A la paz de Dios:
La Iglesia nos invita a hacer memoria de Santa Teresa de Jesús Jonet e Ibars, fundadora las Hermanas de los Ancianos Desamparados.
Patrona de los ancianos, de los de tiempo acumulado. La sabiduría de los años: el tiempo Jalil Gibrán, en El Profeta: Y como en la canción antigua: sabia virtud el conocer el tiempo.
Mediríais el tiempo, lo inconmensurable.
Ajustaríais vuestra conducta y aun dirigiríais la ruta de vuestro espíritu de acuerdo con las horas y las estaciones. Del tiempo haríais una corriente a cuya orilla os sentaríais a observarla rodar.
Sin embargo, lo eterno en vosotros es consciente de la eternidad de la vida.
Y saber que el ayer es sólo la memoria del hoy y el mañana es el ensueño del hoy.
Y que aquello que canta y medita en vosotros mora aún en los límites de aquel primer momento que esparció las estrellas en el espacio.
¿Quién de entre vosotros no siente que su capacidad de amar es ilimitada?
Y, a pesar de ello, ¿quién no siente ese mismo amor, aunque sin límites, rodeado en el centro de su ser y no moviéndose sino de un pensamiento de amor a otro pensamiento de amor, ni de un acto de amor a otro acto de amor? ¿Y no es el tiempo, como es el amor, indivisible y sin etapas?
Pero si, en vuestro pensamiento, debéis medir el tiempo en estaciones; que cada estación encierre todas las otras estaciones.
Y que el hoy abrace al pasado con remembranza y al futuro con ansia.
Capítulo 25 del evangelio de Mateo, un capítulo crucial. Una comparación: el Reino se parece a diez doncellas que se preparan para recibir al esposo. Mitad y mitad: cinco necias y cinco sensatas. Tomar las lámparas y tener preparado el aceite.
La diferencia entre ser alguien necio y ser alguien sensato. El sensato piensa en la lámpara y en el aceite: el presente, el pasado y el porvenir. Lo que tengo y los repuestos. Previsión: pre-visión, visión previa, adelantarse a la jugada. Porque los ritmos de Dios son distintos a los nuestros. Y a todos al final termina por entrarnos sueño, la modorra, la tranquilidad, el ir dejando pasar las cosas.
Pero siempre hay una “medianoche”, un momento en el que el tiempo de Dios y el nuestro se cruzan. Todo se aclara: las carrozas vuelven a ser calabazas y no hay princesas. Y la previsión es la que salva nuestra vida. Que no nos pille desprevenidos. Que estemos atentos: sabia virtud el conocer el tiempo.
Hoy pido lámparas y aceite. Y conocer el tiempo de Dios. Y poder estar atento. Buen día.
Vuestro hermano y amigo
Óscar Romano
@scarRomano
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