- Los cristianos deciden volver a las ciudades porque tienen “la gracia de Dios que les permite resistir el martirio”, explica el P. Luis Montes.
- No obstante, advierte: “La ayuda (de los cristianos de Occidente) tiene que llegar hoy o Irak se queda sin cristianos”.
“La ayuda tiene que llegar hoy o Irak se queda sin cristianos”, dijo el P.
Luis Montes, sacerdote misionero del
Instituto del Verbo Encarnado (IVE) que explicó cómo y por qué los
cristianos desplazados por la guerra vuelven a sus ciudades de origen, destruidas por el
Estado Islámico (EI), publica
Aciprensa.
El P. Luis Montes, argentino, sirve hace más de 20 años en Medio Oriente y Tierra Santa. Ahora, cada día que pasa confirma su misión en Irak, sirviendo en un campamento de 120 mil refugiados ubicado en Erbil.
También ha visitado a los cristianos que deciden volver a las ciudades liberadas del EI, donde solo quedan los cimientos de sus casas marcadas con la letra “nun”, que es la N del alfabeto árabe y con la cual identifican a los “nazarenos”, seguidores de Cristo.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Montes explicó que estas personas deciden volver a las ciudades porque tienen “la gracia de Dios que les permite resistir el martirio”.
“Dios les da coraje a los más débiles. Es algo puramente de Dios, no es humano. Ante la persecución Dios les da la gracia. Nunca nos da una misión para el cual no nos de la fuerza. Dios les da la gracia para soportar los peores dolores y torturas y poder seguirlo a él”, manifestó.
“Hay cosas que ayudan por ejemplo, su hermosísima devoción a la Santísima Virgen María. Ella es reina de los mártires, les enseña a ser mártires”.
En cuanto a la falta de bienes, el sacerdote misionero explicó que como “se les arrebató todo a los refugiados “, ellos “se simplifican la vida”.
“La vida es sencilla. Ellos aman a Dios porque es dador de los bienes. Aman a la Virgen Santísima porque es la Madre que nos ha dado Dios”.
“Eso es sabiduría que da la Cruz. Ellos conocen sus cruces y el que se une a la Cruz la tiene y la aprovecha y Dios le concede la paz, que es lo más parecido a la felicidad que hay en la tierra”, agregó.
Por eso, continúa el sacerdote, “cuando usted los visita ve gente sufrida pero, serena. A pesar de todo lo que han sufrido, nunca reniegan de Dios. La gente, todos los días, agradece a Dios. Cuenta sus penas, llora y termina diciendo ‘Allah karim’ que significa Dios es generoso”, precisó.
“Esa gente ha sufrido tanto pero, es gente probada en el dolor. Mantienen una fe tan firme, que la cosa es más sencilla de lo que uno puede ver de afuera. Ellos están preparados en su fe, entonces para ellos reconstruir la vida, es lo más fácil”.
“Retomar su vida les trae muchísima alegría y consuelo, saber que pueden volver a sus ciudades, a sus vidas pasadas. Han estado viviendo como refugiados, ¡Ahora esto es un paraíso!”, enfatizó el P. Montes.
Mientras los servicios básicos vuelven poco a poco a las ciudades destruidas por EI, las familias que llegan se alojan en los cimientos de sus casas, quemadas o destruidas por los extremistas islámicos.
En este proceso el sacerdote considera fundamental la colaboración que los cristianos de occidente pueden hacen llegar a los refugiados, a través de obras como Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN por sus siglas en inglés), institución que lo invitó a Chile para difundir su testimonio.
Desde 2014, ACN proporciona comida y alojamiento para las familias cristianas desplazadas.
“Con la ayuda de afuera los cristianos tienen todo el ánimo de empezar y de volver a su vida. Pero, la ayuda tiene que llegar hoy o Irak se queda sin cristianos”.
“La Iglesia en Irak vive un momento crucial y ayudarlos es un deber de todos. Imagínense la vergüenza para las generaciones futuras si se llegara a decir que el cristianismo tuvo que abandonar Medio Oriente porque no fue ayudado”, concluyó el P. Montes.
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