Oración de Santa Gema
Aquí me tenéis postrada a vuestros pies santísimos, mi querido Jesús, para manifestaros en cada instante mi reconocimiento y gratitud por tantos y tan continuos favores como me habéis otorgado y que todavía queréis concederme. Cuantas veces os he invocado, ¡oh Jesús!, me habéis dejado siempre satisfecha; he recurrido a menudo a Vos, y siempre me habéis consolado. ¿Cómo podré expresaros mis sentimientos, amado Jesús? Os doy gracias…; pero otra gracia quiero de Vos, ¡oh Dios mío!, si es de vuestro agrado… (aquí se manifiesta la gracia que se desea conseguir). Si no fuerais todopoderoso no os haría esta súplica. ¡Oh Jesús!, tened piedad de mí. Hágase en todo vuestra santísima voluntad.
Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Esta oración la escribió Santa Gema. Hoy la rezan millones de almas en el mundo entero para pedir por su eficaz intercesión toda clase de gracias: conversiones, salud, éxito en los exámenes, acierto en los negocios, etc., contándose innumerables favores.
Novena breve de súplica por la salud de un enfermo
¡Oh gloriosa protectora nuestra Santa Gema!, tú que cruzaste este valle de lágrimas sobre las punzantes espinas del infortunio, experimentando toda suerte de trabajos y dolores, compadécete desde el encumbrado trono de gloria, que gozas en el cielo, de quienes nos sentimos desfallecer bajo el peso de la desgracia, alcánzanos la salud de la persona amada por la que te invocamos si ha de ser para mayor bien espiritual de nuestras almas.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
¡Oh poderosa intercesora ante el trono de Dios abogada nuestra Santa Gema!, por la ardiente caridad para con el prójimo que inflamó tu pecho empujándote al alivio de todas las necesidades corporales y espirituales, vuelve compasiva tu mirada hacia nosotros alcanzándonos con tus ruegos del Señor recupere la salud el ser querido sobre el que invocamos confiados en tu valiosísimo patrocinio.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
¡Oh esclarecida taumaturga del siglo XX!, admirable Santa Gema, ya que el Señor te ha otorgado derramar, sobre la Humanidad doliente bondades y prodigios sin cuento, intercede benignamente por nosotros, alcanzándonos gozar jubilosos el beneficio de la salud que te suplicamos para gloria de Dios y santificación de nuestras almas.
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