Nuestra carne es débil, pero por el auxilio de la gracia que nios dá nuestro Señor Jesucristo, podemos apartarnos del pecado.
A San Juan Bosco, en una de sus revelaciones, Cristo le dijo: " Hablale a las personas de la fealdad del pecado"....Y este es un tema vigente, para nosotros tambien, por eso vamos a tratar este tema ahora.
¿Por qué es tan malo el pecado?
1)- EL PECADO ES UNA INGRATITUD HACIA DIOS QUE ES AMOR. Dios Padre nos creó y nos ha regalado muchos dones, como por ejemplo: la salud, la familia, la inteligencia, el empleo, los alimentos. Envió a su ünico Hijo como ofrenda de propiciación para morir en la cruz y salvarnos...Vino a enseñarnos, y nos dejó su Palabra Viva en las Sagradas Escrituras...Nos dió el Espíritu Santo, que nos ilumina y nos enseña lo que es bueno y malo...Y, ahora, preguntémonos: ¿ cómo le pagamos a Dios tan maravillosos favores? Ofendiéndolo y desobedeciendo sus mandamientos. Nuestro pecado entristece a Dios.
2)- EL PECADO DEBILITA EL ESPÍRITU. La constancia en permanecer en el pecado, sean pequeños, talvez veniales, nos va inclinando, cada vez más, hacia el mal. Cada pecado nos condiciona a seguir cometiendo otro más, debilitando nuestra fortaleza y rompiendo nuestra amistad con Dios.
3)- EL PECADO ENDURECE LA CONCIENCIA. Cuando el pecado se repite constantemente, la conciencia se va a costumbrando a ello, y está como adormecida, que ya no alcanza a producir en nosotros remordimientos...El pecado es como las enfermedades más graves, como el cancer, que en las etapas iniciales no duele, ni causa síntomas que lo descubran. Cuando ya se manifiesta está en su estado más grave...El que se acostumbra al pecado, termina viendolo con indiferencia, y lo que antes era malo, ahora es bueno, según su nueva forma de actuar lejos de los mandatos de Dios.
4)- EL PECADO AFEA EL ALMA. Cuando un hombre se confiesa de sus pecados, es restaurado totalmente de los daños que le causó el pecado, y su alma resplandece hermosa, con la presencia de Dios en su interior, porque ha recibido vestiduras nuevas. Por el contrario, el pecado afea el alma, la ensucia...Muchos Santos tuvieron el privilegio de ver sus almas, como Santa Catalina y el Cura de Ars, y se aterrorizaron de ver la inmundicia y las manchas que el pecado dejó en sus almas, que no quisieron volver a vivir esta horrible experiencia.
Si los santos se aterraron de la fealdad de sus almas, ¡Cuanto más Dios, verá con tristeza el estado terrible y horrendo de nuestras almas, luego de que su Único Hijo Jesucristo, pagó con su vida nuestro rescate, y permanecemos igual, desperdiciando sus gracias!
5)- EL PECADO ARRUINA NUESTRA VIDA. Piensa que el pecado se presenta atractivo, de la misma manera como el pez que ve una carnada atrayente y sabrosa y va a morderla, sin saber que dentro hay un anzuelo, que lo destrozará y le acarreará la muerte. Así es el pecado, atrativo y asesino.
Produce, talvez, unos minutos de placer, pero la perdida de una feliz Eternidad, viviendo eternamente en el infierno.
Muchos sufren hoy por sus pecados, como los apegos hacia las personas, a los bienes materiales y otros, que acarrean dolor ante su perdida. Y otros están en pecados más graves, que los han llevado hasta las carceles.....El pecado trae amargura y consecuencias graves.....
Reflexionemos, con la gracia de Jesucristo podremos superar el pecado que nos destruye, y alcanzar el gozo y la alegría del gran premio: LA VIDA ETERNA.
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