Año 2008
29-08-08
Jesús: ¡Oh, hijos míos! Yo os comprendo… ¡os comprendo tanto! Mira que, si volvéis, no os voy a estar recriminando nada. Yo os comprendo. Y os amo. Olvido lo anterior. Olvido vuestras infidelidades. Y actúo como si nada hubiera pasado. Encontráis mi Amor en el mismo lugar donde lo dejasteis. Yo no me canso de llamar, no me canso de llamarles.
03-09-08
Virgen: ¿Cómo crees que debo estar al contemplar tanto horror entre mis hijos, la Nación española? ¿Cómo crees, hija? ¿Estar alegre? No puedo, hija, no puedo. Porque os miro y contemplo perdición. Y es tanto el horror que me produce la contemplación de tu amado suelo, de tu Patria, que me hace derramar lágrimas de Dolor. El esperado tiempo ha llegado. Vosotros, los profetas de ahora, tenéis que anunciar lo que los profetas de siempre: la Venida del Espíritu. La Venida de Jesús. Su Segunda Venida a la tierra. Sois muchos1. Se cumple lo de la Escritura: “Toda lengua profetizará”. “Vuestros ancianos tendrán sueños, vuestros jóvenes visiones”2. En todas partes, aquí y allí, Yo suscito profetas de salvación, que deben advertir al vulgo. Y mira que en ti hay una misión especial. Aparte de este don de profecía, Yo quiero que difundas la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Que seas continuadora de Su Obra.
09-09-08
Jesús: No abandonéis el camino. Sigue y persevera. Te vendrá el auxilio del Señor. (Porque me encontraba desanimada y en desolación) Necesito, hija, que tú estés muy animada para que seas quien anime al Resto. Piensa que muchos están ahora mismo como tú, deprimidos. Piensa que en muchos anida la tentación fuerte y violenta. Y a todos ellos has de sacar a flote.
Sí, vuelve en otro momento del día a tener este trato conmigo y verás cómo te encuentro ya más animada. Persevera, persevera… es la única manera de permanecer en Mí. Persevera. Ahora te voy a dejar, hija, porque es tu horario y debes ir a atender otras cosas de tu casa y de los tuyos. Pero luego vuelve. Te espero anhelante. Te espero con mucho deseo, porque necesito ver otra cara en mi Margarita. La cara de la ilusión y el ánimo. A ver. Lo espero. Lo necesito. Ya te digo, hija, que Yo lo necesito. Y alabado sea Dios, bendito por años sin término. Amén.
1 Los profetas de ahora.
2 Jl 3,1; Hch 2,17.
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