamente la Eucaristía. La promesa que Jesús nos hace al recibirlo frecuente y dignamente debe llenarnos de alegría y esperanza. Jesús nos consuela con estas palabras: “Yo soy el pan de la vida… El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tendrá vida eterna y yo lo resucitaré el último día” (Discurso del Pan de la Vida: Juan 6,22-71) ¡El cielo es nuestro si aquí en la tierra recibimos a Jesús con fe y amor!.

    COMULGA DE RODILLAS Y EN LA BOCA. ES LO QUE QUIERE NUESTRO SEÑOR. COMPARTELO.

    01-05-2017 
    Mensaje urgente para España. 
    Especial para los Sacerdotes.
    También que, dado que “a la Eucaristía cada vez se le da menos importancia”,[3] y ya estáis en el proceso de la Abominación, hagáis fuerza para detenerlo, allá donde podáis. Para ello: quiero la Comunión en la boca y de rodillas. Quiero esto.
    Díselo a vuestros obispos. Has de decirlo.
    Esto es para frenar la Abominación de la Desolación en vuestros Templos.
    Quiero menos folklore y más oración devota y recogida.
    No quiero que vengáis a mis Templos a festejar cómo me estáis profanando.
    Quiero que vengáis a reparar vuestra profanación primero, y luego la de otros.
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    10-12-2011

    Jesús: Necesito almas consoladoras del Sagrario, de la Eucaristía, ¡¡pero también almas que lleven la Eucaristía a los demás!! Almas eucarísticas.
    Pensad que aquí, a la Custodia, no va a venir nadie, si no le habláis de ella. Yo aquí rescato. Pero no vienen a Mí. No vienen a pedir a ser rescatados.
    Es éste mi mayor anhelo y lo que Yo os pido y Yo necesito: almas que me lleven a los demás, almas que le hablen de la Eucaristía, almas eucarísticas.
    Amada, amados, cuántas catequesis, cuántas reuniones y cuántas programaciones en vuestras Parroquias, ¡y que poca vida eucarística!
    Así, continuáis con vuestra misma vida de placeres, de comodidades e incluso de pecados. Y no estáis dispuestos a dar la vida por nadie. Mucho menos por vuestro Maestro.
    Dejad todas esas organizaciones y venid, aunque sólo sea un rato pequeño al día, a estar postrados delante del Sagrario. Veríais cómo vuestros horizontes cambiarían, y veríais resurgir la Vida Nueva en vuestras Parroquias. Ni tan siquiera moviéndoos de allí. Ni tan siquiera haber empezado a poner en práctica ese plan maravilloso largamente trabajado.
    Esos planes son como papel que va a la basura, no sirven de nada sin vida eucarística.
    Veríais vuestras Parroquias renovar. Veríais vuestras Asociaciones, vuestros Grupos, Movimientos, florecer. Porque Yo les enviaría almas. Les enviaría vocaciones si fuérais almas eucarísticas. Veríais a vuestro Dios saciar la sed de vosotros. Daríais de beber a vuestro Dios.
    Mi corazón, se encontraría consolado, y mis ansias de amor serían satisfechas.
    A aquellas Comunidades donde se viva esto, Yo les prometo florecer.

    Nueva Evangelización
    «La Eucaristía es la manera más corta y más rápida para llegar al cielo»

    10 consejos para enamorarte de la Eucaristía y conocer las gracias de las que hablaban los santos


        
    Los santos comparten entre sí, entre otras cosas, un amor intenso a la Eucaristía, donde Cristo se hace presente. Y muchos de ellos han dejado escritos bellísimos sobre la comunión y la gran importancia que tenía para sus vidas.

    “La Sagrada Eucaristía es la manera más corta y más rápida para llegar al cielo”,afirmaba San Pío X. O San Maximiliano Kolbe, que aseguraba que “si los Ángeles pudieran envidiar al hombre, lo harían por una sola razón: la Sagrada Eucaristía”. También Santa Teresa de Calcuta decía que “cuando observas el Crucifijo, puedes entender lo mucho que te amó Jesús en ese momento. Cuando miras la Sagrada Hostia, entiendes cuanto te ama Jesús en este momento".

    Las gracias de la Eucaristía son enormes y numerosas. ¿Realmente las sabemos valorar? ¿Las aprovechamos? ¿Somos conscientes de ellas?

    En un reportaje en Catholic Exchange, adaptado al español por Píldoras de Fe, el sacerdote Ed Broom, da diez claves para ayudar a obtener estas joyas presentes en la Eucaristía, llenas de gracias y bendiciones:

    1.- La Santa Misa y la Santa Comunión de su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
    Implora al Señor una gran fe en el sublime misterio de la Santa Eucaristía. Que podamos decir como el Apóstol Santo Tomas: "Señor mío y Dios mío". También podemos orar como el hombre del evangelio: "Señor, creo, pero aumenta mi fe".


    2.- Visita al Santísimo
    Haz un hábito de ir a visitar al Santísimo Sacramento tan frecuentemente como te sea posible. Cada vez que veo un templo, trato de entrar a visitarlo para que cuando yo muera y vaya a su Presencia, el Señor no me mire y diga: "¿Quién eres? No te conozco".

    En una amistad verdadera, los amigos charlan frecuentemente y disfrutan de su compañía. De esa manera debemos hacerlo también con nuestro Amigo, cuando lo visitamos y le hablamos en el Santísimo.

    3.- Comunión Espiritual
    Alfonso María de Ligorio y posteriormente el Papa Benedicto XVI en su documento de exhortación apostólica sobre la Eucaristía Sacramentum Caritatis; recomendaron la práctica frecuente de la Comunión Espiritual.

    Puede hacerse de una manera muy simple y tan frecuentemente como tu corazón lo desee. Puedes hacerlo con una oración muy sencilla como esta:

    "Mi Señor Jesús, creo que estás real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento dentro del Tabernáculo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. En este momento no puedo recibirte sacramentalmente, pero ven por lo menos espiritualmente a mi corazón".

    Entonces recíbelo en tu corazón y agradece, adora y ama a tu Señor que ha llegado espiritualmente a tu alma. Esto puede enardecer tu amor por Jesús Sacramentado.

    4.- Meditar el Capítulo 6 del Evangelio de San Juan
    El Evangelio de Juan capítulo 6 contiene tres partes: Jesús multiplica los panes, camina sobre las aguas y ofrece un discurso sublime relacionado a la Eucaristía; que en realidad se trata de una profecía a cerca de la Eucaristía.

    Se conoce mejor como el discurso del "Pan de Vida" que Jesús nos promete. Aquí mismo es en donde Jesús declara en términos nada confusos, que nuestra salvación inmortal depende de que comamos Su Cuerpo y bebamos Su Sangre; lo que obviamente se refiere a la Sagrada Comunión. Recomiendo que leas y medites este poderoso capítulo evangélico. 

    5.- Los Quince Minutos
    Hace algunos años se hizo la publicación de un pequeño folleto llamado "Los quince minutos en compañía de Jesús Sacramentado". Es una pequeña joya que nos anima a iniciar un pequeño pero profundo diálogo con Él.

    Básicamente, Jesús quiere ser nuestro mejor Amigo y nos reta a que le abramos nuestro corazón y le contemos nuestros secretos, ya que solo Él puede comprendernos y sanarnos. Lee y ora este escrito si es posible, frente al Santísimo Sacramento.


    6.- La Hora Santa
    Puedes hacer el hábito de pasar una hora diaria frente al Santísimo Sacramento, ello transformará tu vida si perseveras en esta práctica.

    El gran siervo de Dios, el Arzobispo Fulton J. Sheen que practicó diariamente la Hora Santa por quince años,  la llamaba LA HORA PODEROSA.

    7.- Adornar y embellecer los Templos y la Eucaristía
    Una mujer derramó su costoso perfume de nardo en los pies de Jesús, ella lloró y sus lágrimas rodaron en los pies de Jesús; al final, ella secó las lágrimas con su cabello (Lucas 7,36-50).

    El Arzobispo Fulton J. Sheen hacía hincapié de que este gesto simbólico de amor y atención debemos manifestarlo también en la manera en que adornamos, embellecemos y procuramos la belleza en las Iglesias, Templos y Tabernáculos donde mora Jesús.

    Conocido por su espíritu de penitencia, ayuno y sacrificio, el Cura de Ars viajaba largas distancias y gastaba grandes sumas de dinero en comprar solo lo mejor para su pequeña Iglesia. ¿Por qué? Por la simple razón de que Jesús es el Rey de Reyes y Señor de Señores, y aun así se digna morar en el Tabernáculo y descender de los Cielos en las manos del sacerdote en cada Hostia consagrada. "¡Venid y Adoremos!"

    8.- La Santa Misa y la Santa Eucaristía
    Por supuesto que la mejor acción en todo el universo es la celebración del Santo Sacrificio de la Misa. El mejor gesto que cualquier ser humano puede hacer es asistir a Misa y recibir la Santa Comunión con fe, devoción, veneración y especialmente con gran amor.

    Cuando te sea posible, asiste a Misa diario. Llega a tiempo para prepararte. Ofrece tus intenciones privadas. Participa activa y conscientemente en la Santa Misa. Y recibe la Sagrada Comunión como si fuera la primera vez, la última vez y la única vez. Muéstrate muy agradecido por tu fe en este sublime y majestuoso misterio.


    No corras para irte al terminar la Misa; a su vez, dedica un tiempo para dar abundantes gracias a Jesús por tan hermoso regalo. De hecho, la palabra proviene del griego εὐχαριστία, eucharistía, que significa "acción de gracias"
    ¡Que inconmensurable regalo, que se recibe gratis, sin costo alguno! La única condición para su provecho es tener una gran fe y el corazón lleno de amor para recibir a Jesús, el Amor de los Amores.

    9.- Los A.C.T.OS
    Recuerda que los cuatro principales motivos para celebrar el Santo Sacrificio de la misa son los A.C.T.OS que se mencionan a continuación:

    A - Adoración.
    El principal propósito de la Santa Misa es ofrecer una adoración a Dios Padre, ofreciendo a Jesús como Víctima, con el poder el Espíritu Santo.

    C - Contrición.
    Nuestros corazones deben estar contritos y humildes para arrepentirse de todos los pecados cometidos.
    Es una gran práctica el ofrecer la Misa y Comunión en reparación por nuestros pecados, los pecados de nuestra familia y los del mundo entero
    "Por su dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero".

    T - Tiempo para dar gracias.
    Todo lo que tenemos en nuestra vida, con excepción de nuestros pecados, es gracia y regalo de Dios.
    Por lo tanto, debemos estar agradecidos y expresar con abundancia el agradecimiento del corazón. Con el Salmo oremos:
    "Da gracias a Dios porque Él es bueno; su amor perdura para siempre"

    OS - Oración y Súplica.
    Debemos ofrecer nuestra oración y súplica para interceder incesantemente por todas las necesidades del mundo, la Iglesia, la conversión de los pecadores, los enfermos, los moribundos, las necesidades personales y familiares, las almas del Purgatorio y tantas cosas más.

    10.- Ser misionero eucarístico
    Una vez que María recibió a Jesús en la Anunciación, se dispuso rápidamente a ir y llevarlo con su prima Isabel. De la misma manera, debemos llevar a Jesús con otros y otros a Jesús.

    Esto lo podemos lograr en una manera muy concreta, al alentar a las ovejas pérdidas a regresar al rebaño. Desafortunadamente son tantas, que el segundo grupo religioso más grande de Estados Unidos está integrado por Católicos no practicantes.

    Encuentra el tiempo, la forma y la iniciativa para invitar a las almas de regreso a la Iglesia. Ojalá, él o ella realice una buena confesión y regrese a recibir el Santo Sacramento en unión amorosa con Dios Padre, a semejanza del hijo pródigo. Todo se puede lograr si tienes fe en que Dios tendrá el control mientras que tú tengas la iniciativa para recibirlos de nuevo.

    Cardenal Sarah: La Comunión generalizada en la mano es parte del ataque de Satanás contra la Eucaristía

    P. Lawrence Lew, OP / Flickr
    Diane Montagna

    NOTICIAS IGLESIA CATÓLICA Jue 22 de feb, 2018 - 10:46 a.m. EST
    ROMA, 22 de febrero de 2018 ( LifeSiteNews ) - El jefe del departamento del Vaticano que supervisa la liturgia está convocando a los fieles católicos a volver a recibir la Sagrada Comunión en la lengua y arrodillarse.
    En el prefacio de un nuevo libro sobre el tema, el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, escribe: "El ataque diabólico más insidioso consiste en tratar de extinguir la fe en la Eucaristía, sembrando errores y fomentando una forma inadecuada de recibiéndolo Verdaderamente la guerra entre Miguel y sus Ángeles por un lado, y Lucifer por el otro, continúa en los corazones de los fieles ".
    "El objetivo de Satanás es el sacrificio de la Misa y la presencia real de Jesús en la hostia consagrada", dijo.
    El nuevo libro, de Don Federico Bortoli, fue lanzado en italiano bajo el título: "La distribución de la Comunión en la mano: un estudio histórico, jurídico y pastoral" [ La distribución de la comunidad sulla mano. Profili storici, giuridici e pastorali ].
    Recordando el centenario de las apariciones de Fátima, Sara escribe que el Ángel de la Paz que se apareció a los tres pastores antes de la visita de la Santísima Virgen "nos muestra cómo debemos recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo". Su Eminencia luego identifica los ultrajes por los cuales Jesús se ofende hoy en la Sagrada Eucaristía, incluida la llamada ' intercomunión ' ".
    Sarah continúa considerando cómo la fe en la Presencia Real "puede influenciar la manera en que recibimos la Comunión, y viceversa", y propone al Papa Juan Pablo II y a la Madre Teresa como dos santos modernos que Dios nos ha dado para imitar en su reverencia y recepción de la Sagrada Eucaristía.
    "¿Por qué insistimos en recibir la Comunión de pie y en la mano?", Pregunta el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino. La manera en que se distribuye y recibe la Sagrada Eucaristía, escribe, "es una pregunta importante sobre la cual la Iglesia de hoy debe reflexionar".
    A continuación, con el amable permiso de La Nuova Bussola,  donde se publicó por primera vez el prólogo  , ofrecemos a nuestros lectores una traducción de LifeSiteNews de varios extractos clave del texto del Cardenal Sarah.  
    ***
    La Providencia, que dispone todo sabia y dulcemente, nos ha ofrecido el libro The Distribution of Communion en la mano, por Federico Bortoli, justo después de haber celebrado el centenario de las apariciones de Fátima. Antes de la aparición de la Virgen María, en la primavera de 1916, el Ángel de la Paz se apareció a Lucía, Jacinta y Francisco, y les dijo: "No tengan miedo, yo soy el Ángel de la Paz". Reza conmigo ". (...) En la primavera de 1916, en la tercera aparición del Ángel, los niños se dieron cuenta de que el Ángel, que siempre era el mismo, sostenía en su mano izquierda un cáliz sobre el cual estaba el anfitrión. suspendido. (...) Dio la Santa Hostia a Lucía, y la Sangre del cáliz a Jacinta y Francisco, quienes permanecieron de rodillas, diciendo: "Tomen y beban el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajados por hombres ingratos. Reparen sus crímenes y consuelen a su Dios. "El Ángel se postró de nuevo en el suelo,
    El Ángel de la Paz, por lo tanto, nos muestra cómo debemos recibirel Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. La oración de reparación dictada por el Ángel, por desgracia, no es nada obsoleta. Pero, ¿cuáles son los ultrajes que recibe Jesús en la Santa Hostia, para lo cual tenemos que reparar? En primer lugar, están los ultrajes contra el sacramento mismo: las horribles profanaciones, de las que algunos ex conversos satanistas han informado y ofrecen descripciones horripilantes. Las Comuniones sacrificadas, no recibidas en el estado de la gracia de Dios, o no profesando la fe católica (me refiero a ciertas formas de la llamada "intercomunión"), también son ultrajes. En segundo lugar, todo lo que podría evitar la fecundidad del Sacramento, especialmente los errores sembrados en la mente de los fieles para que ya no crean en la Eucaristía, es un ultraje para Nuestro Señor.
    Por supuesto, Jesús sufre por las almas de aquellos que lo profanany por quienes derramó la Sangre que desprecian tan miserable y cruelmente. Pero Jesús sufre más cuando el don extraordinario de su Presencia Eucarística divina-humana no puede traer sus efectos potenciales a las almas de los creyentes. Y así podemos entender que el ataque diabólico más insidioso consiste en tratar de extinguir la fe en la Eucaristía, sembrando errores y fomentando una forma inadecuada de recibirlo. Verdaderamente la guerra entre Miguel y sus Ángeles por un lado, y lucifer por otro, continúa en los corazones de los fieles: el objetivo de Satanás es el sacrificio de la Misa y la presencia real de Jesús en la hostia consagrada. Este intento de robo sigue dos pistas: la primera es la reducción del concepto de "presencia real".
    Veamos ahora cómo la fe en la presencia realpuede influir en la forma en que recibimos la Comunión, y viceversa. Recibir Comunión en la mano sin duda implica una gran dispersión de fragmentos. Por el contrario, la atención a las migas más pequeñas, el cuidado en purificar los vasos sagrados, no tocar la Hostia con las manos sudorosas, todo se convierte en profesiones de fe en la presencia real de Jesús, incluso en las partes más pequeñas de las especies consagradas: si Jesús es la sustancia del pan eucarístico, y si las dimensiones de los fragmentos son solo accidentes del pan, ¡es de poca importancia cuán grande o pequeña es una pieza de la hostia! ¡La sustancia es lo mismo! ¡Es él! Por el contrario, la falta de atención a los fragmentos nos hace perder de vista el dogma. Poco a poco, el pensamiento puede prevalecer gradualmente: "Si incluso el párroco no presta atención a los fragmentos,
    La segunda pista en la que se ejecuta el ataque contra la Eucaristía es el intento de eliminar el sentido de lo sagrado de los corazones de los fieles. (...) Mientras que el término "transubstanciación" nos señala la realidad de la presencia, el sentido de lo sagrado nos permite vislumbrar su unicidad y santidad absolutas. ¡Qué desgracia sería perder el sentido de lo sagrado precisamente en lo más sagrado! ¿Y cómo es posible? Al recibir comida especial de la misma manera que la comida ordinaria. (...)
    La liturgia se compone de muchos pequeños rituales y gestos , cada uno de ellos es capaz de expresar estas actitudes llenas de amor, respeto filial y adoración hacia Dios. Precisamente por eso es apropiado promover la belleza, la idoneidad y el valor pastoral de una práctica desarrollada durante la larga vida y tradición de la Iglesia, es decir, el acto de recibir la Sagrada Comunión en la lengua y arrodillarse. La grandeza y la nobleza del hombre, así como la máxima expresión de su amor por su Creador, consiste en arrodillarse ante Dios. Jesús mismo oró de rodillas en presencia del Padre. (...)
    En este sentido, me gustaría proponer el ejemplo de dos grandes santos de nuestro tiempo:San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta. Toda la vida de Karol Wojtyla estuvo marcada por un profundo respeto por la Sagrada Eucaristía. (...) A pesar de estar exhausto y sin fuerzas (...) siempre se arrodillaba ante el Santísimo Sacramento. No pudo arrodillarse y ponerse de pie solo. Necesitaba que otros doblaran sus rodillas y se levantaran. Hasta sus últimos días, quiso ofrecernos un gran testimonio de reverencia por el Santísimo Sacramento. ¿Por qué estamos tan orgullosos e insensibles a las señales que Dios mismo nos ofrece para nuestro crecimiento espiritual y nuestra relación íntima con Él? ¿Por qué no nos arrodillamos para recibir la Sagrada Comunión según el ejemplo de los santos? ¿Es realmente tan humillante inclinarse y permanecer arrodillado ante el Señor Jesucristo? Y, sin embargo, "aunque estaba en la forma de Dios, [...] se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte,
    Santa Madre Teresa de Calcuta , una religiosa excepcional que nadie se atrevería a considerar como tradicionalista, fundamentalista o extremista, cuya fe, santidad y entrega total de sí mismo a Dios y los pobres son conocidos por todos, tenía un respeto y un culto absoluto. el divino Cuerpo de Jesucristo Ciertamente, ella tocaba diariamente la "carne" de Cristo en los cuerpos deteriorados y sufrientes de los más pobres entre los pobres. Y, sin embargo, llena de asombro y veneración respetuosa, la Madre Teresa se abstuvo de tocar el cuerpo de Cristo transubstanciado. En cambio, ella lo adoró y lo contempló en silencio, se mantuvo al final de rodillas y se postró ante Jesús en la Eucaristía. Además, ella recibió la Sagrada Comunión en su boca, como un niño que humildemente se dejó alimentar por su Dios.
    La santa se entristeció y dolió cuando vio a los cristianos recibiendo la Sagrada Comunión en sus manos. Además, dijo que, por lo que ella sabía, todas sus hermanas recibían la Comunión solo en la lengua. ¿No es esta la exhortación que Dios mismo nos dirige? "Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto. Abre la boca y la llenaré "? (Sal 81:10)
    ¿Por qué insistimos en recibir la comunión de pie y en la mano? ¿Por qué esta actitud de falta de sumisión a los signos de Dios? Que ningún sacerdote se atreva a imponer su autoridad en este asunto rechazando o maltratando a aquellos que desean recibir la Comunión arrodillados y en la lengua. Vayamos como niños y recibamos humildemente el Cuerpo de Cristo de rodillas y en nuestra lengua. Los santos nos dan el ejemplo. ¡Son los modelos a imitar que Dios nos ofrece!
    Pero, ¿cómo puede ser tan común la práctica de recibir la Eucaristía en la mano? La respuesta se nos da, y cuenta con el respaldo de documentación nunca antes publicada que es extraordinaria en su calidad y volumen, por Don Bortoli. Fue un proceso que fue todo menos claro, una transición de lo que la instrucción Memoriale Dominiconcedido, a lo que es una práctica tan extendida hoy (...) Desafortunadamente, como en el lenguaje latino, también con una reforma litúrgica que debería haber sido homogénea con los ritos anteriores, una concesión especial se ha convertido en el picklock para forzar y vaciar la caja fuerte de los tesoros litúrgicos de la Iglesia. El Señor conduce los senderos correctos (ver Wis. 10:10), no por subterfugios. Por lo tanto, además de las motivaciones teológicas mostradas arriba, también la forma en que la práctica de la Comunión en la mano se ha extendido parece haber sido impuesta no según los caminos de Dios.
    Que este libro aliente a los sacerdotes y fielesquienes, movidos también por el ejemplo de Benedicto XVI -que en los últimos años de su pontificado querían distribuir la Eucaristía en la boca y arrodillarse- desean administrar o recibir la Eucaristía de esta última manera, que es mucho más adecuada para el Sacramento sí mismo. Espero que pueda haber un redescubrimiento y promoción de la belleza y el valor pastoral de este método. En mi opinión y juicio, esta es una pregunta importante sobre la cual la Iglesia de hoy debe reflejar. Este es otro acto de adoración y amor que cada uno de nosotros puede ofrecer a Jesucristo. Estoy muy contento de ver a tantos jóvenes que eligen recibir a nuestro Señor tan reverentemente de rodillas y en sus lenguas. Mayo p. El trabajo de Bortoli fomenta un replanteamiento general sobre la forma en que se distribuye la Sagrada Comunión. Como dije al principio de este prefacio,
    * Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
    Traducción de Diane Montagna




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