EXCELENTE MINI-SÍNTESIS DE LA TEOLOGÍA CATÓLICA SOBRE EL SUFRIMIENTO; PORQUE SE SUFRE, PARA QUE Y DE QUE SIRVE !!!

Confianza de Job.

Se encuentran, además, ejemplos sublimes en las Escrituras y en la vida de los santos. Herido en la fortuna, en la familia y en la carne, Job, reducido a la última indigencia, yacía sobre un muladar. Sus amigos, su propia mujer, le aumentaban el dolor por la crueldad de sus palabras. No obstante, él no se dejaba abatir; ninguna murmuración se mezclaba con sus gemidos. Le sostenían los pensamientos de la Fe. “¡Aunque el mismo Señor me quitase la vida –decía- esperaría en Él!” (Job XIII, 13).

Confianza admirable que Dios recompensó magníficamente. La prueba cesó; Job recuperó la salud, ganó de nuevo fortuna considerable y tuvo una existencia más próspera que antes.

(De "El Libro de la Confianza", P. Raymond de Thomas de Saint Laurent)

Comentario:

Si bien las últimas devociones reveladas al mundo exigen confianza, como son la de la Divina Misericordia y la del Sagrado Corazón de Jesús, ya en tiempos antiguos, en la Biblia, se alaba la confianza en Dios, como en el libro de Job.

Cuando caemos en desgracia, comenzamos a preguntarnos qué es lo malo que habremos hecho para que Dios nos castigue de esa forma. Y nuestros parientes y amigos, con sus palabras suelen herirnos y, en lugar de consolarnos, aumentan nuestro dolor, porque nos dicen: “¡Algo habrás hecho para que te sucedan estas cosas!”.

El ejemplo más claro lo tenemos en Jesús, que no había hecho nada malo, como aseguró el buen ladrón, pero sin embargo tuvo que padecer horrores.

Por eso el Señor quiere que visitemos y consolemos a los enfermos y a los que sufren, porque se sienten culpables y bajo la justicia divina, y es necesario que un buen amigo les lleve la esperanza y la confianza, y les asegure que Dios los ama, y que ha permitido ese mal para que ganen méritos para el Cielo, acorten su Purgatorio al sufrir aquí en la tierra, se rediman ellos, y ayuden a la redención de muchos hermanos.

Pero este mundo pagano en que vivimos, que busca exasperadamente el placer y odia todo sufrimiento, no ve ni comprende el valor tan grande del sufrimiento llevado con paciencia.

Entonces confiemos en Dios, pase lo que pase, porque sabemos que Él nos ama y que no está enojado con nosotros porque tenemos que sufrir esto o aquello, sino que nos está haciendo una merced para tenernos más pronto junto a Él en el Cielo.