Desgraciadamente la infame persecución orquestada contra el P. Custodio Ballester va en aumento y cada vez con mayor repercusión mediática. La calumnia y la difamación ya ha puesto sus sucios tentáculos en los medios de repercusión nacional. La opinión pública lo ha estigmatizado y no le van a perdonar ser abiertamente disidente ante la ideología dominante. Le tienen muchas ganas.
El Padre Custodio está más que nunca en el punto de mira y van a ir a por él con más fuerza cada vez. Es necesario jugársela en su defensa, pero de verdad y con hechos, no sólo de palabra y hasta las últimas consecuencias. No podemos consentir que un sacerdote católico sea denostado por decir la verdad y denunciar el error. Molesta porque dice lo que nadie se atreve a decir en esta España anestesiada y sin sangre en las venas. A la voz de ¡a mí la Legión!, acudamos todos a defender al Padre Custodio. No es ninguna broma. Él se la está jugando por Cristo sin camino de retorno y a nosotros también se nos pedirá cuenta. Son tiempos recios y cosas muy serias están en juego. Ante todo, es muy importante que recemos por él y por las causas que defiende, que son las nuestras.
Es más necesario que nunca defenderle con todas nuestras fuerzas del odio que destilan los politicastros inicuos, de la presión de los lobbies de poder, del sectario linchamiento mediático, de la incomprensión de los obispos y del silencio de sus compañeros sacerdotes, que a lo más le dan el apoyo a escondidas como Nicodemo con Nuestro Señor.
El Padre Custodio predica el Evangelio sin medias tintas, claro y directo, sin miedo a nada ni a nadie. Y es una espada de doble filo en una sociedad decrépita donde nadie quiere alzar la voz ante la ideología dominante. Nadie se moja como dice él: “Una España light donde todo el mundo es muy valiente en los grupos de WhatsApp, pero nadie sale a la calle. La gente no mueve un dedo si no le tocan el bolsillo”.
Lleva años combatiendo duramente contra el abominable crimen del aborto y con coherencia empieza por denunciar aquellos que se cometen en aquellos centros donde la Iglesia está presente en la directiva. Los días 25 de cada mes preside una marcha por la vida desde el hospital de San Pau, donde se cometen abortos, a la Sagrada Familia. Denuncia con contundencia el escándalo. Y va a seguir haciéndolo. Nadie le puede parar. La mano diminuta de un niño abortado, que viera en un vertedero, le sigue interpelando.
La defensa de la vida es su pasión, pero no su único frente. Defiende los derechos de la religión verdadera y su derecho a manifestarse en la vía pública. Y defiende la patria española y sus símbolos tan denostados en una Cataluña adoctrinada en el odio a España. Su denuncia de la escandalosa actitud de los obispos catalanes con el separatismo le costó el veto en el mismo Cerro de los Ángeles. No es grato quien dice la verdad y se enfrenta al poder corrupto. Los obispos le mandan callar, pero ¿acaso le pueden prohibir hacer el bien y predicar la verdad?
Tras el beso sacrílego ante la Virgen de Montserrat o el repugnante cartel contra dos prelados de Arran los obispos callan cobardemente como si tuviesen miedo de ofender al blasfemo.
La gota que colmó el vaso de la paciencia del establishment fue una predicación contra el orgullo gay y el pecado contra natura, grabada a traición y vilmente difundida. La noticia ha tenido difusión en los medios más poderosos de cobertura estatal. El Padre Custodio está más que nunca en el punto de mira y van a por él. Y ahora más que nunca hay que apoyarle y jugársela en su defensa. Dios quiera que se vayan sumando muchas muestras de apoyo inquebrantable y obrando en consecuencia, con hechos. Deseable sería si algún compañero sacerdote diese la cara en su apoyo. El Padre Custodio representa la resistencia a los enemigos de Dios y de la Patria. Es su bestia negra, pero necesita nuestra ayuda. No podemos permanecer indiferentes. A imitación del Divino Maestro, el Padre Custodio va camino de la Cruz, ¿saldremos huyendo o permaneceremos con él?
Javier Navascués
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