SANTIAGO DE CHILE, 19 May. 16 / 03:19 pm (
ACI).- El error de considerar las relaciones sexuales fuera del
matrimonio como legítimas expresiones de amor es “creer que puede ser llamado verdadero amor el que no ha asumido aún las responsabilidades y sacrificios esencialmente inherentes al estado matrimonial”, afirma el
Cardenal Jorge Medina Estévez en su nuevo libro “Castidad y Sexualidad como Dios manda”.
El nuevo trabajo del Cardenal Medina, Prefecto Emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, plantea la castidad cristiana a la luz de las Sagradas Escrituras, la importancia de una auténtica educación sexual y el rol de la
familia como garante de la perpetuación e inviolabilidad de la
vida.
Hoy en día, afirma el Purpurado en el libro, existe una “ausencia de referencia
moral en la conducta sexual” que da lugar a una “amplia publicidad a conductas escandalosas”, advierte el Cardenal de 89 años de edad que en el año 2005 tuvo la responsabilidad de anunciar al mundo la elección del entonces
Papa Benedicto XVI.
La realidad de la ausencia de referencias morales en la conducta sexual se ve reflejada en la tolerancia de la sociedad a acciones moralmente incorrectas, innumerables divorcios y uniones fuera del matrimonio, y una educación sexual que promueve las relaciones sexuales como “un instrumento ‘seguro’ de placer sin consecuencias ni responsabilidades”.
Sin embargo, esta “profunda crisis moral” no es motivo para “adherir a un pesimismo derrotista, sino un aliciente para desarrollar el aprecio de principios que puedan ir contrarrestando los anti- valores que deshumanizan y envilecen la convivencia social”.
En este proceso, la familia tiene una decisiva importancia. “Cada miembro de una familia –señala el Cardenal chileno en el texto– debe ser consciente del hecho que sus actuaciones tienen alguna influencia en los demás, para bien o para mal”.
Asimismo, destaca el rol de la escuela, de los medios de comunicación y de los Estados. Cada individuo de la sociedad “tiene que asumir en la materia una responsabilidad indelegable y no endosable a otros”.
Por otro lado, el Purpurado se refiere a la importancia de la fe en la comprensión de la caridad y castidad como virtudes recíprocas y complementarias, que son muy poco conocidas por la sociedad actual.
"Es imposible comprender el rol de la castidad si se prescinde de la cosmovisión de la fe cristiana. Y es difícil aceptar las exigencias de la pureza en el ámbito sexual, si no se tienen en cuenta las características de la verdadera y auténtica caridad”, alerta el Cardenal Medina.
“Si no hay fe en la vida eterna y en el misterioso estado de la resurrección, las realidades terrenales pierden la perspectiva esencial que les confiere", agrega.
Además, a raíz del pecado original la naturaleza humana quedó herida, lo que “se hace presente la apetencia del sexo como un ansia desordenada”.
Por eso, el cristiano, “que ha sido consagrado a vivir glorificando a Dios con su vida y sus palabras (…) necesita la caridad, que es como la amarra que mantiene unidas todas las virtudes (cf. Col 3, 14)”.
“Para poder vencer las tentaciones es preciso hacer de la oración un hábito constante, (…) huir de aquellas situaciones que construyen ocasión de pecado”, agrega el Cardenal, quien también recomienda “la costumbre de privarnos, de tiempo en tiempo, de algo que nos agrada, con el fin de estar ‘entrenados’”.
“Castidad y sexualidad como Dios manda”, cuya publicación se enmarca en la celebración de los 90 años de vida que cumple el Cardenal Medina el 23 de diciembre de 2016, está disponible en las oficinas de la
Academia de Líderes Católicos en Chile, organización que ha colaborado con este y otros libros del Cardenal como “
El Cristiano y la Política” y “Duc in Altum: Ve a lo profundo”.
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