28-09-2011
(No sé si será correcto, pero esa belleza luminosa que tenía Eva en su
corporalidad, entiendo que la Virgen no la tenía en la tierra)
Virgen:
Es correcto. Es así. Buenos días, hija mía.
Te encuentras pensando que vivir la sexualidad correctamente, hoy en día, es
imposible. Y no es así. Simplemente: tenéis que poner freno a vuestras pasiones.
Observa las parejas de novios por la calle: no ponen freno. Es el desenfreno.
(Les apetece besarse y lo hacen delante de todos, lo que provoca a otros)
En la playa, donde fuisteis este verano.
(Las mujeres desnudas. Los hombres mirando)
En el origen, ¿no estábamos llamados a unirnos en una sola carne?
Pero “carne”, no tenía el término que tiene ahora. No era el desenfreno de las
pasiones sin dominar, la pura concupiscencia. No había dualidad en unión física y
psíquica. La persona era un todo, no disociado. Y se unía al otro en una armonía de
un todo. Siendo uno. La disociación entre el alma y el espíritu, vino con el pecado
original.
La Gracia, lo que hace es acercar esas realidades ahora disociadas.
Así como Eva pecó más profundamente, también se arrepintió más profundamente.
Su vida de humildad y sumisión a Dios y al marido, fue realmente purificadora de
su pecado. Eva perdió su belleza y Adán añoraba en ella la belleza perdida. Eso fue
humillante para ella. Con todos los trabajos que debió sufrir para tener a los hijos,
purgó su rebeldía original. En humildad, Eva superó a Adán, en todo lo posterior a
su caída. En sus hijos, pudo ver los frutos de su desobediencia, y eso la hizo purgar
aún más su pecado.
Dios la buscaba. Al hablar con Dios, pudo reconocer la grandeza de su culpa, y
cómo había traído, a través de ella, la maldad para el género humano. Lloró e hizo
penitencia corporal. Su cuerpo, se le presentaba ahora como disociado de su
voluntad, y entendía que debía someterlo con su carácter (voluntad). En la
presentación de su cuerpo a Adán, siempre estaba para ella el recordatorio de su
caída, y el mal que hubo. Por lo que, ahora, procuraba cubrirlo mucho y no ser para
su marido fuente de incitación.
(Como está vestida Eva, se asemeja a las monjitas. Es una túnica larga. Ha
mejorado en aspecto, ya no es la Eva de después de la caída. Me vuelve a
parecer rubia y guapa. Lo que sí que se ve es que es humilde. No está esa Eva
deslumbrante de antes de la caída. En la presentación de su corporalidad,
ahora se parece a la Virgen)
Adán sintió lástima de la tristeza de Eva y, al verla tan abatida, la perdonó. Surgió
así, volvió a surgir así el amor entre ambos. En adelante, debían buscar juntos la
forma de amar a Dios correctamente y hacer su Voluntad. Por tanto, no os
imaginéis a vuestros primeros padres, embriagados con la concupiscencia del
pecado original. Eso sólo estuvo en la caída. Imaginaos a vuestros primeros padres
como los primeros Santos.
Vosotros, ahora, no conocéis la dicha del trato en Unión Íntima con la Trinidad.
Ellos sí lo tuvieron. Para luego no tenerlo y buscarlo y lograrlo sólo con mucho
esfuerzo, y nunca más en esa intimidad.
¿No crees tú que éste fue su mayor tormento? Sí lo fue: perder la unión íntima
perfecta con Dios, su Creador. Dios permanecía muchos días escondido. Ya no era
ese trato diario permanente que tenían. Había que buscarlo con mucho esfuerzo.
Jesús ahora también se esconde de nosotros.
Pero no desea hacerlo más. En un futuro, podréis tener la unión íntima con su
Creador en un grado, si no tan excelso como vuestros primeros padres, muy
similar. En la era de la Misericordia. En la era del Amor. En el Tiempo Nuevo que
vendrá.
Pero la Gracia de Cristo, ¿no pudo restablecerlo todo? Esto no lo entiendo.
Está restablecido. Está borrada la “culpa” original, pero queda la “pena” de una
naturaleza caída.
Poseéis las primicias de la Renovación. Pero la humanidad todavía no ha sido
renovada. Espera que se culmine la Pasión de Cristo, para llegar todos a la
Resurrección.584 Un resarcimiento a las ofensas hechas a Dios.
En el cuerpo: el Cuerpo de Cristo.
En las almas: el Alma de Cristo.
Sólo Cristo pudo retribuir a Dios. Y nosotros con Él. Yo también tuve que sufrir en
mi cuerpo, y Yo era la Inmaculada.
No sufriste el parto ni los trabajos de los hijos.
Pero sí el cansancio y el sudor y la pesantez de una naturaleza limitada.
Madre, lo dices porque tuviste que aprender, tenías sed y cansancio, frío y
calor. No lo sabías todo, a pesar de estar en Dios, etc…
Sí.
Ay, Mamá: ¡pero tú eres más que Eva!
Pero la naturaleza, después de Eva, fue de una manera diversa a como lo tenía
pensado Dios en un principio. Aunque, sin el pecado original, mi naturaleza también era muy diversa a lo que
vosotros pensáis ahora. No era esa simple mujer que a veces me pintáis. Pensad que
era la Madre del Verbo, y el Señor no me quería tener en la ignorancia. Conocía
más de lo que vosotros podéis llegar a conocer, amaba más y tuve capacidad de
elección para elegir la humildad y la obediencia.
Madre: Tú ya naciste diversa de Eva.
Sí: la que había de ser la Madre de Dios, ya nació diversa. Por lo pronto, no estaba
llamada a unirse a ningún hombre. Porque era la Virgen. La Virgen sería las
Delicias de sólo Dios. No fue el regalo para un hombre, sino que lo fue para Dios.
Dios se extasió también al contemplar a la Virgen que sería sólo para Él:
- En perfecto amor.
- En perfecta unión.
La Virgen redimiría los pecados de la carne. Por su Pureza, os trajo al Verbo.
A Adán y Eva se les prometió un Salvador que nacería de una Virgen.585
Eva, en su vida, ya hablaba conmigo. Se dirigía a mí orando por mi Venida, en
espera de que Yo pudiera redimir el estado tan bajo de la naturaleza caída que tenía
ahora. Yo no había nacido, pero ya me esperaban. Comprended la dignidad de la
Madre de Dios. Por medio de Ella, Dios envía a Cristo al mundo.
584 Cfr. Col 1,24.
585 Cfr. Gn 3,15.
No hay comentarios:
Publicar un comentario