- Bastaría con que dijera: señores musulmanes, les exijo que respeten a España, el país que les ha acogido.
- Por el hecho de vivir en España no tienen derecho a exigir vivir a costa de los españoles y encima escupirles.
- No se trata de expulsarles sino de obligarles a que respeten al país de acogida… bajo amenaza de expulsión.
¿Guerra de religión? Por supuesto. En el vídeo se contempla cómo ellos mismos oponen su condición de musulmanes a la de españoles.
Y no sólo eso: además, justifican a los asesinos de Las Ramblas porque “mira cómo me tienen aquí”. O sea, que por el hecho de haberse introducido en la península, no sólo no le deben nada a España sino que además, los españoles deben mantenerle en un nivel de vida apropiado. Pagado por los españoles claro está. Y encima somos unos racistas.
Estos musulmanes constituyen una verdadera quinta columna de la infamia incluida en la sociedad española. ¿Expulsarles? A los familiares de los terroristas sí, por ejemplo. Pero, además de eso, se pueden hacer otras cosas: por ejemplo, exigirles reciprocidad.
No le hubiera costado nada al presidente del Gobierno salir al paso de tanta chulería con un mensaje contundente a los musulmanes que residen en España: o respetas al país que te ha acogido o te expulsamos a tu país de origen.
Es un mensaje, no cuesta nada… pero Rajoy no lo ha hecho. Calla, y su silencio, una semana después de la salvajada, resulta culpable. Y es que hablar claro podría resultar valiente, es decir, en el universo de cobardía política de don Mariano, suicida.
Eulogio López
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