Medios de prensa digitales informan que “un reconocido científico de Stanford ha denunciado que 150 científicos llevaron a cabo una reunión secreta en la Universidad de Harvard para discutir la creación de genoma humano sintético”.
El científico Drew Endy y el experto en bioética Laurie Zoloth, señalaron que las implicancias morales y la discusión de la creación de genoma humano sintético “no debería ser algo que se discutiera a puertas cerradas”, indicaron al San Jose Mercury News. El Dr. Endy fue invitado a la reunión, sin embargo, declinó participar.
La cita, tenía por objetivo dar comienzo al proyecto de “sintetizar el genoma humano completo en una línea celular en un período de 10 años”.
A los invitados se les pidió no contactar a la prensa ni tuitear acerca de la reunión.
Según reporta el New York Times, la investigación sería una “segunda parte” al ya reconocido Proyecto del Genoma Humano, el cual busca leer la secuencia de tres mil millones de letras químicas en el ADN humano.
El nuevo proyecto no involucraría sólo la lectura, sino también la escritura, creando una versión sintética de las tres mil millones de letras. Este conocimiento permitiría en un futuro crear un humano sin padres.
Las mismas agencias digitales agregan que “Endy y Zoloth criticaron el proyecto en un ensayo, señalando queel proyecto presenta demasiados problemas éticos. Por ejemplo, ¿estaría bien secuenciar y sintetizar el genoma de Einstein? Y si así fuese, ¿cuántos genomas de Einstein serían fabricados e instalados en células? ¿Quién estaría a cargo de hacerlo? preguntaron.”
Frente a esta noticia nos preguntamos dónde ha quedado el respeto a la Declaración Universal de UNESCO sobre el Genoma Humano. En particular los artículos que a continuación enumeramos.
En efecto, el 11 de Noviembre de 1997, los 186 Estados miembros de la UNESCO aprobaron por unanimidad y aclamación en la 29a Conferencia General la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, tras cuatro años de trabajo de la Comisión Jurídica del Comité Internacional de Bioética (CIB) presidida entonces por el Prof. uruguayo Dr. Héctor Gros Espiell, Embajador y Delegado Permanente de Uruguay ante la UNESCO. El CIB estaba presidido a su vez por Mme. Noelle Lenoir, del Consejo Constitucional de Francia, y en él figuraban dos
Españoles, los profesores Gonzalo Herranz y José María Mato.
Libertad de investigación en la Declaración sobre el Genoma Humano.
Entre las disposiciones relevantesdestacamos las siguientes:
La libertad de investigación, cuyo origen está enraizado en la libertad de pensamiento, es necesaria para el progreso del conocimiento en beneficio del ser humano (Art. 12).
Ninguna investigación sobre el genoma humano y sus aplicaciones debe prevalecer sobre los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad humana (Art. 10). Prohibición de las prácticas contrarias a la dignidad humana, tales como la clonación con fines de reproducción de los seres humanos (Art. 11) y reserva sobre las intervenciones sobre la línea germinal (Art. 24). Promover la creación, a los niveles adecuados, de Comités de Bioética independientes, pluridisciplinares y pluralistas (Art. 16).
Volvemos siempre a lo que hemos expuesto en otros artículos nuestros sobre temas de Bioderecho, recordando las sabias palabras de San Juan Pablo II referidas a los avances científicos: “Es necesario que los avances de la ciencia vayan acompasados con la ética para que estén realmente al servicio del hombre”.
Lamentablemente este binomio ciencia-ética parece haber sido olvidado. Oscuros nubarrones se divisan sobre el horizonte. ¿Hasta dónde se atreverán a llegar?
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