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lunes, 7 de abril de 2014

JEREMIAS


Jeremías 14 
1 Palabra de Yahveh a Jeremías, a propósito de la sequía. 
2 Judá está de luto, y sus ciudades lánguidas: están sórdidas de tierra, 
y sube el alarido de Jerusalén. 
3 Sus nobles mandaban a los pequeños por agua: llegaban a los aljibes 
y no la encontraban; volvían con sus cántaros vacíos. Quedaban 
confundidos y avergonzados y se cubrían la cabeza. 
4 El suelo está consternado por no haber lluvia en la tierra. Confusos 
andan los labriegos, se han cubierto la cabeza. 
5 Hasta la cierva en el campo parió y abandonó, porque no había 
césped. 
6 Los onagros se paraban sobre los calveros, aspiraban el aire como 
chacales, tenían los ojos consumidos por falta de hierba. 
7 Aunque nuestras culpas atesten contra nosotros, Yahveh, obra por 
amor de tu Nombre. Cierto, son muchas nuestras apostasías, contra ti hemos 
pecado. 
8 ¡Oh esperanza de Israel, Yahveh, Salvador suyo en tiempo de 
angustia! ¿Por qué has de ser cual forastero en la tierra, o cual viajero que 
se tumba para hacer noche? 
9 ¿Por qué has de ser como un pasmado, como un valiente incapaz de 
ayudar? Pues tú estás entre nosotros, Yahveh, y por tu Nombre se nos 
llama, ¡no te deshagas de nosotros! 
10 Así dice Yahveh de este pueblo: ¡Cómo les gusta vagabundear!, no 
contienen sus pies. Pero Yahveh no se complace en ellos: ahora se va a 
acordar de su culpa y a castigar su pecado. 
11 Y me dijo Yahveh: «No intercedas en pro de este pueblo. 
12 Así ayunen, no escucharé su clamoreo; y así levanten holocausto y 
ofrenda, no me complacerán; sino que con espada, con hambre y con peste 
voy a acabarlos.» 
13 Dije yo: «¡Ah, Señor Yahveh! Pues he aquí que los profetas están 
diciéndoles: No veréis espada, ni tendréis hambre, sino que voy a daros paz 
segura en este lugar.» 
14 Y me dijo Yahveh: «Mentira profetizan esos profetas en mi 
nombre. Yo no les he enviado ni dado instrucciones, ni les he hablado. 
Visión mentirosa, augurio fútil y delirio de sus corazones os dan por 
profecía. 
15 Por tanto, así dice Yahveh: Tocante a los profetas que profetizan en 
mi nombre sin haberles enviado yo, y que dicen: No habrá espada ni 
hambre en este país, con espada y con hambre serán rematados los tales 
profetas, 
16 y el pueblo al que profetizan yacerá derribado por las calles de 
Jerusalén, por causa del hambre y de la espada, y no habrá sepulturero para 
ellos ni para sus mujeres, sus hijos y sus hijas; pues volcaré sobre ellos 
mismos su maldad.» 
17 Les dirás esta palabra: Dejen caer mis ojos lágrimas de noche y de 
día sin parar, porque de quebranto grande es quebrantada la doncella, hija 
de mi pueblo, de golpe gravísimo, 
18 Si salgo al campo encuentro heridos de espada; y si entro en la 
ciudad, encuentro desfallecidos de hambre. Y aun el mismo profeta, aun el 
mismo sacerdote andan errantes por el país y nada saben. 
19 - ¿Es que has desechado a Judá? ¿o acaso de Sión se ha hastiado tu 
alma? ¿Por qué nos has herido, que no tenemos cura? Esperábamos paz, y 
no hubo bien alguno; el tiempo de la cura, y se presenta el miedo. 
20 Reconocemos, Yahveh, nuestras maldades, la culpa de nuestros 
padres; que hemos pecado contra ti. 
21 No desprecies, por amor de tu Nombre, no deshonres la sede de tu 
Gloria. Recuerda, no anules tu alianza con nosotros. 
22 ¿Hay entre las Vanidades gentílicas quienes hagan llover? ¿o acaso 
los cielos dan de suyo la llovizna? ¿No eres tú mismo, oh Yahveh? ¡Dios 
nuestro, esperamos en ti, porque tú hiciste todas estas cosas! 

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