Cualquier católico que votara teniendo en cuenta los principios no negociablesplanteados por el Magisterio pontificio de Benedicto XVI,
no podría de ninguna de las maneras votar a los partidos que ostentan actualmente representación parlamentaria. Tampoco al PP, obviamente. Antes de que los católicos propeperos me salten a la yugular, conviene que sepan que esa idea no es solo mía. La comparten, al menos, estos obispos:
En un charla pública que tuvo lugar en un reciente acto provida celebrado en Sevilla,surgió el debate de si votar o no al PP en las próximas elecciones generales del mes de junio. Unos aseguraban que jamás volverían a apoyar en las urnas al partido del señor Rajoy. Otros decían que lo harían, con la nariz tapada, para impedir que Podemos llegue al gobierno. A ninguno se le ocurrió decir que votaría al PP por ser el partido que defiende la vida y la familia en este país.
El argumento del mal menor -votamos al PP porque la izquierda es peor- siempre ha estado, está y estará presente. Para mí votar a esas siglas es ya un mal mayor, pero aunque no estoy de acuerdo con ellos, entiendo a quienes quieren seguir votando al partido que ha mantenido el aborto como un derecho en España, y el “matrimonio” gay, porque la perspectiva de un gobierno Podemos/IU-PSOE, con posible apoyo de nacionalistas, les parece poco menos que apocalíptico. Ellos creen que votar a partidos provida y profamilia que no van a obtener representación parlamentaria es tirar el voto.
Antes de seguir, bien está que recuerde lo que dijo el obispo de San Sebastián en relación al voto útil:
En otras palabras, votar en base a valores es más importante que votar en base a otras consideraciones. Lo verdaderamente inútil es no dar testimonio de lo que se cree cuando uno va a depositar la papeleta en la urna.
El PP es un partido muy corrupto (Valencia, Madrid) que sabe que tiene secuestrado gran parte del voto católico conservador -el voto católico progre se va a Podemos-, para lo cual cuenta con el respaldo de los medios de comunicación de la propia Iglesia (Cope, 13TV). Eso hace que resulte prácticamente imposible que surja una alternativa católica que atraiga ese voto. En InfoCatólica hemos cedido espacio informativo y opinativo a posibles alternativas (AES, PFyV, Impulso Social y la izquierda del PSain). Pero los resultados electorales fueron ciertamente exiguos.
Respecto a VOX yo mantuve una actitud crítica, porque cuando se presentó a las elecciones europeas llevó en sus filas a partidarios de la legislación abortista. El partido del señor Abascal reafirmó posteriormente su postura provida y profamilia y parece que, salvo alguna Falange,
es el único que se presenta en estas elecciones en 35 provincias con al menos la apariencia de defender los mencionadosprincipios no negociables.
Estoy convencido de que muchos votantes del PP querrían votar a VOX para el Congreso de los Diputados si no fuera por el miedo a que Pablo Iglesias y Pedro Sánchez conviertan España en una Venezuela mediterránea. Pero todos ellos podrían hacer un gesto que demostrara que de verdad les interesa votar teniendo en cuenta el derecho a la vida, la familia y la educación. En el Senado el voto es nominativo. Es decir, el votante tiene que marcar tres casillas de senadores y no hace falta que sean del mismo partido. Un católico pepero harto del PP puede votar al cabeza de lista del senado de VOX y luego a otros dos candidatos del partido del señor Rajoy. Y quien dice VOX, dice cualquier otra candidatura minoritaria provida. Desconozco las que se presentan.
Conseguir que al menos en el Senado haya algún representante del pueblo español que defienda el derecho a nacer y la familia según la ley natural sería el primer paso para lograr que la causa provida y profamilia pinte algo en esta sociedad a nivel político. Piensen en ello. Yo lo haré.
Luis Fernando Pérez Bustamante
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