ROMA, viernes 14 de enero de 2011 (
ZENIT.org).- “Los cristianos son actualmente el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones por motivo de su propia fe” escribió el Papa Benedicto XVI en el tradicional mensaje de la Jornada Mundial de la Paz, celebrada el pasado 1 de enero. Y por desgracia los últimos sucesos confirman las palabras y la preocupación del Papa. De hecho casi cada día llegan noticias de graves episodios de intolerancia, de ataques, de atentados contra los cristianos o contra quien los defiende.
Todavía no había transcurrido la primera hora del nuevo año 2011, cuando en Egipto se perpetró un atentado contra la iglesia copta de Los Santos, en el barrio de Sidi Bishr, en Alejandría, causando 23 víctimas. Algunos días después, martes 4 de enero, fue asesinado por su propio escolta, el gobernador de la provincia del Punjab en Pakistán, Salman Taseer, “culpable” de haber visitado en la cárcel a la mujer cristiana condenada a la horca por el presunto ultraje al profeta Mahoma, Asia Bibi, y de haberse decantado publicamente favorable a la revisión de la discutida ley de la blasfemia.
Después, siempre en Egipto, fue asesinado un cristiano el pasado martes 11 de enero, quedando heridos otros cuatro, cuando por motivos, no esclarecidos todavía, un suboficial de policía ha disparado con el arma de servicio contra los pasajeros de un tren detenido en la estación de Samalut, localidad de mayoría copta de la provincia o gobernación de Minya (según la
Agence France-Press).También en Nigeria continúa el derramamiento de sangre. Como informa la
AFF, en el estado de Plateau, el ejército se desplegó con el fin de devolver la paz después de los últimos enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, que provocaron, en la madrugada del martes, 13 víctimas en Wareng, pueblo de mayoría cristiana.
En general, las reacciones de los medios y de los políticos europeos, a éstos y otros sucesos de “cristianofobia” son, en su mayoría, blandos. Como máximo, este tipo de noticia suscita algún grito, pero a menudo reina un silencio embarazoso así como “ensordecedor”. Esta vez, la situación parece un poco distinta, como sugirió
l'Osservatore Romano (los días 3 y 4 de enero).
En su mensaje enviado al Papa en ocasión de la Jornada Mundial de la Paz, el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, compartió las preocupaciones del Pontífice y aseguró el esfuerzo de Italia. “No nos podemos quedar quietos ante la dramática y sistemática violación de las libertades individuales y la persecución de los cristianos en el mundo- subrayó- Italia es una defensora convencida de los profundos valores consagrados en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948; no faltará nuestra propia voz en el ámbito internacional, de manera que la libertad religiosa venga custodiada, en toda posible circunstancia”, escribió Napolitano.
En una nota difundida el 3 de enero, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi condenó a su vez el atentado de nochevieja contra “una pacífica asamblea de cristianos”. “La imagen del rostro de Cristo manchado de sangre inocente, en las paredes de la iglesia copta de Alejandría de Egipto, no puede dejar indiferente a quien tiene responsabilidades de gobierno -dijo- todos han de cumplir con su parte para combatir estas inaceptables manifestaciones de intolerancia.”
Italia se está moviendo. El ministro de exteriores, Franco Frattini, mandó la semana pasada, junto a sus colegas de Francia, Polonia y Hungría (ésta última asumió, por primera vez, el 1 de enero, la presidencia del Consejo de la Unión Europea), -respectivamente Michèle Alliot-Marie, Radoslaw Sikorski y János Martonyi- una carta conjunta a la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Aston, pidiendo que añadiera la cuestión de la persecución y de la defensa de los cristianos en la agenda del Consejo de ministros de exteriores de la UE, programado para el próximo 31 de enero en Bruselas.
Como se lee en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores, el objetivo de la iniciativa es discutir “medidas concretas que poner en práctica para promover el respeto a la libertad religiosa y de expresión”.
Ya el día posterior al atentado en Egipto, Frattini declaró que había llegado “el momento de una respuesta política fuerte y única por parte de todos los gobiernos que se toman en serio los derechos del individuo, entre los cuales la libertad de fe es un componente fundamental”.
En una entrevista concedida a
Le Figaro Magazine (el 7 de enero), por uno de los firmantes de la carta, el ministra francesa Michèle Alliot-Marie, dijo a su vez, basta. “Desde hace tiempo, asistimos al desarrollo de una estrategia del terror que parece que quiera expulsar a los cristianos de Oriente, de países en los cuales viven desde siempre”, observó Alliot-Marie. “Para nosotros el anticristianismo es intolerable, al igual que el antisemitismo o el antislamismo” continuó MAM (como se la llama). “Es hora de ir más allá de las emociones y de acciones puntuales y definir una verdadera estrategia y una respuesta global” comentó la misma que en ocasión del
Forum per l'Avvenire, que comenzó este miércoles en Doha (Qatar), pretende lanzar “un llamamiento para la tolerancia y el respeto recíproco entre las religiones monoteístas”.
Fuertes palabras usó también el presidente francés, Nicolás Sarkozy. Con ocasión de la ceremonia felicitación del año nuevo a las autoridades religiosas, el inquilino del Elíseo habló de “un plan particularmente perverso de limpieza religiosa en el Medio Oriente”.
“Si pudiese usar aquí la palabra mártir, diría entonces que los mártires de Alejandría o de Baghdad no son sólo los mártires coptos, sirios o maronitas. Son colectivamente nuestros mártires”, afirmó Sarkozy, que añadió, “Francia no aceptará nunca que se pueda impunemente fijar a inocentes en oración como objetivo para una demostración de un terrorismo delirante y bárbaro” (
Le Figaro, 7 de enero).
En Alemania, el jefe del grupo de
CDU en el Bundestag (Cámara Baja Federal), Volker Kaude, fue, junto a otros diputados, a Egipto, donde fue recibido en audiencia por el jefe de la Iglesia Copta, papa Shenouda III. En una entrevista con la agencia católica
KNA, Kauder criticó la discriminación de los cristianos en Egipto. Para el político democristiano, que se reunió también con el gran imán de Al-Azhar, el jeque Ahmed El Tayeb y el ministro egipcio de Asuntos religiosos, Mahmoud Zaqzouq, en el país no sólo hay una persecución sino que también hay un “clima que consiente la discriminación” de la minoría cristiana. En su tradicional mensaje semanal en video-podcast, la canciller Ángela Merkel (
CDU) ha hecho un llamamiento a favor de la defensa de la libertad religiosa en el mundo, definiéndola como “uno de las grandes derechos humanos”.
Al final es de esperar que la iniciativa de Frattini y sus colegas llegará a buen puerto y traerá frutos concretos, en vez de resultar una carta muerta (en todos los sentidos).
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