¡Oh María, Virgen Soberana,
gloria de los justos,
Hija humildísima del Padre,
Madre Purísima del Hijo,
esposa amadísima del Espíritu Santo!
Yo te amo y te ofrezco todo mi ser
para que lo bendigas;
María, llena de bondad y clemencia,
me acerco a ti y te invoco
en estas horas de amargura
para implorar tus favores.
Madre admirable,
Madre de la divina gracia,
verdadero consuelo del que llora,
abogada dulcísima de los pecadores,
presencia de Dios constante,
ten piedad de todos aquellos a quienes amo;
y por tu Inmaculado Corazón,
Sagrario y Templo de la Santísima Trinidad,
asiento de tu poder,
trono de sabiduría y océano de bondad,
alcánzanos que el Espíritu Santo
forme en nuestro corazón
un nido en que repose para siempre.
Alcánzame lo que tanto me hace falta,
lo que con todo el fervor de mi alma te pido,
por los merecimientos de Jesús y los tuyos,
si es para gloria de la Trinidad Santísima
y bien de mi alma.
Acudo a ti como poderosa intercesora
para pedirte por esta muy difícil necesidad,
por este imposible problema
que tanta desesperación me causa
y que me resulta inalcanzable por mis débiles medios:
(hacer la petición con inmensa confianza).
Y, aunque para mí es casi imposible de conseguir,
en tu mano esta el concedérmela,
y de este modo pueda yo ver resueltos
las dificultades, preocupaciones y dolor
que me provocan esta situación angustiosa.
¡Virgen Santa, noble reina de los ángeles,
Esposa del Espíritu Santo,
acuérdate de que eres mi Madre!,
Tú que nos pones en comunicación con tu Hijo,
que nos das los medios para llegar al Altísimo,
te imploro presentes mis peticiones
para que reciba urgente auxilio.
Dulce María, madre amada mía,
líbrame de los enemigos de mi alma
y de los males temporales que me acechan en la vida,
a ti sean mis afectos de gratitud y devoción. Amén.
Rezar la Salve, tres Padrenuestro, tres Avemaría y tres Glorias.
Oraciones contra el maleficio (ritual griego)
Kyrie eleison. Dios nuestro Señor, oh Soberano de los siglos, omnipotente y todopoderoso, Tú que lo has hecho todo y que lo transformas todo con tu sola voluntad; Tú que en Babilonia transformaste en rocío la llama del horno siete veces más ardiente y que protegiste y salvaste a tus tres santos jóvenes; Tú que eres doctor y médico de nuestras almas.
Tú que eres la salvación de aquellos que se dirigen a Ti, te pedimos y te invocamos, haz vana, expulsa y pon en fuga toda potencia diabólica, toda presencia y maquinación satánica, toda influencia maligna y todo maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas realizados sobre tu siervo… haz que, en cambio, de la envidia y el maleficio obtenga abundancia de bienes, fuerza, éxito y caridad.
Tú, Señor, que amas a los hombres, extiende tus manos poderosas y tus brazos altísimos y potentes y ven a socorrer y visita esta imagen tuya, mandando sobre ella el ángel de la paz, fuerte y protector del alma y el cuerpo, que mantendrá alejado y expulsará a cualquier fuerza malvada, todo envenenamiento y hechicería de personas corruptoras y envidiosas; de modo que debajo de Ti tu suplicante protegido te cante con gratitud: “el Señor es mi salvador y no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre.” “No tendré temor del mal porque Tú estás conmigo, Tú eres mi Dios, mi fuerza, mi poderoso Señor, Señor de la paz, padre de los siglos futuros”.
Sí Señor, Dios nuestro, ten compasión de tu imagen y salva a tu siervo… de todo daño o amenaza procedente de maleficio, y protégelo poniéndolo por encima de todo mal; por la intercesión de la más que bendita, gloriosa Señora, la madre de Dios y siempre Virgen María, de los resplandecientes arcángeles y de todos sus santos.
¡Amén!
Oración contra todo mal
Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso descended sobre mí.
Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame. Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el mundo.
Que la fuerza del Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por intercesión de la Virgen Inmaculada, expulse a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael, por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada.
Amén
La Virgen recomendó las siguientes oraciones de consagración para que nos consagráramos a su Corazón Inmaculado y al Sagrado Corazón de Jesús
Oración de consagración al Inmaculado Corazón de María
Oh Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor por nosotros. Haz que la llama de tu Corazón, oh María, descienda sobre todos los hombres. Nosotros te amamos inmensamente. Imprime el amor verdadero en nuestros corazones. Haz que nuestros corazones tengan un deseo continuo de Ti. Oh María, dulce y humilde de corazón. Acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado. Tú sabes que todos los hombres pecan. Por medio de tu Corazón Inmaculado y materno, haz que seamos sanados de toda enfermedad espiritual. Haznos capaces de contemplar la bondad de tu Corazón maternal, a fin de que podamos convertirnos por la llama de tu Corazón. Amén.
Oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Oh Jesús, sabemos que Tú eres misericordioso y que haz ofrecido tu corazón por nosotros. Está coronado de las espinas de nuestros pecados. Sabemos que Tú oras, también hoy, para que no nos perdamos. Jesús, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado. Por medio de tu corazón santísimo haz que todos los hombres se amen. Que desaparezca el odio entre los hombres, muéstranos tu amor. Todos nosotros te amamos y deseamos que Tú nos protejas, con Tú corazón de pastor, de todo pecado. ¡Entra en cada corazón Jesús! Llama, llama a la puerta de nuestro corazón, se paciente y perseverante. Nosotros todavía nos mantenemos cerrados porque no hemos comprendido tu voluntad, llama continuamente. Haz, oh buen Jesús, que te abramos nuestro corazón, al menos, en el momento en que recordemos tu Pasión sufrida por nosotros. Amén.
Oremos hoy: LA LLAGA DEL HOMBRO DE JESÚS
LA LLAGA DEL HOMBRO DE JESÚS
San Bernardo de Claraval,
Francia (1090-1153)
Historia
En los anales del Monasterio de Claraval, se ha narrado que en cierta ocasión, San Bernardo le preguntó al Divino Salvador, cuál fue Su Dolor en la Pasión más desconocido por los hombres. Jesús le respondió: “Tenía una Llaga profundísima en el Hombro, sobre el cual cargué Mi pesada Cruz; esa Llaga era la más dolorosa de todas. Los hombres no la conocen. Honra, pues, esta Llaga y haré todo lo que por ella pidas…”
Promesas
“Yo he de conceder todo cuanto se Me pida por Su Virtud y Mérito.
Y en cuanto a todos aquellos que veneraren esta Herida de Mi Hombro, Yo les perdonaré todos los pecados veniales y jamás Me acordaré de sus pecados mortales.”
Oración de la Llaga del Hombro de Jesús
San Bernardo de Claraval, Francia (1090-1153)
¡Oh, Amado Jesús, Manso Cordero de Dios! A pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, saludo y adoro la Sagrada Llaga de Tu Hombro, causada por el peso de Tu Cruz que, abriendo Tus Carnes, desnudó los Huesos de Tu Hombro Sagrado, y de la cual Tu Madre Dolorosa tanto se compadeció. También yo, ¡oh Amadísimo Jesús!, me compadezco de Ti, y desde el fondo de mi corazón Te glorifico y Te agradezco por esta Llaga Dolorosa de Tu Hombro, en la que quisiste cargar Tu Cruz por mi salvación. ¡Ah! Y por los Sufrimientos que padeciste y que aumentaron el enorme peso de Tu Cruz, Te ruego con mucha humildad, ten piedad de mí, pobre criatura pecadora, perdona mis pecados, y condúceme al Cielo por el Camino de la Cruz. Amén.
¡Madre llena de Aflicción! Las Llagas de Jesucristo, graba en mi corazón.
Siete Ave Marías.
Enfermedad de la mente y el alma de la cual es muy dificil de salir sin la ayuda de Dios. Pero sobre todo por un hermano en especial: ALEJANDRO.
Muchas personas se han curado de la depresión y de otras enfermedades del alma, igual que santa Teresita, a través de esta devoción:
Oración a nuestra señora de la Sonrisa
Oh María, Madre de Jesús y nuestra,
que con una clara sonrisa te dignaste consolar
y curar a tu hija Santa Teresita del Niño Jesús de la depresión,
devolviéndole la alegría de vivir
y el sentido de su existencia en Cristo Resucitado.
Mira con maternal afecto a tantos
Hijos e hijas que sufren con la depresión,
trastornos y síndromes psiquiátricos y males psicosomáticos.
Que Jesús Cristo cuide y de sentido a la vida de tantas personas,
cuya existencia a veces está deteriorada.
María, que su hermosa sonrisa no deje que
las dificultades de la vida oscurecen nuestra alma.
Sabemos que sólo tu hijo Jesús puede satisfacer
los anhelos más profundos de nuestro corazón.
María, mediante la luz que brota de tu rostro,
transparenta la misericordia de Dios.
Que tu mirada nos acaricie, y nos convenza de que
Dios nos ama y nunca nos abandona,
y tu ternura renueve en nosotros la autoestima,
la confianza en las propias capacidades,
el interés por el futuro y el deseo de vivir feliz.
Que los familiares de los que sufren con la depresión
Ayuden en el proceso de curación, nunca considerándolos
farsantes que usan la enfermedad con intereses de comodidad,
sino que los demás los valores, escuchen, comprendan y animen.
Virgen de la Sonrisa, alcánzanos de Jesús la verdadera curación
y líbranos de alivios temporales e ilusorios.
Curados, nos comprometemos a servir con alegría,
Disposición y entusiasmo a Jesús como discípulos misioneros,
con nuestro testimonio de vida renovada.
Amén.
(Rezar 2 Avemarías en honor de las dos lágrimas de alegría que rodaron por el rostro de Santa Teresita del Niño Jesús cuando fue tocada por la Sonrisa de Nuestra Señora).
Oraciones poderosas que enseñó María del Rosario de San Nicolás.
12-12-83 Jaculatoria a Dios Padre
“Padre, líbranos de todo mal.
Con tu Santa Sabiduría, Señor,
sálvanos de todo pecado;
en nombre de todos cuantos te queremos, Señor,
llévanos por el camino del bien. Amén”.
La Virgen dice: “El que reza esta oración nueve días seguidos, acompañada con un Rosario, le concederé una gracia especial”.
3-1-84 Oración para el angustiado.
Siento necesidad de decirle a mi Virgen María:
“Madre mía Celestial
qué me tienes reservado:
no sé si es dolor o alegría;
pero sé que en este día
en que me siento agotada,
solo pienso en tu Hijo
que llevó su cruz a cuestas,
que cargó todo el dolor
sin expresar una queja.
Cuánto sufrió Jesús
por el mundo y sus pecados.
Y también pienso por Ti,
tu dolor no se compara;
nada ni nadie en la tierra
sufrió lo que tú sufriste
y siento que yo, Virgen mía,
tendría que estar llorando
no de pena, sino de alegría,
por la carga que me das.
Madre, perdón por tener
estos malos pensamientos.
Ahora me siento aliviada,
sé que estoy iluminada
y me siento resguardada
con toda tu protección.
Amén”.
Esta oración no es solamente para ti, también es para todo aquel que está angustiado por algún motivo, debéis leerla y os aseguro que se aliviará. Hazla conocer.
1-5-84 Oración para rechazar al Maligno
“A mi derecha y a mi izquierda está mi Señor, no hay un tercer lugar, no lo hay para el enemigo”.
Y os lo aseguro que se retirará de vuestro lado. Amén. Amén.
12-8-85 Oración para desechar lo malo
Sagrado Corazón de Jesús, purifícame.
Espíritu Santo, vive en mí.
Santísima Trinidad, llega a mí.
Orad de este modo y todo lo malo, huirá de vosotros.
Amén.
LA LLAGA DEL HOMBRO DE JESÚS
San Bernardo de Claraval,
Francia (1090-1153)
Historia
En los anales del Monasterio de Claraval, se ha narrado que en cierta ocasión, San Bernardo le preguntó al Divino Salvador, cuál fue Su Dolor en la Pasión más desconocido por los hombres. Jesús le respondió: “Tenía una Llaga profundísima en el Hombro, sobre el cual cargué Mi pesada Cruz; esa Llaga era la más dolorosa de todas. Los hombres no la conocen. Honra, pues, esta Llaga y haré todo lo que por ella pidas…”
Promesas
“Yo he de conceder todo cuanto se Me pida por Su Virtud y Mérito.
Y en cuanto a todos aquellos que veneraren esta Herida de Mi Hombro, Yo les perdonaré todos los pecados veniales y jamás Me acordaré de sus pecados mortales.”
Oración de la Llaga del Hombro de Jesús
San Bernardo de Claraval, Francia (1090-1153)
¡Oh, Amado Jesús, Manso Cordero de Dios! A pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, saludo y adoro la Sagrada Llaga de Tu Hombro, causada por el peso de Tu Cruz que, abriendo Tus Carnes, desnudó los Huesos de Tu Hombro Sagrado, y de la cual Tu Madre Dolorosa tanto se compadeció. También yo, ¡oh Amadísimo Jesús!, me compadezco de Ti, y desde el fondo de mi corazón Te glorifico y Te agradezco por esta Llaga Dolorosa de Tu Hombro, en la que quisiste cargar Tu Cruz por mi salvación. ¡Ah! Y por los Sufrimientos que padeciste y que aumentaron el enorme peso de Tu Cruz, Te ruego con mucha humildad, ten piedad de mí, pobre criatura pecadora, perdona mis pecados, y condúceme al Cielo por el Camino de la Cruz. Amén.
¡Madre llena de Aflicción! Las Llagas de Jesucristo, graba en mi corazón.
Siete Ave Marías.
Durante el verano de 1985, la Virgen le dictó a Jelena Vasilij una oración para los enfermos especificando: “Es la mejor oración que pueden hacer por los enfermos”. Se reconoce fácilmente su mano, ya que Dios está en el centro.
ORACIÓN POR UN ENFERMO
Primero recitar tres Glorias y luego:
“Oh Dios mío, este enfermo que esta aquí delante de Ti,
ha venido a pedirte lo que el desea y piensa
que es lo mas importante para el.
Tu, oh Dios, haz que entren en su corazón estas palabras:
“!Es mas importante la salud del alma!”
Señor, ¡Hágase sobre el Tu Santa Voluntad en todo!
Si Tu quieres que sane, que se le de la salud.
Pero si Tu voluntad es diversa, que continúe llevando su cruz.
Te rogamos también por nosotros que oramos por el;
purifica nuestros corazones para que seamos dignos de donar,
a través de nosotros mismos, Tu Santa Misericordia.
Protégelo y alivia sus penas, hágase en el Tu Santa Voluntad.
Que Tu Santo Nombre sea revelado a través de el,
ayúdalo a llevar con amor su cruz. Amén.”
He aquí una valiosa oración para obtener de Jesucristo la gracia de una buena muerte:
“Oh divino Corazón de Jesús, concédeme la gracia de vivir siempre según tu voluntad tanto en las horas más bellas, felices e importantes de mi vida como en los momentos difíciles. Concédeme estar siempre preparado para la última hora. Dame la valentía de ofrecerlo todo, hasta mi vida si fuera necesario, por tu amor. Oh Jesús, por tu muy santa y dolorosa Pasión haz que tu venida en el momento de mi muerte me encuentre despierto como un servidor fiel, como un verdadero penitente después de una buena confesión y provisto de los últimos sacramentos. Oh Señor, no me abandones en mi último combate en la Tierra, cuando deberé luchar contra Satanás, quizás enfurecido. Que tu santa Madre y Madre de Misericordia, san Miguel y los ángeles me asistan y protejan contra toda tentación en el momento en que deba dejar este mundo. Que puedan consolarme y fortalecerme en medio de los tormentos. Concédeme, Señor, en aquella hora una fe viva, una esperanza firme, un amor ardiente y una gran paciencia. Haz que plenamente consciente me entregue entre tus manos y me abandone como un pequeño niño en tu santa paz. En tu infinita bondad y tu gran misericordia, oh Jesús, acuérdate de mí. Amén.»
Conságrate al Arcángel San Miguel
Es muy sencillo, breve y eficaz. Consagrarte a San Miguel Arcángel es una de las mejores cosas que se pueden hacer en este mundo.
Antes de empezar a escribir Así se vence al demonio, el padre Salvador, exorcista de Cartagena (Murcia) me preguntó: ¿Te has consagrado a nuestro patrono?”.
Y me faltó tiempo, la verdad, para hacerlo...
Conseguí una medalla del príncipe de las milicias celestiales y recé con todo el fervor de que fui capaz la oración de consagración. En el reverso de la medalla que siempre llevo colgada al cuello junto con el escapulario de la Virgen del Carmen y la Cruz de San Benito, figura esta inscripción
:
“Yo, José María, estoy consagrado a San Miguel Arcángel. La Santísima Trinidad y la Santísima Virgen vienen conmigo. San Miguel y su Ejército me defienden de todo mal”.
Prueba tú mismo a consagrarte a tan poderoso guardián y verás cómo notas su protección.
Te dejo aquí la oración:
“¡Oh, nobilísimo Príncipe de la jerarquía angélica! Valeroso guerrero del Altísimo, celoso defensor de la gloria del Señor, terror de los espíritus rebeldes, amor y delicia de todos los ángeles justos, mi queridísimo Arcángel San Miguel, deseando formar parte del número de tus devotos y siervos, hoy a ti me consagro, me ofrezco y me entrego.
“Coloco mi persona, mi trabajo, mi familia y todo lo que me pertenece bajo tu poderosísima protección. Es pequeño el ofrecimiento de mi servicio, siendo yo un miserable pecador, pero acepta generosamente el ofrecimiento de mi corazón. Acuérdate de que de hoy en adelante estoy bajo tu amparo y que debes asistirme durante toda la vida. Alcánzame el perdón para mis numerosos y graves pecados; la gracia de amar a Dios con todo mi corazón, a mi muy querido Salvador Jesucristo, a mi Madre Santísima y a todos los hombres, mis hermanos, amados por el Padre y redimidos por el Hijo. Obtenme los auxilios necesarios para alcanzar la corona de la Eterna Gloria.
“Defiéndeme de los enemigos del alma, especialmente en la hora de mi muerte. ¡Oh, Príncipe gloriosísimo! Asísteme en la última lucha, arroja lejos de mí y precipita a los abismos del infierno al ángel soberbio y prevaricador que un día postraste en combate en el Cielo. En esa hora, San Miguel Arcángel, condúceme ante el trono de Dios para cantar contigo y con todos los ángeles la alabanza, honor y gloria de Aquel que reina por todos los siglos. Amén”.
OREMOS POR LOS SACERDOTES
. Realicemos Oraciones y Sacrificios por nuestros hermanos los Sacerdotes. Que sea éste nuestro regalo para Nuestra Mamaita del Cielo, hagámosla feliz. Pidámos ésto en todas las Redes de Oración.
Oración a Santa Mónica por un hijo rebelde
Santa Mónica, necesito tus oraciones. Tú sabes exactamente cómo me siento y porque tú misma te sentiste así.
Estoy herida, me siento incapacitada y desesperada. Quiero desesperadamente que mi hijo regrese a Cristo en su Iglesia pero no puedo hacerlo solo.
Necesito de la ayuda de Dios. Por favor únete en mis peticiones de la gracia poderosa del Señor en la vida de mi hijo.
Pídele al Señor Jesús que ablande su corazón, prepare un camino para su conversión, y para que active el Espíritu Santo en su vida.
Amén.
"Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.
Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo."
Amén
EL ROSARIO DE LA PAZ
El Rosario de la Paz es la devoción de los siete Padre Nuestros, Ave Marías y Glorias
El rezo de los siete Padre Nuestros, Ave Marías y Glorias, es una devoción conocida en nuestra Iglesia. Ésta ya se rezaba en Medjugorje antes del inicio de las apariciones de la Virgen.
En los comienzos de las apariciones, la Virgen invitó a rezar esta devoción por la Paz (en el mundo, en nuestros corazones, en nuestras familias), de ahí que se lo ha conocido como el “Rosario de la Paz”.
Más adelante, la Virgen, invita a rezar una parte del Santo Rosario (5 misterios), y, más tarde, el Rosario completo (15 misterios).
De hecho, hasta el día de hoy en la Parroquia de Medjugorje, al terminar cada Santa Misa, los celebrantes y los todos fieles puestos de rodillas, continúan rezando todos los días los siete Padre Nuestros, Ave Marías y Glorias.
El Rosario de la Paz se reza se de la siguiente manera:
Un Credo (la “cuenta” que está sola) y luego se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria por cada grupito de tres cuentas (los siete grupos).
A cada invocación:
Padre Nuestro
Ave maría
Gloria
- Por la santas llagas de las manos.
- Por la santas llagas de los pies.
- Por la santa llaga de la cabeza.
- Por la santa llaga del hombro.
- Por la santa llaga del sagrado costado.
- Por la Efusión del Espíritu Santo.
- Por el Santo Padre.
Mensaje del 27 de junio de 1981
“Sigan rezando los siete Padrenuestros, los siete Avemarías y los siete Glorias, y añadan el Credo”
Oh Padre, en el nombre de Tu Hijo Jesús,y con el poder y la autoridad del Espíritu Santo,
Te pido que llenes a [nombre de la persona] con el conocimiento de tu voluntad y le dés toda clase de
sabiduría y entendimiento espiritual.
¡Querido Señor! Ilumina este hijo/a precioso tuyo, enséñale a vivir de una manera que es digna de ti,
para ser plenamente agradable en tu Presencia, lleno de buenas obras, dando buenos frutos
y creciendo en el conocimiento de tu Palabra.
Fortalece esta oveja perdida, querido Señor, con toda la
fuerza de tu Santo Espíritu, de acuerdo con tu glorioso poder y tu misericordiosa voluntad,
Hazlo apto para participar de la herencia de los santos en la luz.
Libera a este amado tuyo del poder de las tinieblas y traslada a [nombre] al reino de tu amado
Hijo Jesús, en quien tenemos redención y el perdón de los pecados.
Amén.
ORACION AL MILAGROSO NIÑO JESÚS DE PRAGA
El primer Domingo de Junio celebramos al Niño Jesús, pídele con fe porque hace grandes milagros
Señor Jesús, te vemos niño y creemos que eres el Hijo de Dios, hecho hombre por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María.
Como en Belén también nosotros con María, José, los Ángeles y los pastores te adoramos y reconocemos como único Salvador nuestro.
Te hiciste pobre para hacernos ricos con tu pobreza: concédenos no olvidarnos nunca de los pobres ni de ninguna persona que sufra.
Protege a nuestras familias, bendice a todos los niños del mundo y haz que reine siempre entre nosotros el amor que nos has traído y que hace la vida más feliz.
Concédenos a todos, ¡oh Jesús!, que reconozcamos la verdad de tu Nacimiento para que todos sepan
que has venido a traer a toda la familia humana la luz, la alegría y la paz.
Tú que eres Dios y vives y reinas con Dios Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Milagroso Niñito Jesús! Te suplicamos que mires nuestros corazones enfermos. Deja que tu Corazón de gran misericordia se apiade y nos de la gracia que te rogamos de rodillas.
(Aquí se presenta la intención)
Límpianos del dolor y de la desesperación, de las enfermedades y desgracias que nos agobian. Acuérdate de todos los méritos de tu santísima infancia, y oye nuestra súplica. Danos tu consolación y tu gracia para que eternamente te podamos adorar junto al Padre y al Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén!
HISTORIA DE LA DEVOCION AL NIÑO JESUS DE PRAGA
La particular devoción al Santo Niño de Praga comenzó a principios del siglo XVII. La Princesa Polyxenia de Lobkowitz recibió, como regalo de su madre en su matrimonio, una hermosa estatua del Divino Niño procedente de España. La estatua era de cera, de 48cm. El Niño Jesús está de pie, con la mano derecha levantada, en actitud de bendecir, mientras con la izquierda sostiene un globo dorado que representa la tierra. Su rostro es tierno y gracioso.
Después de la muerte de su esposo, la princesa se dedicó a las obras de caridad. Los religiosos de la orden carmelita en Praga, fueron particularmente favorecidos por la generosa asistencia de la princesa.
En el año 1628 estalló la guerra en Praga y el monasterio de los monjes fue reducido al extremo de la pobreza. En aquellos días, la Princesa Polyxenia se presentó a la puerta del monasterio con su estatua y dijo así:
“Aquí les traigo el objeto de mi mayor aprecio en este mundo. Honrad y respetad al Niño Jesús y nunca os faltará lo necesario”.
La hermosa estatua fue colocada en el oratorio del convento. Su túnica y el manto habían sido arreglados por la misma princesa. Muy pronto sus palabras resultaron proféticas. Mientras los religiosos mantuvieron la devoción al Divino Infante de Praga, gozaron de la prosperidad. En 1631 el ejército de Sajonia entró en Praga y los Padres Carmelitas se trasladaron a Munich sin llevarse la estatua la que terminó arrojada a los escombros por manos de los herejes invasores.
En el año 1635 terminó la guerra y regresaron los carmelitas a su convento en la ciudad de Praga pero las condiciones de vida eran muy malas. Uno de los monjes llamado el Padre Cirilo regresó a Praga después de siete años. Encontró la situación en la ciudad en pésimas condiciones. Los ciudadanos corrían el peligro de perder hasta la fe. Fue entonces que el Padre Cirilo, quién había recibido anteriormente gran ayuda espiritual por medio de su devoción al Santo Niño de Praga, quiso restaurar la devoción. Con mucha diligencia el comenzó a buscar la estatua milagrosa. Al cabo de cierto tiempo, el Padre la encontró entre los escombros detrás del altar, donde los invasores la habían arrojado. Estaba cubierta por un manto. Extasiado de alegría, el Padre Cirilo volvió a colocar al Santo Niño en su lugar, en el Oratorio donde los carmelitas lo veneraron con gran devoción y confianza. Pronto se levantó el sitio impuesto por los enemigos y todos gozaron felizmente de la paz.
Un día, mientras que el padre Cirilo rezaba devotamente ante la estatua milagrosa, oyó una voz que le decía:
“Ten piedad de mi y yo tendré piedad de vosotros. Devolvedme mis manos y yo os daré la paz. Cuánto mas me honren, tanto mas os bendeciré.”
Asombrado de oír estas palabras, el Padre Cirilo examinó la estatua minuciosamente. Removiendo el manto que cubría al Divino Niño, el Padre descubrió que ambas manitas estaban quebradas. El Superior se negó a restaurarlas alegando la extrema pobreza en que aún vivía el convento. El Padre Cirilo fue llamado a auxiliar un moribundo llamado Benito Maskoning y recibió de él 100 florines. Los llevó al Superior y tenía esperanza que se usasen para reparar la estatua. Pero este juzgó que sería mejor comprar una nueva. El mismo día que se inauguró la nueva estatua, un candelabro de la pared se desprendió y cayendo sobre la estatua, la redujo a pedazos. Al mismo tiempo, el Padre Superior cayó enfermo y no pudo terminar su período de mando.
Elegido un nuevo Superior, el P. Cirilo volvió a suplicarle que hiciera reparar la estatua pero no consiguió nada. Un día mientras oraba a la Virgen María lo llamaron a la Iglesia donde una señora le entregó una cuantiosa limosna antes de desaparecer. Lleno de gozo, el P. Cirilo fue al Superior con el dinero pero este lo utilizó para otra cosa.
Pronto vinieron nuevas calamidades y pobreza. Ante esas circunstancias todos acudieron al Niño Jesús. El Superior se humilló y prometió celebrar 10 misas ante la estatua y propagar su culto. La situación mejoró notablemente, pero no se arreglaba la estatua. Un día el Padre Cirilo, que no cesaba de interceder ante Jesús, escuchó que le decía:
“Colócame a la entrada de la sacristía, y encontrarás quien se compadezca de mí.”
Se presentó un desconocido, el cual, notando que el hermoso Niño no tenía manos, se ofreció espontáneamente a repararlas. Al poco tiempo el desconocido ganó un juicio en el que recuperó una fortuna. Innumerables beneficios fueron recibidos por los devotos. Los carmelitas por eso quisieron edificarle una capilla pública, teniendo en cuenta que el sitio donde debían levantarla, había sido ya indicado por la Santísima Virgen al Padre Cirilo. Pero no había dinero y los conflictos con los calvinistas hacía peligroso levantar nuevas iglesias.
Finalmente, en el 1642, la Princesa Lobkowitz edificó un santuario que se inauguró en 1644, el día de la fiesta del Santo Nombre de Jesús. Acudían devotos de todas partes y de toda condición. En 1655, el Conde Martinitz, Gran Marqués de Bohemia, regaló una preciosa corona de oro esmaltada con perlas y diamantes. El Reverendo José de Corte se la colocó al Niño Jesús en una solemne ceremonia de coronación.
Al Divino Niño le llamaban el “Pequeño Grande” y su reputación milagrosa se esparció por todas las naciones. En innumerables colegios, parroquias, hogares, el Divino Niño entró a presidir y derramar sus bendiciones, sobre todo la gracia de la fe.
Surgieron las Letanías del Nombre de Jesús; la recitación de 5 padrenuestros, avemarías y glorias seguidas de la jaculatoria: “Sea bendito el Nombre del Señor ahora y por los siglos de los siglos.” repetida 5 veces; la oración del Padre Cirilo; la recitación del Rosario del Niño Jesús; y la celebración de la fiesta de Su Santísimo Nombre, el 2º domingo después de la Epifanía.
Es significativo que Jesús quiera en un mundo en que los niños son abortados, abusados y la mayoría no recibe una educación ni ejemplo de vida cristiana. Jesús, quién dijo “dejad que los niños se acerquen a mi”, fue El mismo niño y quiere que seamos humildes y puros como niños para entrar en Su Reino. Al meditar sobre su niñez, Jesús nos bendecirá y suscitará en nosotros sus virtudes.
La devoción al Divino Niño siempre había sido practicada por los carmelitas. Santa Teresa de Jesús practicaba una devoción muy particular al Divino Niño. Igualmente lo hacía Santa Teresita, llamada la “pequeña flor de Jesús”.
LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS
Dios de Misericordia,
te pedimos por todos los hombres, mujeres y niños
que han muerto después de haber dejado su tierra,
buscando una vida mejor.
Aunque muchas de sus tumbas no tienen nombre,
para ti cada uno es conocido, amado y predilecto.
Que jamás los olvidemos,
sino que honremos su sacrificio con obras más que con palabras.
Te confiamos a quienes han realizado este viaje,
afrontando el miedo, la incertidumbre y la humillación,
para alcanzar un lugar de seguridad y de esperanza.
Así como tú no abandonaste a tu Hijo
cuando José y María lo llevaron a un lugar seguro,
muéstrate cercano a estos hijos tuyos
a través de nuestra ternura y protección.
Haz que, con nuestra atención hacia ellos,
promovamos un mundo en el que nadie se vea forzado a dejar su propia casa
y todos puedan vivir en libertad, dignidad y paz.
Dios de misericordia y Padre de todos,
despiértanos del sopor de la indiferencia,
abre nuestros ojos a sus sufrimientos
y líbranos de la insensibilidad, fruto del bienestar mundano
y del encerrarnos en nosotros mismos.
Ilumina a todos, a las naciones, comunidades y a cada uno de nosotros,
para que reconozcamos como nuestros hermanos y hermanas
a quienes llegan a nuestras costas.
Ayúdanos a compartir con ellos las bendiciones
que hemos recibido de tus manos y a reconocer que juntos,
como una única familia humana,
somos todos emigrantes, viajeros de esperanza hacia ti,
que eres nuestra verdadera casa,
allí donde toda lágrima será enjugada,
donde estaremos en la paz y seguros en tu abrazo.
Cuenta el beato Alano que había en Florencia que una pecadora escandalosa llamada Benita la cual fue por curiosidad a escuchar un sermón de santo Domingo de Guzmán acerca de la Santísima Virgen. Y que se conmovió tanto al escuchar al santo explicar aquella frase de Jesús:
"El Hijo del Hombre cuando venga en la gloria de su Padre, pagará a cada uno según su conducta" ( Mt 16, 27), que dispuso ir a confesarse con el santo. Y en la confesión le pidió que le diera algún consejo para ser capaz de alejar y vencer sus terribles tentaciones contra la pureza.
Santo Domingo le dió por remedio rezar cada día a la Santísima Virgen y le prometió que si le rezaba con devoción, la Santísima Virgen le daría el remedio para no caer en la tentación.
Empezó ella a rezarle cada día con el mayor cariño que podía, y al cabo de unos días tuvo un sueño que le impresionó mucho: vió que caían al infierno almas por culpa de ella, por sus escándalos, impurezas y atrevimientos. Y vió que en el libro de la vida se iban escribiendo con letras de oro sus oraciones y buenas obras, pero con letras de humo llenas de fetidez, todos y cada uno de sus pecados, para el día del juicio y de la setencia eterna.
Y le pareció escuchar que la Santísima Virgen le decía: " Si quieres perseverar en el bien tienes que pedir perdón cada día por los pecados de tu vida pasada, y pensar frecuentemente en la pasión y muerte de Jesucristo". Desde que tuvo aquel sueño, jamás esta mujer volvió a cometer un pecado mortal.
1. Jesús lo pide
Jesús se le apareció a santa María Faustina Kowalska, religiosa polaca (1905-1938), y le pidió dar a conocer la misericordia divina, a través de tres medios:
a). La imagen con la inscripción: ‘Jesús, en Ti confío’.
Dijo Jesús: “Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá.” (Diario de Sta Faustina # 48).
b). La fiesta de la Divina Misericordia, el Segundo Domingo de la Misericordia (este año el 3 de abril).
Dijo Jesús: “Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas.” (Ídem, #699).
c). Una oración que Él le dictó, llamada: ‘Coronilla de la Divina Misericordia’.
2. Se obtienen gracias extraordinarias
Jesús dijo: “Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta Coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por quienes rezan esta Coronilla.” (Ídem #848).
Dijo: “Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita…deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia.” (Ídem #687).
Prometió: “Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta Coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón.” (Ídem #811)
3. El Papa Francisco lo recomienda
En el 2° Domingo de Cuaresma, el Papa mandó repartir a los fieles en la plaza de san Pedro, cajitas de ‘Misericordina’, ‘medicina para el mundo de hoy’, que contenían la imagen del Señor de la Divina Misericordia, la explicación de la Coronilla y un Rosario para rezarla.
En su Carta Apostólica ‘El Rostro de la Misericordia’, el Papa llama a santa Faustina, ‘grande apóstol de la misericordia’ y pide su intercesión.
En este Jubileo de la Misericordia, estamos invitados a rezar diario la Coronilla, de preferencia a las 3pm, hora de la misericordia en que Jesús dio Su vida por nosotros.
4. Es sumamente fácil rezarla
Jesús se la enseñó así a santa Faustina: Se reza “con un Rosario común, del modo siguiente: Primero rezarás una vez el Padre nuestro, el Ave María y el Credo. Después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras: ‘Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero’. En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: ‘Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero’. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: ‘Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero’…” (ïdem #476).
5. Sólo toma cinco minutos
En un retiro con un grupo de seminaristas, los invité a rezar conmigo la Coronilla a las 3pm, y para animarlos les dije: ‘sólo toma cinco minutos’. Al terminar, uno comentó: ‘chequé con mi reloj, y efectivamente son cinco minutos’. ¡Qué tiempo tan breve, para gracias tan grandes! ¿Te animas a aprovecharlo?
http://es.aleteia.org/
Empezamos con:
Padre Nuestro... Ave María... El Credo...
Después como un rosario:
- Al comenzar cada misterio (en vez del Padrenuestro) decimos:
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
- En cada cuenta de cada misterio (en vez del ave maria) decimos:
Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Al finalizar los cinco misterios de la coronilla decimos:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (Tres veces).
Oración con que generalmente se concluye la coronilla
Oh sangre y agua que brotaron del Corazón de Jesús como manantial de misericordia para nosotros,
En Ti Confío
TEN PIEDAD DE MÍ
Señor, yo creo en Ti, Uno y Trino.
Creo en Ti, te amo, te adoro y te doy gracias, Padre que me has creado.
Creo en Ti, te amo, te adoro y te doy gracias, oh Verbo Eterno de Dios hecho Carne, Redentor de la humanidad.
Creo en Ti, te amo, te adoro y te doy gracias, oh Espíritu Santo, alma de la Iglesia y alma de mi alma.
Te pido perdón, oh Dios mío, por esa multitud de culpas, más numerosas que las arenas del mar, que he cometido en el curso de mi vida. Pecando te he ofendido a Ti que eres el Alfa y la Omega, el Amor eterno e infinito, que eres el único, máximo Bienhechor de todos y de todo.
Señor, conviérteme radicalmente a Ti, en la entrega de mí mismo, en la realización de tu Voluntad.
Quiero vivir en un amor creciente por Ti,
Uno con el Padre y el Espíritu Santo.
Quiero vivir para tu Madre y mía, para San José, para la Iglesia triunfante, purgante y militante.
¡Señor, ten piedad de mí! Soy un hombre pecador...
La oración que Mariam de Belén compuso al Espíritu Santo:
OH ESPIRITU SANTO, INSPIRAME, AMOR DE DIOS, CONSUMEME, POR EL BUEN CAMINO GUIAME. MARIA, MADRE MIA, SOCORREME, CON JESUS, BENDICEME, DE TODO MAL, DE TODA ILUSION, DE TODO PELIGRO, PRESERVAME.
Oración por la intercesión de Santa Mariam de Belén.
La liturgia carmelitana del 25 de agosto nos pone la siguiente oración colecta con la que podemos pedir a Dios la intercesión y ayuda de esta Gran Carmelita Descalza:
OH DIOS, PADRE DE MISERICORDIA Y DE TODA CONSOLACION, QUE HAS CONDUCIDO A LA BEATA MARIA, HIJA HUMILDE DE TIERRA SANTA, HASTA LA CONTEMPLACIÓN DE LOS MISTERIOS DE TU HIJO, Y LA HAS HECHO TESTIGO DE LA CARIDAD Y DEL GOZO DEL ESPIRITU SANTO, CONCEDENOS, POR SU INTERCESIÓN, QUE, PARTICIPANDO DE LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO, PODAMOS EXULTAR DE ALEGRIA EN LA REVELACION DE TU GLORIA. AMEN.
Pidamos a la Santa Mariam de Belén lo que ella tanto anheló en su vida:
- Que el pueblo judío reconozca a Jesucristo como el Mesías.
- Que la religión del Islám encuentre la luz que es en Jesucristo.
Dada a Bernabé Nwoye (29 de Julio 1998)
Padre Celestial, Tu Amor es eterno. Por Tu amor infinito salvaste al mundo a través de Tu Hijo Unigénito Jesucristo. Mira a Tu Único Hijo en la Cruz, Sangrando sin cesar, por el amor a Su pueblo, y perdónanos.
Purifica y bautiza a los niños abortados con la Preciosa Sangre y Agua que brotó del Sagrado Costado de Tu Hijo, que colgaba muerto en la Cruz para salvarlos, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo (se asperja agua bendita)
Que a través de la Santa Muerte de Cristo ellos reciban la vida eterna, por sus Llagas sean sanados y por su Sangre Preciosa sean liberados. Que se regocijen con los santos en el cielo. Amén.
Por medio de esta oración, muchos bebés inocentes no nacidos serán salvados. Récenla diariamente y háganla saber al mundo entero. Quien enseñe esta oración, no será condenado; las almas inocentes en el Paraíso no permitirán que se pierdan: Yo con Mi amor y misericordia lo protegeré para que no caiga en pecado mortal.
RECEMOS POR LOS DIFUNTOS Y POR LA SALVACION DE LAS ALMAS DE LOS NIÑOS QUE HAN MUERTO SIN BAUTIZAR Y NO NACIDOS.
Oración del Papa por los difuntos
Dios de infinita misericordia,
confiamos a tu inmensa bondad
a cuantos han dejado este mundo para la eternidad,
donde tú esperas a toda la humanidad,
redimida por la sangre preciosa de Jesucristo,
muerto en rescate por nuestros pecados.
No mires, Señor,
tantas pobrezas, miserias y debilidades humanas
con las que nos presentaremos ante el tribunal
para ser juzgados para la felicidad o la condena.
Míranos con la mirada piadosa
que nace de la ternura de tu corazón,
y ayúdanos a caminar en el camino de una completa purificación.
Que ninguno de tus hijos se pierda en el fuego eterno,
donde ya no puede haber arrepentimiento.
Te confiamos, Señor, las almas de nuestros seres queridos,
y de las personas que han muerto sin el consuelo sacramental
o no han tenido manera de arrepentirse
ni siquiera al final de su vida.
Que nadie tenga el temor de encontrarte
después de la peregrinación terrenal,
en la esperanza de ser acogidos
en los brazos de la infinita misericordia.
La hermana muerte corporal
nos encuentre vigilantes en la oración
y llenos de todo bien,
recogido en nuestra breve o larga existencia.
Señor, que nada nos aleje de ti en esta tierra,
sino que en todo nos sostengas
en el ardiente deseo de reposar serena y eternamente.
Amen.
ORACION POR LOS NIÑOS O NIÑAS , QUE NACIERON VIVOS , NO FUERON BAUTIZADOS , Y DESPUES DE SU TIEMPO DE VIDA O AÑOS EN LA TIERRA MURIERON SIN EL BAUTISMO.
PADRE ETERNO, POR EL INMACULADO CORAZON DE MARIA ,
OS OFREZCO LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ,
PARA QUE SEAN LAVADOS EN ELLA , TODOS LOS NIÑOS QUE HAN MUERTO SIN BAUTIZAR POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR.
AMEN .
DESPUÉS SE REZA UN PADRE NUESTRO , AVE MARIA Y GLORIA.
ORACION POR LOS NIÑOS NO NACIDOS
PADRE, Eterno y Santo:
Te ruego por todos los niños no nacidos del mundo, en el pasado, presente y por
los que no nacerán, a quienes he bautizado con los nombres de Jesús o María,
en la esperanza que el Salvador los bautice en el Espíritu Santo.
A todos ellos, les pido perdón en nombre de quienes se interpusieron en sus
nacimientos, y acojo a estos pecadores a Tu Misericordia, que sobrepuja a Tus Obras es Eterna y es motivo de esperanza, para que les concedas Tu Perdón .
Y te ruego que permitas Señor, que estas almitas, a las que amamos mucho, se integren a tu Amor Misericordioso, y a Tu Gloria, para que puedan amar y sentirse amadas, integrando el coro celestial que con justicia, te canta alabanzas a Tu Gloria y Grandeza.
Amén
OTRAS ORACIONES DIARIAS :
Oraciones que enseñó María del Rosario de San Nicolás para diversas necesidades
Jaculatoria a Dios Padre
“Padre, líbranos de todo mal.
Con tu Santa Sabiduría, Señor,
sálvanos de todo pecado;
en nombre de todos cuantos te queremos, Señor,
llévanos por el camino del bien. Amén”.
La Virgen dice: “El que reza esta oración nueve días seguidos, acompañada con un Rosario, le concederé una gracia especial”.
Oración para rechazar al Maligno
“A mi derecha y a mi izquierda está mi Señor, no hay un tercer lugar, no lo hay para el enemigo”.
Y os lo aseguro que se retirará de vuestro lado. Amén. Amén.
Oración para desechar lo malo
Sagrado Corazón de Jesús, purifícame.
Espíritu Santo, vive en mí.
Santísima Trinidad, llega a mí.
Orad de este modo y todo lo malo, huirá de vosotros.
Amén.
POR TUS LAGRIMAS Y DOLORES-SIETE AVEMARIAS (TODOS LOS DIAS)
Los siete dolores son:
Primer dolor: La profecía de Simeón
Segundo dolor: La huida a Egipto
Tercer dolor: La perdida del niño Dios en el Templo
Cuarto dolor: Jesús y María se encuentran en el camino a la Cruz
Quinto dolor: Jesús muere en la Cruz
Sexto dolor: Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de María
Séptimo dolor: Jesús es enterrado
LÁGRIMAS DE JESÚS Y MARÍA
13 de Junio de 1995 - Salta, Argentina
Mensaje de Jesús.
El mundo nunca se preguntó, cuantas lágrimas derramé por vosotros durante mi Pasión y cuantas y amargas lágrimas derramó mi Santa Madre, para ayudar a la Redención, Yo les pido que honren cada lágrima que por vosotros derramé en esas horas amargas, prometo al que las honre rezando todos los días de su vida cinco Padrenuestros, cinco Avemarías y cinco Gloria.
1) Asistirle junto a mi Santísima Madre, en la batalla final de su vida.
2) La conversión total de su alma.
3) Una verdadera contrición de sus pecados.
4) En el día del juicio, perdonarlo para que entre Conmigo en la Gloria.
UNA VERDADERA CARTA DE JESUCRISTO, NUESTRO SALVADOR
Consagrar las gotas de sangre que Nuestro Señor perdió en su camino al Calvario.
Copia de una carta de la Oración se encuentra en el Santo Sepulcro de Nuestro Señor
Jesucristo en Jerusalén, conservada en una caja de plata por Su Santidad y por los
emperadores y emperatrices de la fe cristiana.
Santa Isabel, reina de Hungría, con Santa Matilde y Santa Brígida, con el deseo de
saber algo de la Pasión de Jesucristo, ofrecieron oraciones fervientes y especiales,
a las que se les apareció Nuestro Señor Jesucristo, hablando con ellas en el siguiente
manera:
Yo descendí del Cielo a la Tierra con el fin de convertirlos. En los viejos tiempos la
gente era religiosa y sus cosechas eran abundantes, en la actualidad, por el contrario,
son escasas.
Si desean cosechar una cosecha abundante no tienen que trabajar el domingo, el
domingo hay que ir a la iglesia, y oren a Dios que les perdone sus pecados. Él les dio
seis días para trabajar y otro para el descanso y la devoción a licitación y su ayuda a
los pobres y ayudar a la Iglesia.
Esa gente que pelea contra mi religión y hace difamaciones de lo escrito en esta Carta
Sagrada, será abandonado por Mí.
Por el contrario, aquellas personas que se llevan una copia de esta carta con ellos deberán
estar libres de la muerte por ahogamiento y de la muerte súbita. Deberán estar libres
de todas las enfermedades contagiosas y rayos, que no morirán sin confesión, y estará
libre de sus enemigos y de la mano de la autoridad injusta, y de todos sus calumniadores
y los testigos falsos.
Las mujeres en situación de peligro en el parto, al mantener esta Oración sobre ellas.
inmediatamente superará la dificultad. En las casas donde se guarda esta Oración,
ninguna cosa mala nunca va a pasar, y cuarenta días antes de la muerte de una persona
que tiene esta Oración cerca de él o ella, la Santísima Virgen se aparece a él o a ella.
Así dice San Gregorio.
A todos aquellos fieles que recen por 3 años, cada día, 2 Padrenuestros , 2 Avemarías y 2 Glorias ,
EN HONOR DE LAS GOTAS DE SANGRE que perdió, le concederá LAS SIGUIENTES 5 GRACIAS:
1. La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.
2. Usted será libre de las penas del Purgatorio.
3. Si usted fallece antes de cumplir dicha 3 años, para ti será el mismo que si se hubiera
completado.
4. Será después de su muerte lo mismo que si se hubiera derramado toda su sangre
por la santa fe.
5. Yo, descenderé del cielo para llevar a su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta
generación.
Que se sepa que el número de soldados armados fueron 150, y los que me arrastraban
mientras me dirigía al calvario eran 23. Los ejecutores de la justicia fueron 83, y los
golpes recibidos en la cabeza fueron 150, los del estómago, 108; patada en mis hombros,
80. Fui conducido, atado con cuerdas por los pelos, 24 veces;las escupidas en la cara
eran 180; Me golpearon en el cuerpo 6666 veces, golpeado nuevamente en la cabeza
110 veces, me empujaron a grandes pasos, y a las 12 en punto estaba levantado por
el pelo; pinchado con espinas y tirado por la barba 23 veces, recibió 20 heridas en la
cabeza, espinas de juncos marinos, 72; pinchazos de espinas en la cabeza, 110; espinas
mortales en la frente, 3. Yo estaba después azotado y vestido como un rey burlado;
heridas en el cuerpo, 1000. Los soldados que me llevaron al Calvario fueron 608, y los
que me miraban eran 3, y los que se burlaron de mí eran 1008; las gotas de sangre que
perdí fueron 28.430.
BENEDETTA DA SS., El Papa León XIII, EN ROMA 5 APRILE 1890
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ORACIONES
PADRE MIO, SIN TI NO PODRIA VIVIR
YA QUE TODO LO HACES POR MI.
TE FALLO CADA DIA SIN SENTIR
PERO DE AMOR ME MUERO POR TI.
ORACION AL PADRE
AUTOR: Jesús, nuestro Señor.
Oremos así:
Padre nuestro que estás en los Cielos, sea santificado por toda la humanidad tu Nombre. Conocer tu Nombre es encaminarse hacia la santidad. Haz, Padre santo, que los gentiles y paganos conozcan tu existencia, y que vengan a Dios, a ti, Padre, guiados por la Estrella de Jacob, por la Estrella de la Mañana, por el Rey y Redentor de la estirpe de David, por tu Ungido, ya ofrecido y consagrado para ser Víctima por los pecados del mundo; que vengan como los tres sabios de entonces, de un tiempo ya lejano pero no inoperante, porque nada de lo que tiene algo que ver con la venida de la Redención al mundo es inoperante.
Venga tu Reino a todos los lugares de la tierra: donde se te conoce y ama, y donde aún no se te conoce; y, sobre todo, a los que son triplemente pecadores, los cuales, aun conociéndote, no te aman en tus obras y manifestaciones de luz, y tratan de rechazar y apagar la Luz que ha venido al mundo, porque son almas de tinieblas, que prefieren las obras de tinieblas, y no saben que querer apagar la Luz del mundo es ofenderte a ti mismo, porque Tú eres Luz santísima y Padre de todas las luces, comenzando por la que se ha hecho Carne y Palabra para traer tu luz a todos los corazones de buena voluntad.
Padre santísimo, que todos los corazones de este mundo hagan tu voluntad, es decir, que se salven todos los corazones y no quede para ninguno sin fruto el sacrificio de la Gran Víctima; porque ésta es tu voluntad: que el hombre se salve y goce de ti, Padre santo, después del perdón que está para ser otorgado.
Danos tu ayuda, Señor: todas tus ayudas. Ayuda a todos los que esperan, a los que no saben esperar, a los pecadores con el arrepentimiento que salva, a los paganos con la herida de tu llamada que estremece; ayuda a los infelices, a los reclusos, a los desterrados, a los enfermos en el cuerpo o en el espíritu, a todos, Tú que eres el Todo; porque el tiempo de la Misericordia ha llegado.
Perdona, Padre bueno, los pecados de tus hijos. Los de tu pueblo, que son los más graves, los de los culpables de querer estar en el error, mientras que tu amor de predilección ha dado la Luz precisamente a este pueblo. Perdona a los que están afeados por un paganismo corrompido que enseña el vicio, y se hunden en la idolatría de este paganismo pesado y mefítico, mientras que entre ellos hay almas preciadas y que Tú amas porque las has creado. Nosotros perdonamos, Yo el primero, para que Tú puedas perdonar. E invocamos tu protección sobre la debilidad de las criaturas para que libres del Principio del Mal, del cual vienen todos los delitos, idolatrías, culpas, tentaciones y errores, a tus criaturas. Líbralas, Señor, del Príncipe horrendo, para que puedan acercarse a la Luz eterna».
Levanta la mirada y dile gracias al Creador del universo:
Padre:
Gracias por el don de la existencia.
Gracias por haberme hecho a tu imagen y semejanza.
Gracias por el don gratuito de tu amor, gracias por amarme como soy.
Gracias porque me has dado ojos para ver,
oídos para escuchar, manos para acariciar,
inteligencia para conocer la verdad, voluntad para buscar el bien,
corazón para amar y para hacerlo tu morada.
¡Mi corazón: templo de la Trinidad! ¡Cosa maravillosa!
Gracias por la capacidad de asombro que me diste.
Gracias por mis padres, por mi familia, por tener un hogar que me cobija.
Gracias por los amigos fieles y también por los que me han hecho sufrir.
Gracias por los tiempos dolorosos de mi vida,
por dejarme sentir la soledad para venir luego a colmarla con tu misericordia.
Gracias por quienes rezan por mí.
Gracias por la vocación y misión que me confiaste.
Gracias por haber puesto tu mirada en mí, gracias por confiar en mí.
Gracias por tantas experiencias bellas de mi vida.
Gracias sobre todo por la experiencia del amor de Cristo.
Gracias por haberlo enviado a vivir con nosotros como uno de nosotros,
para revelarnos tu rostro, redimirnos y trazarnos el camino.
Nos amó hasta el extremo,
nos dio como Madre a María Santísima,
se quedó para siempre en la Eucaristía,
y al final nos entregó a su mismo Espíritu, fuente del mayor consuelo.
Gracias por mi bautismo, por mi Madre la Iglesia,
por mi ángel de la guarda y por esperarme con los brazos abiertos en el cielo.
Gracias por tu paciencia conmigo,
gracias por perdonarme siempre y por seguirme amando sin guardar resentimientos.
Gracias por la vida y por la eternidad que me espera.
Una y mil veces: ¡Gracias Padre!
“Jesús, mi Señor, ten piedad de mí. Me arrepiento de todos los pecados que he cometido. Detesto todos mis pecados y ocasiones pecaminosas.Te ruego que me perdones. Lávame con tu preciosa sangre. ¡Mi Señor y mi Dios, ten piedad de mí, pecador. Mi alma tiene sed y anhela tu Espíritu Santo. Lléname con tu Espíritu con tanta fuerza que pueda ser purificado, sanado y salvado. ¡Gracias, Jesús, te alabo, Jesús!” (Dada por nuestro Señor Jesús)
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
DICTADA POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
A SU HIJA AMADA LUZ DE MARÍA
EL 17 DE ENERO DEL 2011
Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, ven, colma esta criatura Tuya de Tus dones. Esplendor Divino, Fuego Sagrado, Manantial Cristalino de limpia fraternidad. Vida de los cristianos, cayado de los desvalidos, luz en las tinieblas, calor en el frío, levanta mi ser dormitante, eleva mi alma hacia Ti.
Ven Espíritu Santo, dame Tu Sabiduría para actuar rectamente. Dame inteligencia santa, para atraer a mis hermanos, no me sienta superior a mis semejantes, sino sea el más pequeño para que surjas Tú con poder.
Ven, toma mi mente y renuévala; sea yo un eco de Tu voz y aconseje en la Voluntad Divina, no en la mía. Dame las fuerzas para no tambalear y resistir mirándote; embelesado por Tu fortaleza, sea yo un fiel apóstol.
De Tu ciencia oh Divino Espíritu, sea yo reflejo, busque yo Tu gloria, aleja de mí lo mundano. Penetra lo íntimo de mi corazón e injerta en él Tu misma piedad para amar con Tu mismo amor. Realiza en mi ser el milagro del temor de Dios; dame sed de almas, para que sin mirar a quién, labore para el Reino.
Oh Espíritu Santo, infunde en mí el don del verdadero amor. Gracias Santo Espíritu Divino, vive en mí a plenitud, que consciente de mi necesidad con plena libertad te llamo a tomar posesión de mi vida.
Gracias oh Bondad Divina, Soberano Misericordioso, Fuego Sagrado.
Amén.
Ante grandes calamidades y castigos. Terremotos, guerras inundaciones, etc.
Recite la siguiente oración:
“TE SALUDO, TE ADORO, TE ABRAZO… OH ADORABLE CRUZ DE MI SALVADOR. PROTÉGENOS, GUÁRDANOS, SÁLVANOS. JESÚS TE AMO TANTO; COMO ÉL YO TE AMO. POR TU SANTA CRUZ, SEÑOR, CALMA NUESTROS TEMORES PARA QUE SINTAMOS PAZ Y CONFIANZA”.
Nuestro Señor añade que por medio de esta oración “experimentareis tantas gracias, tanta fortaleza y amor que esta gran purificación os pasará inadvertida. Esta es una gracia de Mi Ternura.”
Oración para implorar los Dones del Espíritu Santo
1. Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la SABIDURÍA, que dándonos
a conocer la verdadera dicha, nos separe de las cosas del mundo y nos haga gustar
y amar los bienes celestiales.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
2. Venid, os Espíritu Santo, y concedednos el don del ENTENDIMIENTO, para que
más fácilmente conozcamos y penetremos las verdades y misterios de nuestra
Santa Religión.
Gloria al Padre, etcétera.
3. Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don del CONSEJO, que nos haga
elegir en todo momento lo que contribuya más a la gloria de Dios y a nuestra
propia santificación.
Gloria al Padre, etcétera.
4. Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la FORTALEZA, que
haciéndonos superar todos los obstáculos que se oponen a nuestra salvación,
nos una tan íntimamente a Dios nuestro Señor que nada, ni nadie, pueda
separarnos de Él.
Gloria al Padre, etcétera.
5. Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la CIENCIA, que nos dé el
perfecto conocimiento de Dios y de nosotros mismos y de los medios que debemos
poner en práctica y los peligros que debemos evitar para llegar al cielo.
Gloria al Padre, etcétera.
6. Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don de la PIEDAD, que nos conduzca
a cumplir con facilidad todo lo que sea del servicio de Dios y nos haga encontrar
siempre dulce y ligero el yugo del Señor.
Gloria al Padre, etcétera.
7. Venid, oh Espíritu Santo, y concedednos el don del TEMOR DE DIOS, que nos
haga evitar con el mayor cuidado en todos los instantes de nuestra vida, todo lo
que pueda desagradar a nuestro Padre Celestial.
Gloria al Padre, etcétera.
Venid, oh Santo Espíritu Consolador, Padre de los pobres, dulce Esposo y suave
refrigerio de las almas; venid y enriquecednos con las misericordias de vuestros
siete dones, y danos con ellos vuestros preciosos frutos, a fin de que con vuestra
divina asistencia guardemos puro nuestro corazón en la tierra y merezcamos
después ver a Dios eternamente en el cielo. Así os lo pedimos por Cristo Señor
nuestro que con Vos y el Eterno Padre vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego
de tu amor.
TRISAGIO A LA SANTÌSIMA TRINIDAD
Acto de contrición
Amorisísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en
quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón,
cuerpo, alma, potencias y sentidos, por ser Vos mi Señor y mi Dios,
infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas; me
pesa, Trinidad santísima, me pesa, Trinidad amabilísima, me pesa
Trinidad misericordisísima, de haberos ofendido, sólo por ser quien
sois. Propongo y os doy palabra de nunca más ofenderos y de morir
antes que pecar. Espero de vuestra suma bondad y misericordia
infinita me habéis de perdonar todos mis pecados, y me daréis
gracia para perseverar en un verdadero amor y una cordialísima
devoción a vuestra siempre amabilísima Trinidad. Amén.
Oración al Padre
¡Oh Padre Eterno! Principio y fuente de todo bien. Increado,
Ingénito,
centro de toda felicidad; me gozo de veros tan superior a todo lo
creado, que mi entendimiento se pierde en el océano de vuestras
perfecciones infinitas. Permitid que unidos a los Ángeles,
Arcángeles y Tronos, celebremos vuestro
inmenso poder.
¡Oh, Padre eterno! Fuera de vuestra posesión, yo no veo otra cosa
que
tristezas y tormentos. Vos sois mi única felicidad, mi tesoro y mi
gloria.
Haced que jamás me separe de Vos, para que pueda siempre
alabaros.
Un Padrenuestro, Avemaría y nueve veces:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos: llenos están el
cielo y la tierra de vuestra gloria.
Y se responde cada vez:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Al final de las nueve veces se añade:
Santo Dios, Señor fuerte, Santo inmortal; líbranos, Señor, de todo
mal.
Oración al Hijo:
¡Oh Hijo divino! En todo igual al Padre, verdad inefable camino
seguro y vida felicísima del hombre; os glorifico por todos vuestros
soberanos atributos, y os alabo por vuestras misericordias infinitas.
¡Ay Jesús mío, que no he sido discípulo vuestro sino de nombre!
Pero queriendo ya serlo en realidad, permitid que una mi voz a la
de las Dominaciones, Principados y Potestades, y ensalce con ellas
vuestra sabiduría infinita.
¡Oh Verdad eterna, fuera de la cual yo no veo otra cosa que
engaños y mentiras!
¡Ah! ¿Cuándo será la hora en que Vos me hablaréis claramente en
el seno de vuestra gloria?.
Un Padrenuestro, Avemaría y nueve veces:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos: llenos están el
cielo y la tierra de vuestra gloria.
Y se responde cada vez:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Al final de las nueve veces se añade:
Santo Dios, Señor fuerte, Santo inmortal; líbranos, Señor, de todo
mal.
Oración al Espíritu Santo
¡Oh Espíritu consolador!, que procedéis del Padre y del Hijo, amor
increado, manantial de todas las gracias, centro de todas las
dulzuras, y no obstante, tan poco amado. A lo menos, me alegro
del encendido amor con que os aman
las Virtudes, los Querubines y Serafines. ¡Oh! Quién pudiera
amaros con todos los hombres de la tierra, como estos espíritus os
aman en el cielo!
¡Oh amor, oh don del Altísimo, centro de las dulzuras y de la
felicidad del mismo Dios!.
¿Cuándo derramaréis vuestro bien como un torrente sobre mi alma?
¿Cuándo será esto?, ¡oh mi Dios!, ¿cuándo será?
Un Padrenuestro, Avemaría y nueve veces:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos: llenos están el
cielo y la tierra de vuestra gloria.
Y se responde cada vez:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Al final de las nueve veces se añade:
Santo Dios, Señor fuerte, Santo inmortal; líbranos, Señor, de todo
mal.
Antífona
A Vos, Dios Padre Ingénito; a Vos, Hijo Unigénito; a Vos, Espíritu
Santo Paráclito, santa e individua Trinidad, de todo corazón os
confesamos, alabamos y bendecimos. A Vos se dé la gloria, por los
siglos de los siglos. Amén.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.
Oración
Señor Dios, Uno y Trino; dadnos continuamente vuestra gracia,
vuestra caridad y la comunicación con Vos, para que en tiempo y
eternidad os amemos y glorifiquemos, Dios Padre, Dios Hijo, Dios
Espíritu Santo, en una Deidad, por todos los siglos de los siglos.
Amén.
Omnipotente y sempiterno Dios, que te dignaste revelar a tus
siervos la gloria de tu eterna Trinidad, y hacer que confesando una
sola fe verdadera, adorásemos la unidad en tu augusta Majestad;
te rogamos, Señor, que en virtud de esta fe, nos veamos libres de
toda adversidad y peligro. Amén.
ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
CORONILLA
En el Nombre del Padre…Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:Dios mío, ven en mi auxilio.Señor, date prisa en socorrerme.Gloria al Padre, etc.
1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines, dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos, derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones, danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados, infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles, dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
Si queremos, al final de la Coronilla a San Miguel Arcángel, podemos agregar la siguiente oración a María Reina de los Ángeles.
ORACIÓN A MARÍA REINA DE LOS ÁNGELES
Devocionario. Novenas
Oraciones de cada día.
Por: Arquidiócesis Primada de México | Fuente: laverdadcatolica.org
ARQUIDIÓCESIS PRIMADA DE MÉXICO
NOVENA A SAN JUDAS TADEO
NIHIL OBSTAT 23 de agosto de 1998
Pbro. Lic. José Luis Guerrero R. Censor
"CON LICENCIA ECLESIASTICA"
7 de septiembre de 1998 Pbro. Lic. Guillermo Moreno Bravo
NOVENA
Todos los días de la Novena, dar comienzo con un Padre Nuestro, Ave María y Gloria, seguidos de un Acto de Contrición.
A continuación se rezará la siguiente Oración:
¡Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, discípulo fiel y amigo del Señor Jesús! Te invocamos como Patrono en los casos difíciles y humanamente desesperados. Ruega por mí, pobre pecador, a Dios Todopoderoso, pues me hallo desesperado por (hacer aquí mención de la aflicción que nos agobia) y socórreme, si es para mi provecho, gloria de Dios y honor tuyo.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de tu protección y hacer lo que pueda para extender tu devoción. Amén.
(Pedir a continuación la gracia especial que desea obtener por la intercesión de San Judas a Tadeo y con mucha fe)
Recitar las siguientes INVOCACIONES:
San Judas Tadeo, Apóstol y testigo de Jesucristo: Ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, que fuiste lleno del Espíritu Santo en Pentecostés Ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, que te compadeces de los afligidos: Ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, que obtienes de Dios grandes milagros: Ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, Abogado fiel en los casos difíciles: Ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, afortunado pariente del Señor: Ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, poderoso intercesor de cuantos acuden a tí: Ruega por nosotros.
ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS
Oh Dios, que nos concediste la gracia de llegar a conocer tu Santo Nombre por la predicación de los Apóstoles como San Judas Tadeo, concédenos por su intercesión llegar a practicar sus virtudes y a reflejarías con una vida santa. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
A continuación se lee la meditación para cada día:
DIA PRIMERO: La vocación de San Judas Tadeo
Leemos en los Evangelios la manera en cómo Jesús llamó a su seguimiento a varios de los Apóstoles. A San Pedro y su hermano San Andrés les dijo: "Venid conmigo y os haré pescadores de hombres, y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron" (Mt.4,19). San Mateo, que era publicano (recaudador de impuestos) oyó la voz del Señor que le dijo "Sígueme" y dejando su despacho, se levantó y le siguió (Mt.9,9). No conocemos el momento en que San Judas Tadeo fue llamado al seguimiento de Cristo, pero sabemos que permaneció fiel hasta el final, dando su vida por el Evangelio.
Todos somos llamados al seguimiento de Cristo. También tú tienes una vocación aquí en la tierra, aunque no seas Sacerdote o Religioso. Desde tu Bautismo tienes una vocación: has sido llamado a dar testimonio de Jesús, a dar buen ejemplo practicando todas las virtudes cristianas: paciencia, caridad, pureza, honestidad, etc...
DIA SEGUNDO: El Amor de San Judas Tadeo
En el discurso en la Ultima Cena, Jesús dijo: "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama y el que me ame será amado de mi Padre y yo le amaré y me manifestaré a él". Le dice Judas (no el iscariote) "Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?" Jesús le respondió: "Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada". (Jn. 14,21-23).
San Judas Tadeo bien entendió esto y vivió el amor a Dios y a los hermanos. Por eso en su carta, en el versículo 21 nos exhorta: "y consérvense en el amor de Dios esperando que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo los lleve a la vida eterna".
Pidámosle a San Judas Tadeo que nuestro corazón esté siempre inflamado del amor de Jesús.
(Invocaciones y Oración final como el primer día)
DIA TERCERO: El celo de San Judas Tadeo
El verdadero celo apostólico es resultado natura del amor a Jesucristo que no desea nada más que la gloria de su Padre Eterno y la salvación de las almas. San Judas Tadeo manifestó su celo apostólico no sólo con la predicación del Evangelio hasta las más remotas regiones, sino que según la tradición, dio su vida por Jesús en Persia (hoy Irán). En los versículos 17 al 19 de su carta, nos dice: "Pero ustedes, hermanos queridos, acuérdense de lo que les predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, cuando les advertía: "En los últimos tiempos habrá impostores que vivirán impíamente y a capricho de sus pasiones". Son los que introducen discordias, viven sensualmente y no poseen el Espíritu.
¿Imitamos a San Judas Tadeo en el celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas?, ¿Hacemos algo o militamos en algún Grupo Apostólico?, ¿Nos preparamos estudiando nuestra Santa Religión para defenderla de los ataques de los impíos?
(Invocaciones y Oración final como el primer día)
DIA CUARTO: La Fe de San Judas Tadeo
"Fe se te pide y vida recta" dice la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis en el Libro IV, Cap. XVIII. Y continúa: "no elevado entendimiento ni profundizar los misterios de Dios. Si no entiendes ni alcanzas las cosas que están debajo de ti, ¿cómo comprenderás las que están sobre ti? Sujétate a Dios y humilla tu razón a la Fe".
San Judas Tadeo siguió con fidelidad y fe ardiente al llamado de Jesucristo a la penosa vida del apostolado y aunque era su pariente cercano, le reconoció como su Maestro, Señor e Hijo de Dios hecho Hombre. Predicar a Jesús y su Doctrina fue su ocupación constante desde que fue llamado y por esa misma fe dio su vida. En su carta nos dice en los versículos 20 y 21: "Ustedes, en cambio, amados, edifiquen su vida sobre la santidad de su fe. Oren movidos por el Espíritu Santo y consérvense en el amor de Dios esperando que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo los lleve a la vida eterna."
Nos exhorta San Judas Tadeo a no olvidar los avisos y enseñanzas de los Apóstoles y mantenernos firmes en la Fe. Si queremos, por tanto merecer la protección de este Santo, deberemos guardar la Fe Católica aún a costa de nuestra sangre si fuere necesario.
(Invocaciones y Oración final como el primer día)
DIA QUINTO: La Fortaleza de San Judas Tadeo.
La Fortaleza es una de las cuatro Virtudes Cardinales del cristiano que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. Nos hace capaces de vencer el temor, incluso a la muerte y de hacer frente a las pruebas y las persecuciones. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa justa. "Mi fuerza y mi cántico es el Señor (Sal. l18,14). "En el mundo tendréis tribulación, pero ánimo, Yo he vencido al mundo" (Jn.16,33). (Catecismo de la Iglesia Católica, 1808).
La Cada de San Judas Tadeo manifiesta su fortaleza al denunciar valientemente a los herejes, exhortando a los fieles a permanecer firmes en la Fe y la Doctrina Apostólica. Con extraordinaria fortaleza responde a los ataques de los cristianos degenerados a los que llama "nubes sin agua arrastradas por el viento, árboles sin hojas ni fruto, completamente muertos, arrancadlos de raíz".
Tiene San Judas Tadeo aquella fortaleza de San Pedro o de San Pablo, la de Santiago o San Juan, como vemos en sus respectivos escritos. Y como ellos, supo llevar su fidelidad al Señor Jesús hasta el martirio. Pidamos a este valeroso Santo aquella fortaleza tan necesaria en estos tiempos de impiedad y cobardía, para confesar claramente y sin ambages nuestra adhesión a la Doctrina del Evangelio y a las enseñanzas de la Iglesia Católica.
(Invocaciones y Oración final como el primer día)
DIA SEXTO: La Humildad de San Judas Tadeo
"Dios derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes" exclamó la Virgen María cuando visitó a su prima Santa Isabel(Lc.1,52) y se declara humildemente "esclava del Señor".
Dios protege y ama al humilde. El orgulloso no tiene en su corazón lugar para Dios y cree no necesitarlo, como le pasó a los fariseos que quedaron al margen de la Redención al matar a Jesús.
La profunda humildad de San Judas Tadeo queda de manifiesto desde el primer versículo de su carta, en el cual en vez de presentarse como pariente de Jesucristo, se titula su siervo y hermano de Santiago.
Por eso, cumpliéndose la sentencia de que quien se humille será exaltado, San Judas brilla en el cielo como estrella de primera magnitud junto a los demás Apóstoles y que en la tierra Dios le haya concedido el poder socorrer pronto y eficazmente a los devotos que con humildad le invocan.
A ejemplo de San Judas Tadeo, seamos humildes de corazón y no solamente obtendremos su protección, sino la mirada benévola de Dios.
(Invocaciones y Oración final como el primer día)
DIA SEPTIMO: La Mansedumbre de San Judas Tadeo
El Señor Jesús nos dijo: "Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón". Y en otra ocasión, en el Sermón de la Montaña, expresó: "Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra en herencia" (Mt.5,4). Humildad y Mansedumbre van de la mano. No podemos ser mansos como Jesucristo sin antes ser humildes verdaderamente.
Dice la tradición que San Judas Tadeo dio muestras de esa mansedumbre toda su vida, atrayendo a muchos al Evangelio por su buen talante y bondad. Cuando el rey persa Agábaro lo mandó encarcelar, aceptó gustoso el padecer por Jesús y cuando magos enemigos lo arrojaron a las fieras, les comunicó su mansedumbre con la señal de la Cruz.
No es fácil ser manso y humilde en el mundo actual porque las agresiones llegan por todos lados, Por eso debemos pedir a San Judas Tadeo interceda por nosotros para poder adquirir tan importantes virtudes. Como él debemos imitar a Jesús y ser dulces, misericordiosos, benignos, amables y mansos de corazón. Así daremos gloria a Dios y atraeremos a muchas almas hacia Jesucristo.
(Invocaciones y Oración final como el primer día)
DIA OCTAVO: La Sabiduría de San Judas Tadeo
Tomás de Kempis en su libro "Imitación de Cristo", dice: "Bienaventurado aquél a quien la verdad por sí misma enseña, no por medio de figuras y palabras pasajeras". Consideremos pues la sabiduría de San Judas Tadeo que fue ilustrado nada menos que por Aquél que es el Camino, la Verdad y la Vida, Cristo el Señor, Como los demás Apóstoles, fue preparado por Jesús durante tres años para difundir después la Verdad del Evangelio por tierras lejanas.
La carta de San Judas Tadeo nos revela su sabiduría al llamar a los herejes "estrellas errantes a las que está reservada para siempre la más completa oscuridad" (Jud.13). En la historia de la Iglesia muchos herejes han sido en realidad como esas estrellas fugaces, meteoros que por un instante iluminan y se pierden después en las tinieblas de la noche para siempre.
San Judas nos enseña la grande obligación que tenemos de ir siempre creciendo en el amor de Dios y de conducir a nuestros hermanos por el verdadero camino de la sabiduría evangélica.
Pensemos que en nuestro mundo, en derredor nuestro, hay muchísimos hermanos que viven, como dice la Biblia, "sentados en tinieblas y sombras de muerte", debido a la ignorancia religiosa. Católicos de nombre, hermanos separados o pertenecientes a alguna secta no cristiana, ignoran las verdades salvadores del Verdadero Catolicismo, predicado por la Iglesia que fundó Cristo mismo y basada en las enseñanzas de los Santos Apóstoles como San Judas Tadeo y guiada por el Pontífice Romano, sucesor de San Pedro.
Pidamos a San Judas Tadeo no tan sólo la absoluta fidelidad a las enseñanzas del Papa y del Magisterio de la Iglesia Católica, sino también la sabiduría y el valor para difundir el Evangelio entre los que nos rodean.
(Invocaciones y Oración final como el primer día)
DIA NOVENO: El Poder de San Judas Tadeo
Leemos en el Evangelio de San Marcos que "Los Apóstoles salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban" (Mc. 16,20).
Según una tradición, San Judas Tadeo al predicar el Evangelio en Persia, convirtió a innumerables paganos, entre ellos al mismo Rey de Edesa, Agábaro, curándolo en su cuerpo y en su alma. Sus enemigos, los magos e impostores, nada pudieron contra San Judas pues quitó el veneno mortal a las serpientes que le arrojaron.
Podemos con toda confianza acudir al poder de San Judas Tadeo en aquellos casos en que toda esperanza, humanamente hablando, parece no existir, La devoción auténtica a San Judas Tadeo implica, por supuesto, el compromiso de vivir en Gracia de Dios, cumpliendo a la perfección los mandamientos tanto de Dios como de la Santa Madre Iglesia. Sería una incongruencia esperar un favor de un Santo, estando al mismo tiempo alejados de Dios por el pecado mortal.
Con la conciencia tranquila después de haber recibido la absolución en el Sacramento de la Reconciliación, después de habernos alimentado con el sacratísimo Cuerpo de Cristo en una santa comunión, podemos acudir a San Judas Tadeo invocando su intercesión ante Jesucristo, su pariente próximo y Dios Todopoderoso.
En caso de haber sido escuchadas nuestras súplicas, no olvidar dar gracias tanto a Dios como a San Judas Tadeo y propagar su devoción evitando supersticiones y exageraciones, que no agradan a nuestro Santo.
(Invocaciones y Oración final, como el Primer día)
La celebración de la fiesta de un Santo nos recuerda nuestra propia vocación a la santidad. San Pedro, hermano de Andrés, nos lo recuerda de forma estimulante en su carta escrita precisamente a los cristianos de Asía Menor: Sed santos en todo vuestro proceder, porque escrito está: "Sed santos, porque Santo soy Yo" (1 Pe.1,15). Juan Pablo II
Oración que enseñó María del Rosario de San Nicolás
3-1-84 Oración para el angustiado.
Siento necesidad de decirle a mi Virgen María:
“Madre mía Celestial
qué me tienes reservado:
no sé si es dolor o alegría;
pero sé que en este día
en que me siento agotada,
solo pienso en tu Hijo
que llevó su cruz a cuestas,
que cargó todo el dolor
sin expresar una queja.
Cuánto sufrió Jesús
por el mundo y sus pecados.
Y también pienso por Ti,
tu dolor no se compara;
nada ni nadie en la tierra
sufrió lo que tú sufriste
y siento que yo, Virgen mía,
tendría que estar llorando
no de pena, sino de alegría,
por la carga que me das.
Madre, perdón por tener
estos malos pensamientos.
Ahora me siento aliviada,
sé que estoy iluminada
y me siento resguardada
con toda tu protección.
Amén”.
Esta oración no es solamente para ti, también es para todo aquel que está angustiado por algún motivo, debéis leerla y os aseguro que se aliviará. Hazla conocer.
Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia De Astónac. El arcángel le dijo a la religiosa que deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles. La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.
Promesas: A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel promete grandes bendiciones: Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.
En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles. Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías. Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.
En el Nombre del Padre...
Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías
2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines, dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos, derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones, danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados, infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles, dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:
*En honor a San Miguel ...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro
Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos celestiales, fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios, admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud, dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.
V. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.
Oremos. Todopoderoso y Eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu Iglesia algloriosísimo Arcángel San Miguel, te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos de modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad. Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Si queremos, al final de la Coronilla a San Miguel Arcángel, podemos agregar la siguiente oración:
ORACIÓN A MARÍA REINA DE LOS ÁNGELES
¡Oh Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles!
Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal; dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos; enviad las santas legiones para que, bajo vuestras órdenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.
¿Quién como Dios?
Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos y guardadnos. ¡Oh buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh divina Madre! Enviad los Santos Ángeles para defendernos y rechazar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén.
Historia de esta oración:
Ante el gran combate espiritual que libramos, Dios ha querido proveer por nosotros. Pero debemos rezar si deseamos su ayuda.
Escribe acerca de la Reina de los Ángeles el Venerable Luis Eduardo Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María:
En 1863 un alma... sintió su mente elevada hacia la Santísima Virgen, quien le dijo que efectivamente, los demonios andaban sueltos por el mundo, y que había llegado la hora de rogarle como Reina de los Ángeles pidiéndole las legiones santas para combatir y aplastar los poderes infernales.
–"Madre mía", dijo esta alma, "¿ya que sois tan buena, no podrías enviarlas sin que os rogáramos?"
–"No", respondió la Santísima Virgen, "la oración es condición impuesta por Dios para alcanzar las gracias".
– "Entonces, Madre mía", dijo el alma "¿querrías enseñarme Vos la manera de rogaros?"
Y creyó escuchar la oración “Oh Augusta Reina...”
El señor Cestac fue el depositario de esta oración. Lo primero que hizo fue presentarla a Monseñor Lacroix, obispo de Bayona, quien le dio su aprobación. Inmediatamente mandó imprimir medio millón de ejemplares, que distribuyó gratis por todas partes.
No estará demás advertir que, durante la primera impresión, las máquinas se rompieron dos veces. La oración a la Reina de los Ángeles se extendió rápidamente y fue aprobada por muchos obispos y arzobispos.
San Pío X concedió trescientos días de indulgencia a quienes la rezaren.
Oración al Ángel Custodio
Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname. Amén.
Oración al Arcángel San Miguel
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Letanía al Arcángel San Miguel
-Cristo, óyenos. (Se repite)
-Cristo, escúchanos.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-San Miguel, (Ruega por nosotros)
-Tú, cuyo nombre es un relámpago,
-Tú, cuyo nombre es un himno a Dios,
-Serafín del incensario de oro,
-Elevada llama de amor divino,
-Perfecto adorador de Dios,
-Modelo de sumisión amorosa,
-Modelo de pronta obediencia,
-Leal servidor de Dios,
-Primer heraldo de la verdad,
-Primer defensor de la fe,
-Primer testigo de Dios,
-Instigador de la lucha contra Satanás,
-Ángel apóstol de los ángeles,
-Celador del Reino de Dios,
-Primer defensor de la justicia,
-Primer vengador del buen derecho,
-Abogado nuestro,
-Portador de las llaves del abismo,
-Tú que encadenas a Satanás,
-Justiciero de Dios,
-Portaestandarte de la Trinidad,
-Guerrero de armas de luz,
-Espada de Dios,
-Terror de los traidores y de los perjuros,
-Terror de los orgullosos demonios,
-Centella de Dios,
-Tú que llevas las siete estrellas,
-Vencedor de la primera guerra,
-Virrey de los ejércitos de Dios,
-Inspirador de valentía,
-Tú que guerreas por el mundo,
-Defensor de los hijos de Dios,
-Ángel que vale por mil ejércitos,
-Esperanza de los combatientes,
-Intrépido soldado de Dios,
-Refuerzo dado a las justas causas,
-Liberador de los oprimidos,
-Caballero de Dios,
-Angel de los pastores de Navidad,
-Angel de Cristo en agonía,
-Ángel de la aurora pascual,
-Consejero de Constantino,
-Guerrero del castillo del Santo Ángel,
-Protector de la unidad católica de España y de las Naciones Hispanoamericanas,
-Cantor de los gozos marianos,
-Espejo del Altísimo,
-Ángel vicario del Verbo,
-Protector de la Iglesia militante,
-Consolador de la Iglesia purgante,
-Honor de la Iglesia triunfante,
-Tú, que recibes la confesión de nuestros pecados,
-Tú, a quien la Iglesia implora en nuestra última hora,
-Tú, cuya potente voz despertará a los muertos,
-Introductor de las almas al cielo,
-Asiste de Cristo en el Gran Día,
-Heraldo de las sentencias eternas,
-Precantor de las alabanzas divinas,
-El más elevado de los serafines,
-Príncipe de los nueve coros de Angeles,
Oremos
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
ORACIONES BÁSICAS
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad como en el cielo asi en la tierra . El pan nuestro de cada día, danosle hoy; perdona nuestras deudas, asi como nosotros perdonamos a nuestro deudores; y no nos pongas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos; está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo.
La Santa Iglesia Católica; la comunión de los Santos.
El perdón de los pecados.
La resurrección de la carne.
La vida perdurable. Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Acto de contrición
Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí. Pero mucho más me pesa, porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Ángelus
Esta oración, que en su forma actual ya se conocía en el s. XVI, nos recuerda el gran misterio de la Encarnación, por el cual María fue elevada a la excelsa dignidad de Madre de Dios.
Se reza tres veces al día: al amanecer, al mediodía y al atardecer.
Se debe rezar de rodillas, excepto el Sábado por la tarde y el Domingo, que se reza de pie, en recuerdo de la resurrección de Jesús.
V. El Ángel del Señor Anunció a María.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, a fin de que habiendo conocido por la voz del Ángel el Misterio de la Encarnación de tu divino Hijo, podamos, por los méritos de su Pasión y de su Cruz, alcanzar la gloria de la Resurrección. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Regina Coeli
Esta antífona, que data del s. X, se reza durante el tiempo pascual en vez del Ángelus (siempre de pie)
V. Reina del Cielo, alégrate, aleluya.
R. Porque Aquel, a Quien mereciste llevar, aleluya.
V. Resucitó según dijo, aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.
R. Porque resucitó el Señor verdaderamente, aleluya.
Oremos:
Oh Dios, que has alegrado al mundo por la Resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, concédenos, por la intercesión de su Madre, la Virgen María, alcanzar los gozos de la Vida eterna. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V. Envía, Señor, tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos el gustar todo lo recto según el mismo Espíritu y gozar siempre de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Ángel de la Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname. Amén.
San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón;
mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Acordaos (Memorare)
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
ORACIONES DE LA MAÑANA
+ Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestro enemigos + líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón; te doy gracias por haberme creado, redimido, hecho cristiano y por haberme conservado la vida en esta noche.
Te ofrezco todos mis pensamientos, palabras, obras y trabajos del presente día, a mayor honra y gloria tuya, en penitencia por mis pecados y en sufragio de las almas del purgatorio.
Dame, Señor, tu gracia para que pueda servirte fielmente en este día, y me vea libre de todo pecado y de todo mal. Amén.
Padre nuestro...
Dios te salve, María...
Consagración al Sagrado Corazón
Oh Jesús mío, por medio del Corazón Inmaculado de María Santísima, te ofrezco las oraciones, obras y trabajos del presente día, para reparar las ofensas que se te hacen y por las demás intenciones de tu Sagrado Corazón.
Oración a la Santísima Virgen
Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco del todo a ti, y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy del todo tuyo, oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.
A San José
Señor, que con inefable providencia te has dignado escoger a San José para esposo de tu santísima Madre, haz que así como le veneramos cual protector en la tierra, así sea él nuestro intercesor en el cielo. Amén.
Al Ángel de la Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.
ORACIONES DE LA NOCHE
Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a todas las cosas, te doy gracias por haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado en este día. Dame luz y gracia para conocer mis pecados y arrepentirme de ellos.
Te adoro, Dios mío, postrado con profunda humildad ante tu presencia soberana. Creo en ti, porque eres Verdad infalible. Espero en ti, porque eres Bondad infinita, fiel a tus promesas. Te amo con todo mi corazón, porque eres sumamente amable, y amo a mi prójimo como a mí mismo por amor a ti.
Examen de conciencia
Es indispensable, para la vida normal del cristiano, no descuidar, ni una noche, el examen de conciencia o revisión del día.
Se puede hacer según el siguiente orden:
A. Dar gracias a Dios por los beneficios recibidos.
B. Pedir gracia para conocer los pecados y detestarlos.
C. Examinar brevemente las faltas cometidas durante el día, particularmente el defecto dominante.
D. Pedir perdón a Dios por dichas faltas.
E. Proponer enmienda con su gracia.
Oración de San Bernardo
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos.
Animados con esta confianza, a Vos también acudimos, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos atrevemos a comparecer ante vuestra presencia soberana.
Oh Madre de Dios, no despreciéis nuestras súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
Al Ángel de la Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en esta noche. Amén.
A San José
Glorioso San José, padre adoptivo de Jesús y esposo de la bienaventurada Virgen María, te elijo, desde ahora y para siempre, por mi particular patrono, por dueño y director de mi alma y de mi cuerpo, de mis pensamientos, palabras y obras, de mi vida y de mi muerte. Te suplico me recibas por servidor tuyo perpetuo, me asistas en todas mis acciones, y me obtengas la inestimable gracia de vivir y morir como tú, en el amor de Jesús y de María. Amén.
Himno de Completas
Disipa la densa noche,
oh Cristo, día y fulgor,
Tú que eres Luz de Luz,
de los justos resplandor.
Custódiame esta noche
con tu amor y con tu paz,
en ti hallemos el descanso,
dulces horas de solaz.
Si el sueño cierra los ojos,
te contemple el corazón;
proteja tu suave mano
a cuantos te aman, Señor.
Rechaza a nuestros rivales,
guárdanos, oh Defensor,
gobierna a todos los hombres
que tu Sangre redimió.
A ti, Cristo, Rey clemente,
y a ti, Padre Creador,
con el Espíritu Santo
se tribute siempre honor. Amén.
Oración conclusiva
Visita, Señor, esta habitación, y aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición esté siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
El Señor todo poderoso nos conceda una noche serena y una muerte santa. Amén.
Oración por un enfermo, enseñada por la Reina de la Paz
El 22 de junio de 1985, la Virgen dictó a Jélena Vasilij esta oración por un enfermo. A este propósito la Virgen ha dicho: "Queridos hijos: ¡La oración más hermosa que podéis rezar por un enfermo es precisamente ésta!
La Virgen ha añadido a Jélena que el mismo Jesús la ha aconsejado. Jesús quiere que, durante el rezo de esta plegaria, tanto el enfermo como quien intercede por él se abandonen con confianza en las manos de Dios.
(Recitad tres veces el Gloria, antes de esta oración)
“Oh, Dios mío, el enfermo que se encuentra ante Ti ha venido a exponerte su deseo, pidiéndote lo que juzga ser para él la cosa más importante. Dios mío, infunde Tú en su corazón este convencimiento: ¡Lo importante es que gocemos de salud en el alma! ¡Que se cumpla en todo, Señor, sobre él tu santa voluntad! Si quieres su curación, que se cure, pero si tu voluntad es otra, que siga llevando su cruz.
También te pido por cuantos intercedemos por él: purifica nuestros corazones para que seamos dignos de transmitir, por nuestro medio, tu divina misericordia. Señor, protégelo y alivia sus penas. Que se cumpla en él tu santa voluntad. Que sea revelado por su medio tu Santo Nombre. Ayúdale a llevar con valentía su cruz.”
ORACIONES
Oración para cuando falta fe, del Padre Arrupe
Señor, cuando me siento ciego y sin luz
para comprender lo que debo hacer yo
o sugerírselo a los demás,
vienen a mis labios las palabras
del ciego del Evangelio:
“Señor, que vea”.
Dame, sobre todo, sensibilidad
y prontitud para escuchar,
para que pueda oírte
cuando llamas a mi puerta:
“Mira que estoy a la puerta y llamo”.
A veces, Señor, me encuentro
interiormente tan pobre,
tan sucio, tan lleno de heridas.
Extiéndeme tu mano,
como hiciste
con el leproso del Evangelio:
“Si quieres puedes limpiarme”.
Danos tu fuerza
para cumplir nuestra misión,
la misma fuerza
que diste a los apóstoles,
cuando los llamaste para seguirte,
la que diste a Mateo
cuando le dijiste: “Sígueme.
Y él se levantó y le siguió”.
Siguiendo el consejo
de tu Madre en Caná:
“Hagan lo que Él les diga”,
estamos ciertos de que,
si acogemos tus palabras,
tu fuerza todopoderosa
no sólo cambiará el agua en vino,
sino que hará
de nuestros corazones de piedra
corazones de carne.
Por eso te pedimos:
“Ayuda mi falta de fe”.
Por el Padre Arrupe sj
Artículo originalmente publicado por Oleada Joven
Una oración muy linda que le podemos decir a María es la que enseñara San Juan Bosco para decirle a María Auxiliadora, que es la siguiente: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”. Y Don Bosco prometía que quien dijera muchas veces esta oración durante su vida, obtendría favores admirables.
Dijo Jesús a María Marta Chambón: “El pecador que dijese la oración siguiente: Eterno Padre, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas, obtendrá su conversión”.
Dijo Jesús a Santa Faustina Kowalska: “Es mi deseo que tengas un conocimiento más profundo del amor que quema Mi corazón, y tú entenderás esto, cuando medites en Mi Pasión. Pidan Mi Misericordia a favor de los pecadores, yo deseo su salvación. Cuando digas esta oración, con un corazón contrito y con fe por el bien de algún pecador, Yo le daré la gracia de la conversión. Esta es la oración: “¡Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en Ti!”.
En el año 1636 Nuestro Señor le hizo a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento una promesa que se ha hecho muy famosa: “Todo lo que quieras pedir, pídemelo por los méritos de mi infancia, y tu oración será escuchada”.
Dijo Jesús a Santa Margarita María de Alacoque: “Anuncia y haz saber al mundo entero que yo no pondré límites a mis beneficios cuando éstos me serán solicitados por mi Corazón”
San Bernardo le preguntó al Divino Salvador, cuál fue Su dolor en la Pasión más desconocido por los hombres. Jesús le respondió: Tenía una llaga profundísima en el hombro sobre el cual cargué mi pesada cruz; esa llaga era la más dolorosa de todas. Los hombres no la conocen. Honrad pues esta llaga y haré todo lo que por ella pidas...
Dijo la Santísima Virgen a la Madre Magdalena: "CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA".
ORACIÓN DE COMBATE A SAN MIGUEL
Se llama primero a San Miguel ( "Quién es como Dios, nadie es como Dios" tres veces), pidiéndole permiso al Padre celestial con el rezo de un Padrenuestro. Luego se dice la oración que se enseñó para estos tiempos: San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: "Quién es como Dios, nadie es como Dios", someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies. Amén.
ORACION A SAN JUDAS TADEO
Apóstol San Judas Tadeo, fiel discípulo de Cristo, que predicaste la fe, lleno de celo ardiente por la salvación de las almas y la confirmaste con el martirio; alcánzame de Jesucristo aumento en la fe, firmeza en la esperanza y mayor fervor en mi caridad y amor para con Dios y el prójimo.
Hoy te ruego, glorioso Apóstol, me alcances las gracias...............
que pido a Dios por tu intercesión, si han de ser para mayor gloria suya y salvación de mi alma. Amén.
ORACION POR LOS ENFERMOS, SAN PIO DE PIETRELCINA
San Pío de Pietrelcina, ya que durante tu vida terrena mostraste un gran amor por los enfermos y afligidos, escucha nuestros ruegos e intercede ante el Padre misericordiosos por los que sufren. Asiste desde el cielo a todos los enfermos del mundo; sostiene a quienes han perdido toda esperanza de curación; consuela a quienes gritan o lloran por sus tremendos dolores; protege a quienes no pueden atenderse o medicarse por falta de recursos materiales o ignorancia; alienta a quienes no pueden reposar porque deben trabajar; vigila a quienes buscan en la cama una posición menos dolorosa; acompaña a quienes pasan las noches insomnes; visita a quienes ven que la enfermedad frustra sus proyectos; alumbra a quienes pasan una “noche oscura” y desesperan; toca los miembros y músculos que han perdido movilidad; ilumina a quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los atormentan; apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran; calma a quienes se estremecen por dolores y calambres; concede paciencia, humildad y constancia a quienes se rehabilitan; devuelve la paz y la alegría a quienes se llenaron de angustia; disminuye los padecimientos de los más débiles y ancianos; vela junto al lecho de los que perdieron el conocimiento; guía a los moribundos al gozo eterno; conduce a los que más lo necesitan al encuentro con Dios; y bendice abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los consuelan en su angustia y los protegen con caridad. Amén.
Las 15 Oraciones Reveladas Por Nuestro Señor a Santa Brígida de Suecia
Por mucho tiempo, Santa Brígida había deseado saber cuantos latigazos había recibido Nuestro Señor en Su Pasión. Un cierto día se le apareció Jesucristo, diciendole: "Recibí en Mi Cuerpo, cinco mil, cuatro cientos ochenta latigazos; son 5480 azotes. Si quereis honrarlos en verdad, con alguna veneración, decid 15 veces el Padrenuestro, también 15 veces el Ave Maria, con las siguientes Oraciones, durante un año completo. Al terminar el año, habreis venerado cada una de Mis Llagas." (Nuestro Señor mismo le dictó las Oraciones a la Santa).
PROMESAS:
Libraré del Purgatorio a 15 almas de su parentela o linaje.
15 almas de su parentela o linaje serán preservadas y confirmadas en gracia.
15 pecadores de su linaje serán convertidos.
El que rezare estas Oraciones, alcanzará el primer grado de la perfección.
15 días antes de su muerte, le daré el alimento de Mi Sagrado Cuerpo, para que se escape del hambre eterno; y le daré de beber de Mi Preciosísima Sangre, para que no padezca de sed eternamente.
15 días antes de su muerte, sentirá contricción profunda por todos sus pecados; y tendrá conocimiento perfecto de todas sus culpas.
Yo pondré el Signo de Mi Victoriosa Cruz delante de él, para que sea su amparo y defensa contra las asechanzas de sus enemigos.
Antes de su muerte, vendré a él con Mi Carisma y Bienamada Madre.
Benignamente recibiré su alma; y e conduciré a las delicias eternas.
Y habiendo conducido a esta alma hasta las Mansiones Eternas, allí le daré de beber del Manatial de Mi Divinidad; cosa que no haré con los que no hayan recitado Mis Oraciones.
Haz saber que el que haya vivido en estado de pecado mortal aun por 30 años, si rezare devotamente estas Oraciones, ó si hubiere propuesto rezarlas, el Señor le perdonará todos sus pecados.
Yo le defenderé contra graves tentaciones.
Preservaré y guardaré sus 5 sentidos.
Le preservaré de una muerte repentina.
Su alma será librada de la muerte eterna.
Esta alma obtendrá todo cuanto le pidiere a Dios y a la Santísima Virgen.
Si haya vivido haciendo su propia voluntad durante toda su vida y si debiera morir al dia siguiente, Yo le prolongaré su existencia para que se confiese bien.
Cada vez que un alma rezare estas Oraciones, ganará 100 días más de indulgencia.
Se le asegura que será colocado junto al Supremo Coro de los Santos Angeles.
Al que enseñare estas Oraciones a otra persona, se le asegura gozo continuo; y el mérito perdurable por toda la eternidad.
Dondequiera que se rezaren estas Oraciones, ó si se rezan en algún tiempo futuro, allí estará Dios presente con su Gracia.
Santa Brígida de Suecia, 1302-1373.
Primera Oración
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesucristo! ¡Sois la Eterna Dulzura de todos los que Os aman; la Alegria que sobrepasa todo Gozo y Deseo; la Salvación y Esperanza de todos los pecadores!. Habeis manifestado no tenér mayor deseo que el de permanecer en medio de los hombres, en la tierra. Los amais hasta el punto de asumir la naturaleza humana, en la plenitúd de los tiempos, por amor a ellos. Acordáos de todos los sufrimientos que habéis soportado desde el instante de Vuestra Concepción; y especialmente durante Vuestra Sagrada Pasión; asi como fue decretado y ordenado desde toda la eternidad; según el Plan Divino.
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Acordaos, Oh Señor, que durante la Ultima Cena con Vuestros Discípulos les habéis lavado los pies; y después, les disteis Vuestro Sacratísimo Cuerpo, y Vuestra Sangre Preciosísima. Luego, confortándolos con dulzura, les anunciasteis Vuestra próxima Pasión.
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Acordaos de la tristeza y amargura que habeis experimentado en Vuestra alma, como Vos mismo lo afirmasteis, diciendo: "Mi alma está triste hasta la muerte".
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Acordaos de todos los temores, las angustias y los dolores que habéis soportado, en Vuestro Sagrado Cuerpo, antes del suplicio de la Crucifixión. Después de haber orado tres veces, todo bañado de sudor sangriento, fuisteis traicionado por Vuestro discípulo Judas; apresado por los habitantes de una nación que habíais escogido y enaltecido. Fuisteis acusado por falsos testigos, e injustamente juzgado por tres jueces; todo lo cual sucedió en la flor de Vuestra Madurez y en la Solemne Estación Pascual.
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Acordaos que fuisteis despojado de Vuestra propia vestidura, y revestido con manto de irrisión. Os cubrieron los Ojos y la Cara infligiendo bofetadas. Después, coronandoos de espinas, pusieron en vuestras manos una caña. Finalmente fuisteis atado a la columna, desgarrado con azotes, y agobiado de oprobios y ultrajes.
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En memoria de todas estas penas y dolores que habeis soportado antes de Vuestra Pasión en la Cruz, concededme antes de morir, una contricción verdadera, una confesión sincera y completa; adecuada satisfacción; y la remisión de todos mis pecados. Amén.
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Segunda Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, la Verdadera Libertad de los Angeles y Paraiso de Delicias!. Acordaos del horror y la tristeza con que fuisteis oprimido, cuando, vuestros enemigos como leones furiosos, Os rodearon con miles de injurias, salivazos, bofetadas, laceraciones, arañazos y otros suplicios inauditos. Os atormentaron a su antojo.
En consideración a estos tormentos y a las palabras injuriosas, Os suplico, ¡Oh mi Salvador y Redentor!, que me libreis de todos mis enemigos visibles e invisibles y que, bajo Vuestra protección, hagais que yo alcance la perfección de la Salvación Eterna. Amén.
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Tercera Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Creador del Cielo y de la Tierra, al que nada puede contener ni limitar!. Vos lo abarcais todo y todo es sostenido bajo Vuestra Amorosa Potestad. Acordaos del dolor muy amargo que sufristeis cuando los judios, con gruesos clavos cuadrados, golpe a golpe, clavaron Vuestras Sagradas Manos y Pies a la Cruz. Y no viendoos en un estado suficientemente lamentable para satisfacer su furór, agrandaron Vuestras Llagas, agregando dolor sobre dolor. Con indescriptible crueldad, extendieron Vuestro Cuerpo en la Cruz, y con jalones y estirones violentos, en toda dirección, dislocaron Vuestros Huesos.
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¡Oh Jesús!, en memoria de este Santo Dolor que habeis soportado con tanto amor en la Cruz, Os suplico concederme la gracia de temeros y amaros. Amén.
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Cuarta Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Médico Celestial, elevado en la Cruz para curar nuestras llagas con las Vuestras!. Acordaos de las contusiones y los desfallecimientos que habeis sufrido en todos Vuestros Miembros y que fueron distendidos a tal grado, que no ha habido dolor semejante al Vuestro. Desde la cima de la cabeza hasta la planta de los pies, ninguna parte de Vuestro Cuerpo estaba exenta de tormentos. Sin embargo, olvidando todos Vuestros Sufrimientos, no dejásteis de pedir por Vuestros enemigos a Vuestro Padre Celestial, diciendole: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen."
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Por esta inmensa Misericordia, y en memoria de estos Sufrimientos, Os hago esta súplica: Conceded que el recuerdo de Vuestra muy amarga Pasión, nos alcance una perfecta contricción, y la remisión de todos nuestros pecados. Amén.
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Quinta Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Espejo de Resplendor Eterno!. Acordaos de la tristeza aguda que habeis sentido al contemplar con anticipación las almas que habian de condenarse. A la luz de Vuestra Divinidad, habeis vislumbrado la predestinación de aquellos que se salvarían, mediante los méritos de Vuestra Sagrada Pasión. Simultáneamente, habeis contemplado tristemente la inmensa multitud de réprobos que serían condenados por sus pecados; y Os habeis quejado amargamente de esos desesperados, perdidos y desgraciados pecadores.
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Por este abismo de compasión y piedad y principalmente por la bondad que demostrásteis hacia el buen ladrón diciéndole: "Hoy estarás conmigo en el Paraiso.", hago esta súplica, Dulce Jesús, Os pido que a la hora de mi muerte tengais misericordia de mi. Amén.
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Sexta Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Rey infinitamente amado y deseado!. Acordáos del dolor que habeis sufrido, cuando, desnudo y como un criminal común y corriente, fuisteis clavado y elevado en la Cruz. También fuisteis abandonado de todos Vuestros parientes y amigos; con la excepción de Vuestra muy amada Madre. En Vuestra Agonia, Ella permaneció fiel junto a Vos; luego, la encomendásteis a Vuestro fiel discípulo Juan, diciendo a María: "¡Mujer, he aqui a tu hijo!", y a Juan: "¡He aqui a tu Madre!".
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Os suplico, ¡Oh mi Salvador!, por la espada de dolor que entonces traspasó el alma de Vuestra Santísima Madre, que tengais compasión de mi. Y en todas mis aflicciones y tribulaciones, tanto corporal como espirituales, ten piedad de mi. Asistidme en todas mis pruebas, y especialmente en la hora de mi muerte. Amén.
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Séptima Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Inagotable Fuente de Compasión, ten compasión de mi!. En un profundo gesto de amor, habeis exclamado en la Cruz: "¡Tengo sed!". Era sed por la salvación del género humano. ¡Oh mi Salvador!, Os ruego que inflamais nuestros corazones con el deseo de dirigirnos hacia la perfección en todas nuestras obras. Entinguid en nosotros la concupiscencia carnal, y el ardor de los apetitos mundanos. Amén.
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Octava Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Dulzura de los corazones y Deleite del espíritu!. Por el vinagre y la hiel amarga que habeis probado en la Cruz, por amor a nosotros, oid nuestros ruegos. Concedednos la gracia de recibir dignamente, Vuestro Sacratísimo Cuerpo y Sangre Preciosísima, durante nuestra vida; y también a la hora de la muerte, para servir de remedio y consuelo a nuestras almas. Amén.
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Novena Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Virtud Real y Gozo del alma!. Acordaos del dolor que habeis sentido, sumergido en un océano de amargura, al acercarse la muerte. Insultado y ultrajado por los judíos, clamásteis en alta voz que habíais sido abandonado por Vuestro Padre Celestial, diciéndole: "Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has abandonado?".
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Por esta angustia, Os suplico, ¡Oh mi Salvador!, que no me abandoneis en los terrores y dolores de mi muerte. Amén.
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Décima Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Principio y Fin de todas las cosas, Sois la Vida y la Virtud Plena!. Acordaos que por nuestra causa fuisteis sumergido en un abismo de penas; sufriendo dolor desde la planta de los Pies hasta la cima de la Cabeza. En consideración a la enormidad de Vuestras Llagas, enseñadme a guardad por puro amor a Vos, todos Vuestros Mandamientos, cuyo camino de Vuestra Ley Divina es ámplio y agradable, para aquellos que Os aman. Amén.
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Undécima Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús!, ¡Abismo muy profundo de Misericordia!. En memoria de las Llagas que penetraron hasta la médula de Vuestros Huesos y Entrañas, para atraerme hacia Vos, presento esta súplica. Yo, miserable pecador, profundamente sumergido en mis ofensas, pido que me apartais del pecado. Ocultadme de Vuestro Rostro tan justamente irritado contra mi. Escondedme en los huecos de Vuestras Llagas; hasta que Vuestra cólera y justísima indignación hayan cesado. Amén.
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Duodécima Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Espejo de la Verdad, Sello de la Unidad, y Vínculo de la Caridad!. Acordaos de la multitud de Llagas con que fuisteis herido, desde la Cabeza hasta los Pies. Esas Llagas fueron laceradas y enrrojecidas, ¡Oh dulce Jesús!, por la efusión de Vuestra Adorable Sangre. ¡Oh que dolor tan grande y repleto habeis sufrido por amor a nosotros, en Vuestra Carne Virginal!, ¡Dulcísimo Jesús!. ¿Qué hubo de hacer por nosotros que no habeis hecho?. Nada falta. ¡Todo lo habeis cumplido!. ¡Oh Amable y Adorable Jesús!, por el fiel recuerdo de Vuestra Pasión, que el fruto meritorio de Vuestros Sufrimientos sea renovado en mi alma, y que en mi corazón, Vuestro Amor aumente cada día, hasta que llegue a contemplaros en la Eternidad. ¡Oh Amabilisimo Jesús!, Vos sois el Tesoro de toda alegría y dicha verdadera, que Os pido concederme en el Cielo. Amén.
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Decimo Tercera Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Fuerte León, Rey Inmortal e Invencible!. Acordaos del inmenso dolor que habeis sufrido cuando, agotadas todas Vuestras Fuerzas, tanto morál como física, inclinásteis la Cabeza y digiste: "Todo está consumado".
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Por esta angustia y dolor, Os suplico, Señor Jesús, que tengais piedad de mí en la hora de mi muerte, cuando mi mente estará tremendamente perturbada, y mi alma sumergida en angustia. Amén.
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Decimo Cuarta Oración
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Único Hijo del Padre Celestial, Esplendor y Semejanda de Su Esencia!. Acordaos de la sencilla y humilde recomendación que hicisteis a Vuestra Alma, a Vuestro Padre Eterno, diciéndole: "¡Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu!". Desgarrado Vuestro Cuerpo, destrozado Vuestro Corazón, y abiertas las Entrañas de Vuestra Misericordia para redimirnos, habeis expirado. Por Vuestra Preciosa Muerte, Os suplico, ¡Oh Rey de los Santos!, confortadme. Socorredme, para resistir al demonio, la carne y al mundo. A fin de que, estando muerto al mundo, viva yo solamente para Vos. Y a la hora de mi muerte, recibid mi alma peregrina y desterrada que regresa a Vos. Amén.
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Decimo Quinta Oración.
Padrenuestro - Avemaría.
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¡Oh Jesús, Verdadera y Fecunda Vid!. Acordaos de la abundante efusión de Sangre que tan generosamente habéis derramado de Vuestro Sagrado Cuerpo. Vuestra Preciosa Sangre fue derramada como el jugo de la uva bajo el lagar.
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De Vuestro Costado perforado por un soldado con la lanza, ha brotado Sangre y Agua, hasta no quedar en Vuestro Cuerpo gota alguna. Finalmente, como un haz de mirra, elevado a lo alto de la Cruz, la muy fina y delicada Carne Vuestra fué destrozada; la Substancia de Vuestro Cuerpo fue marchitada y disecada la Médula de Vuestros Huesos.
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Por esta amarga Pasión, y por la efusión de Vuestra Preciosa Sangre, Os suplico, ¡Oh Dulcisimo Jesús!, que recibais mi alma cuando yo esté sufriendo, en la agonia de mi muerte. Amén.
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Conclusión:
ORACIONES DE SANTA BRÍGIDA
DURANTE 12 AÑOS
A las personas que quieren comenzar a rezar estas oraciones, les sugerimos que recen primero las correspondientes a un año, una vez que las terminen sigan con estas. El Link para las quince oraciones durante un año está al final de esta página.
Al final de la página se puede bajar una versión imprimible.
Santa Brígida recibió dos juegos de oraciones de Nuestro Señor Jesucristo y otro juego de Nuestra Madre la Santísima Inmaculada Virgen María. Uno de los juegos de Nuestro Señor los rezamos durante un año (ver link al final), mientras que el otro lo rezamos por doce años (las oraciones que están aquí). De Nuestra Madre recibió la devoción diaria a sus Siete Dolores. Nuestro Señor y la Santísima Virgen prometieron tanto a través de Santa Brígida de Suecia a las almas que recen estas oraciones, que debemos lograr que se vuelvan mucho más conocidas. Para ello les solicitamos que las divulguen entre familiares y amigos.
Estas oraciones, como le han sido dadas por el Señor a Santa Brígida, deben rezarse durante 12 años. En caso que la persona que las rece muera antes que pasen los doce años, el Señor aceptará estas oraciones como si se hubieran rezado en su totalidad. Si se saltase un día o un par de días con justa causa, podrán ser compensadas al final de los 12 años.
Esta devoción ha sido declarada buena y recomendada tanto por el Sacro Collegio de Propaganda Fidei, como por el Papa Clemente XII. El Papa Inocencio X confirmó esta revelación como “venida del Señor”.
PROMESAS
1. El alma que las reza no sufrirá ningún Purgatorio.
2. El alma que las reza será aceptada entre los mártires como si hubiera derramado su propia sangre por la fe.
3 El alma que las reza puede (debe) elegir a otros tres a quienes Jesús mantendrá luego en un estado de gracia suficiente para que se santifiquen. (*)
4. Ninguna de las cuatro generaciones siguientes al alma que las reza se perderá.
5. El alma que las reza será consciente de su muerte un mes antes de que ocurra.
(*) Escribir los tres nombres (personas vivas) en un papel y guardarlo. Los nombres no se pueden cambiar.
Algunas interrogantes
1. ¿Puedo esperar algunos o muchos años hasta el final de mi vida para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce años?
Respuesta: No
2. ¿Puedo esperar estar afectado por alguna enfermedad terminal, para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce años?
Respuesta: No
3.- Si por olvido o por otro motivo, pasan las doce de la noche, ¿Se considera ese día como perdido?
Respuesta: Se puede extender el plazo hasta el día siguiente, antes del alba, válido para el día anterior. Lógicamente que se debe volver a rezar durante el día para el día correspondiente. Esta extensión se puede utilizar todas las veces que sea necesaria.
4.- ¿Cuáles son las “causas justificadas”?
Respuesta: Por el simple olvido de uno o dos días, quizás por algún acontecimiento familiar o laboral. En caso de accidente o enfermedad que signifique gravedad o inconciencia, se puede recuperar ese plazo al final, aquí se justifica que pueda ser un plazo mayor. Cuando la persona se encuentre mejor, pedirle a alguien que las rece en voz alta e ir repitiendo mentalmente las oraciones. Lo que no es válido es rezar dos meses, dejar uno, rezar otros seis, dejar tres, ahí no sirve.
ADVERTENCIA
La gente no debe pensar que se puede vivir como se quiere y que estas oraciones son una garantía para irse al Cielo. Se debe vivir con Dios con toda sinceridad mientras reza estas oraciones y de ahí para adelante, porque el alma que piensa que puede ser más lista que la Luz de Dios, se llevará una sorpresa muy incómoda y desagradable cuando llegue el tiempo de seguir su camino. No olvidar que Dios penetra los corazones a cada instante. Dios siempre nos ve y nos escucha.
ORACIÓN INICIAL
Oh Jesús, ahora deseo rezar la oración del Señor siete veces junto con el amor con que Tú santificaste esta oración en Tu Corazón. Tómala de mis labios hasta Tu Sagrado Corazón. Mejórala y complétala para que le brinde tanto honor y felicidad a la Trinidad en la tierra como Tú lo garantizaste con esta oración. Que esta se derrame sobre Tu santa humanidad para la glorificación de Tus dolorosas heridas y la preciosísima Sangre que Tú derramaste de ellas. Amén
1. LA CIRCUNSICIÓN
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, Te ofrezco las primeras heridas, los primeros dolores y el primer derrame de Sangre como expiación de los pecados de mi infancia y de toda la humanidad, como protección contra el primer pecado mortal, especialmente entre mis parientes.
2. LA AGONÍA DE JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco el intenso sufrimiento del Corazón de Jesús en el Huerto de los Olivos y cada gota de sudor de sangre como expiación de mis pecados del corazón y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el amor divino y fraterno.
3. LA FLAGELACIÓN
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco las muchas miles de heridas, los terribles dolores y la preciosísima sangre de la flagelación como expiación de mis pecados de la carne y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y la preservación de la inocencia, especialmente entre mis parientes.
4. LA CORONACIÓN DE ESPINAS
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima sangre de la sagrada cabeza de Jesús luego de la coronación de espinas, como expiación de mis pecados del espíritu y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el reino de Cristo aquí en la tierra.
5. CARGANDO LA CRUZ
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco los sufrimientos en el camino a la cruz, especialmente la santa herida en su hombro y la preciosísima sangre como expiación de mi negación de la cruz y la de toda la humanidad, todas mis protestas contra tus planes divinos y todos los demás pecados de palabra, como protección contra tales pecados y para un verdadero amor a la cruz.
6. LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco a Tu Hijo en la cruz, cuando lo clavaron y lo levantaron, las heridas en sus manos y en sus pies y los tres hilos de la preciosísima sangre que derramó allí por nosotros, las extremas torturas del cuerpo y del alma, su muerte preciosa y su renovación no sangrienta en todas las santas misas de la Tierra, como expiación de todas las heridas contra los votos y normas dentro de las Órdenes, como reparación de mis pecados y los de todo el mundo, por los enfermos y moribundos, por todos los santos sacerdotes y laicos, por las intenciones del Santo Padre por la restauración de las familias cristianas, para el fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y por la unión de todas las naciones en Cristo y su Iglesia, así como también por la diáspora.
7. LA LLAGA DEL COSTADO DE JESÚS
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, acepta como dignas, por las necesidades de la Santa Iglesia y como expiación de los pecados de toda la humanidad, la preciosísima sangre y el agua que manó de la herida del Sagrado Corazón de Jesús. Sé misericordioso para con nosotros. ¡Sangre de Cristo, el último contenido precioso de su Sagrado Corazón, lávame de todas mis culpas de pecado y las de los demás! ¡Agua del costado de Cristo; lávame totalmente de las penitencias del pecado y extingue las llamas del Purgatorio para mí y para todas las almas del Purgatorio! Amén.
ANEXO
Palabras que dejó Cristo nuestro Señor escritas a sus tres siervas Santa Matilde, Santa Brígida y Santa Isabel Reina de Hungría.
Sabed, amadas hijas mías, como los sayones que me prendieron en el huerto de Getsemani fueron 58; los ejecutores de la sentencia 32; los que me llevaron atado fueron 3; diéronme 300 puñadas en la boca; cuando me llevaban preso desde el huerto hasta la casa de Anás me dieron 7 fuertes empujones; diéronme 5600 azotes en la columna; me escupieron en el Rostro 72 veces; hiciéronme en el cuerpo más de 100 llagas, y en la cabeza más de 100 agujeros; cuando iba al Calvario caí 3 veces con la cruz acuestas; estando clavado en la cruz, tenia la cara tan desfigurada que apenas podía ser conocido; las gotas de sangre que derrame en mi dolorosísima Pasión, fueron 30708
Todas las personas que rezaren con devoción 7 Padrenuestros, 7 Ave Marías y 7 Gloria (son las oraciones que están arriba) cada día por espacio de 12 años, hasta cumplir el numero igual al de las gotas de sangre que derramé, les concedo 5 gracias: La primera, indulgencia plenaria y remisión de todos sus pecados; la segunda, que será libre de las penas del Purgatorio si muere en gracia; la tercera, que si muriese antes de que se cumpla el término de los doce años será como si los hubiese cumplido enteramente; la cuarta, que bajaré del Cielo a la Tierra a recibir su alma en mis brazos para llevarla a la gloria eterna; y la quinta, que será como si fuera mártir que derrama su sangre por Mí.
Quien llevare esta verídica Relación consigo y practicare los rezos expresados, será libre de las tentaciones del demonio y no morirá de mala muerte; y en la casa donde hubiese dicha relación no habrá visión alguna ni cosa triste; la mujer que estuviere de parto, trayéndola consigo con fe verdadera, recordando los padecimientos de nuestro Redentor, parirá sin peligro, y en resumen, todo cristiano que devotamente la llevare en el pecho le librará de rayos y centellas, de incendios, ladrones, persecuciones, injusticias, trabajos, tribulaciones y de todo mal pestilente; y en la terrible hora de su muerte intercederá por la salvación de su alma la reina de los ángeles María Santísima.
Verídica Relación: Es el primer párrafo del Anexo.
¿Cómo copiar las oraciones?
Es muy simple, en "Edición" - "seleccionar todo" luego copiar al "Block de Notas", seleccionar todo nuevamente (en el Block de Notas) y copiar al Procesador de Textos (Word, etc.), luego imprima. Si lo prefiere, solicítenos una copia en archivo Word o también la puede bajar del siguiente link:
http://www.mediafire.com/?i0c6q30m2crfe5p
1 – Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padre Eterno: Te suplicamos por medio del Niño Dios que se encarnó por obra del Espíritu Santo y pasó 9 meses en el seno maternal, de María Santísima, mires con misericordia a todos los niños no nacidos y a los que se están gestando en el vientre de sus madres.
Cuida y ampara a todas las madres para que, sintiéndose cuidadas y queridas, puedan ellas también cuidar y amar a sus pequeños desde el primer momento de su concepción.
Padre no las abandones, dales a cada una de ellas la valentía de llevar a término su gestación a pesar de todos los problemas y dificultades.
También te pedimos por la conversión de todos aquellos que directa o indirectamente atentan contra la vida de estos inocentes. Mira a todos con amor a través de los méritos de la preciosa Sangre de Cristo.
9 veces por los 9 meses de gestación:
- Por la preciosa Sangre de Cristo….
…… ten misericordia de los niños en peligro de ser abortados
Dulcísima Madre María, Tú que con gran alegría acogiste en tu seno virginal al Niño Dios, te pedimos intercedas a Dios Padre para que cada Madre del mundo acoja con amor el fruto concebido en sus entrañas.
Aleja de ellas todo temor y angustia para que en ningún momento lleguen a plantearse el terrible crimen del aborto. Dales paz, dales luz, dales coraje.
Amén.
Revelación de nuestra Señora en Jacareí, Brasil
(Marcos): (Aparición ocurrida el día 01/07/99, a las 22:30hs. Nuestra Señora vino con Su Rosario en la Mano, lo tomó y pidió que yo tomase el mío. Elevando la Voz y sosteniendo la primera cuenta, dijo:)
Nuestra Señora vino con Su Rosario en la Mano, Lo sacó y pidió que yo sacase el mío. Elevando la Voz y tomando la primera cuenta, dijo:
“- Contemplemos los DIEZ MANDAMIENTOS de la Ley de DIOS… Vamos a desagraviar y reparar cada MANDAMIENTO desobedecido por la humanidad. Rece Conmigo…”
1. En reparación al Primer MANDAMIENTO: “Amarás al Señor tu DIOS sobre todas las cosas, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con todo tu entendimiento.” Padre Nuestro…
2. En reparación al Segundo MANDAMIENTO: “No tomarás Su Santo Nombre en vano.” Padre Nuestro…
3. En reparación al Tercer MANDAMIENTO: “Guardarás Domingos y días Santos de Guarda.” Padre Nuestro…
4. En reparación al Cuarto MANDAMIENTO: “Honrarás a tu padre y a tu madre.” Padre Nuestro…
5. En reparación al Quinto MANDAMIENTO: “No matarás.” Padre Nuestro…
6. En reparación al Sexto MANDAMIENTO: “No pecarás contra la castidad.” Padre Nuestro…
7. En reparación al Séptimo MANDAMIENTO: “No robarás.” Padre Nuestro…
8. En reparación al Octavo MANDAMIENTO: “No dirás falso testimonio ni mentirás.” Padre Nuestro…
9. En reparación al Noveno MANDAMIENTO: “No desearás la mujer de tu prójimo.” Padre Nuestro…
10.En reparación al Décimo MANDAMIENTO: “No codiciarás los bienes ajenos.” Padre Nuestro…
(Marcos) (...y así, en todos los DIEZ MANDAMIENTOS. Finalmente, nuestra Señora dijo:)
“-Di a Mis hijos que Yo deseo que ellos recen esta DECENA todos los días... Diez Padrenuestros, uno para cada MANDAMIENTO de la LEY de DIOS, diciendo el MANDAMIENTO uno a uno, y rezando el Padrenuestro, uno por uno...
Si Mis hijos hicieren esto, Yo los inundaré con la Gracia de la Conversión, de un nuevo AMOR, de una nueva Paz, de una nueva LUZ... y serán amados por DIOS, y los liberaré del pecado...
Di a Mis hijos que en este mes de julio quiero que ellos recen estos Padrenuestros todos los días, porque el mes de julio es el mes de la Sacratísima SANGRE de Mi Hijo Jesús, por tanto, es el mes de reparación por excelencia del año entero...
Hay muchos pecadores en la Tierra... La humanidad desobedece cada día más los MANDAMIENTOS de DIOS... Es necesario que se rece el Padrenuestro para cada MANDAMIENTO, porque en el Padrenuestro se pide: - Sea hecha Vuestra Voluntad, no la nuestra... Sean realizados Vuestros MANDAMIENTOS, y no nuestros deseos...
Si hicieren así, DIOS SE sentirá 'Feliz', y derramará copiosas Bendiciones, a través de Mí, para Mis hijos que atendieran a este Pedido Mío..."
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* (Observación - Marcos): (Como muchos generalmente tienen dificultad en comprender el significado del texto resumido del Segundo MANDAMIENTO, transcribimos literalmente el versículo Bíblico correspondiente:No tomarás en falso el Nombre del Señor, tu Dios, porque el Señor no dejará sin castigo a quien toma Su Nombre en falso. (Ex. 20,7)
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Catecismo de la Iglesia Católica
«No tomarás en falso el Nombre del Señor tu Dios» (Ex 20, 7; Dt 5, 11).
«Se dijo a los antepasados: “No perjurarás”... Pues Yo os digo que no juréis en modo alguno» (Mt 5, 33-34).
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2142 - El segundo Mandamiento prescribe respetar el Nombre del Señor….
2143 - … “El Nombre del Señor es Santo”. Por eso el hombre no puede usar mal de él. Lo debe guardar en la memoria en un silencio de adoración amorosa (cf Za 2, 17). No lo empleará en sus propias palabras, sino para bendecirlo, alabarlo y glorificarlo (cf Sal 29, 2; 96, 2; 113, 1-2).
2144 - … «Los sentimientos de temor y de “lo sagrado” … Son los sentimientos que tendríamos si verificásemos Su Presencia. En la medida en que creemos que está Presente,debemos tenerlos. No tenerlos es no verificar, no creer que está Presente» (Juan Enrique Newman, Parochial and Plain Sermons, v. 5, Sermon 2).
2145 - El fiel cristiano debe dar testimonio del Nombre del Señor confesando su fe sin ceder al temor (cf Mt 10, 32; 1 Tm 6, 12). …
2146 - El segundo Mandamiento prohíbe abusar del Nombre de Dios, es decir, todo uso inconveniente del Nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de todos los santos.
2148 - La blasfemia se opone directamente al segundo Mandamiento. …
II. Tomar el Nombre del Señor en vano
2150 - El segundo Mandamiento prohíbe el juramento en falso. Hacer juramento o jurar es tomar a Dios por testigo de lo que se afirma. …
2151 - … El falso juramento invoca a Dios como testigo de una mentira.
2152 - Es perjuro quien, bajo juramento, hace una promesa que no tiene intención de cumplir, o que, después de haber prometido bajo juramento, no mantiene. El perjurio constituye una grave falta de respeto hacia el Señor que es dueño de toda palabra.Comprometerse mediante juramento a hacer una obra mala es contrario a la Santidad del Nombre Divino.
2153 Jesús expuso el segundo Mandamiento en el Sermón de la Montaña: «Habéis oído que se dijo a los antepasados: “no perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos”. Pues Yo os digo que no juréis en modo alguno... sea vuestro lenguaje: “sí, sí”; “no, no”: que lo que pasa de aquí viene del maligno» (Mt 5, 33-34.37; cf St 5, 12).
…
Fuente:….. http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2c1a2_sp.html
Oraciones inspiradas y dictadas por la Virgen María en Medjugorje
SUPLICA A DIOS
Nuestra Señora inspiró a Jelena para escribir esta oración y decirla en el pequeño
grupo de oración el Sábado 22 de junio de 1985
Oh Dios, nuestros corazones están en profunda oscuridad,
a pesar de estar unidos a tu corazón.
Nuestros corazones están entre Ti y Satanás;
¡No permitas que sea así!
Cada vez que nuestros corazones se dividan entre el bien y el mal;
permite que se iluminen con Tu luz y se unan.
Nunca permitas
que puedan existir en nosotros dos amores,
que nunca coexistan dos creencias
y que nunca cohabiten entre nosotros
la mentira y la sinceridad,
el amor y el odio,
la honestidad y la deshonestidad,
la humildad y el orgullo.
Al contrario ayúdanos
a que nuestros corazones se eleven
hacia Ti, como los de los niños.
Haz que nuestros corazones sean reconstruidos e invadidos
por la paz y que siempre continúen teniendo
esas ansias de paz.
Haz que Tu santa voluntad y tu amor
habiten en nosotros, y que, al menos algunas veces,
deseemos verdaderamente ser Tus hijos; y cuando
¡Oh señor! no deseemos ser hijos tuyos, recuerda nuestros
deseos pasados y ayúdanos a recibirte de nuevo.
Te abrimos nuestros corazones
para que Tu santo amor permanezca
entre nosotros.
Te abrimos nuestras almas
para que sean tocadas
por Tu santa misericordia
que nos ayudará a ver claramente
todos nuestros pecados.
y nos hará comprender
que lo que nos hace impuros
es el pecado.
Oh Dios, deseamos ser Tus hijos,
tan humildes y tan devotos,
hasta el punto de llegar a ser hijos
apreciados y sinceros
como sólo el Padre puede
desear que seamos.
Ayúdanos Jesús, hermano nuestro,
a obtener la bondad de nuestro
Padre hacia nosotros
para ser buenos con El.
Ayúdanos Jesús, a comprender bien lo que Dios nos otorga,
aunque a veces renunciamos a hacer el bien,
porque lo confundimos con el mal.
ORACIÓN POR LOS ENFERMOS
La siguiente oración inspirada por Nuestra Señora, dijo que es la más bella que se
puede decir por un enfermo.
¡Oh dios mío!
Contempla a esta persona enferma ante Ti.
Ha venido a pedirte lo que sea
y lo que considera más importante
para él.
Tú Oh Dios mío.
haz que penetren en su corazón
estas palabras:
“¡Lo que más importa es la salud del alma!”
Señor, que se haga Tu voluntad sobre él en todo.
Si quieres que sea curado, que la salud le sea dada;
pero si Tu voluntad es otra,
ayúdalo a llevar su cruz.
También te pido por nosotros,
que intercedemos por él.
Purifica nuestros corazones para hacernos dignos de
comunicar
Tu santa Misericordia.
Protégelo y alivia su dolor.
Hágase en él Tu santa voluntad.
que Tu Santo Nombre sea revelado
a través de él.
Ayúdalo a llevar su cruz con valor.
Recitad tres veces el Gloria, antes de esta oración y de la que precede.
CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS
Dictada por Nuestra Señora a Elena Vasilij, el 28 de noviembre de 1983
Oh Jesús, nosotros sabemos que Tú fuiste manso,
y que ofreciste tu Corazón por nosotros.
Él está coronado de espinas por nuestros pecados.
Sabemos que Tú oras por nosotros, aún hoy,
para que no nos perdamos.
Jesús, acuérdate de nosotros
cuando caemos en pecado.
Por medio de Tu Corazón Santísimo,
haz que todos nosotros, los hombres, nos amemos,
que desaparezca el odio entre los hombres.
Muéstranos tu Amor.
Todos nosotros Te amamos
y deseamos que nos protejas,
de todo pecado, con Tu corazón de Pastor.
¡Entra en cada corazón, Jesús!
Llama, llama a la puerta de nuestro corazón.
Sé paciente y perseverante.
Nosotros aún estamos cerrados,
porque no entendemos Tu Voluntad.
Llama continuamente,
Haz, Oh buen Jesús, que Te abramos nuestros corazones,
al menos en la hora en que nos acordemos
de Tu Pasión sufrida por nosotros. Amén.
CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
Dictada por Nuestra Señora a Elena Vasilij, el 28 de noviembre de 1983
Oh Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad,
muéstranos Tu Amor para con nosotros.
La llama de Tu Corazón, Oh María,
inflama a todos los hombres.
Te amamos infinitamente.
Imprime en nuestros corazones el verdadero Amor,
de modo que tengamos un continuo deseo de Ti.
Oh María, de suave y humilde Corazón,
acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado.
Tú sabes que todos los hombres pecan.
Concédenos, por medio de Tu Inmaculado
y maternal Corazón,
que seamos curados de toda enfermedad espiritual.
Haz que siempre podamos contemplar
la Bondad de tu Corazón Maternal
y nos convirtamos por medio de la llama
de Tu corazón. Amén.
Publicado por orden de Su Santidad León XIII
Primero debe rezarse, como todos los días el Rosario de la Virgen y después el Exorcismo del Papa León XIII. ¡Todos los días!
Jesús nos dice lo siguiente:
Hijos míos: haced el Exorcismo de mi amado Arcángel Miguel, dictado a mi siervo el Papa León XIII, todas las veces que podáis y propagad su devoción. Si supierais hijos míos las gracias y la protección que os brindo a través de esta poderosa armadura, ¡si lo supierais!, ¡entonces la utilizaríais más frecuentemente y propagaríais su devoción! Yo, vuestro Padre, a través de mi amado Arcángel Miguel., expulso y protejo de toda fuerza del mal a todos aquellos que hagan y propaguen su devoción. De los lugares donde se practique esta devoción el demonio huirá y ninguna fuerza del mal os podrá tocar.
Todo aquel que ore con fe y en gracia de Dios el exorcismo de mi Amado Arcángel, se convierte en soldado de mi ejército aquí en la tierra; es poderosa armadura contra el ejército de Satanás y sus demonios; hacedlo después del rezo del Santo Rosario, para que veáis cuán grande poder os doy. Pregonad su devoción y os concederé indulgencias especiales. Os lo prometo.
Todo aquel que practique esta devoción tendrá la protección de mi Arcángel Miguel, y él, mi amado Príncipe, lo acompañará en todos sus caminos. Ni los demonios, ni las pestes, ni las tragedias, ni las catástrofes, ni las tempestades, ni el hambre, tocarán a las puertas de aquellos que oren con el exorcismo. Mi Arcángel será intercesor en esta vida y en la eternidad de todos aquellos que sean sus devotos. Hacedlo extensivo a vuestros familiares, parientes, vecinos, amigos y en general al mundo entero, para que las fuerzas del mal sean desterradas de la faz de la tierra. Uníos en oración al Corazón Inmaculado de María y a mis Ejércitos Celestiales; rezad el Santo Rosario y luego haced el Exorcismo, para que permanezcáis en victoria. Acordaos que el tiempo está cerca, sed verdaderos guerreros combatiendo junto a vuestra Madre María y a mis Ejércitos Celestiales. Sed devotos de mi Arcángel y Él, os asistirá en todas vuestras batallas espirituales. Estad pues hijos míos en gracia de Dios al orar con esta armadura y os brindaré grandes victorias sobre toda fuerza del mal.
San Miguel nos dice lo siguiente:
Hermanos, cada vez que oréis con mi exorcismo, llamadme primero tres veces, con mi grito de combate:
"¡Quién es como Dios!
Nadie es como Dios”
Y yo vendré con la velocidad del pensamiento a asistiros en vuestra lucha espiritual. No temáis hermanos, haced mi exorcismo; soy Yo vuestro hermano Miguel y los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre los que combatimos por vosotros; por lo tanto, no temáis, estamos para serviros, protegeros y amparos de todo mal y peligro.
Yo, Miguel, Príncipe de los ejércitos de mi Padre, os prometo que seré amigo e intercesor en esta vida y en la llegada a la eternidad de todos aquellos que oren y propaguen la devoción de mi exorcismo. No dejaré que ninguno de mis devotos se pierda y lo mismo haré con sus familias. Cuando llegue su hora, los llevaré a la Gloria de Dios y los presentaré ante mi Padre, sin que tengan que pasar por el Juicio de Dios.
Hermanos, os pido que al hacer mi exorcismo incluyáis las almas de los pecadores que en más peligro estén de condenarse, y las almas de los moribundos que estén en pecado mortal. Si oráis por ellas, yo intercederé ante mi Padre para que no se pierdan. Esas almas rescatadas del fuego del infierno os lo agradecerán y serán intercesoras vuestras cuando alcancen la Gloria de Dios. Orad también con mi exorcismo por la conversión de los pecadores, por la Iglesia y los Sacerdotes, para que nosotros, a través de vuestras oraciones y súplicas y por la Gracia de mi Padre, expulsemos a Jezabel (personaje bíblico) y Asmodeo (demonio que aparece en La Biblia), que están apartando a los Pastores de la Iglesia del camino del evangelio. Orad también por la paz del mundo, tan amenazada en vuestro tiempo y muy especialmente, orad por el triunfo del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora y Reina María. Si nos llamáis, vendremos en vuestro auxilio; entended hermanos que mi Padre respeta vuestro libre albedrío, es por eso, por lo que debéis de orar y orar y más especialmente en estos tiempos de tanta oscuridad.
No olvidéis hermanos, orar con mi armadura en Gracia de Dios (confesados y comulgando), uniéndoos al Corazón Inmaculado de Nuestra Señora y Reina María, a Mí, y a los ejércitos celestiales, para que juntos desterremos de la faz de la tierra toda fuerza del mal.
“Gloria a Dios en el cielo” Aleluya, Aleluya, Aleluya.
El Exorcismo de León XIII
EXORCISMO CONTRA SATANÁS Y LOS ÁNGELES REBELDES
Publicado por orden de Su Santidad León XIII
Santo Rosario.
En el Nombre del Padre y del Hijo + y del Espíritu Santo
Salmo 67.
Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de su presencia los que le odian. Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios.
Salmo 34.
Señor, pelea contra los que me atacan; combate a los que luchan contra mí. Sufran una derrota y queden avergonzados los que me persiguen a muerte. Vuelvan la espalda llenos de oprobio los que maquinan mi perdición. Sean como polvo frente al viento cuando el Ángel del Señor los desbarate. Sea su camino oscuro y resbaladizo, cuando el Ángel del Señor los persiga.
Porque sin motivo me tendieron redes de muerte, sin razón me abrieron trampas mortales. Que les sorprenda un desastre imprevisto, que los enrede la red que para mí escondieron; que caigan en la misma trampa que me abrieron. Mi alma se alegra con el Señor y gozará de su salvación.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Súplica a San Miguel Arcángel.
Gloriosísimo príncipe de la milicia celestial, Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha que mantenemos combatiendo “contra los principados y potestades, contra los caudillos de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos esparcidos por los aires” (Ef. 6, 12). Ven en auxilio de los hombres que Dios creó incorruptibles a su imagen y semejanza (Sap. 2, 23), y a tan “alto precio rescatados” (I Cor. 6, 20) de la tiranía del demonio. Con las huestes de los ángeles buenos pelea hoy los combates del Señor, como antaño luchaste contra Lucifer, corifeo de la soberbia y contra sus ángeles apóstatas. Ellos no pudieron vencer, y perdieron su lugar en el Cielo. “Fue precipitado el gran dragón, la antigua serpiente el denominado diablo y Satanás, el seductor del universo: fue precipitado a la tierra y con él fueron arrojados sus ángeles” (Apoc. 12,.8- 9).
He aquí que el antiguo enemigo y homicida se ha erguido con vehemencia. Disfrazado de “ángel de luz” (II Cor. 11, 14) con la escolta de todos los espíritus malignos rodea e invade la tierra entera, y se instala en todo lugar, con el designio de borrar allí el nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatar las almas destinadas a la corona de la gloria eterna, de destruirlas y perderlas para siempre. Como el más inmundo torrente, el maligno dragón derramó sobre los hombres de mente depravada y corrompido corazón, el veneno de su maldad: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la blasfemia; el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e iniquidades.
Los más taimados enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey. Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los espíritus que le atacan y dale la victoria.
Protege, pues, O Jefe siempre invicto, al pueblo de Dios contra las abominaciones espirituales que caen sobre nosotros, y vence.
La Iglesia te venera como su guardián y patrono, se gloría que eres su defensor contra los poderes nocivos terrenales e infernales; Dios te confió las almas de los redimidos para colocarlos en el estado de la suprema felicidad. Ruega al Dios de la paz que aplaste al demonio bajo nuestros pies, para que ya no pueda retener cautivos a los hombres y dañar a tu Iglesia. Ofrece nuestras oraciones al Altísimo, para que cuanto antes desciendan sobre nosotros las misericordias del Señor (Salmo 78, 8), y sujeta al dragón, la antigua serpiente, que es el diablo y Satanás, y, una vez encadenado, precipítalo en el abismo, para que nunca jamás pueda seducir a las naciones (Apoc. 20).
Después de esto, confiados en tu protección y patrocinio, con la sagrada autoridad de la Santa Madre Iglesia, nos disponemos a rechazar la peste de los fraudes diabólicos, confiados y seguros en el Nombre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor.
He aquí la Cruz del Señor, huid poderes enemigos.
R. Ha vencido el León de la tribu de Judá, la raíz de David. Señor, que tu misericordia venga sobre nosotros.
R. Como lo esperamos de Ti. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
R. El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu.
Oremos.
Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu santo Nombre y suplicantes imploramos tu clemencia, para que, por la intercesión de la Inmaculada siempre Virgen María Madre de Dios, del Arcángel San Miguel, de San José Esposo de la Santísima Virgen, de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de todos los Santos, te dignes prestarnos tu auxilio contra Satanás y todos los demás espíritus inmundos que vagan por el mundo para dañar al género humano y para la perdición de las almas. Amén.
Exorcismo
Te exorcizamos todo espíritu maligno, poder satánico, ataque del infernal adversario, legión, concentración y secta diabólica, en el nombre y virtud de Nuestro Señor Jesu + cristo, para que salgas y huyas de la Iglesia de Dios, de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa Sangre del Divino Cordero +. En adelante no oses, perfidísima serpiente, engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios, zarandear a los elegidos y cribarlos como el trigo +. Te lo manda Dios Altísimo, a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte, “el cual quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (II Tim. 2). Te lo manda Dios Padtre + te lo manda Dios Hijo +; te lo manda Dios Espíritu Santo +. Te lo manda la majestad de Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, “se humilló a sí mismo hecho obediente hasta la muerte” (Fil. 2); el cual edificó su Iglesia sobre roca firme, y reveló que los “poderes del infierno nunca prevalecerían contra ella, Él mismo había de permanecer con ella todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mat. 28, 20). Te lo manda el santo signo de la Cruz y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana +. Te lo manda la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza +. Te lo manda la fe de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de los demás Apóstoles +. Te lo manda la sangre de los mártires y la piadosa intercesión de todos los Santos y Santas +. Por tanto, maldito dragón y toda legión diabólica, te conjuramos por Dios + vivo, por Dios + verdadero, por Dios + santo, que “de tal modo amó al mundo que entrego a su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que viva la vida eterna” (Juan 3); cesa de engañar a las criaturas humanas y deja de suministrarles el veneno de la eterna perdición; deja de dañar a la Iglesia y de poner trabas a su libertad. Huye Satanás, inventor y maestro de toda falacia, enemigo de la salvación de los hombres. Retrocede ante Cristo, en quien nada has hallado semejante a tus obras. Retrocede ante la Iglesia una, santa, católica y apostólica, la que el mismo Cristo adquirió con su Sangre. Humíllate bajo la poderosa mano de Dios. Tiembla y huye, al ser invocado por nosotros el santo y terrible Nombre de Jesús, ante el que se estremecen los infiernos, a quien están sometidas las Virtudes de los cielos, las Potestades y las Dominaciones; a quien los Querubines y Serafines alaban con incesantes voces diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los Ejércitos.
Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor. (El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).
Oremos.
Dios del Cielo y de la tierra, Dios de los Ángeles, Dios de los Arcángeles, Dios de los Patriarcas, Dios de los Profetas, Dios de los Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los Confesores, Dios de las Vírgenes, Dios que tienes el poder de dar la vida después de la muerte, el descanso después del trabajo, porque no hay otro Dios fuera de Ti, ni puede haber otros sino Tú mismo, Creador de todo lo visible y lo invisible, cuyo reino no tendrá fin: humildemente te suplicamos que tu gloriosa Majestad se digne libramos eficazmente y guardamos sanos de todo poder, lazo, mentira y maldad de los espíritus infernales. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
De las asechanzas del demonio.
R. Líbranos, Señor. Haz que tu Iglesia te sirva con segura libertad.
R. Te rogamos, óyenos. Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.
R. Te rogamos, óyenos.
(Se rocía con agua bendita el lugar y a los presentes).
Señor, no recuerdes nuestros delitos ni los de nuestros padres, ni tomes venganza de nuestros pecados (Tobías 3, 3).
Padre Nuestro …
ENLACE PDF: http://www.ministridei.es/archivos/demonologia/9115afd15729466b.pdf
NOTA: ESTA EN LATIN Y MAS ABAJO EN ESPAÑOL (EL ENLACE)
¡Oh Madre nuestra dulcísima!
Permite por piedad que nosotros tus devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración y amor, vengamos a reparar las horrendas ofensas que cometen c
ontra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de bondad y de misericordia de tu corazón maternal.
De la horribles ofensas que se cometen contra tu dulcísimo Jesús, te consolaremos oh María .
De la espada de dolor que hijos degenerados quieren nuevamente clavar en tu corazón maternal, te consolaremos oh María.
De las blasfemias nefandas que se vomitan contra tu purísimo y santísimo nombre, te consolaremos oh María.
De las infames negaciones que se hacen de tus privilegios y de tus glorias más excelsas, te consolaremos oh María.
De los insultos que los protestantes y otros herejes lanzan contra tu culto dulcísimo, te consolaremos oh María.
De las sacrílegas afrentas que los impíos cometen contra tus carísimas imágenes, te consolaremos oh María.
De las profanaciones que se cometen en tus santuarios, te consolaremos oh María.
De las ofensas contra la virtud angelical que en Ti se personifica, te consolaremos oh María.
De los ultrajes que se cometen con las modas perversas, contra la dignidad de la mujer, por Ti reivindicada y santificada, te consolaremos oh María.
De los horrendos delitos con que se aparta a los inocentes de tu seno maternal, te consolaremos oh María.
De las incomprensiones de tus derechos divinamente maternales, por parte de tantas madres, te consolaremos oh María.
De las ingratitudes de tantos hijos a tus gracias bellas, te consolaremos oh María.
De la frialdad de tantos corazones frente a tus ternuras maternales, te consolaremos oh María.
Del desprecio de tus invitaciones de amor, te consolaremos oh María.
De la cruel indiferencia de tantos corazones, te consolaremos oh María.
De tus lágrimas maternales, te consolaremos oh María.
De las angustias de tu dulcísimo corazón, te consolaremos, oh María.
De las agonías de tu alma santísima en tantos Calvarios, te consolaremos oh María.
De tus suspiros de amor, te consolaremos oh María.
Del martirio que te ocasiona la pérdida de tantas almas redimidas por la sangre de tu Jesús y por tus lágrimas, te consolaremos oh María.
De los horrendos atentados que se cometen contra tu Jesús, que vive en su Vicario y en sus sacerdotes, te consolaremos oh María.
De la conjuración infernal contra la vida de tu Jesús en su Iglesia, te consolaremos oh María.
¡Oh Madre santa dulcísima, que en el heroísmo de tu amor maternal, al pie de la cruz, rogaste por aquellos crueles que martirizaban tan atrozmente a tu amado Hijo Jesús y desgarraban tu Corazón ternísimo!
Ten piedad de todos los desventurados e indignos que te ofenden; haz que ellos también puedan ser acogidos en tu seno maternal, purificados por tus lágrimas benditas, y admitidos a gozar los frutos estupendos de tu maternal misericordia. Amén.
Jaculatoria: Santa María, líbranos de las penas del infierno.
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