- Francisco ha hecho lo mismo que hizo Pablo VI con las niñas de Garabandal… apariciones asimismo prohibidas por buena parte de la jerarquía española.
- Y la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe acredita las revelaciones extraordinarias.
- En plata, que buena es la voz del Magisterio pero no hay que despreciar las voces proféticas.
La
Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado el
Iuvenescit Ecclesia. Se lo resumo: es una defensa de lo extraordinario sobre lo ordinario. Viene a decir el Vaticano que la norma ordinaria es guiarse por el
Magisterio de la Iglesia para marcar criterio pero que también hay que prestar atención a los
carismas extraordinarios (revelaciones, apariciones, locuciones, etc.), pues no todos ellas son cosa de iluminados, de chiflados o farsantes. Entre otras cosas porque el Espíritu Santo habla cuándo quiere y como le da la gana.
Entonces es cuando el
papa Francisco ha mantenido un coloquio con la madrileña
Marga, autora de
tres libros de revelaciones de Cristo y Santa María. Precisamente, el
libro Reinado Eucarístico, el tercero y más impactante de la trilogía habla mucho de Francisco y dice algunas cosas que suenan muy, pero que muy fuertes.
Me recuerda esta iniciativa en el Papado de Francisco a la del
papa Pablo VI con las apariciones marianas de Garabandal (Cantabria), entre 1961 y 1965. En aquel momento, el ordinario del lugar, que es el que tiene autoridad para discernir lo que es sobrenatural de lo que no lo es, atacó con saña las
apariciones marianas en Garabandal. Creo que nunca se había visto una ‘persecución’ tan dura de la autoridad eclesiástica para negar unas apariciones en las que creían miles de personas. Y resultó que una de esas miles era
Su Santidad Pablo VI. No quiso el Papa desautorizar a su colega, el obispo de Santander, pero recibió a las niñas y a sus defensores y les animó a predicar el mensaje de la Virgen por el mundo.
No se conformó con eso. Hizo algo más: Pablo VI publicó una carta en la que anulaba la necesidad de permisos de la autoridad eclesiástica para acudir a cualquier lugar de apariciones aunque no hubieran sido aprobadas por la autoridad eclesiástica. Además, permitió las peregrinaciones y las publicaciones sobre apariciones y revelaciones sin permiso previo. Un cambio en verdad revolucionario.
Y todo esto me recuerda los libros de la madrileña Marga, de la que resumimos diariamente citas en Hispanidad. Porque resulta que las autoridades eclesiásticas españolas han sido, digamos despectivas, con
Margarita del Llano, pero el papa Francisco sí se ha decidido recibir a la madrileña, una forma de autorizar sus libros o, al menos, de considerarlos. No ha tenido ninguna resistencia a dejarse fotografiar con ella y con su director espiritual, jesuita, como Francisco, para
L’Osservatore Romano.
Y les advierto que lo que dice es muy duro. Jamás se describió con tal crudeza la gran tribulacióny cómo afectará a un Papa concreto: a Francisco, él mismo que ha recibido a la autora.
Y encima, en paralelo, resulta que la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe reivindica las voces proféticas. Pues caramba…
Eulogio López
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