Redacción ACI Prensa
El Papa Francisco en el Ángelus. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
Antes del rezo del Ángelus del domingo, el Papa Francisco explicó el Evangelio del día en el que la muchedumbre busca a Jesús, pero a este “no le basta que la gente lo busque, quiere que la gente lo conozca, quiere que la búsqueda de Él y el encuentro con Él vayan más allá de la satisfacción inmediata de la necesidad material”.
“El Señor nos invita a no olvidar que, si es verdad que es necesario preocuparnos por el pan material, todavía más importante es cultivar la relación con Él, reforzar nuestra fe en Él que es el pan de vida, que ha venido para saciar nuestra hambre de verdad, justicia, de amor”, explicó.
El Pontífice, desde la ventana del Palacio Apostólico afirmó que “Jesús ha venido a traernos algo más, a abrir nuestra existencia a un horizonte más amplio respecto a las preocupaciones cotidianas que son el alimentarse, vestirse, la carrera”.
“Él, verdadero ‘pan de vida’, quiere saciar no solo los cuerpos sino también las almas, dando el alimento espiritual que puede satisfacer el hambre más profunda”, añadió.
Francisco habló de la invitación de Jesús a la gente para que “consiga no el alimento que no dura, sino el que permanece para la vida eterna”. “Se trata de un alimento que Jesús nos dona cada día: su Palabra, su Cuerpo, su Sangre. La gente escucha la invitación del Señor, pero no comprende su sentido”, explicó.
“Los que escuchan a Jesús piensan que Él les pide la observancia de los preceptos para obtener así otros milagros, como el de la multiplicación de los panes. Es una tentación común esta e reducir la religión a la práctica de las leyes, proyectando sobre nuestra relación con Dios la imagen de la relación entre los siervos y su padrón: lo siervos deben seguir las tareas que el jefe ha asignado para obtener así su benevolencia”.
Pero la respuesta de Jesús, dijo el Papa, es la misma para hoy día: “la obra de Dios no consiste tanto en el ‘hacer’ las cosas, sino en el ‘creer’, en Aquél que Él ha mandado; o mejor, la fe en Jesús nos permite realizar las obras de Dios”.
“Si nos dejamos envolver en esta relación de amor y fidelidad con Jesús, seremos capaces de cumplir obras buenas que huelen a Evangelio por el bien y la necesidad de los hermanos”.
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