03-10-2011
Jesús:
Oh, amada y dulce Marga: Quiero que entiendas el poder y la fuerza de tu dulzura y
de tu serenidad.
No: para dominar a otros, sino: para elevar a otros. Es el poder de
lo femenino en las almas. Está hecho para mirar hacia grandes miras y grandes
metas.
A la vez que tu dulzura y serenidad, quiero tu amor sincero por cada uno, como de
madre, y tu delicadeza. Es eso lo que caracteriza a una virgen, y lo que la hace más
parecida a mi Virgen, mi Madre.
Las mujeres perdisteis mucho cuando perdisteis la serenidad. Quiero que lo
recuperéis, mirando a mi Madre.
Y Yo te bendigo: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
04-10-2011
Jesús:
Cuanto más humildad en todo, mejor.
Escruta tu pureza de intención, y despega de ti todo intento de vanagloria y poder.
Todo afán de sobresalir, de ser tenida en cuenta, de ser consultada.
La humildad. Eso es sólo lo que desbanca al orgullo. Y la obediencia. No quiero
orgullosos en mis puestos. Y si tú te llenas de orgullo, tampoco te quiero en esto.
Jesús, perdóname.
Yo te perdono y te doy la corona: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
¿Qué corona?
La corona del sufrimiento por mi Reino. Sufre, y en tu sufrir, obtenles la dicha.
Quémate en lo escondido, cual lamparita. Que si Yo tengo a bien ponerte en la
palestra, lo haré, y si tengo a bien quitarte, lo haré también.
Yo amo lo escondido y lo humilde.
Y a ésos: les doy la corona. La Corona de la
dicha en el Cielo.
Aquí en la tierra: espinas.
En mis Moradas: rosas y diamantes.
Vete en paz. Amén.
12-10-2011
Jesús:
Querida hija de mi Corazón de Padre. Corazón de Dios.
(Jesús se me presenta delante, como el Ecce Homo. Sólo el busto)
Es eso lo que te espera a ti. ¿Lo quieres?
¡¡Sí!! Y Tú dame el valor y la fuerza.
Marga amada, mírame bien. ¿Lo quieres?
¡Sí, Jesús!
(Jesús, en medio de esa cara ensangrentada, tiene unos preciosos ojos
penetrantes de Amor. Ojos que penetran hasta lo más íntimo de ti. Y a la vez,
extiende su mano como pidiendo una limosna. Es Terrible la Hora de tu
Pasión).
Y todos la debéis de pasar.
Pero luego llega la Gloria.
Sí, Marga. Ven conmigo a la Gloria. Pero pasa antes por la Pasión. La Pasión que
tengo reservada a mis amigos. La Pasión. Yo, al final, daré una señal. Para que
todos crean. Pero será tarde.
Y te alabamos, Cristo, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Amén.
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