09-10-08
Virgen:
Querida Marga de mi Corazón de Madre, Corazón de Amor. Sobre ti descansa mi
Unción.
Sí, ¡no temas! Sé más sencilla. Camina sin miedo. Dices que no te fías de ti. ¡Fíate
de Mí!
Mira y ¡ten amplias miras! Como las mías. Aprende de todos mis Proyectos
llevados según mi Corazón. Tu mirada abarca un amplio paisaje desde tu ventana.
Más que eso es el Paisaje de mis Proyectos sobre mi Corazón.
Conoced las heroínas de los cuentos y las audaces y valientes santas de todos los
tiempos y veos reflejadas en ellas.
Quiero que, en vuestro trato, os desproveáis de todo consuelo humano y todo
egoísmo, orgullo y afán por sobresalir.
No es en vosotros en quien se funda mi Obra. Mi Obra se funda en el Espíritu
Santo y en el poder de su Brazo para iros transformando. Mi Obra sale a pesar de
vosotros.
¿No ves que mi Esposo13 tiene su mira puesta en todos mis Proyectos?
Él pondrá sus ojos en todos los tuyos si vas a acometerlos con buena voluntad y son
según los planes de Dios.
Sobre ti su bendición en tus empresas si caminas de mi Mano. No te sueltes.
Quiero que recuperes tu alegría, prontitud, acción, valor, atención a las llamadas de
oración, ilusión, entusiasmo, lucha, constancia… y que lo hagas todo por mi Reino.
Quiero unirte a todos los hombres de buena voluntad que siguen el Camino.
Tu corazón es de muchos. No de unos pocos.
Tus hijos son el mundo.
Tu corazón de madre voy a asemejarlo al Mío. Para que sientas conmigo. Para que
sufras y ames conmigo y a través de Mí.
Haré grandes milagros de transformación en tu corazón. Al que he preparado desde
pequeña.
¡Oh, mi niña! Mis designios contigo son muy grandes.
Minúscula hija. El Reino de Dios es de los pequeños.
Por favor, amad a todos. Amad, amad, amad a todos, aun a los que queden al
margen o fuera de este mi Proyecto. Yo os lo pido y es un deseo de mi Corazón.
Permanece sobre mi Corazón. Amén.
13 El Espíritu Santo.
11-10-08
Jesús:
(Durante un Retiro)
Necesitáis de cuanta más fuerza, mejor, porque estáis en un ataque abierto del
enemigo. Y algunos habéis ido al combate en mangas de camisa.
Necesitáis que os envuelva mi Gracia para no perecer.
Necesitáis que venga el Espíritu Santo sobre vosotros. Y es en estos momentos que
os lo reservo. Porque os veo juntos y juntos os quiero alentar.
Sí, no penséis que es ir a la lucha sin ayuda. Yo no podría enviar a los míos a eso.
A menudo todo se os hace tortuoso porque ni pedís ni cogéis mi ayuda. Yo os la
quiero enviar.
Vosotros tenéis un concepto equivocado de cruz y de estar en guardia.
La cruz no es derrota. No es pesimismo y flojera, negatividad.
La cruz os hace libres. Con ella vivís en Gracia y perseveráis. Os da la fuerza y os
llena de vida, de vitalidad.
La cruz no invita a la derrota, ¡sino a la victoria!
Por mi cruz os vino el Espíritu. No habéis experimentado todavía lo que es el
Espíritu. El Espíritu Santo ¡es alegría!, ¡es plenitud!
La cruz es vuestra gloria.
¿Estáis en guardia cuando no veláis y oráis?
¿Lo estáis cuando no ayunáis ni os sacrificáis?
Sin oración y ayuno no podéis estar en guardia.
Estáis descansando. Y viene el
enemigo y os ocupa con siete demonios más que al principio.14
Por eso os digo: Meditad sobre vuestro concepto de cruz y sobre vuestro concepto
de estar alerta. Os encontráis en un crudo combate del que nadie puede salir
vencedor sin las dos cosas.
A partir de ahora quisiera que en todos vosotros, en vuestros rostros, se tradujera
todo lo que vivís en vuestro interior y lo que predicáis.
No sois mis apóstoles verdaderos mientras no me deis a los demás.
Así que os digo que quiero y es mi deseo, un deseo de mi Corazón: que cada uno de
vuestros rostros refleje mi Alegría. Alegría radiante. Mi dicha de estar junto a Mí.
De vivir a mi lado y no estar solo. De vivir de Mí en mi Eucaristía. La dicha de
encontrar un sentido a la cruz y un valor al sacrificio. La dicha de permanecer
conmigo en largos ratos de oración y adoración. Entonces, hermanos, amigos míos, entonces, cuando vosotros salgáis a la calle,
notarán que algo distinto os invade y que vuestra alegría, ésa que se refleja en la
cara, es bien profunda. Y querrán ser como vosotros.
Observad: si no hay alegría, no hay plenitud.15
Si alguno no es alegre entre vosotros, es porque no está pleno. Y éste será un signo
inequívoco para pensar si venís de Mí: si sois alegres. Y que mi Alegría os
desborde.
¿Qué es lo que busca el mundo? La alegría. La alegría del Resucitado.
Lo que pasa es que aún no lo saben.
¡Id vosotros a mostrárselo! Mostrad que se puede estar en el mundo sin ser del
mundo. Y vivir de ese otro mundo sobrenatural. Aún en el mundo. Sin ser del
mundo.
Y quiero ver un reflejo en vuestras vidas.
Te lo he dicho y es un Deseo de mi Corazón: ¡SED ALEGRES!16
Amén.
14 Cfr. Mt 12,45.
15 Cfr. Jn 15,11; 17,13.
16 Cfr. I Ts 5,16; Flp 1,4; 2,18.28.29; 3,1; 4,4.
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