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No todo es como parece ser.
Los medios de comunicación del sistema están operando un ataque sobre la iglesia para desacreditarla e incidir para que cambie su rumbo doctrinal. Sus campañas están basadas en contenidos que les proporcionan los distintos tipos de enemigos de la iglesia, cada uno con sus intereses particulares. Y la defensa que ha ensayado el Vaticano no parece adecuada.
La renuncia del Papa ha generado un nuevo pretexto para atacar su pontificado de parte de los enemigos eternos de la iglesia, que desde el inicio de su papado apretaron el acelerador para desacreditarlo, para “pegarle” a la Iglesia por las decisiones que preveían podía tomar.
Por mencionar sólo tres temas que surgieron: Benedicto XVI fue conscientemente involucrado en la conspiración para condonar y encubrir los abusos sexuales de sacerdotes; se le acusó de haber pertenecido a la organización de las Juventudes Hitlerianas; y de su incapacidad para poner fin a las luchas de poder e intrigas sexuales dentro de la burocracia vaticana.
Los temas han ido variando y lo seguirán haciendo, porque siempre va a haber un argumento para hacer funcionar la maquinaria publicitaria desacreditadora.
MEDIOS CATÓLICOS MAL ACOSTUMBRADOS A NEGAR TODO
Pero la verdad es que la comunicación de la iglesia no ha sido acertada como para salir mejor parada.
Hay que entender, es que estas campañas se desatan sobre la base de medias verdades, nunca son inventos puros.
Pero la mayoría de los medios de comunicación católicos ha respondido siempre de la misma manera, negando todo, lo cual es una manera desacertada de contestar, porque cualquier prueba que presente el enemigo lleva a desbaratar la defensa.
Por ejemplo ahora La Reppública de Italia publicó una serie de infidencias sobre el informe de la comisión que investigó los Vatileaks, donde se mencionaba un lobby gay operante dentro de la iglesia,
ver aquí.
Y a pesar que hace más de una década sacerdotes e investigadores fieles, desde dentro de la Iglesia, hablan de este lobby eclesial gay e incluso se lo acusa de encubrir a los pedófilos y de mostrar poco “amor” para defender las causas de la vida, nuevamente muchos medios católicos optaron por “no se admite nada, no hay ningún problema al respecto”.
LOS ENEMIGOS NO SON DE BENEDICTO SINO DE LA IGLESIA
También hay que entender que no es Benedicto el que tiene enemigos, ni el cónclave, sino la doctrina eclesial y su comunicación en su completitud.
Esto lo podemos ver en esta etapa en que está abierta una posibilidad de elegir un Papa menos riguroso doctrinalmente, en que los medios, políticos, teólogos progresistas, le quieren “armar el cuadro” al cónclave y decirle “como debe jugar”, o sea definir el perfil de nuevo Papa – menos tradicional – e incluso barajando nombres.
Y las críticas que se hacen a Benedicto en este momento están relacionadas con las supuestas carencias que tuvo, y que el nuevo pontífice debería solucionar, pero en los temas en que la aplicación de la doctrina puede tener un cambio liberal.
EL MODUS OPERANDI DE LOS ENEMIGOS
En la misma línea, el sociólogo italiano Massimo Introvigne, ha realizado un inteligente análisis del sustrato de los ataques.
Refiriéndose a la primera gran ofensiva contra Benedicto XVI, a partir del discurso de Ratisbona del 12 de septiembre de 2006, que los musulmanes consideraron ofensiva para el Islam, detectó un proceso de tres pasos:
Primer paso: un buen número de medios de comunicación occidentales, liderados por habitual New York Times, extrapolaron la cita fuera de contexto y publicaron la noticia de la supuesta ofensa a los musulmanes en la primera página.
Segundo paso: el coro de líderes católicos y teólogos progresistas hostiles al Papa, es amablemente entrevistado por los medios de comunicación.
Tercer paso: los musulmanes ultra-fundamentalistas difunden la noticia en los países en los que operan y van a la violencia, con monjas y sacerdotes golpeados y asesinados, e iglesias quemadas.
ESTE PATRÓN SE ENCUENTRA EN MUCHOS OTROS EPISODIOS
Un ejemplo típico es el de marzo de 2009 cuando en el avión que lo llevaba a Camerún, el Papa responde a un periodista francés que le hace una pregunta acerca del SIDA, y explica que la distribución masiva de condones no resuelve el problema sino que lo empeora.
La respuesta del Papa, sin embargo científicamente correcta, desató el mismo patrón de la ofensiva:
Primer paso: este tema ocupó las noticias internacionales durante todo el viaje, eclipsando sus profundas enseñanzas sobre las fechorías de las instituciones internacionales y algunas corporaciones en África.
Segundo paso: “Católicos adultos” y teólogos progresistas intervienen para “morder” al Papa.
Tercer paso: viene la violencia, física no, pero esta vez gobiernos institucionales, como Bélgica, critican al Papa y anuncian medidas contra la Iglesia. Aquí se crea el contexto en el que unos meses después, la policía belga a la caza de pederastas eclesiales abre las tumbas de dos cardenales, para buscar documentos sobre la pedofilia.
LOS CINCO ENEMIGOS
En relación a lo anterior, Introvigne también hace una clasificación de los cinco enemigos principales de la Iglesia, el cónclave y Benedicto.
El primero: quizá el más poderoso y peligroso, es la galaxia de las organizaciones laicistas, homosexuales, masones, feministas, clínicas de aborto y eutanasia, las compañías farmacéuticas que venden productos para el aborto, los abogados que piden una indemnización multimillonaria para los casos de pedofilia.
El segundo: a menudo peligrosamente descuidado durante malentendido espíritu de diálogo y de “hacer el bien” es el fundamentalismo ultra-islámico. Por supuesto, la ideología fundamentalista islámica está lejos de la laicidad, pero están dispuestos a aprovechar la asistencia de los medios de comunicación seculares para atacar a la Iglesia, y tomar ventaja de su silencio cuando su violencia se dirige contra los cristianos.
El tercero: el progresismo católico y la acción persistente y molesta de los “católicos adultos” y los teólogos que han visto su autoridad y su poder amenazado por el desmantelamiento que el Papa Benedicto XVI hizo con la interpretación del Concilio Vaticano II, sobre el que habían construido sus carreras de décadas y fortuna. Y hoy, a la vista del Cónclave, este liberalismo – cuyas quejas tiene el eco en los medios de comunicación internacionales secularistas – tratan de atacar a los Cardenales más activos y fieles en la difusión de las enseñanzas del Papa.
El cuarto: los ultraconservadores cuyos voces y ruidos son recogidos por los medios de comunicación anti-católicos, aunque no los compartan porque son más antitéticos para ellos que las posiciones de Benedicto XVI.
El quinto: el enemigo inconsciente y no intencional, pero no menos peligroso: las indiscreciones, los retrasos y los errores de comunicación de esos colaboradores del Papa.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEL SISTEMA SON LOS QUE UNEN A LOS ENEMIGOS
Los medios de comunicación que se llaman ahora “de la corriente principal”, y sus periodistas, son quienes aportan la difusión de los contenidos que crean estos cinco enemigos que Introvigne mencionó.
Su poder deviene en que son los encargados de llevar al gran público los elementos que consolidan la ideología laicista del sistema, que lo hacen a través de todo su material informativo y artístico.
Sin ellos, los cinco enemigos mencionados arriba no podrían operar, de ahí su posición estratégica.
Pero no hay que pensar que todo lo que hacen los medios de comunicación que trabajan para el sistema está en contra de la iglesia, porque en última instancia son comerciantes y buscan el lucro, deben informar a su público con cierta veracidad, y hay intereses individuales de cada uno de los periodistas.
Quizás en este punto de los medios de comunicación, es donde el catolicismo tiene más déficits, porque sus medios de comunicación, formales y testimoniales (como los blogs), comunican solamente hacia el interior de la iglesia, a quienes ya tienen una franca posición tomada, dejando de lado a quienes están en su nutrida periferia, que requieren una comunicación que presuponga menos compromisos.
Y su actividad para penetrar el mundo de los medios del sistema tropieza con sacerdotes que piensan en términos de homilía dentro de un templo y no de comunicación abierta; es así como pierden muchas oportunidades de que algo de su mensaje pase.
Fuentes: La Nouva Bussola Quotidiana, Crisis magazine, Signos de estos Tiempos
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