30-06-2010
Jesús:
Persevera, persevera, persevera en la oración. Aunque tú creas que esto no es
servirme ni estar ahí para nada concreto, persevera en la oración y en todo lo que te
has propuesto. Hoy toca esto. Ahora toca esto.
Marga: entra en mi Corazón.
Marga: la que penetra en mi Corazón.
Jesús mío, he leído estos días sobre la Hª de la Consagración del mundo a tu
Corazón, Hª del Corazón de Jesús, que si el Reinado Social… Y qué huecas
suenan todas esas palabras. Lo que era el cristianismo en España en 1955…
Todo está tan desfasado. ¡Es tan poco lo que nos dice al hombre de hoy todo
eso…!
Seguro, Jesús, que Tú has querido que lea eso ahora por algo.
Sí. Amada Marga: así es. Hija mía: sí, he querido que leas todo eso y es por algo.
Primero para que valores tu vocación.
Mira, ¿no ves cómo los estudiosos del tema, daban vueltas con su erudición sobre
lo mismo, sin llegar a comprenderlo con la razón?
¿No ves cómo los estudiosos del tema, los que saben verdaderamente, daban su
importancia y la importancia que tiene, a las Revelaciones a una santa monjita: Sor
María del Divino Corazón?318
¿No ves cómo ellos esperaban y esperan sobre las Revelaciones Celestiales? ¿No ves cómo sí es reconocida la importancia que esto tiene en una parte de la
Iglesia?
Y muchos de aquellos que escribieron gozarían ahora al conocer tus revelaciones y
escritos, Marga. Es así.
Como lo hacen otros que en los tiempos actuales, los leen. Has sido para ellos
bocanada de aire fresco o certificación de que todo lo que ellos esperaban, es
verdad.
También concreción de algunas de las cosas que no habían sido dichas hasta ahora.
Aquí, en este lugarcito tan recóndito, hija. El Señor se complace en revelar todas
estas cosas a los pobres de este mundo.319
Sí: y me complazco también al ver y comprobar cómo tú sigues en tu nada y no te
engríes nunca.
Por eso tu circunstancia Yo la mantengo muy pobre, para que no tengas
precisamente nada en lo que gloriarte. Para no echarte a perder. Para asociarte a mi
Cruz. Y para que puedas gozar ahora de una de las máximas incomprensiones de
nuestros días.
Oh, ¡ay de ti si Yo, por los Mensajes, te hubiera hecho poderosa!
No, más bien por ellos te hice cada vez y cada vez más pobre. Más pobre, hija mía,
más pobre.
Que tú no tengas nada en qué gloriarte, salvo en la Cruz de Jesucristo.320
Y los pobres y sencillos de corazón, sabrán ver en ti, pese a las apariencias, la
verdad de tu misión. No los otros. No.
Alégrate y regocíjate, enorgullécete cada vez que seas abandonada por una u otra
persona más.
Mejor cuanto más querida sea para ti esa persona. Así sabrás ofrecerme una
ofrenda más de tu corazón, para el Mío. Que Yo sabré tomar y elevar al Altar de
Dios.
Dedícate a darte a los demás, sin esperar recibir nada a cambio.
No pidas que entiendan tu ser de profeta.
Y alabamos a la Virgen María, Madre de todos los Profetas. Alabanzas y
bendiciones para Ella, Madre de todos los Santos, en el Nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Vete en paz.
318 La Beata María del Divino Corazón de Jesús (Droste zu Vischering), nació el 8
de septiembre de 1863, en Münster (Alemania). Ingresó en las Hermanas del
Sagrado Corazón, en Riedenburg. Se ofreció como víctima al Corazón de
Jesús, quien le pidió que se consagrara el mundo entero a su Corazón. Escribió
al Papa León XIII en 1899 transmitiéndole el deseo del Señor. León XIII lo
acogió y anunció la consagración del mundo al Sagrado Corazón en la
encíclica “Annum Sacrum” del 25 de mayo de 1899. El 8 de junio recibió las
dos copias de la encíclica que le había mandado el Papa. Murió ese mismo día,
en Oporto. “Mi misión en la tierra -había dicho- se completará en cuanto se
haga la consagración del mundo al Sagrado Corazón”. El Papa León XIII la
hizo el 11 de junio de 1899.
319 Cfr. Mt 11,25.
320 Cfr. Ga 6,14.
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