18-11-2015
Jesús: ¡Ay, Marga! ¡Buenos días! Buenos días, Jesús. Te amo muchísimo, ¿tú lo sabes? Sí. Y yo te amo muchísimo a Ti. Ibas a decir “y yo te amo muchísimo más a Ti”, pero has visto que sobraba el “más”. Sí. Así es, Jesús, como Tú dices. Hoy tenemos cosas que decirte. (De repente, se oscureció la iglesia. El rayo de sol que entraba por la claraboya, se fue) Así de oscuros quedaréis. Quedaréis, hijos, porque os habéis olvidado de Mí. Me habéis abandonado. Danzáis y bailáis en orgías “de vino y rosas”. Ah… qué oscuros quedaréis. Es en la oscuridad donde os movéis, creyendo que lo hacéis en la claridad. Llegará un día que veréis claro que es en la oscuridad donde habitabais. Ojalá (os) abráis (u os abran) la puerta y podáis ver la claridad hacia donde os llaman, y podáis salir. Querida, ¿quieres ser tú una de las que abran esa puerta a sus hermanos? ¿Quieres ser tú? ¡Claro! ¡Sí! A partir de ahora, se sucederán los atentados en el mundo que llamáis “el Occidente”. Francia se oscurecerá, pero también otras ciudades o países. Eso será la señal de alarma para muchos, pero para otros, el aldabonazo que les hará despertar de ese abotargado sueño de drogas y de alcohol, sexo y vida sin-Dios. (Vida no-segúnDios).765 Por eso bienvenido sea. Sí, digo bienvenido sea con lágrimas en los ojos, porque no hubo otro remedio de hacer que los hombres vengan a Mí. Y Yo lloro por eso. Dios llora en la tierra. Dios llora sobre la tierra.
Os estáis matando y asesinando entre vosotros. Dios ya ha levantado la mano que oprimía vuestra pistola para asesinar lanzándoos contra el hermano. Porque no la puede contener más. No puede actuar más contra vuestra libertad, que está en mataros unos a otros. Las oraciones ¡no son elevadas a Mí! Las peticiones de auxilio, ¡la oblación por el hermano! Los sacrificios y la buena vida (la vida según Dios) no sube de vuestro suelo al Cielo, como una ofrenda. La única ofrenda que contemplo es la sangre de vuestro hermano766, en oblación para el demonio. ¡Oh! (Jesús llora) (Y yo con Él) ¡Jesús! ¡Jesús! Dime qué tengo que hacer, Jesús mío, ¡dime qué tengo que hacer! Amada: irás. Te presentarás. Ante los medios de comunicación. Pero aún no es el momento. Copia y trabájame primero todo este Libro, que te necesito. (Jesús quiere que ponga que Él llora absolutamente igual de desconsolado que las víctimas de todo el horror. Y que le duele cada muerte violenta. De ahora, y de siempre. Que está al lado de los familiares y de la gente que sufre) Se sucederán estos atentados que te he dicho, y se iniciará una guerra. Pero será una guerra sin cuartel, y de todos contra todos. Los gobiernos no sabrán qué resolución tomar. Serán apartados de sus puestos los sensatos que buscan el bien, y el cetro será dado a los caínes, asesinos de su hermano. Para que puedan ejercer más su voto, para que puedan hacer para que el mundo perezca. Y conseguir el fin último de todo demonio y el del Mal/Enemigo principal, la muerte de todos y cada uno de los hombres. Y una muerte eterna. Porque mientras sea sólo la muerte física, queridos, tengo que deciros que no tenéis nada que temer si estáis en Mí.767 Aunque ésta venga, Yo os seré tomados hacia el Paraíso. ¡Pero la muerte del alma! ¡Oh!, ¡luchad para que eso no pase! ¡Luchad! ¡Ahí quiero vuestra lucha! No la quiero en teorías sobre lo que ha de venir. Teorías sobre adivinaciones. Que para qué os sirven. Ni siquiera os sirven como estudio de la historia. Porque, ¡cuántas veces no se han equivocado! Y la historia que queda por escribir: ¿acaso sabe alguien cómo va a terminar? Queridos, si os he dicho que hasta Yo no lo sé.768 ¿Por qué pretender saberlo? ¿Qué adelantáis con eso? ¿Os habéis convertido así, estudiando las profecías? O no veis que más bien es un camino árido, el que empezáis por ahí, y muchas veces sin retorno a la inocencia del inicio (de antes de empezar el camino). Otras tantas veces con enemistades, perdiendo amistades de antaño, y otras tantas también envueltos en calumnias sobre unos y otros. ¿Es que no quiero acaso las Profecías? Sí las quiero. Y una muestra de ello es lo que a ti te comunico. ¡Oh…!, ¡pero a veces os perdéis tanto en ellas, gastando un tiempo tan precioso para vuestra eternidad y para la eternidad de los que os rodean! ¡Oh, Marga…! (Jesús me coge de la mano. Desolado)
Jesús: te entiendo lo que quieres decir. Sí, te entiendo. Tienes que ir a decirles a todo aquel que te quiera escuchar ¡que Yo no he cifrado la Salvación de mi pueblo en las Profecías! Lo he cifrado en la conversión de vida. Y que si una Profecía no sirve para que se conviertan en su vida, ¡que la arrojen a la basura! Vale más que la arrojen a la basura.
Ahora, lo siguiente: Te han de solicitar mucho de un sitio y otro, ¿por qué? Porque serás encontrada como “profeta fiable”. Eso tiene sus pros y sus contras. Como “pros”, que ayudarás a muchos. Como “contras”, que ya no te dejarán en paz. Y tú tienes que estar muy seria y serena, muy confiada, y muy obediente a las directrices del Padre769. Las que él te ha dado y aún te dará. Y por otro lado tal como una niña pequeña descansa despreocupada en brazos de su Padre. Las Profecías no son lo importante. Lo importante, tienes que decirles, es amar a Nuestro Señor y a su Madre Santísima, y hacer que otros los amen. Y al Papa, siendo fiel a su doctrina, y al Magisterio de la Iglesia y a la Iglesia, nuestra Madre y vuestra Casa. Los agoreros, ahora, predicarán desde los púlpitos, asombrando y aterrorizando a la gente. Tan aterrorizados como están ellos. Tan mal. ¡Se les acaba el tiempo de sus prebendas! La bonanza ha pasado, y sus tripas llenas reclaman más placer… que no vendrá. ¡Oh! ¡Cómo lloran! ¿Pero lloran porque sus feligreses mueren de hambre? ¡No!, que lloran porque a ellos se les acabó el placer… ¡Oh! ¡Abominación de la Desolación! en mi Casa Paterna. Mis ministros claman por sus ansias y olvidan las del pueblo. Es más: ¡Olvidan las Ansias de Dios, que es que todos los hombres se salven!770 ¡Y para eso les puse allí! en ese puesto. ¡Inútiles jornaleros! ¡Inútiles patrones! Mirad: ¡quedaos ahí, en un rincón para llorar! Y dejadme que me coja para guerrear a estos pobres oprimidos que he estado preparando por los siglos. Querida, diles que sin humildad, no podrán. Querida, diles que no se lo tomen tan a “chufla”: Sin humildad, no podrán.771 Querida, diles que sin pobreza, tampoco. La riqueza llama a riqueza. Y vosotros sois los pobres del mundo.
Querida, diles que sin fraternidad, tampoco. Aquel que vea al hermano herido y no sea capaz de cogerle la mano para ayudarlo, dile que no venga. Y por último, querida, diles que sin un Amor Loco a Mí, Eucaristía, no podrán. Que lo cojan. Que hagan acopio de él. Y como colofón, os dejo a mi Madre. Todo esto, sin mi Madre, es imposible. Es imposible hoy en día. Sed buenos, hijos. Os dejo. Me voy con esta mi sierva, a sus labores cotidianas. ¡Gracias, Jesús. Jesús, ¡qué letra! más fea. No veo bien, está oscuro y ya estoy cansada… perdóname. Yo te perdono, por esto y por todo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
NOTAS:
765 Ha dicho más bien lo que está entre paréntesis.
766 Unos días después, leí que el Papa se había referido al pasaje de la Biblia en la que Dios le dice a Caín: “La sangre de tu hermano clama desde el suelo al cielo”. Con ocasión de estos atentados.
767 Cfr. Mt 10,28.
768 Cfr. Mt 24,36.
769 Mi Director espiritual.
770 Cfr. I Tm 2,4.
771 Por si alguien se creer libre de ser orgulloso.
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