ROMA, 02 Oct. 14 / 03:15 am (ACI/EWTN Noticias).- La organización Sacerdotes por la Vida lamentó que cada año mueran en todo el mundo unos 50 millones de bebés abortados en el que consideran el peor holocausto que sufre la humanidad.
El director Internacional de Apostolado Hispano de Sacerdotes por la Vida en EEUU, Padre Víctor Salomón, aseguró que se trata “del peor holocausto que hemos enfrentado la humanidad. Y es un grito silencioso que clama al Cielo. En una ocasión conversé con un exorcista y él me dijo que una de las principales obras del ‘innombrable’ es el aborto, porque afecta todo el tejido social, comenzando por el corazón de la sociedad que es la relación madre-hijo. Por ello la oración es básica”.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Salomón explicó que actualmente en EEUU mueren 3.300 bebés al día a causa del aborto quirúrgico, de los cuales 700 son niños de origen latinoamericano. “Y estos son los abortos quirúrgicos en los cuales no se cuentan los abortos químicos, que es la industria que se está desarrollando más actualmente”, afirmó.
Desde la despenalización del aborto en 1973 en el país norteamericano 55 millones de no nacidos han sido abortados. Entre los 10 estados con leyes más permisivas para el aborto se encuentran California, Nuevo México, New Jersey y Nueva York, la mayoría de estos con significativas poblaciones hispanas.
“Estamos frente a un genocidio de la población minoritaria hispana en la nación. Pasa peor aún con los hermanos negros. En algunos barrios afroamericanos 9 de cada 10 embarazos terminan en un aborto”, lamentó.
Con la esperanza de salvar más vidas, el sacerdote invitó rezar para pedir a Dios la conversión de los corazones de los juristas. Con la oración acompañamos “a Cristo crucificado en los no nacidos y en sus madres, cuya sociedad en lugar de apoyarlas las induce a matar a sus hijos con el dulce envenenado de resolverles su problema de forma legal”, dijo.
Para el P. Salomón la oración es el alma de todo apostolado, también en el apostolado pro vida. “Es la oración y el ayuno ofrecido a Dios el que obra la conversión de los proveedores del aborto, el que lleva la Misericordia de Dios a quienes han pasado por un aborto, la que salva a algunas madres de matar a sus hijos y la que nos da la fortaleza para seguir”, subrayó.
Sacerdotes por la Vida nació hace 24 años inspirada por el sacerdote franciscano P. Lee Kaylor. En 1990, mientras miles de niños que eran abortados cada día, este sacerdote quedó profundamente impactado por la movilización de 600 personas en California para salvar la vida de un roedor. La movilización consiguió salvar al roedor, cuya muerte debía formar parte de la obra de arte un artista local.
Sacerdotes por la Vida pertenece al grupo “Ministerios Evangelio de la Vida”, formado por asociaciones como “El Viñedo de Raquel”, dedicado a retiros de sanación para madres, padres y familiares de bebés abortados; la “Campaña No Más Silencio”, que agrupan a quienes después del aborto y un proceso de sanación, dan testimonio público para defender la vida; o la “Red Parlamentaria para el avance de la dignidad y respeto de todos”, que trabaja con legisladores de todo el mundo, y con los organismos internacionales para hacer un apostolado de contenido diplomático.
Recordando unas palabras de la Carta Encíclica Evangelium Vitae del Papa SanJuan Pablo II, el P. Salomón recordó que “somos enviados como pueblo. El compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente eclesial, que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y de todas las estructuras de la comunidad cristiana. Sin embargo, la misión comunitaria no elimina ni disminuye la responsabilidad de cada persona, a la cual se dirige el mandato del Señor de hacerse prójimo de cada hombre: «Vete y haz tú lo mismo» (Lc 10, 37). Todos juntos sentimos el deber de anunciar el Evangelio de la vida, de celebrarlo en la liturgia y en toda la existencia, de servirlo con las diversas iniciativas y estructuras de apoyo y promoción”.
Esta es la “Oración para abolir el aborto”, escrita por el sacerdote Frank Pavone, director de Sacerdotes por la Vida:
Dios Padre, te agradezco por el obsequio de mi vida,
por las vidas de todos mis hermanos y hermanas.
Sé que no hay nada que destruya la vida más que el aborto,
y me regocijo al saber que Tú has conquistado la muerte
con la Resurrección de Tu Hijo.
Estoy listo para poner de mi parte en la lucha para abolir el aborto.
Este día me comprometo
a nunca más quedarme en silencio,
nunca más quedarme pasivo,
y nunca más olvidarme de los no nacidos.
Me comprometo a ser activo en los movimientos pro vida,
y nunca dejar de luchar por la vida
hasta que todos mis hermanos y hermanas sean protegidos,
y que nuestra nación sea de nuevo una
nación con libertad y justicia
no solo para algunos, sino para todos,
Por Cristo Nuestro Señor. ¡Amén!
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