«SATÁN DESPUÉS DE CLASE»
Los líderes de un templo satánico proponen un programa llamado «Satán después de clase» (After School Satan) que podrían llevar los niños al terminar el horario regular en las escuelas primarias de Estados Unidos. Su objetivo declarado es plantar cara a la influencia del protestantismo evangélico en la escuela.
(EntraVisión/InfoCatólica) El grupo afirma que no se trata de inducir a los niños a que apoyen al diablo. Lo ofrecen como otras actividades extracurriculares: un refrigerio saludable, lecciones de literatura, ciencia y arte, pero en su material y logotipos, aparecen símbolos como los cuernos o la cola con la que caracterizan a Satán.
No han confirmado si están operando ya en algunas escuelas, pero los organizadores ya lo han ofrecido a varias primarias para que lo adopten en el ciclo escolar 2016-2017, que está comenzando.
El portal de internet After School Satan defiende que «A lo largo del país los padres de familia están preocupados por la invasión de proselitismo evangélico en escuelas públicas», según ellos, los padres «están ansiosos de establecer la presencia de una voz que sirva de contraste y que ayude a los niños a entender que no se deben someter a supersticiones para ser una buena persona». Así lo explicó Doug Mesner, cofundador del Templo a Satán.
El distrito escolar del condado Cobb, en Georgia, por ejemplo, no tenía idea de que estaba en la lista de la organización, dijo la portavoz Donna Lowry: «No hay clubs de Satán en las escuelas del condado…no hemos sido contactados por nadie…De ninguna manera el distrito apoya los clubs de Satán»
Los padres de familia tendrían que firmar un formato autorizando a sus hijos a integrarse en estas reuniones que tendrían lugar al menos una o dos veces al mes.
Los clubs Satán después de clases enfatizan en que dan «una visión del mundo científica y racional, no supersticiosa», que supuestamente vencen a las enseñanzas evangélicas que «roban a los niños la inocencia y el disfrute de la infancia, remplazándolo con una imagen negativa de sí mismos, preocupados por el pecado, el miedo al infierno y la aversión al pensamiento crítico».
Se muestran como una alternativa y defienden que sus clubs son legales desde que en 2001 el Tribunal Supremo de EE.UU determinó que las escuelas no deben discriminar a organizaciones religiosas que quieran organizar clubs después del horario de clases.
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