29-09-2011
Virgen:
Tu Carisma, para ti, no tiene las pruebas evidentes y sensibles que puede haber
dado Dios a otros, pero por eso necesita de más fe por parte del que lo recibe.
Es sobre todo tu fe la que se prueba aquí. No la de otros. Porque para otros, aparece
claro que viene de Dios sólo con leerlo.
Podríamos haber dado otras pruebas evidentes para ti de que viene de Dios, pero tú
no las necesitas, hija mía, para creer en Nosotros. Ni las pides, ni las necesitas.
Muchísimas veces tú caminas en la negrura de la fe, y sin embargo, aceptas y crees
esto.
A otros les estamos dando continuamente pruebas sensibles de que lo suyo viene de
Dios.
Lo tuyo está en el entendimiento. El Espíritu Santo opera ahí. Y en la voluntad libre
tuya de aceptarlo.
¡Los milagros que Yo podía haber hecho, con el Poder de Dios, para que la gente
creyese! (lo tuyo), y no lo he hecho. He querido dar a este Carisma un matiz
especial de pura fe. De pura fe en Dios.
A ti a veces te parece que caminas en un absurdo. Aun así, lo haces con el
convencimiento de que viene de Dios. Eso es lo que quiero, eso es lo que me gusta.
Por eso te hemos dicho que lo tuyo es más excelso. Porque requiere más fe por parte del vidente. Y por parte de los que creen en él. Recibe por ello mayor premio
para ambos. El vidente persevera en medio de cruentas luchas internas. Y los que lo
escuchan, se abandonan completamente en Dios para entender.
(Hasta que no se abandonan, no entienden. Después de hacerlo, no les cuesta
nada entender)
Entonces viene el Espíritu Santo y se lo muestra diáfano con sus Dones. Y
entienden lo que entendió el vidente. Y más.
(Esto de que “y más”, lo he comprobado yo misma al hablar con gente que ha
leído el Libro)
Y el Espíritu Santo obra en ellos de igual modo que lo hizo en el vidente: en el
entendimiento.
¿Por qué se llama “vidente”, si no ve con los ojos?
Porque ve con los ojos de la fe. Y se le muestra en el ámbito interior, en los
sentidos interiores.
Y comprende internamente, porque le es comunicado el Conocimiento de Dios. Su
Sabiduría. La Sabiduría del Espíritu Santo.
Los que tenemos estas cosas, permanecemos más ocultos a los ojos de los
demás que los que tienen apariciones.
Sí.
También por eso tiene más mérito que creáis.
Qué fácil sería para mí dejar esto.
Sí lo sería. Bastaría con que no rezaras.
Por eso este Don se nutre de la perseverancia. Sin perseverancia en la oración,
dejarías de oírnos. Sin ningún problema. De manera gradual hacia abajo, hasta
extinguirse. Esto le ha pasado a algún Profeta.
Es verdad: cuando veo a alguien que le ha ayudado el Libro, a mi me
confirma en mi misión.
Así los videntes de apariciones son confirmados por cada uno de los peregrinos.
Otra cosa que encuentro en vosotros superior, es el agotamiento que supone el
recibir mensajes y apuntarlos. Y esto lo hacéis sin entrar en éxtasis.
Cuando una persona recibe éxtasis, pierde la noción temporal y el cansancio, está
en otro orden de cosas, sostenida por Dios.
No es tu entendimiento el que está trabajando, pero tu físico se agota escribiendo y
escribiendo y escribiendo, por horas. Tu corazón sufre la pena que sufre Dios. Y
eres sostenida para no morir. Se te da en el justo término que puedes aguantar. Y
vuestra vida se halla plagada de vicisitudes, según cuál sea vuestra misión. Es para que entendáis también a través de ellas. Y para que seáis fiel reflejo de lo que
predicas.
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