CONSEJOS DE MARIA SANTISIMA
El que ama a Dios, es porque ama sus MANDAMIENTOS y palabras, y los cumple…, y el que los cumple no puede hacer, ni desear mal a ninguno ni a nada, porque está en el AMOR DE DIOS, que es CARIDAD, y la CARIDAD lleva en si la JUSTICIA que le da a cada uno lo suyo y lo respeta, sin pasarse para más ni para menos…
Hijos míos, estáis en una sociedad de injusticias, donde reina y se exalta el PECADO en todas sus formas…, donde reina la violencia junto el cinismo, los legisladores y leyes injustas, la ignorancia del pueblo con las falsas libertades que son corrupción y caos, la hipocresía en la Religión y el error de los hermanos separados y de las falsas religiones y las sectas… Estáis en las tinieblas de muerte, peor aún que cuando nació mi Hijo JESUS en Belén…, porque la Iglesia que fundó mi Hijo Jesucristo con Pedro, se está oscureciendo con muchos de sus hijos que debieran ser la Luz del Mundo y la Sal de la Tierra, pero su tibieza la ha vuelto sosa y esta siendo pisoteada… ¿De qué os vais a quejar si os reprochan y os persiguen, Ministros del Señor? ¡Seréis salados al fuego…!.
Hijos míos todos, yo quisiera que no fueseis “salados al fuego” porque esto significa la PURIFICACION ya en la tierra, pero sobre todo en el Purgatorio, en el que ya muchos no creéis, porque estáis contaminados hasta la médula con las filosofías y falsas Teologías modernas que os están confundiendo la verdadera FE Católica, la Tradición y el Dogma… Los modernistas son muy dados a quitar las Tradiciones, y no se dan cuenta que sin ellas parten de cero, despreciando el duro el duro y largo caminar que ha tenido que hacer la Iglesia en sus hijos y Santos que la han precedido. Los modernistas se creen que lo saben todo y pueden hacer y deshacer, sin contar con el Espíritu Santo que es el Alma de la Iglesia y quien la Santifica, muchas de sus bendiciones no son benditas por la Santa Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, sino que son bendiciones de hombres simplemente.
ORAD por los Sacerdotes y almas consagradas, hijos míos…, por los fieles y humildes, para que puedan permanecer así hasta el final, y por lo menos fieles y los apóstatas, para que se puedan salvar…
ORAD mucho, ORAD por los que no oran…, porque la Iglesia y la tierra languidecen, porque falta la oración necesaria y la alabanza y adoración al verdadero DIOS, UNO y TRINO, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque todas las demás llamadas “religiones” no adoran a DIOS, sino a los demonios que los tienen confundidos. (1).
No olvidéis estas lecciones, hijos míos, mis pequeños, en medio de un mundo ateo y corrompido…, pero no temáis, manteneos en la Gracia de Dios, no pequéis, orad mucho y con el Santo Rosario, asistid a la Santa Misa a ser posible todos los días, y comulgad el Cuerpo y Sangre de mi divino Hijo, aunque os den solo PAN, una sola especie, se recibe a Jesús entero, pero no toméis en vuestras manos, sino en la boca y de rodillas, pero si tenéis peligro de caeros, porque han quitado los comulgatorios, recibidlo de pie haciendo una inclinación de cabeza en reverencia al Señor, también la genuflexión con la rodilla derecha a ser posible, si no hay impedimento físico, es adoración con el cuerpo, ya que no debéis discutir con el Ministro del Sacramento si os ordena lo contrario, antes de cometer un sacrilegio como tantos miles y millones se están cometiendo todos los días, mejor irse al sitio y hacer la Comunión Espiritual, Jesús vendrá a vosotros y os dará su Paz y Amor en tal tribulación y provocación que os hace Satanás por medio del Ministro incorrecto…, sed humildes en todas estas trabas que os pone el enemigo dentro de la misma Iglesia y por los hombres responsables, porque ya esta bien instalado dentro de Ella…, ¡Tened paciencia hijos míos y permaneced fieles hasta que llegue mi Hijo y lo renueve todo con el Reino de la Paz y el Amor! Decid muchas veces en vuestra oración: ¡VEN SEÑOR JESUS! ¡VEN, SEÑOR JESUS que te esperamos!
¡0RAD! ¡0RAD! ¡ORAD!, sin descanso y rezad mucho el Santo Rosario, esto que os he dicho es vuestra mejor protección contra el demonio y todos los males que os rodean.
Orad por el Papa Benedicto XVI, que el Señor le conserve y le vivifique, le fortalezca y le ilumine en el gobierno de la Iglesia, y para que tenga vida la Silla de Pedro. Orad por él día y noche, pues el tiempo que esté en su sitio, es el tiempo que tendréis de esta paz relativa que disfrutáis algunos en la Iglesia de todo el mundo. Os bendigo, hijos míos todos, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Paráclito. Os doy mi Paz y Amor.
Vuestra Madre, MARIA INMACULADA.
(1) Corintios 10,20.
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