“Queridos hijos, no dejen que el centelleo de este mundo los seduzca: el materialismo, la envidia, la soberbia. No dejen que la luz del mundo los seduzca. Ábranse a la luz del Amor Divino, al Amor de mi Hijo. Decídanse por Él: Él es el Amor, Él es la Verdad. Vuelvan a llevar la oración a sus familias. ¡Oren más! Sus oraciones me son necesarias, para que pueda realizar con ustedes mis proyectos. ¡Gracias, queridos hijos, por haberse decidido también hoy por Jesús!”