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miércoles, 1 de noviembre de 2017

COMO SE DESCRIBE NUESTRO SEÑOR EN EL SAGRARIO. NOS LLAMA A IR A ÉL. HABLA DE LOS ADÚLTEROS Y ANULACIONES MATRIMONIALES, DE LA MUJER

06-05-2015 

14.-COMO SE DESCRIBE NUESTRO SEÑOR EN EL SAGRARIO. NOS LLAMA A IR A ÉL. HABLA DE LOS ADÚLTEROS Y ANULACIONES MATRIMONIALES, DE LA MUJER

Jesús:  (Le pedía perdón por ser tan desastre con el Don) Imagíname como un Hombre -porque así Soy-, para que te resulte más fácil el trato Conmigo, el encontrarme. Imagíname aquí, en el Sagrario, como un Hombre. Con mis vestiduras blancas. Con mis brazos abiertos hacia ti y hacia todos. Con mi ansia de Amor por encontraros, por teneros, porque vengáis, vengáis a Mí.  Imagíname con una sonrisa. Soy joven. Soy un Hombre de 33 años. Y virgen. Sin concupiscencia carnal ni espiritual. Un Alma sin pecado. Un Hombre similar en todo a vosotros, salvo en el pecado. Un Hombre Pasional y Apasionado. No un Hombre frío, distante y despreocupado de todo y de todos. Así creen que Soy algunos, los que no tienen interés en acercarse a Mí. “¿Para qué?, si no le intereso”. Eso piensan: “¿Qué interés puede tener en mí Él, que es Dios? ¿Qué falta le puedo hacer?”  Toda, me hacéis toda la falta. No puedo vivir sin vosotros. Eso en Mí es una realidad también, porque mi Cuerpo muere sin vosotros. Me sois necesarios, os necesito a todos, desde el primero al último. Que nadie se sienta insignificante para Dios, porque es tan importante que, por sólo él, Dios bajó a la tierra, se hizo Hombre y fue crucificado, muerto y sepultado, y al tercer Día Resucitó. Por sólo él. Por esa persona que siente que su vida es insignificante para Jesús (Dios). Si fueras tan insignificante, hijo, no habría muerto en la cruz, ¡y de qué muerte!, por ti. ¿Os importa mi Presencia Real en los Templos? Son muchos años sin que nadie venga a visitarme. El Abandono de Dios en los Sagrarios. Os quejáis de que Dios no os visita. Pero ¡Dios ha visitado a su pueblo,439 pero el pueblo no le ha visitado a Él! Le ha abandonado en su Casa. Dios se ha hecho una casa entre vosotros. Ha construido su morada, plantado su tienda,440 y ha concertado una cita con cada uno de ustedes. Muchos llegan tarde. Y todos, casi la mayoría, no vienen, se olvidan de venir. O vienen menos veces. O para cumplir. ¡Oh, qué triste, qué tristeza para mi Corazón! Que Dios vino a visitaros, y los hombres se quejan y le rechazan de esa forma de visita.441 Los hombres de esta generación piden una señal.442 Pero no les será dado otra que Cristo, y Cristo Crucificado. Ésa es la Señal. ¡Qué pocos vienen a Mí! ¡Qué pocos reconocen esa señal!  No sois capaces de ver los Signos de los Tiempos. En este tiempo Yo me manifiesto en la Eucaristía. En este tiempo muchos comenten Sacrilegios. Y no sólo los divorciados vueltos a casar. Son todas esas comuniones sacrílegas, en adulterios y fornicaciones ocultas.Vosotros, que pasáis por santos a los ojos de los pueblos. Son esos matrimonios que no eran nulos, pero que os esforzasteis en anular. ¿Porque tengáis una cédula de la Iglesia, pensáis, hijos, que vuestro adulterio ha desaparecido? Vale más que os hubierais quedado en una cruz de matrimonio con vuestro esposo o esposa legítimo, que implicar a la Iglesia, vuestra Madre, en tus mentiras de concupiscencias llenas. ¿Espíritu cristiano y devoto? Ninguno. Sólo para figurar, para figurar así ante los ojos de los hombres y poder comulgar cometiendo los sacrilegios bajo capa de amor a Mí y al hermano. ¿Por qué necesitas la aprobación de la Iglesia a tus mentiras? Si tú no estás dispuesto a cambiar y a aceptar la verdad en tu vida, tampoco podrás ser feliz. No busques un cheque para la felicidad, porque la felicidad está en tu corazón. Un corazón quebrantado y humillado, Tú, Señor, no lo desprecias.443 Si “conociste otra persona que te hará feliz”, mira a ver si no estás conociendo el amor a ti mismo, más bien. Examínate, y luego actúa según tu corazón te diga. “Muchos matrimonios son nulos, hoy día”. Sí, sí lo son en el origen. Pero entonces, ¡no podría casarse nadie! Porque la generación actual está enferma dentro de su ser y su psique, y no es capaz de adquirir ningún compromiso donde entre la voluntad, pues es voluntad inexistente. ¿Declaremos nulos todos los matrimonios, entonces, para que la gente pueda ser feliz? ¿Qué felicidad es ésa que se olvida de la cruz y del deber para con el hermano? Ni qué decir del deber para con el otro, el hijo de la unión, su prole, muchas veces ya en las edades más tiernas e importantes de su existencia.444 No digo que no se tenga que buscar la nulidad en todos los casos. Hay casos palpables, casos flagrantes de nulidad. Pero una situación de cruz por psicología desviada o de cruz por enfermedad, de cruz por infidelidad, que parte de una no asunción de los deberes del casado, no siempre es cuestión de nulidad. No tergiverséis mis Normas susceptibles de ser influenciadas, no os aprovechéis del calor maternal que os brinda la Iglesia.

Sacerdotes, cuidaos muy mucho a la hora de aconsejar la nulidad. No debíais casar a nadie, entonces. Y sabéis que esto no es así. Pues si no os negáis a casar, no favorezcáis el separar. ¡Cuántos de los “míos”445 comulgan en pecado, y pecado mortal! Hijos, abandonasteis al cónyuge más débil porque se os hizo tediosa la cruz. ¿Qué es de él ahora? ¿Qué es de su vida? Una vida que compartió en intimidad contigo, tú, “el mío”, “el fuerte”. ¿Situación de maltrato? No. Situación de maltrato no es causa de nulidad. Sí de separación y de buscar soluciones. No sólo separarse y olvidarse del otro: ayudar a esa persona que maltrata, pues Dios no quiere que siga en su error, quiere que salga del error. “Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva”.446 Hay muchas situaciones donde echo de menos “el genio femenino”, tanto en frenarlas como en levantarlas. “La mujer” brilla por su ausencia. Y el Enemigo de La Mujer, ha venido a hacer estragos en la humanidad. Esa mujer que sabe decir no, que sabe estar en su puesto tanto para una cosa como para la otra, esa mujer que no se deja usar. Y me dirán las feministas que ahora sí están de acuerdo Conmigo. Pero no me refiero a eso. ¿Qué hay de más uso para una mujer que convertirla en carne para comercionalizar o para hacer con ella lo que mejor les plazca? Si tú te prestas a ello, pierdes tu dignidad. Se la entregas en papel de seda. Con la anticoncepción, con al aborto, estáis sufriendo el mayor acoso de la historia de la humanidad hacia la mujer, y planificado y alentado por ella misma. No puedo favoreceros en eso, hijas, aunque os amo. ¡Más bien porque os amo, hijas, mirad y ved la razón por la que no puedo favoreceros! ¡Oh… ¡¡Ah, si me conocierais…!! Si conocierais cuál es el Don de Dios y Quién es el que te dice: “Dame de beber”.447 Hoy, como ayer, esa samaritana que viene a Mí, ha tenido ocho maridos y aquel con el que vive actualmente, no es su marido. Y tiene sed. ¡Pero Yo tengo sed de ella! Ella, que buscó saciarse en tantos hombres, es ahora la que es saciada por Mí. Me buscaba a Mí, sin saberlo. Si me hubiera conocido antes, hoy aún estaría con el primer esposo, el que es su marido auténtico. Y si su matrimonio careció de las condiciones idóneas para constituirlo, en un principio, ahora estaría todavía a tiempo de reconstruirlo en aquello que carece. Recuperaría el tiempo perdido. ¡Tiempo dedicado tanto a conseguir glorias propias! Al cabo de los años, se encuentra compartiendo la vida con otro, con las mismas carencias que el primero. Y así continuaría hasta la saciedad, si hubiera de vivir eternamente, sin haberme conocido. Pero estoy Yo. He aquí que vengo a su encuentro. Y la digo: ¡Ven!  ¿Por qué hablas sólo de mujeres? Hay hombres así también. En los hombres es conocido y bastante usado y manido el tópico. Es el caso de la mujer el que no se ve tan fácilmente hoy en día.

Es así correcto como pueden decir algunos: “Bueno, quizá mi matrimonio sea nulo, pero, ¿y qué?” Adónde estarían ahora. ¿Y sus hijos? Es un calvario innecesario. Os buscáis otros calvarios aún más duros por libraros de en el que os puso Dios. ¡Luchad por el amor de vuestra juventud! Hombre y mujeres: no repudiaos. ¿Alguien repara en que esto hace también mucho daño a mi Iglesia? Los matrimonios no son aconsejados en los sacerdotes a continuar. Hay muchas mujeres alentadas por sacerdotes a romper sus matrimonios. Se apoyan en ellos. Dentro de mi Iglesia. Les convencen con sus quejas. Pero queridas, os educaron para una vida cómoda, que es irreal. Esa vida en la tierra no existe. Toda esta cultura del hedonismo, donde se ha metido el Demonio, tiene la culpa. No rompáis vuestros matrimonios por una infidelidad. Esperad y rezad. Puede que se convierta, y viva. ¿Cuál es la postura ante esto? Pensad primero en la infidelidad o no de vuestro propio corazón, y así podréis perdonar más fácilmente. Luego tended la mano a la reconciliación y, si dice que no, esperad, callad. No consintáis situaciones de maltrato y abuso contra vosotras, que os priva de dignidad, pero sed dignas en vuestra actuación. Una mujer cristiana perdona. Una mujer cristiana se tiene a sí misma como mujer, no como ramera. Y tiene su puesto de esposa y ama de casa, de dueña del hogar, y de él no se baja. ¿Que otros abandonan sus puestos? Que lo hagan. Una mujer cristiana nunca abandona el barco, aunque se hunda. Una mujer cristiana siempre sacará a flote la estructura de la barca, y con ella permanecerá, aunque se haya caído todo el exterior. Si hay hijos, esa barca tiene su fundamento en la mujer. Y si no los hay, ella sola será el sustento de una alianza traicionada en el varón, pero fiel en Dios. La continuará en sólo Dios. ¿Os queda claro?448 Vosotros, que preguntáis tanto y queréis saber, y os encontráis en vuestros consejos tan errados y equivocados, equivocando al resto. Por eso os digo que dejéis de mirar tanto la paja en el ojo ajeno, y veáis la viga en el vuestro.449 Y te alabamos, Cristo…  Y te glorificamos, etc.

439 Cfr. Lc 1,68.  
440 Cfr. Jn 1,14.
441 Cfr. Jn 1,11.  
442 Cfr. Mt 12,39.  
443 Cfr. Sal 51,17.  
444 Cuando se encuentran que sus padres quieren hacer esto.
445 Que se tienen por míos. 
446 Cfr. Ez 18,23; 33,11.  
447 Cfr. Jn 4,7.   
448 Es tajante y seguro. 
449 Cfr. Lc 6,42. 

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