Para permanecer impasible ante el futuro tendremos que cerrar los oídos, así como los ojos.
Cerrar los ojos ante los crímenes que se multiplican..., los oídos a las advertencias tan a menudo renovadas por Nuestro Señor y la Santísima Virgen – avisos, todos misericordiosos que anuncian los castigos que nos amenazan, pero también nos dan los medios o la forma principal de prevenirlos:
Convertirse, hacer penitencia, consagrarse al Corazón Inmaculado de María, rezar el Rosario: sí, el Rosario, que en última instancia significa el medio para obtener la gracia necesaria para poner en práctica todos los demás.
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