JESUS NOS DICE

JESÚS NOS DICE

Amen a sus enemigos; hagan bien a los que les odian (Mateo 5:44). No resistan al malvado; si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra (Mateo 5:39, 40). No tomen venganza; sino den lugar a la ira de Dios; dejen, más bien, que los defrauden (Romanos 12:18, 19; 1 Corintios 6:7). Si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames (Lucas 6:29, 30). Arréglate de prisa con tu adversario, deja, más bien, que te defrauden (Mateo 5:25; 1 Corintios 6:7). No se afanen por hacerse ricos; estén siempre dispuestos a hacer lo bueno, den al que pide; ayuden al afligido (Romanos 12:13; 1 Timoteo 6:8; Hebreos 13:16; Santiago 1:27). Cuídense de no hacer sus obras de caridad delante de los hombres; no se entere tu mano izquierda lo que hace la derecha (Mateo 6:1-4). No paguen a nadie mal por mal; vence con el bien el mal (Romanos 12:17-21). Bendigan a quienes los maldicen; pidan para ellos bendiciones, no maldiciones (Mateo 5:44; Romanos 12:14). No devuelvan mal por mal; venzan con el bien el mal (1 Pedro 3:9; Romanos 12:17). Oren por quienes los insultan y los maltratan (Mateo 5:44). No murmuréis, no juzguen, no se quejen, no condenen (Mateo 7:1; Santiago 5:9). Despréndanse de toda amargura, ira y enojo, y de toda malicia (Efesios 4:31; 1 Pedro 2:1). Confiésense unos a otros sus pecados (Santiago 5:16). No se adapten más a la forma del mundo actual; no amen al mundo (Romanos 12:2; 1 Juan 2:15). Renuncia a la impiedad y a las pasiones mundanas. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela (Mateo 5:30; Tito 2:12). Esclavos, sean fieles, incluso con los amos malvados (Efesios 6:5-8). No sean orgullosos, sino relaciónense con los humildes (Romanos 12:16). No dejen deuda alguna sin pagar (Romanos 13:7, 8). En caso de pecado (que se sepa o se haya recibido información), no lo comentes con otros, sino habla del asunto con el hermano transgresor, sólo entre tú y él, a fin de que recapacite (Mateo 18:15; Gálatas 6:1). Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón (Mateo 22:37). Oren siempre; oren con brevedad y con sencillez; oren en secreto (Mateo 6:5-7; Lucas 18:1). Da gracias a Dios por todo, y reconócelo en todos tus caminos (Proverbios 3:6; Efesios 5:20). En todo hagan con los demás como quieran que ellos hagan con ustedes (Mateo 7:12). Toma a Cristo como ejemplo y sigue sus pasos (1 Pedro 2:21). Que Cristo habite por fe en el corazón de ustedes (Efesios 3:17). Estima a Cristo más que a todas las cosas terrenales; sí, más que a tu propia vida (Lucas 14:26). Confiesa a Cristo sin temor delante de los hombres (Lucas 12:8). Procuren que los afanes de la vida o las seducciones del placer no debiliten la influencia de Cristo en el corazón de ustedes (Lucas 21:34-36; Mateo 24:44). Ama a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39). No tengas dominio sobre nadie (Mateo 23:11). Vela no sólo por tus propios intereses sino también por los intereses de los demás, ni lleves tan sólo tus propias cargas, sino que también ten consideración por las de los demás (Filipenses 2:4; Gálatas 6:2). Que alumbre la luz de ustedes delante de los hombres; aférrense a la palabra de vida; cada vez que puedan, hagan bien a todos (Mateo 5:16; Filipenses 2:16; Gálatas 6:10). Sean irreprochables y sencillos, como hijos de Dios, en medio de una generación maligna y perversa (Filipenses 2:15). Sean amables, mansos, de buen corazón, compasivos, misericordiosos, clementes (Efesios 4:32; 2 Timoteo 2:24; Tito 2:2). Sean sobrios, serios, sinceros, prudentes (Filipenses 4:5; 1 Pedro 1:13; 5:8). Dejando la mentira, diga cada uno la verdad a su prójimo (Efesios 4:25). Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como quien trabaja para el Señor y no para los hombres (Colosenses 3:23). Manténganse vigilantes, sean valientes, alegres, corteses y varoniles (1 Corintios 16:13; Filipenses 4:4; 1 Tesalonicenses 5:6-10). Revístanse de humildad; sean pacientes con todos (Romanos 12:12; Colosenses 3:12). Vivan en paz con todos (Hebreos 12:14). Simpaticen con las alegrías y sufrimientos de los demás (Romanos 12:15). Adhiéranse a todo lo verdadero, honesto, justo, puro, amable, de buen nombre, virtuoso, y digno de alabanza (Filipenses 4:8). Abténganse totalmente de adulterio, fornicación, inmundicia, embriaguez, avaricia, ira, contención, sedición, odio, celos, jactancia, vanagloria, envidia, ni conversaciones necias ni chistes groseros (Efesios 5:3, 4). En todo lo que hagan, consideren el efecto que su acción puede tener sobre la honra del Nombre de Dios entre los hombres. Háganlo todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31; Colosenses 3:17). Considérense muertos a toda forma de pecado. Ya no vivan para sí, sino para el que murió por ustedes y fue resucitado (Romanos 6:11; 2 Corintios 5:15). Sean fervorosos en hacer lo bueno, siempre creciendo en la obra del Señor, sin cansarse de hacer el bien (Gálatas 6:9; Tito 2:14). No hablen mal de nadie (Tito 3:2). Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza (Colosenses 3:16). Que su conversación sea siempre llena de gracia, sazonada con sal (Colosenses 3:8; 4:6). Sométanse a los gobernantes; sométanse por causa del Señor a toda autoridad instituida entre los hombres (Tito 3:1; 1 Pedro 2:13). Sean santos en todo lo que hagan (1 Pedro 1:15, 16). No den ningún motivo a las críticas del enemigo (1 Timoteo 5:14).