«También esta noche la Virgen vino alegre y feliz y, al inicio, nos saludó a todos con su saludo maternal: “Alabado sea Jesús, queridos hijos míos”. Después extendió sus manos y oró un tiempo prolongado sobre todos nosotros, de manera especial oró por los enfermos presentes. Luego oró particularmente por los jóvenes y por las familiasLa Virgen dijo:
“Queridos hijos, también hoy deseo invitarlos nuevamente a orar por las familias: a orar por la santidad de las familias y por los jóvenes, mis hijos que se han alejado, se han alejado de mi Hijo Jesús. ¡Oren, queridos hijos! Sepan que oro por todos ustedes e intercedo por todos ustedes delante de mi Hijo. ¡Gracias queridos hijos por haber respondido también hoy a mi llamado!”
A continuación, la Virgen nos bendijo a todos con su bendición maternal, y bendijo todo lo que ustedes han traído para que sea bendecido. Después yo los encomendé a todos ustedes, sus necesidades, sus intenciones, sus familias. De modo particular encomendé a todos los enfermos presente y a todos los sacerdotes presentes aquí esta noche. Luego la Virgen continuó orando un tiempo sobre todos nosotros y en esta oración se marchó, se marchó en el signo luminoso de la luz y de la cruz con su saludo: “Vayan en paz, queridos hijos míos.”»