La deidad tiene entre sus características una falda de serpientes, un collar de manos y corazones humanos arrancados de víctimas sacrificadas, así como dos cabezas de serpientes encontradas que sustituyen la cabeza y que simulan dos chorros de sangre que brotan de su cuello cortado.Esta obra generó malestar entre los fieles. Así, un grupo de mil personas aproximadamente marcharon pacíficamente el sábado pasado como un “acto de desagravio” y para manifestar su inconformidad contra esta obra financiada con fondos municipales y de compensación, y que forma parte de la iniciativa Arte Público en Guadalajara del ayuntamiento de la ciudad.
Al término de la
Misadominical el 27 de agosto, el Purpurado expresó su apoyo a esta manifestación de rechazo. “Allí está la expresión de un buen número de personas que fueron, que pudieron ir, pero habrá otras que no fueron personalmente pero que participarán también de esta visión. Ya toca a las autoridades el leer, interpretar, esa inquietud legítima que tienen estas personas de disentir y de expresarse", señaló.El Cardenal indicó que ante la polémica ocasionada, el autor le envió una carta hace unos días para explicar sus intenciones al crear esta pieza.
En la carta, que el Arzobispo leyó, Vargas dijo que pretendía presentar "un relato claro y respetuoso del proceso histórico que permitió a la espiritualidad de las cultura amerindias embonar con la fe cristiana".
El Cardenal Robles Ortega advirtió que este tipo de obras perturba la fe de los sencillos, de los que están acostumbrados a ver la imagen única de la Virgen de Guadalupe.
“La sola obra en sí, sin que nadie dé una explicación, sí perturba, sí inquieta a los sencillos; es decir, a los que no tienen la capacidad de trascender la obra de arte y el significado. Creo que eso es lo que ha pasado. Los más sencillos, los más humildes religiosos a la devoción de la santísima virgen acostumbrados a ver su imagen única, clásica, pues se ven como perturbados, confundidos, de esta interpretación que quiere ser artística", expresó.
El Arzobispo dijo que la Arquidiócesis no está en posición de pedir que la escultura sea reubicada, pero indicó que "quizá (las autoridades) no midieron lo que puede significar para la sensibilidad de los demás católicos, que tenemos muy profunda, muy arraigada la devoción a la santísima virgen de Guadalupe".
Lanzan campaña para retiro de escultura
Por su parte, a través de la plataforma CitizenGo, se ha lanzado
una campaña de firmas para exigir a Enrique Alfaro, presidente municipal de Guadalajara, que “retire del barrio del Refugio la obra ‘Sincretismo’, ubicada en Av. Federalismo y Calle Hospital pues nos parece ofensiva la relación que hace su autor entre Coatlicue, la diosa de la muerte, y la Virgen de Guadalupe”.
“Los católicos consideramos una grave ofensa que en nombre del arte, se profane la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y se desdibuje el mensaje que en sí mismo dio origen a una nueva cultura mestiza como lo es el Pueblo Mexicano”, afirma la campaña, iniciada por Emmanuel Torres Rentería y que ya tiene más de 25 mil firmas.
Recordó que “la tilma de la Virgen de Guadalupe es en sí misma una obra de arte divino que debe ser representada como se ha plasmado en el ayate de San Juan Diego desde hace casi 500 años. Consideramos que esta obra de sincretismo que une a la diosa de la muerte azteca y la Virgen de Guadalupe es una provocación a los católicos, además del elevado costo de más de 5 millones de pesos y no lo podemos permitir”.
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