17-07-2008
Jesús:
Podéis mirar el Rostro de Jesús. Podéis ver también mi imagen en mi Corazón.
Esto simboliza más lo que Soy: El Amor de Dios. Por eso es más excelso.
Mi Rostro simboliza a un Hombre. Mi Corazón simboliza a un “Hombre–Dios”.
Simboliza el Amor de Dios. El Amor. El Amor que ha bajado y ha tomado forma
humana y se ha hecho Hombre, con un Corazón que es la fuente de ese Amor, la
sede del Amor.
Más que contemplando mi Rostro, es contemplando mi Corazón como llegaréis al
conocimiento de Dios, que es Amor.1156
Y así como toda mi humanidad y mi deidad se condensaban en ese Corazón, se
condensan ahora en la Eucaristía, Sacramento de Amor, de Común-Unión.
Y es viviendo de la Eucaristía como vivís de mi Amor, para mi Amor y por mi
Amor.
* De mi Amor, porque Ella es la Fuente de todo Bien.
* Para mi Amor, porque Ella es el sentido de vuestra vida, porque por Él te
entregas y es en Ella como se hace efectiva esa entrega.
* Por mi Amor, porque es Ella la que te da la Fuerza para realizar tu entrega.
Idea de Dios para permanecer con vosotros.
Idea de Dios para fortificaros.
Idea de Dios para haceros uno con Él.
Idea de Dios para transformaros en otros Cristos. Idea de Dios para comunicaros su Amor.
En la Devoción a la Eucaristía no tanto os muestro mi Amor, como os lo
comunico, os lo hago entender. Si por la imagen de mi Corazón Yo os muestro mi
Amor, a través de la Comunión eucarística y de la vida eucarística os lo hago
entender.
Las Gracias que recibís y recibiréis en la Eucaristía y a través de Ella, tienen el
poder de transformaros en otros Cristos. Y Yo, Dios, así os miro.
Cuando la humanidad entera descubra el valor de la Eucaristía, la tierra será
renovada. Cuando se me dé el verdadero valor en la Eucaristía. Cuando se me
someta adoración, culto, devoción.
¿Por qué no le has dicho esto mismo otra persona que sepa más?
Cuando te lo oigan a ti, pensarán que esto viene de Dios, porque sólo el Hijo es el
que te lo puede revelar y porque tú, por ti misma, no alcanzas a lograr comprender
su objetivo. Porque por ti misma no hubieras podido llegar a estas conclusiones. Y
salta a la vista. Tranquila. Eso es una muestra de que viene de Dios. Y los que no
quieran entender, no entenderán, porque rechazan todas mis obras y a todos mis
arquitectos. Déjalos. Esos no nos ocupan.
Hablo para las ovejas descarriadas de Israel. Hablo para que, conociéndome,
vuelvan a Mí. Mis ovejas me conocen,1157 y ellas oyen mi Voz y la distinguen, y se
mueven al son que las toco. Aunque descarriadas, volverán a Mí.
“¡Venid a Mí todos los que estéis cansados y agobiados, que Yo os aliviaré! Cargad
con mi yugo y aprended de Mí, que soy Manso y Humilde de Corazón. Porque mi
yugo es llevadero y mi carga ligera”1158
La bandera.1159
Juan entendió la plenitud de la Revelación para estos Tiempos, y te vio a ti, como a
todos los colaboradores de esta empresa.
Vio cómo, llegada la plenitud de los tiempos, se entendería el Misterio de la
Eucaristía mirado desde esa perspectiva del Corazón de Dios.
Escuchó sus Latidos y vio cómo se perpetuaba ese Sacrificio por los siglos.
Vio la formación de la Iglesia y los dones del Espíritu Santo a través de ese
Corazón.
Se vio a él mismo como depositario y custodio de esa Devoción. A través de la cual
iban a basarse las generaciones para creer en Él.1160
NOTAS:
1156 Cfr. I Jn 4,8.16.
1157 Cfr. Jn 10,14.
1158 Era el Evangelio de hoy: Mt 11,28.
1159 Me dice que la dibuje. Es una Eucaristía Coronada, radiante. Meditaba tantas
cosas sobre la Sangre de Cristo y la Eucaristía … que entraba como en un
arrobamiento, así que le dije que parara la intensidad si es que quería que yo
apuntara algo. Entiendo que para un hebreo, lo de comer la Sangre de los
animales, del Cordero Pascual, no se hacía, lo tenían prohibido. Hablar de
sangre y de dar a beber la sangre estaba mal visto. Ni comer la víscera del
cordero. Por eso hablar de eso a sus apóstoles era como decir que les daba su
vida, el hálito de su vida, su aliento. Hablar de dar a beber su sangre,
significaba que Él iba a vivir para siempre dentro de ellos. Que le iban a tener
con ellos. Lo entendían bien. Juan entendió lo de comer su Corazón. Si alguien
no tiene Corazón, no vive. Como que reside la fuerza, el amor, la voluntad, en
el corazón. Junto con el Corazón, se nos daba todo su Cuerpo.
1160 Miro al Sagrario, y es el momento de la Muerte de Jesús. Está oscuro, sopla
viento que hace ruido y en el silencio de todo lo demás, se oyen como unos
espasmos de gritos de Jesús, que no puede respirar. Son los estertores. Da el
último. Son fuertes. Se acerca un soldado y le mete la lanza en el Pecho. Suena
cómo la mete. Y Juan mira hacia arriba, como queriendo ver por la herida su
Corazón o ver lo que Jesús le ha revelado en la Última Cena. Vio y creyó.
Creyó todo lo que le había dicho Jesús: la constitución de la Iglesia, la venida
del Espíritu Santo, cómo las gentes serían atraídas a través de esa Herida.
Pueblos y pueblos, pueblos enteros dirigiéndose a Él. La Devoción al Corazón
de Jesús empieza en el Calvario; empieza, más bien, con Juan en la Última
Cena. La Redención copiosa. Aguas que manan como un Torrente desde el
Costado abierto de Cristo.
18-07-2008
Jesús:
¿Sabes lo que es la “apoteosis final” de mi Devoción?: La “Apoteosis final” es
María.
Es la explicación de cómo vivió y vive Ella mi Devoción, y el Amor que, por su
medio, Yo extiendo en el mundo.
La Devoción al Corazón de María es la manifestación de su amor por vosotros,
los hombres, su amor por Mí y su extensión por el orbe. También es la manera de
volver los hombres hacia Mí.
Ella es el ejemplo de lo que debéis hacer. Es el ejemplo de lo que los hombres
deben hacer para amarme. Y amarme bien. Perfectamente. Miraos en Ella para
saber amarme. En ese Corazón desprovisto de Sí misma y lleno del Amor de Dios.
Es ese Corazón de Blancura Virginal.
Es el Corazón donde nadie ha puesto jamás una mancha: Inmaculada. Corazón
Inmaculado de María … meditad muy a menudo en Él y contemplad lo que eso
significa.
Es el Corazón por el que Yo vine al mundo. Por el que mereció la pena hacer la
Redención. El Corazón que, aunque fuera por Él solo, habría servido mi Sacrificio.
¡Oh, Corazón de la Madre de todos los hombres, Madre de la humanidad! Corazón
de la Madre de Dios, de la Esposa del Espíritu Santo.
La Madre de todos los hombres.
Por Ella vinisteis a la vida.
Por Ella, porque me llamaba, vine a la tierra.
Por Ella, porque me lo pide, volveré para Reinar.
Que sepáis que había sido determinado por mi Padre Dios una destrucción muy
grande de la humanidad y que hubiera tenido lugar antes.
Pero por Ella no será así.
Ella ha retrasado el Tiempo. Es quien detiene mi Mano sobre su Corazón. Y para
salvar más hombres, en esta humanidad corrompida, mi Padre ha querido establecer
en el mundo la Devoción a su Inmaculado Corazón.
Es una Devoción de Consagración filial, a modo de San Luis María Grignon de
Montfort, y a modo de Santa Teresita, Patrona de las almas víctimas y de todo
cristiano de los Últimos Tiempos.
María es más que nada reflejo del Padre. El Amor del Padre por vosotros, tiene su
reflejo más en María que en Jesús. Porque Dios es Madre. Más que Padre, es
Madre. ¡Dios es Madre! Y he aquí lo que Yo os quiero decir. María es el reflejo del
Padre, del Amor del Padre.
Soléis ver al Padre como Amor justiciero o como Hacedor del mundo, pero no
como Madre.
Dios creó el corazón de Eva más similar al suyo. Le dotó de esa delicadeza y amor,
que da vida a su criatura. La hizo depositaria de la vida. La que da la vida. Natural
y espiritual. Por eso, la corrupción en Eva fue más grave. Por eso se denigró más su
naturaleza. Cayó más hondo.
Pero he aquí que la Nueva Eva viene a resarcir a Dios del pecado de la primera.
La
Nueva Eva, María, Primicia de la Nueva Creación.
María nació antes en el mundo que Yo, el Verbo. Nació antes para poder darme
forma. Yo ya estaba alegre desde su Nacimiento. Ya empezó ahí mi Plan Redentor.
Y la colmé de Gracias y bendición.
Dios: Dador de Vida
María: Dadora de Vida.
Y su Corazón virginal vino antes al mundo que el mío. Yo me hice Hombre en un
Corazón ya formado: el de María.
La Trinidad existía, pero viene a habitar en un Corazón que ya es María, que ya
está latiendo. Y en ese Corazón, oye mi Niña latir el mío, los primeros latidos del
mío. Los primeros latidos humanos del Corazón de Dios. El Amor de Dios hecho
Hombre en el mundo.
La Carne de mi Corazón, tomó carne del Corazón Inmaculado de María.
Por eso,
en el Sagrario también está Ella, su Corazón. En el sentido de que está la materia de
mi Carne, y ésta fue hecha de la Carne de María, fue tomada de María.
¿Pero es la misma materia?
No. Fue hecha de María. Es otro Corazón, pero formado a partir de María. Mi
“lado” humano lo tomé de María. Como a la manera de la gestación.
No hay fecundación humana. La fecundación viene de Dios. Y Dios toma todo de
María. María y Dios se hacen una misma cosa en Mí por la acción del Espíritu
Santo.
Yo Soy el Reflejo del Padre, que ha tomado forma de María. Mi Humanidad es de
Ella.
Por eso, comprended ahora, nueva generación, cómo quiero que vosotros seáis un
reflejo suyo.
Para ello:
- Meditad sobre su Corazón.
- Consagraos enteramente a Ella.
- Dejaos hacer, en infancia espiritual, como niños llevados de la mano de su
Madre.
Ella es el Camino. Es el Camino para venir a Mí. Emprendedlo. Cogedlo. Tomad
ese Camino para poder venir a Mí.
Yo la he hecho Puerta. Yo la he hecho Alcázar para mi Baluarte.
Por esa Puerta:
entrad. Desde ese Alcázar: defendedme.
Jesús mío: esto ¿no es demasiado abstracto? ¿Piensas que toda la gente lo
entenderá?
Sí, porque acompañado de estos escritos, Yo daré Gracias especiales. Tú hablarás,
y daré gracias especiales de entendimiento.
Y, ¿qué hay que hacer?
Sobre todo: Adoración. Ponerse delante de mi Eucaristía. Y recibir mis Gracias.
Y de “nuevo”, ¿qué es?
Tú no te das cuenta, pero aquí hay algo “nuevo”, algo que hasta ahora no había sido
revelado por este instrumento insignificante.
¿Te refieres a revelaciones místicas?
Sí. Y que se hacen públicas.
Jesús, es decir, a ver si te he entendido: sólo con todo esto, la persona llega a la
Eucaristía y recibe gracias especiales?
Sí. Has entendido.
Las Gracias son de Transformación.
Las Gracias son de Común – Unión.
Las Gracias son de Entendimiento.
Las Gracias son de Eucaristía.1161
Y por medio de Ella: ¡Renovaré el mundo!
Éste es el final de la Revelación a mi tenue profeta, Margarita. La Revelación de mi
Corazón.
De la Devoción al Corazón de Jesús. La Nueva Devoción. Antigua y
Nueva.
Nueva, para los Tiempos Nuevos.
Nueva, con más ímpetu, más ardor.
Nueva, porque en ella se hallan condensadas todas las verdades de todos los siglos.
Nueva, porque refiere a la Eucaristía. Porque la culminación de mi manifestación
como Hombre-Dios, tiene su lugar en la Eucaristía.
En comprender las verdades
ocultas que se hallan comprendidas en este Sacramento de Amor. En espera de mi Revelación Final. Yo mismo, en mi misma Magnitud, rasgando las nubes del Cielo.
En venida poderosa sobre la tierra. Ya no en especies escondido, sino manifestado
Visible y Resucitado. Para morar con vosotros ya Reinante. Sentado sobre mi
Trono. Donde me alabaréis jubilosos en esta vida y en la otra.
Preparaos para mi Segunda Venida. Hacedlo con estos escritos, y con tantas otras
cosas que os doy.
Mi Corazón ha tenido compasión de vosotros, y al veros en vuestra suma pobreza,
he venido sobre esta niña para marcaros el Camino
¡No estáis solos! ¡Escuchad a vuestros profetas! ¡Dios no os ha abandonado!
Se manifiesta y ha ido viniendo ya, va viniendo como Espíritu Santo. Poco a poco.
Hasta llegar a la Plenitud final. Donde serán recapituladas todas las cosas en
Cristo.1162 En Cristo Eucaristía.
¡Reino sobre mi Trono!
Comenzad en la tierra la Bienaventuranza Celeste. En espíritu, en verdad.
“Mirad que llegará un día en que los adoradores adorarán a Dios en espíritu y en
verdad sobre su Monte Santo”1163
NOTAS:
1161 Hacerse Eucaristía.
1162 Cfr. Ef 1,10. Cfr. San Juan Pablo II, Catequesis del 14-02-2001.
1163 Hay un aplauso en el Cielo, que converge en el Sagrario. Aplauden a la Última
Revelación para esta Hora. Y si se puede decir, es como si respirasen de que
por fin se ha dado entera. Realmente, es magnífico cómo culminan todas las
cosas en la Eucaristía. ¡Manifiéstanos tu Amor en la Eucaristía! ¡Que llegue tu
Reino a plenitud!
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