Se puede decir más alto, pero no más claro:
El Papa Francisco acaba de hablar en el avión que le conduce a la JMJ en Cracovia (Polonia). Ha dicho lo siguiente:
“El mundo está en guerra porque ha perdido la paz (…) hablo en serio de guerra, una guerra de intereses, por dinero, por los recursos de la naturaleza, por el dominio de los pueblos. Pero no es una guerra de religiones porque todas las religiones quieren la paz”.
Así define esta guerra el Santo Padre:
- Por trozos, por capítulos, pero guerra, no sólo violencia
- No orgánica, pero si organizada
Sobre el cura francés degollado ayer ha señalado lo siguiente:
“Recordamos a este santo sacerdote que ha muerto en el momento en el que recogía las oraciones para la Iglesia. Él es uno, pero cuántos cristianos, cuántos inocentes, cuántos niños...Pensemos, por ejemplo en Nigeria”
Si quieres firmar en el libro de condolencias, puedes hacerlo ahora aquí:
Le entregaremos el libro al obispo de Ruán y nos sumamos a la petición del presidente de la Conferencia Episcopal francesa de hacer
ayuno y oracióneste viernes 29.
La muerte del padre Hamel fue horrible. Como sabes, los dos islamistas radicales entraron en la Iglesia en mitad de la misa. Agarraron al padre, a dos monjas y a algún feligrés.
Le obligaron a arrodillarse, rezaron una especie de salmos en árabe y grabaron su decapitación…
¡¡Tremendo!!
Es el primer ataque contra el cristianismo en Occidente desde hacía mucho tiempo.
Te reconozco que todavía estoy en shock…
Sobre el padre Hamel se han dicho muchas cosas en las últimas horas. Te resumo algunas.
Los feligreses le han definido así en diversos medios de comunicación y redes sociales:
- Asumió sus funciones hasta el final (…) Buen cristiano, discreto y muy querido en la ciudad”
- “Un hombre bueno, siempre al servicio de los demás y con un carisma sincero”
- “Una persona cálida, simple y que vivía modestamente.”
- “Me bautizó, me enseñó el catecismo... Estoy indignada, conmocionada, triste...”
- “Mi familia lleva viviendo aquí 35 años y siempre hemos sabido de él".
El decano de Sotteville -lès –Rouen, el abad Aimé -Rémi Mputu Amba, le define así:
“Era un sacerdote muy apreciado. El rayo de sol de nuestras reuniones parroquiales”
Había cumplido en el 2008 las bodas de oro sacerdotales y desde hacia 11 años podía haberse jubilado. No lo hizo. Entendía el
sacerdocio como una vocación, un llamado, una misión. Por eso nunca pensó en “jubilarse”, aunque técnicamente tenía derecho tras cumplir los 75 años. Así lo explicaba él mismo:
'¿Alguna vez has visto un cura retirado? Seguiré trabajando hasta mi último aliento'".
#JeSuisJackesHamel
El obispo de Ruan pide que “no bajar los brazos ante la violencia”. ¡¡No los vamos a bajar!!
¿Quieres decírselo ahora?
Son horas difíciles. Hasta
el Papa reconoce que acude a la JMJ con la idea de que los jóvenes le transmitan esperanza…
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Un abrazo,
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