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Miguel Pérez PichelEl Papa saluda a familias de trabajadores. Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 21 Dic. 17 / 09:18 am (
ACI).- El Papa Francisco pidió trabajo digno para los empleados del Vaticano y reclamó el fin del “trabajo en negro”, es decir, no regulado, en la Santa Sede.
El Santo Padre realizó este pedido durante la audiencia que mantuvo con los trabajadores del Vaticano para felicitarles la Navidad.
Francisco agradeció a los empleados vaticanos por su trabajo y les recordó que su labor “es la que hace funcionar este ‘tren’, el Vaticano, la Santa Sede, que parece tan pesado, tan grande, con tantos problemas, con tantas cosas. Cada uno de vosotros da lo mejor de sí para hacer este trabajo”.
Insistió en que “sin el trabajo que hacéis esto no andaría bien. Y esto significa que el trabajo de la Iglesia, el trabajo por la predicación del Evangelio, para ayudar a tanta gente, a los enfermos, para que funcionen las escuelas, no se podría hacer sin vosotros. Sois parte de esta cadena que lleva adelante la Iglesia”.
El discurso del Pontífice se centró en la palabra “trabajo”. El Papa rememoró las palabras de una señora que pedía ayuda para los trabajadores precarios. En este sentido, reveló ante los presentes que, recientemente, “tuve una reunión con el Cardenal Marx, que es el Presidente del Consejo de Economía, y con Mons. Ferme, que es el Secretario, y les he dicho: ‘No quiero trabajo en negro en el Vaticano’”.
“Así como he dicho que no se debe dejar a nadie sin trabajo, también digo que debemos trabajar para que no haya en el Vaticano ni trabajadores precarios, ni trabajos precarios”.
El Papa reconoció que se trata de “un problema de conciencia para mí porque no podemos predicar la doctrina social de la Iglesia y luego hacer estas cosas que no están bien. Se entiende que durante un tiempo hay que probar a una persona, sí. Se la prueba durante un año, quizás dos, pero hay que detenerse ahí. En negro, nada. Esta es mi intención. Vosotros ayudadme. Ayudad a resolver este problema de la Santa Sede”.
Destacó también que “el trabajo es vuestro camino de santidad, de felicidad, de ir adelante. Hoy, la maldición más fea que hay es no tener trabajo. Y tanta gente que conocéis no tienen trabajo. Porque el trabajo te da la dignidad, y la seguridad del trabajo te da la dignidad”.
No obstante, reconoció que se trata de un problema que no sólo afecta al Vaticano, a Italia o a Europa: “Es un problema mundial. Es un problema que depende de muchos factores en el mundo. Conservar el trabajo es tener la dignidad. Llevar el pan a casa, y lo llevo yo porque lo gano yo. No porque voy a Cáritas a recogerlo, no. ¡Porque lo gano yo! Esto es dignidad”.
La segunda palabra sobre la que reflexionó es “familia”. “Yo querría decir con sinceridad, cuando me entero de que una familia vuestra está en crisis, de que hay niños que se entristecen porque los padres están peleados, yo sufro. Dejaros ayudar”.
“Por favor, salvad vuestras familias. Sé que no es fácil. Que hay problemas de personalidad, problemas psicológicos. Muchos problemas en un matrimonio, pero tratad de buscar ayuda a tiempo. Custodiad la familia. Sé que entre vosotros hay algunos separados, lo sé y sufro con vosotros. Pero dejaros ayudar. Si la cosa ya está hecha, que al menos no sufran los niños, porque cuando los padres discuten, los niños sufren”.
“Un consejo que os doy: nunca discutáis delante de los niños. Nunca”.
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