5. LLEVAMOS EL TESORO DE LA GRACIA EN VASIJAS
DE ARCILLA
87 Quinta verdad. Es muy difícil, dada nuestra pequeñez
y fragilidad, conservar las gracias y tesoros de Dios, porque:
1. Llevamos este tesoro, más valioso que el cielo y la tierra,
en vasijas de arcilla (2Cor 4,7), en un cuerpo corruptible,
en un alma débil e inconstante que por nada se turba y
abate.
88 2. Los demonios, ladrones muy astutos, quieren
sorprendernos de improviso para robarnos y desvalijarnos.
Espían día y noche el momento favorable para ello. Nos
rodean incesantemente para devorarnos (ver 1Pe 5,8) y
arrebatarnos en un momento –por un solo pecado– todas
las gracias y méritos logrados en muchos años. Su malicia,
su pericia, su astucia y número deben hacernos temer infinitamente esta desgracia, ya que personas más llenas de
gracia, más ricas en virtudes, más experimentadas y elevadas en santidad que nosotros han sido sorprendidas,
robadas y saqueadas lastimosamente. ¡Ah! ¡Cuántos cedros
del Líbano y estrellas del firmamento cayeron miserablemente y perdieron en poco tiempo su elevación y claridad!
Y ¿cuál es la causa? No fue falta de gracia. Que Dios a nadie
la niega. Sino ¡falta de humildad! Se consideraron capaces
de conservar sus tesoros. Se fiaron de sí mismos y se
apoyaron en sus propias fuerzas. Creyeron bastante segura
su casa y suficientemente fuertes sus cofres para guardar
el precioso tesoro de la gracia, y por este apoyo imperceptible en sí mismos –aunque les parecía que se apoyaban
solamente en la gracia de Dios–, el Señor, que es la justicia
misma, abandonándolos a sí mismos, permitió que fueran
saqueados.
¡Ay! Si hubieran conocido la devoción admirable que a
continuación voy a exponer, habrían confiado su tesoro a
una Virgen fiel y poderosa, y Ella lo habría guardado como si fuera propio, y hasta se habría comprometido a ello en
justicia.
89 3. Es difícil perseverar en gracia, a causa de la increíble
corrupción del mundo. Corrupción tal que es prácticamente
imposible que los corazones no se manchen, si no con su
lodo, al menos con su polvo73 . Hasta el punto de que es
una especie de milagro el que una persona se conserve en
medio de este torrente impetuoso sin ser arrastrado por él,
en medio de este mar tempestuoso sin anegarse o ser
saqueada por los piratas y corsarios, en medio de esta
atmósfera viciada sin contagiarse.
Sólo la Virgen fiel, contra quien nada pudo la serpiente,
hace este milagro en favor de aquellos que la sirven lo mejor
que pueden.
73 SAN LEÓN MAGNO
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