11-08-09
(Meditación sobre el pecado y la Cruz)
Jesús:
Marga, Yo quiero hablarte.
(Miro a Jesús en la Cruz. Está clavado y hace el esfuerzo de levantar un poco
la cabeza. Y mueve los labios, como que balbucea, para empezar a hablarme)
Así como tú me ves que estoy aquí, así quiero que tú estés un día.
¿Sí?
Sí. ¿Quién ha dicho que no serás dichosa?
Por medio de tu inmensa cruz, tú estarás unida al Cristo. Dime, ¿qué esposa de
Cristo no está unida a Cristo en la Cruz?
Es Dichoso, es Hermoso.
¡Un “sufrimiento gozoso”!
Sí. Lo has entendido.
Para ello vive muy intensamente este estar unida a la Cruz.
Tu sufrimiento mayor será del corazón. Ahí te quiero asemejar más conmigo, más y
más al Cristo, que sufrió por vosotros y cuya mayor Pasión fue en el Corazón.
Cristo, hijos míos, sabed que Cristo murió por vuestra tortura a su Corazón.
¿Qué parte tiene María en tu Corazón?, ¿qué parte en la entrega que Tú nos
diste de tu Corazón?
“María tiene la mejor parte”147
La mejor parte, que es darlo a Luz. María “da a Luz” a Jesús, da a Luz a Jesús al
mundo.
Por medio de Ella viene Jesús al mundo. Ella es la Mediadora de las Gracias de
Jesús, y de Jesús mismo. Si Ella no hubiese querido, Yo no habría nacido.
¿Hubo esa posibilidad?
Sí. Yo le mostré todo abiertamente para que actuara en libertad.
(Después de comer, voy para la Capilla y noto que, por el camino, es como si
de la Capilla saliera para mi corazón una cinta, y la frase: “Con cuerdas
humanas les atraía, con lazos de Amor”148 Y mientras ando, veo la
importancia de ir ahora y acudir a Su Llamada. Voy como flotando. Atraída
por la cinta de Amor. Voy a rezar y leo en una nota: “Escuchad, no seáis
altaneros, habla el Señor”)
Ven, pero no tengas miedo. No te asustes.
Perdóname, es que tu Voz sale más fogosa y cariñosa.
¿Y por eso vas a tener miedo? Si quieres, quito la intensidad.
No, no… no es por eso. Ya casi son las 3, Jesús mío. Prepárate.
“Cambiaré tu corazón de piedra… Cambiaré tu corazón de piedra, y de daré un
Corazón de Carne”149
(Me pongo de rodillas ante el Sagrario. Siento que su Corazón palpita en él.
El dibujo del Corazón de la puerta, es como si latiera, parece que tenga vida y
que quisiera expandirse hacia mí, como explotar de Amor hacia mí. Al final,
lo que sale de él es el Corazón de María pequeñito, con flores y con espadas,
sube hacia lo alto. Entiendo que el mío se ha quedado en el Sagrario, en el
pozo insondable de su Corazón, donde se ha destruido. Se ha quemado. El
antiguo corazón, la antigua vida. Sé que está ahí, consumida. ¡Pues yo
prefiero éste que me da la Virgen! Qué Delicadeza de Corazón, qué Bonito,
cuánto Amor a todos, qué Ternura de Madre y Firmeza de Padre hay en su
Corazón. Entiendo que del Corazón de Jesús, también sale el Corazón de la
Virgen. Es uno de los Dones que salen de su Corazón).
Virgen:
Hay muchas formas más de dar autenticidad a estas revelaciones. Lo que Yo quiero
es tu cambio de corazón.
La autenticidad mejor que Yo puedo dar de que esto viene de Mí eres tú misma
transformada en Mí. Es tu cambio de corazón. Tu cambio espiritual. Tu cambio
moral.
Encontrarte a ti cambiada será la mejor muestra para demostrar que esto viene de
Mí.
¿Cómo compruebo si es auténtico este cambio de corazones? Simplemente
viviendo. Observando los cambios en tu vida. Te trocarás en gozo.
147 Cfr. Lc 10,42.
148 Cfr. Os 11,4.
149 Cfr. Ez 11,19; 18,31; 36,26; Sal 51,12-14.
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