Trasunta de emoción, Isabel Celaá nos explica, en la vieja jerga masónica, que se trata de conseguir una nueva humanidad redimida de la pobreza y de conseguir la paz universal. O sea, la paz en el mundo de toda aspirante a reina de la belleza con un toque ‘new age’ de humanidad redimida por el nuevo hombre de la nueva era o con el nuevo credo. Eso sí, un lenguaje un poco hortera.
Los ODS constituyen el ideario del Nuevo Orden Mundial (NOM) y su nuevo credo: la ‘new age’
¿Qué es la ‘new age’, el creo del Gobierno Sánchez? Cambiar al Dios creador por fuerzas y energías. Su ícono es la película Avatar.
Celaá no repara en elogios y nos informa de que el nuevo Comisariado contra la pobreza de don Pedro Sánchez, en paralelo a la cosa masónica, ya se ha encargado de resolver la desnutrición entre los niños españoles. No sabemos cómo, pero no duden de la nueva humanidad, por favor. La caridad ha muerto, viva la filantropía, sobre todo el dinero del erario público, el dinero de los demás.
Isabel Celaá lo resume así: se trata de conseguir una nueva humanidad redimida de la pobreza y la paz universal (sic)
Por supuesto, no existe en España el pavoroso panorama de niños desnutridos que nos anuncia el Gobierno pero ya se sabe que si exagera el problema, la eficiencia de tu solución está asegurada.
Y lo de la “paz universal” … eso es grande. En 26 días de gobierno, Pedro Sánchez ha metido a España en el centro de la masonería internacional, en el Nuevo Orden Mundial (NOM), en la nueva era de la paz universal.
El mandil y el compás, al fondo. Este Gobierno promete.
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