Amancio Ortega, fundador y principal accionista de Inditex.
Amancio Ortega, fundador y principal accionista de Inditex.
Desde hace varias semanas no escucho hablar de Franco ni a los políticos ni a los tertulianos… ¿Sabe usted si se ha muerto? Menudo disgusto sería para la izquierda que desapareciera el supervillano que les permite encaramarse en su superioridad moral sin gastar una neurona en leer. Por eso, los caudillos de la izquierda ya están fabricando a otro malvado para entretener a sus hordas: Amancio Ortega, fundador y principal accionista de Inditex.
Cada vez que Inditex presenta resultados, Ortega hace una donación a Cáritas o a la sanidad o la empresa abona dividendos a sus accionistas, tenemos que soportar la pataleta de los profesionales de la indignación.
La candidata de Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid, Isabel Serra, que no había cotizado ni un día a la Seguridad Social antes de pasar de ‘Juventud Sin Futuro’ a política profesional, se convirtió en chekista de las buenas costumbres progresistas y clamó contra la última donación realizada por Amancio Ortega para la compra de máquinas avanzadas de tratamiento del cáncer.
Como cualquier machista, Pablo Iglesias salió en defensa de su compañera. Y lo hizo con su doctrina de la democracia digna. Según él, “una democracia digna hace que los millonarios paguen impuestos y traten con dignidad a sus trabajadores”, con lo que insinuó que Ortega no paga impuestos y que Inditex vulnera los derechos laborales de sus empleados. Si esto es así, ¿por qué no les denuncia a Hacienda y a Magistratura de Trabajo?
Si la fundación de Ortega encargase informes de 500 euros por folio a ciertas ONG sobre el calentamiento global, los linchamientos acabarían
Cada vez estoy más convencido de que las constantes campañas del rojerío contra Ortega e Inditex, presidida por Pablo Isla, responden a que no abonan los ‘impuestos revolucionarios’que otras empresas satisfacen para que las distintas bandas de activistas les dejen en paz.
Si la fundación de Ortega encargase informes de esos de 500 euros cada folio a ciertas ONG y consultoras sobre asuntos de tanto interés como la gestión de la diversidad sexual en su plantilla o disminución del calentamiento global, las caceroladas en TW se acabarían.
Mi amigo Carlos Ruiz Miguel apunta otra causa del rencor contra Ortega, cuya empresa aporta el 2% del monto recaudado por el Estado español por el Impuesto de Sociedades.
Los podemitas no arremeten como los guerreros que combaten en Juego de Tronos contra las tradicionales dinastías españolas de ricos, ésas que aparecen en el Hola cuando casan a sus vástagos. Y la lista es larga: March, Botín, Del Pino, Entrecanales, Lara, Koplowitz, Polanco, Benjumea, Villar Mir, Godó…
Los actuales titulares de esos apellidos y dineros suelen haberlos heredado; emplean a políticos retirados; una parte apreciable de los ingresos de sus imperios proviene de concesiones y subvenciones, o se dedican, la Madre Tierra nos ampare, a las finanzas. Y para mayor agravio algunos de esas dinastías engordaron en el franquismo. Es decir, representan la imagen del plutócrata con la que enseñar a odiar a las víctimas de la LOGSE, como en los campos de entrenamiento del Ejército Rojo se enseñaba a cargar con bayoneta con peleles pintados con el bigote y el flequillo de Hitler.
Para Ruiz Miguel, Ortega es “una persona de origen humilde y sin estudios, pero de enorme inteligencia y capacidad de trabajo. Ortega en sus inicios es el prototipo de «gente» al que, supuestamente, dice defender Podemos”. Pero su pecado imperdonable se reduce a que “es la prueba en persona de que el discurso podemita es falso”. Con esfuerzo, inteligencia y sacrificio, con atención a los clientes, se puede triunfar en la vida, sin tener que depender de la falsa compasión y los subsidios repartidos por las Belarra y los Errejón.
Conocemos casos de empresas que han manipulado los precios y han ganado dinero con sus chanchullos y no basados en rumores, sino en investigaciones de un organismo público, como es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
La CNMC multó a Naturgy y Endesa con 25,3 millones de euros por alterar el precio de la electricidad en el invierno de 2016. El mismo organismo público sancionó con 118 millones de euros a 15 empresas por repartirse de manera ilícita los concursos públicos convocados por ADIF relacionados con infraestructuras ferroviarias. Y otro ejemplo venido de Bruselas: la Comisión acaba de multar a cinco bancos con 1.068 millones de euros por formar un cártel en el mercado de divisas.
¿Ha dicho algo la izquierda española sobre estos delitos que perjudican a los ciudadanos, ya que suponen corrupción, derroche de fondos públicos y alteración del mercado? No, sólo critican a quien dona cientos de millones de euros porque no ha pedido permiso a los guardianes de la moral. Ah, dudo de que Isabel Serra sepa qué son ADIF o el Forex.
¿Por qué a la extrema izquierda le indignan las donaciones del mayor accionista de Inditex, pero calla ante la corrupción de otras empresas?
Espero que Amancio Ortega no ceda ante estos matones, porque es, además, de un filántropo de los que necesitamos (no como el financiero George Soros) un reproche permanente a los ricos que se arrodillan ante los descamisados coletudos. También deseo que el Rey le conceda cuanto antes un título nobiliario, que pocos españoles se lo merecen como él.
Sin embargo, me causa pena es el hecho de que los mandamases de la extrema izquierda difamen a Ortega porque saben que hay millones de envidiosos que están de acuerdo con ellos hasta el punto de aceptar que les saquen un ojo para que el ‘burgués’ pierda los dos. Y almas tan sucias no las limpia ninguna máquina.